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BIOBIBLIOGRAFÍA DEL DOCTOR ROGER CHARTIER

a cargo de Francisco Fuster

Roger Chartier (Lyon, 9 de diciembre de 1945) realizó sus estudios de Educación Secundaria en el Lycée Ampère de Lyon, ciudad del este de Francia en la que nació y en la que transcurrieron su infancia, su adolescencia y los primeros años de su juventud. Entre 1964 y 1969 cursó estudios universitarios en la Ecole Normale Supérieure de Saint-Cloud (Lyon) y, en paralelo, se matriculó en un curso de la Universidad de la Sorbona (1966-67) que le permitió obtener los títulos de licenciado y de maître en Historia.

En 1969, recién finalizados sus estudios universitarios, superó la oposición y obtuvo la llamada agrégation, lo que le permitió empezar a trabajar como profesor agregado de Historia en el Lycée Louis-Le-Grand de París, en la que sería su primera y única experiencia docente en el mundo de la enseñanza secundaria. Fue entonces cuando abandonó definitivamente Lyon y se instaló en aquel agitado París en el que todavía resonaban los ecos del mayo del 68.

En 1970 se incorporó a la Université Paris I, Panthéon-Sorbonne, como profesor ayudante de Historia Moderna, cargo que ocupó durante cinco años, hasta 1975, cuando se trasladó a la que, con el tiempo, terminaría siendo su «casa» y el lugar en el que más tiempo desarrolló su profesión: la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS), donde al principio ejerció como profesor ayudante durante dos cursos. En 1978 fue nombrado ya profesor titular en la EHESS, institución que ya no abandonaría hasta su reciente jubilación oficial como profesor, en el año 2016, y donde ocupó cargos tan destacados como el de director del prestigioso Centre de Recherches Historiques (CRH) (1982-1986), fundado por Fernand Braudel en 1949, y el de jefe de estudios de la École entre 1984 y 2006.

Como miembro –a mi juicio, el más destacado de ellos– de la cuarta generación de la Escuela de los Annales, el profesor Chartier ha desarrollado la mayor parte de su magisterio como renovador de la historiografía francesa y europea en las tres grandes líneas de investigación en las que su nombre es una referencia a nivel internacional: la historia del libro, la historia de la lectura y la historia de la edición. De la influencia que ha ejercido sobre la EHESS, en general, y sobre el CRH (del que sigue siendo membre associé), en particular, da buena cuenta el hecho de que allí se formaron varios de sus discípulos, alguno de los cuales sigue en activo, impartiendo sus clases en ese mismo laboratoire, que hoy depende de la propia EHESS y del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS).

Sin embargo, el que quizá sea el mayor hito en la trayectoria docente del profesor Chartier se produjo en 2006, cuando el prestigiosísimo Collège de France acordó su incorporación al Claustro de la institución y le encomendó la dirección de la Cátedra sobre Escritura y Culturas en la Europa Moderna, creada exprofeso para la ocasión. Hasta su jubilación en 2016, Chartier ocupó, junto a los mejores investigadores de toda Francia en sus respectivas especialidades, este lugar de privilegio, desde el que ha impartido numerosos cursos y seminarios de especialización que han tenido una excelente acogida, no solo por parte del público francés, sino también de estudiantes e investigadores llegados desde todo el mundo, que han acudido a París para seguir sus clases en este centro de enseñanza superior al que hoy sigue ligado como profesor emérito y honorario.

Por si toda esta actividad fuese poca, el profesor Chartier ha compaginado, casi desde sus inicios como docente, esta notable tarea en la EHESS y en el Collège de France con una no menos importante fuera de las fronteras francesas. De hecho, la dimensión de la carrera profesional de Chartier no se entiende en absoluto si no consideramos, también, su brillante trayectoria internacional, pues su presencia en universidades e instituciones académicas de todo el mundo ha sido intensísima e ininterrumpida durante los últimos cuarenta años y desde que, en 1976, realizara su primera estancia internacional. La hizo como investigador invitado (Visiting Fellow) en el acreditado Shelby Cullom Davis Center for Historical Studies de la Universidad de Princeton, donde –como han subrayado los profesores Justo Serna y Anaclet Pons– conoció y trabó amistad con un historiador estadounidense que impartía sus clases allí: el también especialista en la historia del libro y de la lectura Robert Darnton.

