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Оглавление1. Mejorar el sueño
caso práctico: guilherme falcão
Guilherme Falcão ha tenido toda la vida (es decir, desde los siete años) problemas para conciliar el sueño por las noches.
«Desde que soy niño he tenido problemas para concentrarme y ansiedad», me dice Falcão, que ahora tiene veintinueve. Añádele un cerebro joven que parece carecer de interruptor para apagarse y tienes la receta perfecta para infinitas noches de insomnio que uno pasa despierto contemplando el techo. Ni el momento ni el lugar parecían cambiar las cosas: incluso si Falcão se acostaba más tarde, el sueño lo eludía hasta las dos o tres de la madrugada.
Tener que luchar contra el insomnio de adulto es una cosa, pero cuando le pregunto sobre los efectos del insomnio en su juventud, baja la voz y puedo percibir su sensación de frustración.
«Cuando era niño siempre estaba cansado», dice. «Nunca quería levantarme para ir al colegio, porque tan solo había dormido dos o tres horas». E incluso cuando llegaba el sueño, el descanso que obtenía era de mala calidad.
No fue hasta que Falcão se convirtió en un joven adulto cuando el medicó le recomendó que tomara pastillas para dormir.
«La medicación hacía fácil irse a dormir», me dice, «pero me era increíblemente difícil levantarme. Cada día sentía unos horribles efectos secundarios. Siempre estaba cansado, mareado o con náuseas. Por eso no la tomaba cada noche. Solo cuando realmente no me podía dormir».
Una noche con treinta y pocos años en la que había salido con un amigo, Falcão probó por primera vez el cánnabis. Disfrutó de la ola de relajación que sintió que bañaba su cuerpo, pero ignoraba los efectos potencialmente terapéuticos de la planta. Regresó a su casa y se metió en la cama y lo que sucedió a continuación le cogió absolutamente por sorpresa.
«Esa noche tuve uno de los mejores sueños reparadores de toda mi vida», dice. «Desde entonces he estado usando hierba para que me ayude a dormir.»
Falcão dice que, desde que cambió las pastillas por el cánnabis, aún no ha experimentado un efecto secundario negativo, salvo un ajuste a su tolerancia al cánnabis, efecto con el que se encuentra cualquier consumidor habitual de cánnabis o, de hecho, cualquier consumidor de drogas farmacéuticas.
Hoy en día duerme por las noches de cinco a siete horas ininterrumpidas, una diferencia abismal en calidad y cantidad en relación a las dos o tres míseras horas que conseguía dormir cuando era niño. Falcão dice que los efectos positivos de un sueño de calidad cada noche han repercutido en todos los aspectos de su vida.
«Tengo muchísima más energía porque duermo mucho mejor. Y creo que ahora, además, soy más feliz. Como puedo dormir una noche entera, me puedo concentrar por la mañana y hacer mi trabajo de forma eficaz, algo que antes no podía hacer, porque siempre estaba cansado o bajo los efectos de una pastilla para dormir.»
¿por qué hay tanta privación de sueño?
Cuando estamos en la cola de un supermercado, nos suelen llamar la atención las revistas sobre la salud que promueven la mejora personal en aspectos como la dieta, el ejercicio y la productividad, pero tengo que la impresión de que el sueño no suele aparecer en ellas. Pero no hay que llevarse a engaño: un sueño de mala calidad es el elefante en la habitación cuando se trata de saber la causa de muchas de las enfermedades más comunes en América del Norte, incluidas la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2, la depresión y la reducción del bienestar general.
