Читать книгу El Código De Dios - Aldivan Teixeira Torres, Daniele Giuffre' - Страница 6
Parte I – Inicio
La densa noche en la vida de Philliphe
ОглавлениеAbajo. Philliphe se despierta, se baña, se cambia de ropa, prepara y desayuna (pan con huevos), se cepilla los dientes y se va a la ciudad donde iba a realizar su función pública. Su posición fue la de auditor fiscal de la finca estatal, de alta jerarquía y remuneración, fruto de sus esfuerzos de concurrencia.
En veinte minutos en coche, con su propio coche, llega a su lugar de trabajo, el polo de la granja estatal de Arcoverde, un gran edificio de dos pisos. Después de pasar la puerta de entrada, pasa por un pasillo y otra puerta y luego tiene acceso al vestíbulo principal donde se ubican los grupos de trabajo. Saluda gentilmente a sus colegas y se siente reconfortado por el apoyo sobre la tragedia. Se lo agradece y empieza a trabajar duro. Pasó unas ocho horas en el lugar y fuera del trabajo con compañeros y a su vez no se produjo ninguna anomalía. Cuando termina sus tareas, se despide, hace lo mismo al sentir lo contrario, va más allá de la puerta de entrada y salida, y se dirige al auto que está estacionado en la calle vecina. Cuando llegaba, se acomodaba en su asiento, encendía el fuego, y luego procedía a resolver algunos asuntos pendientes y luego se iba. Toma la avenida principal del centro de la ciudad, se dirige al buen barrio y unos momentos después tiene acceso a la carretera BR 232.
Con una velocidad moderada, sólo se tarda quince minutos en llegar a casa. Mantiene el coche en el garaje, se acerca a la puerta, usa la llave para abrirlo y dentro de la casa va a la cocina y al llegar al lugar toma el almuerzo listo. Calentar la comida en la estufa y alimentar a toda prisa su hambre. Al final del almuerzo, se encargará de las actividades domésticas y del lugar por el resto del día. Al principio, decide dormir.
En los otros días siguientes, la rutina se repite. A pesar de ser completamente normal, su vida había cambiado de pies a cabeza después de la tragedia. Vivía sólo del trabajo a casa, lejos de los amigos, de la religiosidad y de sí mismo. De todos modos, ya no creía en nada.
Psicológicamente, Philliphe estaba devastado, hundido en un desierto sin fin. En cada momento se preguntaba: ¿Qué pecado había cometido para caer en tal desgracia? ¿Por qué Dios no había perdonado a su familia? ¿Qué haría con su vida ahora que estaba solo? ¿Hubo alguna posibilidad de recuperación?
No importaba cuánto tiempo pasara, no encontraba solución a sus problemas y la soledad que latía cada vez más fuerte en su pecho. Vivía en una noche muy densa donde sólo había desesperación.
¡Adelante, guerrero, no te rindas!