Desde esa primera estancia en Princeton, Chartier ha sido investigador o profesor invitado en centros de reconocido prestigio, como las universidades de Montreal, Yale, California en Berkley, Cornell, Johns Hopkins, Chicago, Alabama, Harvard, Nueva York, Stanford y, sobre todo, Pensilvania, donde es Annenberg Visiting Professor of History y ha impartido clases anualmente desde el año 2001.

En América Latina ha dictado seminarios en multitud de centros, como las universidades de Buenos Aires (Argentina), Nacional de Rosario (Argentina), Nacional de San Martín (Argentina), de Chile (Chile), de la República (Uruguay), Diego Portales (Chile), de los Andes (Colombia), de Ouro Preto (Brasil), de Sao Paulo (Brasil), de Passo Fundo (Brasil), Autónoma de Sinaloa (México) y el Instituto Tecnológico de Monterrey (México), por citar solo algunos. Y lo mismo se podría decir de España, donde hemos tenido el placer de escucharle en las universidades Internacional Menéndez Pelayo, Complutense de Madrid, Autónoma de Madrid, de Castilla-La Mancha, de Cádiz, de Almería, Autònoma de Barcelona, de Alcalá de Henares, Carlos III de Madrid y, por supuesto, en la Universitat de València.

Del mismo modo, ha pronunciado conferencias inaugurales en la Sociedad Americana de Antigüedades de Worcester (septiembre de 1987), la Cátedra Luigi Einaudi de Estudios Europeos e Internacionales, las universidades de Cornell (abril de 1988), Iowa (abril de 1990), Pensilvania (1994), Utah (abril de 1995), Alabama (abril de 1996), Edimburgo (octubre de 1996), Oxford (junio de 1997), Washington (octubre de 1997), Brown (abril de 1998), Stanford (octubre de 2000) o la British Library de Londres (1998), por citar solamente algunas de las muchas ocasiones en las que su presencia ha sido requerida, como voz autorizadísima, para impartir clases magistrales o charlas de apertura en distintos actos académicos.

Quizá una de las facetas menos conocidas de su biografía, al menos para el gran público no especialista, que conoce sus publicaciones y que quizá haya asistido a algunas de sus conferencias, pero desconoce los pormenores de su extensa y variada hoja de servicios, sea la de su trabajo como gestor al frente de distintas instituciones a las que Chartier ha aportado no solo sus vastos conocimientos en la materia, sino, también, su reconocida bonhomía a la hora de relacionarse –lo que no siempre es fácil– con colegas y estudiantes de todos los niveles y especialidades.

En este sentido, y si a menudo hablamos de la creciente importancia de la gestión académica y de la necesidad de que un científico conozca, también, ese «otro lado» menos amable que es la jungla burocrática en la que se ha convertido la Universidad en los últimos años, conviene recordar que ha ejercido cargos de responsabilidad científica de primer nivel, compaginándolos siempre con una labor de docencia e investigación que nunca ha abandonado.

Además de la jefatura de estudios de la EHESS y de la dirección del Centre de Recherches Historiques de la propia EHESS, a las que ya me he referido, Chartier ha sido director del Centre Alexandre Koyré (EHESS - CNRS - Muséum National d’Histoire Naturelle) entre 1989 y 1998, director del Centre International de Synthèse - Fondation pour la Science entre 1993 y 1997, miembro del Comité National du Centre National de la Recherche Scientifique, Section Histoire Moderne et Contemporaine, entre 1980 y 1983 y entre 1987 y 1990, presidente del Conseil Scientifique de la Bibliothèque de France entre 1990 y 1994, miembro del Conseil Scientifique pour la Recherche Universitaire auprès du Ministre de l’Enseignement Supérieur et de la Recherche entre 1990 y 1994, presidente del Conseil Scientifique de l’École Nationale Supérieure des Sciences de l’Information et des Bibliothèques entre 1995 y 1998, miembro del Comité d’Évaluation Scientifique de la Maison des Sciences de l’Homme entre 1998 y 2002, y miembro del Comité d’Évaluation Scientifique du Max Planck Institüt für Wissenschaftsgeschichte, entre 2000 y 2004.