Lo único que se requiere para calibrar el problema de los norteamericanos con el sueño es fijarse en su afición por los productos para dormir. El mayor estudio sobre los consumidores y el sueño que se realizó en Estados Unidos reveló en 2017 que el 50 por ciento de los adultos afirmaba usar una mezcla de dos o más productos para dormir, tales como medicación con receta, pastillas para dormir sin receta o remedios naturales y suplementos alimenticios. Incluso así, el 79 por ciento de los que contestaron afirmaron que dormían menos de las siete horas por noche recomendadas.1 En Canadá, el problema no es tan agudo, con aproximadamente un tercio de la población durmiendo menos del número de horas recomendado. Sin embargo, en una encuesta representativa de la población, casi el 50 por ciento decía que tenía problemas para conciliar el sueño o mantenerlo.2
Dadas las consecuencias de un sueño de mala calidad o insuficiente, la dependencia de productos para dormir tiene todo el sentido. Sabemos que, a la larga, la ausencia de sueño de calidad puede jugarnos una mala pasada y provocar enfermedades. Pero la privación del sueño también nos puede afectar a corto plazo. ¿Cuántas veces te has encontrado esforzándote en tu cubículo cuando un espesor mental te impide avanzar? Desgraciadamente, los problemas de concentración son solo la punta del iceberg: la privación de sueño también conduce a trastornos en el estado de ánimo, un sistema inmunitario debilitado, una presión sanguínea alta, incremento del peso, mal equilibrio y baja libido.
Incluso cuando pensamos que estamos durmiendo lo suficiente, los factores medioambientales como la luz, el sonido y el estrés pueden incidir en la calidad del sueño y reducir el valor de las horas que pasamos en la cama y, posiblemente, dejarnos más aturdidos que antes. Pocas cosas son tan frustrantes como prepararnos para acostarnos pronto y encontrarnos tumbados y despiertos contemplando el estado del mundo hasta las tres de la mañana. O puede que te duermas rápido, pero te vayas despertando una y otra vez, ya sea porque tu pareja ronca o porque tienes un dolor que no se va. Con independencia de lo que sea que te impide pasar una buena noche, un sueño con interrupciones puede ser profundamente exasperante y te puede dejar sintiéndote impotente y agotado.
Experimentar una mala noche de vez en cuando es habitual, pero algunas personas sufren trastornos del sueño que pueden arruinar sus vidas cotidianas. El insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y la narcolepsia son solo unos pocos trastornos del sueño habituales que pueden ser causados por una combinación de elementos que van desde motivos físicos y médicos a trastornos psiquiátricos y factores medioambientales. También van acompañados de efectos secundarios brutales que incluyen depresión, ansiedad, fatiga, defensas bajas, perturbación hormonal y alucinaciones. Si bien los productos farmacéuticos ofrecen alivio para algunas de estas afecciones, suelen venir acompañados de sus propios efectos secundarios perturbadores.
El sueño de mala calidad puede potencialmente descarrilar por completo un estilo de vida saludable, así que corregir el patrón de un sueño defectuoso es la mejor manera de mejorar la salud en general y el bienestar. En mis conversaciones con médicos, estos me explican que uno de los primeros síntomas que buscan tratar es, con independencia de la condición o trastorno que sea, la fatiga y el agotamiento del paciente. Me dicen que es el paso más importante para restaurar sus niveles óptimos de salud porque, cuando el cuerpo tiene la oportunidad de descansar adecuadamente, puede curarse de forma más eficaz y eficiente.
Para corregir nuestros problemas de sueño de mala calidad es importante saber de dónde provienen y, para poder saberlo, debemos comprender primero las distintas etapas del sueño. La primera comienza cuando tomas la decisión de dormir y cierras los ojos. Durante este breve periodo puedes deslizarte hacia el sueño, pero también eres capaz de desvelarte si es necesario. Durante la siguiente etapa, tu ritmo cardiaco y tus procesos metabólicos se ralentizan y la temperatura corporal comienza a descender. Una persona con una privación de sueño grave puede saltarse estas etapas y entrar directamente en la tercera, la que los especialistas denominan «sueño de onda lenta». En esta etapa, resulta más difícil que los estímulos externos perturben el sueño de una persona. Esta es la etapa en la que el cerebro segrega hormonas del crecimiento que estimulan el crecimiento de los tejidos y la reparación de los músculos. Según un informe para mejorar el sueño de la Escuela de Medicina de Harvard, los jóvenes pasan el 20 por ciento de su sueño en esta fase pero, al llegar a los sesenta y cinco, para la mayoría de la gente esta fase se convierte en «casi inexistente».3 La etapa final, mor o «sueño de movimientos oculares rápidos», es la fase en la que ocurren los sueños vívidos. Esto es lo que solemos recordar al día siguiente. Por lo general, se considera que el sueño de onda lenta y el de mor son los más importantes para mantener una buena salud física y mental.
