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22 de febrero


Amar y ser amado

“Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros” (Juan 13:34).

Después de la Segunda Guerra Mundial, un equipo de psicólogos y psiquiatras hicieron un estudio con bebés que quedaron huérfanos como consecuencia de esa guerra. El objetivo fue ver cuán importante es para el ser humano recibir amor de parte de los demás. Por lo tanto, pusieron en dos cuartos diferentes la misma cantidad de bebés. En los dos casos, los bebés eran atendidos por adultos que cuidaban de ellos, los alimentaban y los mantenían limpios. La diferencia estaba en que en un cuarto estos bebés recibían mucho amor: eran abrazados, les cantaban, les hacían cosquillas, jugaban con ellos, les hablaban con ternura. Y en el otro cuarto, no le manifestaban ningún tipo de cariño ni amor a los bebés. Tampoco los maltrataban, pero solamente atendían sus necesidades básicas y cuidaban de ellos silenciosamente.

Los bebés que recibían cariño mostraron grandes avances, movían sus manitos y cuerpo rápidamente, se veían motivados, se sentaban con facilidad, balbuceaban palabras y sonreían con facilidad. Por el contrario, los bebés del otro cuarto fueron creciendo más lento. Eran más irritables y enfermizos. Se veían tristes y desmotivados. Incluso, tristemente, algunos de ellos murieron. Por eso, como te imaginarás, se tuvo que suspender el estudio, que mostró la terrible consecuencia de lo que sucede cuando no se recibe amor.

Dios es amor y nos creó para dar y recibir amor. Es muy negativo el efecto de no sentirse amado, de ser maltratado o ser víctima de bullying, por ejemplo. De hecho, tantos niños sufren por ser humillados en el hogar o en el colegio, al recibir burlas, malos comentarios, calumnias y hasta golpes. He visto muchos niños sufrir por esto, y algunos hasta no deseaban seguir viviendo. ¡Nunca le hagas esto a nadie!

En la Biblia Dios repite este concepto varias veces: “Ámense los unos a los otros”, sopórtense, ama a tu amigo y a tu enemigo, cuida del débil. Amiguito: no te canses de dar amor, porque, así como das vas a recibir. Si te cuesta amar, pídele a Dios que te ayude, porque él es amor, y pondrá amor en tu corazón por los demás. Nina

Un rayito de luz para cada día

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