Igualmente, ha sido o sigue siendo miembro del comité científico de revistas académicas como Revue de Synthèse (Centre National du Livre y École Normale Supérieure de París), Mana. Estudos de Antropologia Social (Universidade Federal do Rio de Janeiro), Bibliographica (Universidad Nacional Autónoma de México), Cultura Escrita & Sociedad (Universidad de Alcalá de Henares), IC: Revista Científica de Información y Comunicación (Universidad de Sevilla) o Pasajes de Pensamiento Contemporáneo (Universitat de València), entre otras. Así mismo, es miembro del comité editorial de las colecciones «Studies in Print Culture and the History of the Book» (University of Massachusetts Press) y «Material Texts» (University of Pennsylvania Press).

Por otra parte, conviene destacar que, en el caso del profesor Chartier, su faceta como docente e investigador no le ha impedido ejercer, también, como un notable y apasionado divulgador, en el sentido más noble de la palabra. Chartier ha sido un intelectual comprometido con su trabajo y, como tal, un científico que ha terciado en el debate público en numerosas ocasiones, siempre opinando desde el conocimiento y la experiencia. Durante toda su trayectoria como historiador, pocos académicos han tenido más presencia que él en los medios de comunicación (basta dar un vistazo a la sección de noticias de Google para comprobar la cantidad de entrevistas que concede a periódicos y suplementos culturales de todo el mundo), donde su sabia opinión ha sido requerida en multitud de ocasiones, como la de un experto capaz de llegar no solamente a los grandes especialistas, sino también a un público mucho más amplio.

En el caso de nuestro protagonista, creo que se estará de acuerdo en admitir que tanto la comunidad científica como la prensa cultural siempre han visto en él a un investigador docto, pero nada pedante ni pretencioso; un historiador erudito y metódico, cuando el auditorio lo exigía, pero también accesible y dispuesto a discutir con cualquiera y a adaptar el nivel de su discurso al del público al que iba dirigido, cuando ha tenido que hacerlo.

Me resulta difícil reproducir aquí la lista de programas de radio y televisión en los que hemos podido verle y escucharle, por lo que me limitaré a señalar, como botón de muestra, el hecho de que el profesor Chartier fue –junto con historiadores de la talla de Jacques Le Goff, Michelle Perrot o Arlette Farge, entre otros– coproductor del famoso programa de radio Les Lundis de l’Histoire, que hasta su desaparición en 2014 emitió la cadena France Culture, de la Radio Nacional Francesa.

También ha sido, durante muchos años, crítico literario y cultural de la revista Times Literary Supplement, del suplemento Livres (diario Libération), del suplemento Monde des Livres (diario Le Monde) y, en lengua española, del suplemento Blanco y Negro, (diario ABC), así como de las páginas de crítica literaria de los grandes periódicos argentinos Clarín y La Nación. Algunas de sus mejores reseñas de libros pueden encontrarse, por cierto, en uno de los libros, El juego de las reglas: lecturas (2000), incluidos en la lista de títulos que acompaña a este texto.

Esta larga y extraordinaria carrera académica e investigadora le ha hecho merecedor de todo tipo de premios y distinciones, no solo en el ámbito científico, sino también en el mundo de la sociedad civil francesa. El profesor Chartier es oficial de la Legión de Honor Francesa, Corresponding Fellow de la British Academy y presidente del Comité Científico de la Biblioteca Nacional de Francia. Entre los numerosos premios que ha recibido se encuentran, por ejemplo, el Premio Anual de la Asociación Americana de Historia de la Impresión (1990) o el Gran Premio Gobert de la Academia Francesa (1992).