Las interrupciones en tu ciclo del sueño pueden hacer que te desesperes por encontrar una solución y, si bien las pastillas para dormir pueden resultar de ayuda a corto plazo, pueden ser adictivas y por lo general tienen efectos secundarios como estreñimiento, cambios en el apetito, sequedad de boca, somnolencia indeseada, ardor de estómago, dolor estomacal y debilidad física; el uso continuado puede incluso producir pérdida de memoria. Un estudio de 2012 estimaba que las pastillas para dormir estaban asociadas a al menos 507.000 muertes en Estados Unidos ese año.4 Tras comparar la tasa de fallecimientos de gente que había tomado pastillas para dormir y gente que no, el estudio concluía que incluso en el caso de pacientes a los que se les había recetado tan solo dieciocho pastillas en un año, medicamentos como el zolpidem pueden incrementar la probabilidad de muerte hasta tres veces. Sin embargo y dada la importancia del sueño, los efectos secundarios de las pastillas para dormir no parecen disuadir a la gente de tomarlas y a los médicos de recetarlas: entre 2006 y 2011, el número de recetas de pastillas para dormir se incrementó en Estados Unidos de cuarenta y siete a sesenta millones.
el uso histórico del cánnabis para dormir
El cánnabis tuvo muchos usos en la India antigua y los textos tradicionales de la medicina ayurvédica escritos durante el siglo xi sostenían que tenía fuertes cualidades soporíferas o somníferas. Si bien los insomnes de hoy en día pueden fumar o vaporizar una variedad con alto contenido de thc para quedarse dormidos más rápido, los métodos de consumo en el 600 a. e. c. no eran exactamente iguales. En esa época, probablemente el cánnabis se fumara en grupo sobre un gran fuego (imagínate una sesión en la que fardos gigantes de cánnabis ardían mientras la gente inhalaba el humo resultante) o se preparaba y se servía en una bebida ritual hecha con bhang, una pasta elaborada a base de cogollos y hojas. Para cuando la Indian Hemp Drugs Commission (Comisión de drogas de la India) escuchó los testimonios en 1893 según los cuales el cánnabis podía ser usado como sedante y para contrarrestar el insomnio, las tinturas de cánnabis eran empleadas ampliamente por los doctores gracias a William O’Shaughnessy.
El primer uso de una tintura de cánnabis tuvo lugar en 1843, cuando este doctor irlandés publicó un estudio basado en su experiencia con este preparado e incluyó una receta para que otros la usaran.5 Muy pronto, los médicos valoraron su uso para sus pacientes privados de sueño. En 1860, el doctor R. R. M’Meens revisó la literatura del momento e informó a la Sociedad de Medicina del estado de Ohio, afirmando que, en algunos casos, los menores efectos secundarios del cánnabis hacían que lo prefiriera al opio: «Como el efecto general del cáñamo es menos violento y produce un sueño más natural, sin interferir con las acciones de los órganos internos, a menudo resulta sin duda preferible al opio, si bien no iguala a esa droga en potencia y fiabilidad».6 Así, se solían recetar las tinturas de cánnabis para el insomnio y otros problemas relacionados con el sueño. Incluso sir J. Russell Reynolds, el médico de la reina Victoria, administraba cánnabis como sedante y decía que por lo general bastaba con pequeñas dosis. En cuatro páginas del U.S. Dispensatory de 1868 dedicadas al extractum cannabis, los autores alaban la planta por su habilidad para inducir el sueño.
