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Juventud, televisión, violencia y rebelión social

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Dino Pancani2

Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe.

No lo vimos venir, nadie se lo imaginó, fue una sorpresa, son expresiones del poder político que justificaban no haber previsto la rabia, la ira, el cansancio que la gente tenía y que se expresó a través de movilizaciones sociales que se expandieron por todo el país, desembocando en un estado de desobediencia civil.

Reiteradas declaraciones que daban cuenta de cierta ignorancia sobre la violencia estructural que han avalado y que eran identificables si hubiesen observado las condiciones sociales en que vive la población.

La autoridad tampoco consideró y/o eludió como motivo de este «estallido» la violencia verbal dirigida a la población por parte de autoridades del gobierno y algunos parlamentarios oficialistas; ofensas y mofas vertidas a través de las redes sociales y medios de comunicación, especialmente la televisión.

Los ejemplos son numerosos: Un ciudadano propuso rebajar los sueldos de los parlamentarios y la presidenta de la Unión Demócrata Independiente, principal partido de la ultraderecha, contestó: «Cualquier “patipelado” se siente con el derecho a insultar a alguien que trabaja en el servicio público». Una profesora emplazó a la ministra de Educación y un diputado oficialista escribió: «Hay un primate suelto». Aquellas palabras se sumaron a las descalificaciones negacionistas de parlamentarios de derecha, referidas a las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en Dictadura.

Las ofensas derivaron en burlas; subir el valor del pasaje del ferrocarril metropolitano, suponía bajar el precio del boleto en horario de baja demanda: «El que madrugue será ayudado», dijo el ministro de Economía, proponiendo que los trabajadores lleguen más temprano a sus puestos de trabajo. En esa misma línea, otro secretario de Estado propuso que irse más temprano a trabajar redundaría en bajar el tráfico de los autos. Sobre las aglomeraciones en los consultorios, un ex ministro de Salud explicó que los pacientes quieren ir temprano a un centro de salud porque no solamente van al médico, «sino que es un elemento de reunión social»; su sucesor respondió a una parlamentaria que pedía mayores recursos para destinar a sanar y prevenir el cáncer: «A mí también me gusta hacer pedidos de Pascua». También describieron a la sociedad chilena como propietarios de «la casita, de dos departamentos». Dejo para el final la declaración que reúne ofensa y burla y fue hecha por el ministro del interior, Andrés Chadwick, quien al referirse al asesinato del comunero Camilo Catrillanca dijo: «Su muerte ha tenido origen en un delito común». Chadwick representa la continuidad entre Dictadura y gobiernos democráticos, de dirigente del pinochetismo devino a parlamentario y luego a secretario de Estado. Nunca ha enfrentado un juicio por los crímenes y atropellos perpetrados en Dictadura.

En medio de este ambiente de polarización y prepotencia, el alcalde de la comuna Santiago, Felipe Alessandri, hijo de uno de los alcaldes designados por la Dictadura, sostenía una personal disputa con los estudiantes secundarios, particularmente con los jóvenes del Instituto Nacional José Miguel Carrera y del Liceo 1 Javiera Carrera. Los amenazó con cerrar el año escolar; los reprimió a través de Carabineros; a la comunidad escolar la descalificó, asegurando que había apoderados «que no son consanguíneos, que no tienen relación de parentesco, pero sí ofician como apoderados, que han tenido un pasado en movimientos revolucionarios», acusaciones que, amparadas en la libertad de expresión, buscaban predisponer a la ciudadanía en contra de las movilizaciones estudiantiles.

Los y las jóvenes resistieron largos meses la arremetida de las autoridades y lograron darle continuidad a una lucha particular y expandirla a la sociedad en su conjunto. Los primeros torniquetes del ferrocarril metropolitano fueron saltados por estos jóvenes vapuleados y sentenciados por la prensa y la autoridad.

Apaga la TV. Apuntes sobre prensa y comunicación en tiempos de revuelta popular

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