Por último, añadir solamente que, antes de haberlo sido por la Universitat de València, Chartier fue nombrado doctor honoris causa por las universidades Carlos III de Madrid (2001), de Santiago de Chile (2008), Nacional de Córdoba (2008), de Buenos Aires (2008), Nacional de San Martín (2010), Laval (2011), de Neuchâtel (2012), Nacional de Rosario (2017) y de Lisboa (2018). Pocos meses después de su nombramiento por la Universitat de València, las universidades de Bucarest (2019) y de Londres (2019) también le otorgaron la máxima distinción honorífica que puede conceder una institución universitaria.

Y por encima de todos estos indiscutibles méritos, algo intangible que no aparece en su currículum y que marca la diferencia entre el científico que vive encerrado en su torre de marfil, investigando y trabajando para sus pares, y alguien que, como el profesor Chartier, ha sido capaz de rebasar los muros de la academia y de transcender las barreras de su oficio. Si Roger Chartier es hoy un intelectual conocido y reconocido por todos, no es únicamente por la cantidad y la calidad de su producción historiográfica, imposible de rebatir, sino por ser una persona realmente entrañable, de trato exquisito para con todo el mundo. Su dominio de varias lenguas y ese derroche de amabilidad y simpatía tan característico en él lo han convertido en una auténtica rara avis dentro de nuestro gremio.

Frente a esa imagen decimonónica del viejo profesor cascarrabias, siempre amargado y peleado con todos, Chartier es el ejemplo de lo que, a mi juicio, debería ser un profesor emérito: un hombre sabio que, lejos de haber perdido la curiosidad, disfruta enseñando todo lo que sabe y, lo que más nos sorprende de él, ilusionado y casi obsesionado por aprender cada día cosas nuevas. Lejos de haberse retirado, después de su merecida jubilación, mantiene una salud envidiable y una actividad frenética, viajando de un extremo a otro del mundo y atendiendo, siempre con su eterna sonrisa, a todos los que –y somos muchos–, desde cualquier lugar de la geografía académica mundial, reclamamos con cualquier excusa su presencia. Si, como dijo el gran medievalista belga Henri Pirenne, un historiador es alguien «que ama la vida y que sabe mirarla», nosotros, como historiadores, amamos a quien, como el profesor Chartier, ama y nos hace amar nuestro oficio.

El profesor Roger Chartier es autor de una bibliografía abundantísima, en cantidad y calidad, publicada en francés y traducida a varios idiomas, entre los cuales ocupa un lugar muy destacado el español. Ante la imposibilidad de reproducir aquí la lista completa de todos sus libros, artículos o capítulos de libros publicados en nuestro idioma durante las últimas décadas, me limitaré a citar únicamente aquellas obras que, por el inequívoco impacto que han tenido en la renovación de la historiografía europea e internacional, merecen figurar entre las lecturas obligatorias para cualquier investigador del ámbito hispanohablante1 interesado en la historia del libro, de la edición y de la lectura, o, en general, en todo lo relacionado con la cultura escrita, su conocimiento y su transmisión a lo largo del tiempo.

Por destacar únicamente algunos de sus títulos, se debe aclarar que la enumeración se abre con la que quizá sea su obra más conocida entre nosotros y, sin ninguna duda, uno de los mejores libros que se han escrito sobre esa corriente historiográfica a la que hemos convenido en llamar «historia cultural». El mundo como representación (1992) fue el primer libro de Chartier en ser traducido al español y es, si no me equivoco, el que más veces ha sido reeditado, pues no en vano se sigue usando –en España y en América Latina– como manual de referencia en cualquier curso sobre historia del libro y de la lectura. Casi treinta años después de su traducción, sigue siendo el libro de referencia para rastrear el origen de conceptos tan fundamentales en el vocabulario chartieriano como son práctica, representación o sociabilidad.