Si bien las investigaciones pasadas se centraban en el sueño como un todo, las investigaciones más recientes adoptan un planteamiento más matizado al considerar los efectos del cánnabis en las diferentes etapas del sueño y si esos efectos pueden perturbar otras áreas de la mente y el cuerpo. Puede que sea una creencia mayoritaria entre los usuarios de cánnabis que una calada antes de irse a la cama puede facilitar conciliar el sueño, e incluso ayudar a mantenerse dormido, pero entre los investigadores las opiniones sobre la relación entre el sueño y el cánnabis varían.
cómo puede ayudar el cánnabis
Si bien no cabe duda de que el cánnabis afecta al sueño, los investigadores siguen trabajando para determinar qué etapas del sueño se ven afectadas, y qué combinación de compuestos de la planta es más probable que ayude a conseguir una noche de descanso prolongada y satisfactoria. Se trata de los cannabinoides, la potente molécula en el cánnabis que le otorga su valor medicinal. Los cannabinoides que más se suelen investigar son el thc (tetrahidrocannabinol) y el cbd (cannabidiol), y ambos han mostrado tener usos como ayuda para dormir.
Antes de explorar cómo estos cannabinoides inciden en el sueño, vamos a detenernos en cuántas personas consideran que el cánnabis es una ayuda efectiva para dormir. En una encuesta a pacientes en 2016 realizada por Hellomd, una plataforma online para usuarios de cánnabis medicinal, el insomnio resultó estar entre las afecciones más comunes para las que se usaba, con el 65 por ciento de los que contestaron afirmando que usaba el cánnabis como ayuda para dormir. Los pacientes que usaban el cánnabis para otras afecciones enumeraban un mejor sueño como efecto secundario beneficioso, pues un 79 por ciento de los encuestados estaba de acuerdo en que ayudaba a dormir mejor.7 En un estudio canadiense de 628 usuarios de cánnabis para fines terapéuticos, el 85 por ciento dijo que lo usaba para tratar problemas de sueño además de otros problemas como el dolor o la ansiedad.8 A menudo el dolor es la razón más citada para usar el cánnabis, y este suele ir acompañado de problemas para dormir. El dolor puede interrumpir el sueño y provocar la ausencia del sueño de onda lenta y del mor, lo cual en general causa más problemas para el paciente. Los que padecen dolor suelen declarar que cuando empezaron a usar cánnabis tanto su ciclo de dolor como de sueño mejoraron.
Hay unas pocas cosas que podemos afirmar sobre el cánnabis y el sueño. Se ha demostrado que uno de los cannabinoides más populares del cánnabis, el thc, incrementa significativamente la producción de melatonina del cerebro, una hormona producida de forma natural que regula el ritmo circadiano.9 9 (Si alguna vez has sufrido jetlag, quizás te hayan recomendado un suplemento de melatonina para ayudar a reajustar tu ciclo de sueño.) Cuando los cannabinoides como el thc y el cbd entran en el cuerpo, imitan algunos compuestos que el cuerpo fabrica llamados endocannabinoides. Estos neuroquímicos son un aspecto crítico del sistema endocannabinoide del cuerpo, que es el responsable de una plétora de funciones corporales, incluyendo la regulación del sueño. (Para más información sobre el sistema endocannabinoide, consulta el apéndice 1.) Cuando se trata de inducir el sueño, un estudio de 1973 de personas sanas con insomnio publicado en Psychopharmacologia mostró que el thc puede reducir el tiempo que se tarda en quedarse dormido —la latencia de inicio del sueño— hasta en una hora. Los investigadores también asociaron las dosis de thc con una reducción en las interrupciones del sueño durante la primera parte de la noche.10
Desde entonces, la eficacia del cánnabis, y en particular el thc, para iniciar el sueño ha sido reiterada en varios estudios. Un artículo de 2017 indicaba que el thc podía «reducir la latencia de inicio del sueño para los usuarios noveles o, en pequeñas dosis, en usuarios experimentados», pero que, para los usuarios experimentados, las dosis altas podían en realidad incrementar la latencia de inicio del sueño.11
Otro estudio, que concluyó que el uso del cánnabis fumado o del thc por vía oral ayudaba a que los sujetos se durmieran, también concluyó que alargaba la cantidad de tiempo que los sujetos pasaban en el sueño de onda lenta y reducía el tiempo que pasaban en el sueño mor.12 Y aquí es donde la ciencia sobre el cánnabis y el sueño puede complicarse un poco.
