Читать книгу Mujeres poderosas: aduéñate de tu cuerpo, de tu mente y de tus deseos - Adriana Ortíz Barraza - Страница 17
ECUACIÓN DEL PODER
ОглавлениеQuerer es poder. He escuchado esta frase en diferentes ocasiones a lo largo de mi vida, en los más diversos lugares y de un sinfín de personas distintas. Por lo que siempre me causó curiosidad, sobre todo por lo reiterativa.
El poder nace en lo individual, pero se fortalece en lo colectivo.
Al principio, llegué a pensar que era cierta, que si deseabas algo con todo tu ser lo podías conseguir, incluso como si fuera algo mágico: “Si quiero, entonces claro que puedo”. Pero conforme fui creciendo me di cuenta de que había un elemento faltante entre el querer y el poder.
Si bien estoy de acuerdo en que el pensamiento y el deseo es el principio para que las cosas ocurran, se realicen o cambien, también estoy muy segura de que no lo es todo. Al estudiar la conducta humana, trabajando con pacientes, deportistas y alumnos de distintos niveles educativos, me percaté de que muchos individuos genuinamente querían lograr algo o dejar de hacer algo incómodo para ellos o los demás. Lo deseaban con todas sus fuerzas, pero no siempre lo conseguían.
Y al impartir clases en una escuela de ingeniería, influida por los números, intenté plasmar esta idea en una especie de fórmula matemática, donde había una incógnita por descubrir y lo único que tenía claro era que querer no era igual a poder. Por lo tanto, la operación matemática a resolver quedó así:
QUERER + X = PODER
Por ponerle un nombre la llamé Ecuación del poder y, buscando el componente “x”, llegué a la conclusión de que la variable faltante era el saber, es decir, el conocimiento en el sentido más amplio de la palabra: de sí mismo, del otro, de las causas, de las leyes del universo, etc.
Y así, la fórmula resultante quedó conformada de la siguiente manera:
QUERER + SABER = PODER
De ahí la importancia de haber esbozado en este primer capítulo lo fundamental que es conocernos, mirar a nuestro interior, escucharnos, comprendernos, saber aquello que nos une como humanidad, aprender de los demás, entender nuestro origen y el de nuestra familia.
De esta manera, te aproximarás a una mayor toma de conciencia, tendrás mayor noción de ti y entonces, solo entonces, podrás ejercer tu poder.
Querer y saber son elementos que favorecen y fortalecen tu capacidad para lograr que las cosas sucedan y esa es mi concepción del poder, porque ahí radica nuestra fuerza.
Tener poder representa la oportunidad de hacer el bien, de construir y de dar. Así, mediante la influencia y la trascendencia, podrá ser compartido a los demás, generando un círculo positivo que nos ayude y aporte a todos.
Es fundamental conocernos mirando a nuestro interior, escucharnos y comprendernos.