Читать книгу Дорога в Эммаус - Александр Веселков - Страница 4

Проза
Como fue aquello…

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Diveyevo. Afínales de un frío otoño. Una mañana. La lluvia se mezclaba con la nieve. Después de desayunar, nos preparamos para ir a la catedral. El tiempo estaba bastante fresco, por no decir frío.

Olga, mi esposa, caminaba por detrás de nosotros, mientras yo, con mi hija Polina, lentamente, íbamos por delante. Era una calle rural, común y corriente, que nos llevaba hasta el monasterio. Después de algunos metros vi un pequeño puente de madera, después del cual se distinguía inmediatamente un pequeño sendero, que iba de izquierda a derecha, perpendicular a nuestro camino.

Pasado el puente, y luego de dos o tres pasos después de cruzarlo, de a poco, pero con intensidad, empecé a sentir más y más calor (estábamos caminando muy lento, y no lo habíamos estado haciendo por mucho tiempo, por lo que esta sensación no se debía al ejercicio).

Nuestros alrededores comenzaron a transformarse en un simple paisaje, a algunos metros de mí (tres o cuatro), hacia la izquierda, detrás de Kanavka, con claridad vi un arbusto (parecido a un enebro grande), brillante, ardiente, pero no en llamas y que no irradiaba calor alguno (la distancia no era muy larga, el ardiente arbusto era bastante grande, y el calor de un arbusto común y corriente en llamas podría llegar hasta nosotros). Un arbusto similar, parecido al “ardiente”, pero de menor tamaño, a una distancia de unos 12 o 15 metros de nosotros a la izquierda del sendero, si íbamos desde aquí, y seguíamos el camino, daba la sensación de que algo se acercaba en el paisaje. En mi memoria, sin embargo, ha quedado una sensación de algo diferente.

Pero la sensación más fuerte y más extraordinaria ocurrió después. Empezó a hacer calor y paulatinamente comenzó a aparecer cerca de mi corazón, un poco hacia la derecha, un sentimiento de amor, que llegaba a mí como un rayo, casi invisible, desde la cruz de la catedral principal (a la cuál nos dirigíamos) y un poco por encima de ella.

Aún no menos inesperada era la sensación que me llegaba y que, yo mismo, repleto del sentimiento de amor, respondía y la dirigía con una corriente de amor en dirección a la cruz.

Generalmente tengo un recuerdo difuso del primer amor, pero a veces, con toda claridad y fuerza sentía en mi interior como si creciera un rayo. Y la sensación de que te aman, a menudo, en la vida es débil, inestable (si es que ocurriese), pero a veces esta sensación con mucho fuerza y seguridad me llenaba por completo.

Además, la combinación completa de lo uno y de lo otro: ¡un sentimiento total de tanto amor, alegría y afecto de todo lo que me rodeaba!

Una sensasión semejante despertaron en mí algunos iconos, pero rara vez tan fuerte como no fuera en una sola dirección, hacía mí mismo. Inesperadamente para mí mismo, comencé a intentar distinguir, al mismo nivel de la cruz, a la Virgen, tenía la necesidad y el deseo, pero no pude realizarlos, y no vi nada.

En éste momento mi hija estaba junto a mí. Me incliné hacía ella y le pregunté, solemnemente, ¿Sientes el calor? ¿Sientes algo?. Pero ella me miró, y negó con la cabeza. Por lo visto, no. Sin saber porqué, fuimos a la derecha por el sendero. Nos alcanzó una monja, y también dos laicas, caminábamos con lentitud, y ellas, más rápido.

La sensasión de plenitud se extendía por mi pecho, por lo visto, inconscientemente, volví sobre mis pasos (la monja nos observó con reproche) y regresé al lugar (nos habíamos alejado unos 15–20 metros) deseando repetir una vez más la inolvidable sensasión.

En el mismo lugar vi el pálido “ardiente” arbusto, y no es que ellos se hubieran consumido por su fuego, sino que yo comencé a verlo con menos claridad. Tampoco volví a sentir el deseado rayo tan fuerte como anterirmente y, en unos instantes, dejé de sentirlo completamente.

En mi alma había claridad, y cierta solemnidad, y un poco de lástima…

No he vuelto a ver nada semejante, quizás la sensasión de ciertos iconos algún tiempo después, pero no más.

Me parece que comencé a adivinar en aquél entonces (quisiera creer) que es el paraíso, cómo es, y probablemente, cómo puede ser.


Дорога в Эммаус

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