En Hellomd, el doctor Perry Solomon se encuentra con un montón de preguntas sobre el cánnabis y el sueño. Dice que aunque algunos médicos hacen hincapié en la importancia de la fase mor, no deberían minimizarse los beneficios de pasar más tiempo en el sueño de onda lenta, en particular si se trata de pacientes más mayores que quizás ya estén perdiendo esta clase de sueño.
«Se piensa que el sueño de onda lenta es el más reconstituyente, y el cánnabis puede alargar esa fase de restauración», dice de la etapa sobre la que se piensa que es la más sensible a la influencia del cánnabis. «En teoría, puede reducir la placa y los beta-amiloides … del cerebro que pueden conducir a la enfermedad de Alzheimer».
Entonces, ¿deberían preocuparse los usuarios de cánnabis por estar intercambiando una forma de sueño profundo por otra? Después de todo, el propósito del sueño mor es aún objeto de debate: algunos suscriben la idea de que el sueño mor regula los neurotransmisores y la temperatura corporal, mientras que otros piensan que ayuda al cerebro a formar nuevos recuerdos. Si bien menos sueño mor puede significar soñar menos, los investigadores no están seguros de que las perturbaciones del sueño mor conlleven problemas para los usuarios.13 Tradicionalmente, se pensaba que los productos con una prevalencia de thc eran útiles para inducir el sueño, pero los científicos han aprendido ahora que el cbd también puede ser valioso, si bien algunos resultados resultan contradictorios. El cbd, un compuesto no intoxicante del cánnabis, tiene beneficios médicos significativos y en realidad puede contrarrestar el «colocón» que los usuarios sienten cuando consumen thc. Una de las primeras evaluaciones sobre la eficacia del cbd se centró en su uso por parte de voluntarios sanos, insomnes y pacientes con epilepsia, y concluyó que tenía propiedades como sedante, anticonvulsivo y antinflamatorio.14 Este hallazgo ha sido corroborado por varios estudios posteriores, que también concluyeron que, si bien el cbd contrarresta la euforia causada por el thc, también potencia los efectos sedantes de este haciéndolos más fuertes.
Antes de diseccionar el cbd y sus efectos en el sueño, detengámonos de nuevo en las interacciones entre el thc y el cbd. Los científicos teorizan que estos y docenas de otros cannabinoides del cánnabis tienen efectos complementarios entre ellos, y crean una sinergia de interacciones a la que se denomina el efecto séquito. Esta sinergia implica que la mejor medicina cannábica es la que emplea todas las partes de la planta. En definitiva, es el supuesto clásico de que el todo —es decir, el cánnabis— es mayor que la suma de sus partes, es decir, el thc y el cbd.
Si consultamos estudios más recientes que han examinado la eficacia del cbd a nivel superficial, en realidad podríamos concluir que promueve el estado de vigilia. Pero si nos zambullimos en los datos, veremos que los efectos del cbd son bifásicos, lo cual significa que en dosis bajas el cbd actúa como estimulante y en dosis altas como sedante. Por ejemplo, cuando, en un estudio de 2004, a los voluntarios se les administraron dosis bajas de cbd —solo 15 miligramos por día antes de acostarse— esto les hacía estar más alerta.15 Pero en el estudio que mencionamos con anterioridad, en el que a los sujetos se les administraron dosis de cbd de 40, 80 y 160 miligramos al día, se incrementó el tiempo de sueño y las interrupciones en el sueño eran menos frecuentes.16
La ciencia en torno al cánnabis y los trastornos del sueño está un poco más matizada. Dada la habilidad del thc para ayudar a las personas a dormirse más rápido, los investigadores están de acuerdo en que tiene potencial para los que sufren insomnio. Y, si bien las pesadillas en pacientes con trastorno por estrés postraumático (tept) no son técnicamente un trastorno del sueño, hay estudios que muestran que el thc sintético puede reducir significativamente estas pesadillas.17 Los pacientes con apnea del sueño también podrías beneficiarse del uso de thc.18 La narcolepsia, por otra parte, puede ser tratada mejor usando el cannabinoide cbd debido a su habilidad para inducir el estado de vigilia.19
el uso de cánnabis para dormir
Más allá de nuestros conocimientos sobre los efectos del thc y el cbd en el sueño, hay unas pocas ideas sobre qué clases de cánnabis funcionan mejor, algo que los usuarios de cánnabis a menudo debaten. Pero antes de entrar en los detalles, debes considerar tu patrón de sueño y decidir lo que tiene que cambiar: ¿tienes problemas conciliando el sueño o manteniéndote dormido? La respuesta a esta pregunta condicionará el mejor curso de acción a seguir.
