Читать книгу La soberanía de Dios - A. W. Pink - Страница 6

PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN

Оглавление

Han pasado dos años desde que la primera edición de esta obra fue presentada al público cristiano. Su aceptación ha sido más favorable de lo que el autor esperaba. Muchos le han hecho saber de la ayuda y la bendición que han recibido al examinar detenidamente su intento de dar claridad a un tema difícil. Por cada muestra de aprecio damos gracias a Aquel que nos ha dado Su luz. Algunos han condenado este libro con diversos términos; a estos los encomendamos a Dios y a Su Palabra, recordando que está escrito: «no puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo» (Juan 3:27). Otros nos han enviado críticas amigables, las cuales han sido consideradas cuidadosamente y confiamos que, en consecuencia, esta edición revisada sea, para los miembros de la fe, más provechosa que la primera.

Al parecer, se requiere una explicación sobre esto. Algunos queridos hermanos en Cristo sintieron que nuestro trato hacia la soberanía de Dios era demasiado extremo y unidireccional. Me ha sido señalado que un requisito fundamental para exponer la Palabra de Dios es la necesidad de preservar el balance de la verdad. En esto estamos de acuerdo. Dos cosas están fuera de discusión: Dios es soberano y el hombre es una criatura responsable. Pero en este libro estamos abordando la soberanía de Dios y, aunque la responsabilidad del hombre está implícita, no hacemos una pausa en cada página para insistir en ella; en lugar de ello, hemos hecho un esfuerzo para subrayar aquella verdad que en estos días es casi universalmente negada. Probablemente el 95 por ciento de la literatura contemporánea está dedicada a las tareas y las obligaciones del hombre. El hecho es que aquellos que exponen la responsabilidad del hombre son quienes han perdido «el balance de la verdad» al ignorar, en gran medida, la soberanía de Dios. Es correcto insistir en la responsabilidad del hombre pero, ¿qué hay de Dios? —¿no tiene Él ninguna demanda, ningún derecho? Cientos de obras como esta serían necesarias y diez mil sermones tendrían que predicarse sobre este tema si queremos obtener «el balance de la verdad». El balance se ha perdido debido a un énfasis desproporcionado en la parte humana y al minimizar, si no es que excluir, la parte divina. Entiendo que este libro es unilateral, pues solo pretende tratar un lado de la verdad, el lado olvidado y rechazado, el lado divino. Aún más allá, la pregunta que podría surgir es: ¿Qué es más deplorable —un sobre énfasis de la parte humana y un énfasis insuficiente de la parte divina, o un sobre énfasis en la parte divina y un énfasis insuficiente en la parte humana? Por supuesto, es más peligroso engrandecer al hombre y minimizar a Dios. La pregunta podría hacerse de la siguiente forma: ¿Podemos ser demasiado insistentes en cuanto a lo que Dios declara como cierto? ¿Podemos ser muy extremos al insistir en la absoluta y universal soberanía de Dios?

Es con profundo agradecimiento a Dios que, después de dos años de diligente estudio de las Sagradas Escrituras, con el profundo deseo de descubrir lo que al Dios Todopoderoso Le ha placido revelar a Sus hijos sobre este tema, no vemos razón alguna para retractarnos de lo que hemos escrito, y aunque hemos reorganizado el material de esta obra, la sustancia y la doctrina se mantienen sin cambios. Quiera Aquel Quien ha bendecido la primera edición de esta obra, complacerse en bendecir aún más esta revisión.

Arthur W. Pink, Swengel, Pennsylvania, EUA, 1921

La soberanía de Dios

Подняться наверх