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Agradecimientos

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Escribir este libro ha sido una ardua experiencia que tomó algunos años y que paradójicamente como una metáfora del viaje me llevó a lugares insospechados. Esta travesía permanente no hubiera sido posible sin el apoyo entusiasta de diversas personas e instituciones tanto en Colombia como en el exterior: universidades, centros de investigación, archivos, museos, congresos, editoriales, entre otros, los cuales han sido aliados indispensables en este proceso que comenzó como un proyecto de tesis doctoral hasta convertirse en lo que es hoy: uno de los primeros libros monográficos sobre los viajeros del siglo XIX y sus imágenes en Colombia.

Agradezco a las siguientes instituciones que me brindaron diversas becas de estudios y de investigación que me permitieron dedicarme por entero a mi pesquisa. En Colombia, a Colciencias, hoy Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República de Colombia, y las becas para estudios en el exterior en la Universidade Estadual de Campinas. En Brasil, a la Capes, Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior, quien generosamente me otorgó una beca por cuatro años. En Estados Unidos, la University of Southern California y, específicamente, el programa de Comparative Literature and Cultures, por concederme una beca completa que fue muy importante en la finalización de mi tesis doctoral y en el proceso de conseguir las imágenes para la publicación de este libro. Finalmente, al Ministerio de Cultura y el Museo Nacional, cuyo premio de pasantía significó un impulso importante en el inicio de mi investigación. A la beca Modalidade Internacional Santander pos-graduação, la cual fue fundamental para mi estadía de un año en la University of California, Berkeley. A la fundación Del Amo, en USC, que fue esencial para la investigación de los viajeros españoles a Colombia. CIHA China, el Getty Institute y el Instituto Distrital de Artes de Bogotá los cuales me ayudaron financieramente en la asistencia a diversas estadías de investigación en archivos y museos y congresos internacionales.

Este libro es sobre todo una multitud de voces que son el resultado de muchos diálogos y encuentros con personas que han enriquecido mi investigación, la escritura y el proceso general que ha implicado la publicación de este libro. En primer lugar, en Porto Alegre, no pude encontrar un grupo de intelectuales y personas más queridas en primer año en Brasil, especialmente a Charles Monteiro, María Luisa Bastos Kern, Maité Peixoto y Daniela Garces de Oliveira de la Pontificia Universidade Catolica do Rio Grande do Sul. En Campinas, a todos los profesores del programa de doctorado de Historia y del de Historia del Arte de la Unicamp, quienes me brindaron un espacio intelectual y personal único y quienes valoraron mi investigación de la mejor manera. Especialmente a Jorge Coli quien, como director de mi tesis, fue siempre una inspiración intelectual y quien supo además guiarme de forma notoria en los momentos más tenebrosos de la escritura de una tesis doctoral. A todo el comité tanto de mi examen de cualificación como de defensa: a José Alves de Freitas Neto por su experticia en América Latina y sus importantes y oportunas recomendaciones, las cuales fueron sustanciales para mi trabajo posterior; a Maraliz de Castro Vieira Christo y Andrés Luiz Tavares Pereira, quienes leyeron minuciosamente mi manuscrito y sus ideas han sido esenciales para que este libro sea mucho más robusto intelectualmente. Finalmente, a Yobenj Chicangana-Bayona de la Universidad Nacional de Medellín, quien ha sido uno de los lectores y críticos más importantes de mi investigación. Sin duda, este libro tuvo un aliado en sus ideas sobre el siglo XIX y los viajeros. Esta investigación no se puede entender sin la presencia intelectual en la estadía en la University of California, Berkeley, y la ayuda incondicional de Natalia Brizuela. Por último, este libro no sería lo que es sin el estímulo teórico e histórico del grupo de profesores y estudiantes del programa de Comparative Literatures and Cultures de la University of Southern California. No pude encontrar un lugar más riguroso y novedoso intelectualmente que me llevó a incursionar en lugares disciplinares y, especialmente, in/disciplinares que no había contemplado. Mis agradecimientos especialmente a Roberto Díaz, Erin Graff Zivin, Natalia Pérez, Samuel Steinberg, Natania Meeker, Anna Krakus, Jane Kassavin, Javier Pavez, Noraeden Mora, William Young y Adam Gill.

Un agradecimiento particular a diversas instituciones culturales de Colombia y en el exterior que fueron indispensables para mi investigación y también para la publicación de las obras en este libro. Especialmente, a Sigrid Castañeda, una de las curadoras de la Colección de Arte del Banco de la República, quien estuvo siempre interesada en mi investigación sobre viajeros con obras de este importante museo; al Museo Nacional de Colombia, el Archivo General de la Nación, Olana State Historic Site, el Copper Hewitt Smithsonian Design Museum, la Biblioteca Luis Ángel Arango, especialmente a Juan Agustín Carrizosa Umaña y a la sección de libros raros y manuscritos, también un agradecimiento importante a Pablo Sanz de Santamaría, quien me permitió consultar su importante colección de viajeros. Por otro lado, agradezco la ayuda incondicional desde el comienzo de mi investigación hasta el final a Ana María Carreira de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Oscar Guarín de la Universidad Javeriana.

La Editorial Universidad del Rosario y su director Juan Felipe Córdoba Restrepo, quien acogió con entusiasmo el manuscrito; un agradecimiento grande a él, a Ingrith Torres Torres y a Melissa Botero Triana por todo el arduo proceso que ha significado la publicación de este libro. No puedo dejar de reconocer la importancia de la lectura de dos jurados anónimos que hicieron unas preguntas y unas críticas al texto, las cuales fueron esenciales en los cambios finales más significativos del libro.

En las tempestades más agudas de este proceso siempre estuvieron mis queridos amigos, quienes me soportaron repetirme incesantemente por varios años; no podría haber sobrevivido sin su constante presencia física, espiritual, virtual y telepática. Cada uno me ha demostrado que la vida tiene más sentido cuando se comparte con las personas que queremos; por hospedarme en su corazón este libro tiene unas deudas infinitas con cada uno de ellos: Alexandra Mesa Mendieta, Sigrid Castañeda Galeano, Carlos Rojas Cocoma, Enrique Martínez Ruíz, Rosario Aparicio López, Alex Pereira y May Xue Ospina. A mis queridos amigos de Oakland: Renzo Roca, Garrett Morris, Keith Gomila y Francisco Durán, quienes me han llenado de amor, cariño y alimentos físicos y espirituales. Un agradecimiento especial a mi querido Anthony Sawyer, quien con cariño me ha acompañado y me sigue acompañando hasta el día de hoy.

Finalmente, a mi familia. La ausente y la presente. Mis padres, mis hermanos, hermanas, sobrinos y sobrinas. Nada de esto hubiese sido posible sin el soporte emocional que mi madre me ofreció a lo largo de tantos años. Ella y mi padre, quienes han pasado sus vidas en el campo, encarnan unas sabidurías que pasaron a convertirse en mis propios motivos para nunca desfallecer, especialmente en un mundo desigual como el nuestro. A Rafael de Brigard, quien pasó a ser mi familia y quien ha iluminado la vida de todos nosotros.

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