Pongamos que tienes dificultades para dormirte y estás interesado en probar el cánnabis fumado o vaporizado. La persona que te atienda en un dispensario de cánnabis casi siempre sugerirá que el cánnabis categorizado como de variedad índica en vez de sativa te servirá como ayuda para dormir pero, a medida que empezamos a entender cómo nos afectan otros compuestos dentro de la planta, estas clasificaciones se vuelven secundarias frente a los perfiles de cannabinoides y terpenos, que son un listado de la cantidad de distintos cannabinoides y terpenos (los compuestos aromáticos en el cánnabis que le otorgan su olor característico) en una cierta variedad o medicina. Si quieres saber exactamente los que se encuentran en tu cánnabis, pregunta a la persona que te atiende sobre los perfiles de cannabinoides y terpenos. Un buen dispensario debe ser transparente con sus miembros. Tres variedades nocturnas populares son God’s Gift, Northern Lights y Death Bubba. Se trata de variedades de predominancia índica que priman las cualidades del thc para inducir el sueño, y además contienen mirceno, un terpeno que se cree que también lo favorece.
Dado el estado de la investigación, sabemos que lo que puede resultar útil para un usuario novel que busca dormirse más rápido acaso no funcione para un usuario veterano: se ha demostrado que las dosis bajas de thc tienen un efecto sedante eficaz pero, para las personas con una mayor tolerancia, puede necesitarse una dosis enormemente diferente para obtener el mismo efecto. Mientras algunos usuarios apuestan por los descansos de los productos con thc para evitar el desarrollo de una tolerancia al principal compuesto de la planta, otros prefieren una mezcla de productos en la predomine el thc o el cbd.
Puede que una persona que no haya usado el cánnabis encuentre que los productos en los que predomina el cbd y que contienen una dosis baja de thc son una mejor opción, siempre teniendo en cuenta no solo que las dosis bajas de cbd pueden conducir al estado de vigilia sino también que el cbd puede potenciar el efecto sedativo del thc. Una buena elección sería una variedad como la acdc o una tintura con una alta proporción de cbd respecto al thc.
Dado que la forma más rápida de suministrar cannabinoides al cuerpo es fumando o vaporizando el cánnabis, estos se consideran los mejores métodos de consumo si lo que buscas es algo que induzca el sueño. Pero si tu problema es mantenerte dormido y no conciliar el sueño, deberías plantearte los productos por vía oral como las tinturas y las cápsulas. (Los productos comestibles también son una opción, pero debes tener cuidado con las opciones con mucho azúcar, pues tendrán un efecto adverso en tu sueño.) Tardan más en hacer efecto, pero este dura más y puede manifestarse de una forma distinta a la euforia causada por simplemente fumar o vaporizar: si bien fumar puede hacerte sentir un poco embriagado, notarás los efectos de un comestible en todo tu cuerpo. De ahí que un paciente que se despierte por las noches por un dolor crónico pueda encontrar mayor alivio en un producto comestible que en uno que se tenga que fumar. Dado que los cannabinoides como el thc y el cbd son liposolubles, lo mejor es tomarlos con un tentempié generoso, si bien puede que un exceso de comida retrase el momento en que empieces a notar los efectos. En Hellomd, Solomon y sus colegas les dicen a sus pacientes que lleven un diario nocturno donde se recoja la última comida del día, cuándo se acuestan, cuándo se duermen, qué productos y cannabinoides están utilizando, y cuánto tiempo duermen. Recomiendan mantener el diario hasta encontrar una dosis que funcione consistentemente.
