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Los objetivos del grupo de admisión
ОглавлениеDebido a que este grupo se constituye en primera instancia por la mayoría de los tratamientos que desarrolla el equipo, el trabajo aquí es puntual y tiene objetivos muy claramente definidos, que nos ayudan a orientar las intervenciones y el trabajo terapéutico sin desviarnos desperdiciando tiempo y energía en un momento clave de la recuperación, como es el inicio de la misma.
Podríamos resumir todo el trabajo que hacemos en el grupo de admisión como un trabajo de preparación. Es el momento en el que preparamos el terreno con cada paciente para que luego el proceso terapéutico sea posible. Por lo tanto, todos los objetivos tienden hacia este fin, la preparación para el tratamiento.
- Construir una alianza terapéutica sólida. Muchos pacientes llegan a este grupo luego de haber tenido solamente una entrevista de admisión, que en muchos casos dura menos de una hora. El contacto que han experimentado con algún miembro del equipo tratante es mínimo, por lo que queda a la coordinación de este grupo la construcción de una alianza terapéutica que sea funcional a los objetivos del tratamiento. Tal como afirman Botella y Corbella (2011), la alianza terapéutica es un buen predictor de resultados en cualquier tipo de tratamiento, tanto es así que más de un 66 % de los estudios relacionados a esta temática afirman que existe una correlación significativa entre vínculo terapéutico/cohesión y los resultados en los tratamientos. (íbid., p. 22).
- Profundizar el diagnóstico. En los encuentros grupales tenemos la oportunidad de observar al paciente a lo largo de varias sesiones y en un contexto de interacción grupal. Esta información es fundamental para terminar de definir un diagnóstico con mayor precisión, lo que nos permitirá derivar después al paciente al dispositivo de tratamiento más adecuado para su problemática.
- Brindar orientación acerca de su padecimiento. Este es un grupo en el que, entre otras cosas, ayudamos a entender a las personas cómo funciona el fenómeno de las adicciones y cuál es el sentido del proceso que deberían realizar en la institución. Muchas veces, los pacientes llegan a la consulta desorientados y desesperanzados, luego de muchos intentos fallidos por resolver su problema. Al transmitirles información, de alguna forma también les comunicamos esperanza, ya que al mismo tiempo perciben que conocemos el problema y sabemos cómo ayudarlos. Los sentimientos de esperanza son fundamentales a la hora de generar la motivación necesaria para impulsar a los pacientes a comprometerse en el proceso terapéutico. Cabe destacar que, como señalan Yalom y Vinogradov (1996), infundir esperanza no solo es una función de los terapeutas, sino que es uno de los factores terapéuticos del grupo, es decir, es una de las razones por las que los grupos son terapéuticos en sí mismos (siempre que estén adecuadamente coordinados), ya que sucede espontáneamente cuando los pacientes recién llegados observan que algunos miembros con más tiempo allí han logrado hacer algunos cambios (íbid., p. 26).
- Aumentar la motivación para el cambio. Muchos pacientes llegan al grupo habiendo ya implementado diversas estrategias de cambio, algunas de ellas más exitosas que otras, pero sin duda con un buen nivel de motivación para encarar el tratamiento. Sin embargo, otros pacientes llegan a esta primera instancia del tratamiento con un gran nivel de ambivalencia respecto del consumo. En estos casos, tal como señalan Prochaska, Norcross y DiClemente (2002), impulsarlos directamente al cambio no suele producir buenos resultados, muy por el contrario, fracasarán, caerán en mayor desesperanza y frustración, y probablemente en el futuro desestimen la posibilidad de ingresar a nuevos tratamientos. Es por esto que, de acuerdo al esquema de seis estadios motivacionales desarrollado por estos autores, evaluamos el nivel de motivación de cada paciente al ingreso al grupo, y trabajamos a partir de diversas intervenciones (muchas de las cuales consisten en generar conciencia de enfermedad) para aumentar la motivación de los pacientes, preparando el terreno para luego llegar a los objetivos propuestos.
- Negociar objetivos individuales. Otro trabajo que hacemos en este grupo consiste en negociar con cada paciente sus objetivos individuales en el proceso terapéutico. Si bien el objetivo central de cualquier proceso de tratamiento en adicciones tendrá por finalidad aumentar la calidad de vida de los pacientes, una vida de calidad no significa lo mismo para todas las personas, y por eso los objetivos terapéuticos tampoco tienen por qué ser iguales. Así que, si bien tenemos objetivos generales que establecemos los terapeutas para este grupo, los objetivos individuales deben ser negociados con cada paciente. Obviamente, para que este trabajo sea efectivo, tendremos que haber pasado por las instancias anteriormente descritas en este apartado: establecer una alianza terapéutica, ajustar el diagnóstico, brindar información sobre los problemas por los que el paciente consulta y generar motivación para mantenerse en tratamiento.
- Ofrecer las primeras herramientas para el cambio. Una vez que los pacientes han comprendido el funcionamiento de su problemática, no solo a nivel general sino cómo funciona la adicción para ellos, han logrado cierto grado de motivación y pudieron establecer (con nuestra ayuda) sus objetivos personales en el proceso terapéutico, trabajamos en grupo acerca de las herramientas necesarias para ir avanzando poco a poco hacia el logro de los objetivos: cómo detectar las situaciones de riesgo y cómo afrontarlas, y cómo afrontar también la activación fisiológica propia del craving para evitar caer en un nuevo episodio de consumo problemático. Esto lo hacemos a partir de numerosas técnicas y el desarrollo de habilidades que no es nuestro objetivo desarrollar aquí.