Lo acompañan una serie de títulos en los que encontramos desde obras ya clásicas y familiares para quienes formamos parte de este gremio, como Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna (1993), Sociedad y escritura en la Edad Moderna (1995), la Historia de la lectura en el mundo occidental [que el profesor Chartier dirigió en colaboración con el historiador de la lectura italiano Guglielmo Cavallo] (1998) o Las revoluciones de la cultura escrita (2000), hasta otros más recientes, como Escuchar a los muertos con los ojos [transcripción de la lección que impartió como inicio del curso académico en el Collège de France en 2007] (2008), Cardenio: entre Cervantes y Shakespeare (2012) o el último de sus libros –hasta el momento de redacción de esta nota– publicados en España, Cultura escrita y textos en red (2019), un ameno e instructivo diálogo con el profesor Carlos A. Scolari en el que ambos reflexionan sobre la revolución que han supuesto internet y lo digital para el mundo del libro y de la lectura.

1992 El mundo como representación: estudios de historia cultural, Barcelona, Gedisa.

1993 Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna, Madrid, Alianza.

1994 El orden de los libros: lectores, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII, Barcelona, Gedisa.

Lecturas y lectores en la Francia del Antiguo Régimen, México, Instituto Mora.

1995 Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII: Los orígenes culturales de la Revolución francesa, Barcelona, Gedisa.

Sociedad y escritura en la Edad Moderna: la cultura como apropiación, México, Instituto Mora.

1996 Escribir las prácticas: Foucault, de Certeau, Marin, Buenos Aires, Manantial.

1997 Pluma de ganso, libro de letras, ojo viajero, México, Universidad Iberoamericana.

1998 Historia de la lectura en el mundo occidental, dir. Roger Chartier y Guglielmo Cavallo, Madrid, Taurus.

1999 Escribir las prácticas: discurso, práctica, representación, Valencia, Cátedra Cañada Blanch de Pensamiento Contemporáneo de la Universitat de València.

Cultura escrita, literatura e historia, ed. Alberto Cue, México, Fondo de Cultura Económica.

2000 Las revoluciones de la cultura escrita, Barcelona, Gedisa.

El juego de las reglas: lecturas, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

Entre poder y placer: cultura escrita y literatura en la Edad Moderna, Madrid, Cátedra.

2005 El presente del pasado: escritura de la historia, historia de lo escrito, México D.F., Universidad Iberoamericana.

2006 Europa, América y el mundo: tiempos históricos, dir. Roger Chartier y Antonio Feros, Madrid, Marcial Pons.

¿Qué es un texto?, Madrid, Círculo de Bellas Artes.

Inscribir y borrar: cultura escrita y literatura (siglos XI-XVIII), Madrid / Buenos Aires, Katz.

2007 La historia o la lectura del tiempo, Barcelona, Gedisa.

2008 Escuchar a los muertos con los ojos: lección inaugural en el Collège de France, Madrid / Buenos Aires, Katz.

2009 El libro y sus poderes (siglos XV-XVIII), Medellín, Universidad de Antioquía.

2010 ¿La muerte del libro?, Santiago de Chile, LOM Ediciones.

2011 El sociólogo y el historiador, Madrid, Abada [con Pierre Bourdieu].

2012 La aparición del periodismo en Europa: comunicación y propaganda en el Barroco, ed. Roger Chartier y Carmen Espejo, Madrid, Marcial Pons.

Cardenio: entre Cervantes y Shakespeare, Barcelona, Gedisa.

2015 La obra, el taller, el escenario, Almería, Confluencias.

2018 La mano del autor y el espíritu del impresor (siglos XVI-XVIII), Madrid / Buenos Aires, Katz.

2019 Cultura escrita y textos en red, Barcelona, Gedisa [con Carlos A. Scolari].

1. Las cito en orden cronológico (con la fecha de la primera edición en español), para que se aprecie la evolución, aunque todas ellas han sido reeditadas con posterioridad y se pueden encontrar en ediciones más recientes, publicadas en España, Argentina, México u otros países del ámbito hispanohablante.

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