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2. Jean-Philippe Chaput, Suzy L. Wong, e Isabelle Michaud, «Duration and Quality of Sleep among Canadians Aged 18 to 79», Statistics Canada Health Reports 28, no. 9 (Septiembre 2017): 28-33, www150.statcan.gc.ca/n1/en/pub/82-003-x/2017009/article/54857-eng.pdf?st=uwK_j36y
3. Lawrence Epstein et al., «Improving Sleep: A Guide to a Good Night’s Rest», Harvard Medical School (2010): 3-8 (véase: health.harvard.edu/staying-healthy/improving-sleep-a-guide-to-a-good-nights-rest).
4. Daniel F. Kripke, Robert D. Langer, y Lawrence E. Kline, «Hypnotics’ Association with Mortality or Cancer: A Matched Cohort Study», BMJ Open 2, no. 1 (2012), bmjopen.bmj.com/content/2/1/e000850
5. William B. O’Shaughnessy, «On the Preparation of the Indian Hemp, or Gunjah (Cannabis Indica): Their Effects on the Animal System in Health, and Their Utility in the Treatment of Tetanus and Other Convulsive Diseases», Provincial Medical Journal and Retrospect of the Medical Sciences 5, no. 123 (1843): 363-369. Disponible en: ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2490264/?page=1
6. Lester Grinspoon y James B. Bakalar, Marihuana: The Forbidden Medicine (New Haven: Yale University Press, 1997), 5.
7. «Medical Marijuana Patient Survey Results», Hellomd, January 2016, s3-us-west-2.amazonaws.com/hellomd-news/HelloMD_Medical_Marijuana_Patient_Survey.pdf
8. Zach Walsh et al., «Cannabis for Therapeutic Purposes: Patient Characteristics, Access, and Reasons for Use», International Journal of Drug Policy 24, no. 6 (noviembre 2013): 511-516, ijdp.org/article/S0955-3959(13)00135-7/fulltext
9. Nicole P. Bowles, Maya X. Herzig, y Steven A. Shea, «Recent Legalization of Cannabis Use: Effects on Sleep, Health, and Workplace Safety», Nature and Science of Sleep 9 (octubre 2017): 249-251, researchgate.net/publication/320513876_Recent_legalization_of_cannabis_use_Effects_on_sleep_health_and_workplace_safety
10. Kenneth Cousens y Alberto DiMascio, «(−)Δ⁹ THC as an Hypnotic», Psychopharmacologia 33, no. 4 (diciembre 1973): 355-364, link.springer.com/article/10.1007/BF00437513
11. Bowles et al., «Recent Legalization of Cannabis Use».
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13. Judith Davidson, «Marijuana’s Effect on Sleeping Still Unclear», Globe and Mail, 15 de marzo, 2016, theglobeandmail.com/life/health-andfitness/healthadvisor/marijuanas-effect-on-sleeping-still-unclear/article29247908
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15. Anthony Nicholson et al., «Effects of Δ-9 Tetrahydrocannabinol and Cannabidiol on Nocturnal Sleep and Early-Morning Behavior in Young Adults», Journal of Clinical Psychopharmacology 24, no. 3 (2004): 305-313, ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15118485
16. Carlini y Cunha, «Hypnotic and Antiepileptic Effects of Cannabidiol».
17. Rakesh Jetley et al., «The Efficacy of Nabilone, a Synthetic Cannabinoid in the Treatment of ptsd-Associated Nightmares: A Preliminary Randomized, Double-Blind, Placebo-Controlled Cross-Over Design Study», Psychoneuroendocrinology 51 (January 2015): 585-588, psyneuen-journal.com/article/S0306-4530(14)00413-2/fulltext
18. Michael W. Calik, Miodrag Radulovacki, y David W. Carley, «Intranodose Ganglion Injections of Dronabinol Attenuate Serotonin- Induced Apnea in Sprague-Dawley Rat», Respiratory Physiology & Neurobiology 190 (enero 2014): 20-24, ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3880550
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