Читать книгу Esclavitud africana en la fundación de Nueva España - Rafael Castañeda García - Страница 8

Introducción

Оглавление

La presencia africana en Nueva España fue consecuencia de la conquista y la colonización. Este virreinato fue el más grande importador y consumidor de mano de obra forzada africana en la América española en el periodo de 1521 a 1640, como han señalado diversos estudios, desde el referente clásico de Gonzalo Aguirre Beltrán hasta los últimos aportes de Herman Bennett. La demanda de esclavos por los pobladores, los oficiales reales y los ministros de la Iglesia pronto mostró la cara de la esclavitud en el corazón del virreinato. La ciudad de México fue, co­mo Sevilla o Lisboa, una ciudad africana; aunque hoy está muy lejos de esa realidad, los testimonios de la época muestran una urbe dominada por los españoles, pero en constante miedo por la numerosa población negra, que aumentaba al ritmo de la disminución de la población natural.

Las grandes epidemias de viruelas del siglo xvi y el descubrimiento de las minas de plata se consideran los dos factores determinantes en el proceso de entrada de negros a Nueva España a partir de 1532. A este territorio llegaron 150 mil africanos en condición de esclavitud hasta 1640, año a partir del cual la trata atlántica para Nueva España disminuyó. Visto en un margen de tiempo más amplio y en un contexto demográfico que incluye el continente americano en su totalidad, el virreinato de Nueva España no fue uno de los principales receptores del tráfico de esclavizados. En el siglo xviii la realidad se modificó y hubo otros mercados con mayor demanda de esta ma­no de obra forzada. A Brasil llegaron entre cuatro millones y cinco millones, y tan sólo a la pequeña isla de Jamaica arribaron 600 mil. La parte de Norteaméri­ca que se convirtió en los Estados Unidos de Améri­ca únicamente admitió alrededor de medio millar.

Sin embargo, queremos recordar a quien lee estas líneas que hasta antes de 1650 Nueva España fue uno de los “mejores mercados” para la recepción de grandes cantidades de africanos esclavizados en todo el Nuevo Mundo. Con todo ello, en nuestra historia han merecido más atención los procesos que moldearon los siglos xviii y xix; por tanto, es necesario volver a centrar nuestra mirada en el periodo anterior, los siglos xvi y xvii, con el fin de entender la fuerte presencia de las monarquías ibéricas (España y Portugal) en el comercio esclavista.

En el virreinato de Nueva España, los negros estaban divididos en tres categorías: los bozales, los ladinos y los negros criollos. Los primeros provenían del África Central y eran, en la primera mitad del siglo xvi, los más numerosos, antes de ser sustituidos por una fuerte inmigración de negros ladinos —nativos de España, Portugal o del Caribe y, por tanto, formados en el ámbito cultural español y católico—. A fines del siglo xvi, los mulatos comenzaron mul­tiplicarse en el seno de la naciente comunidad de origen africano. Así, en el lapso de una generación a otra, los mulatos, pardos y morenos fueron el segmento más numeroso de los descendientes de africanos, aunque la población esclavizada negra en el México virreinal no se reprodujo de manera constante sino hasta bien entrado el siglo xviii.

Esclavitud africana en la fundación de Nueva España

Подняться наверх