Читать книгу Chicas bonitas esnifando purpurina - Ana Elena Pena - Страница 14

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Me gustan las sonrisas desganadas

porque aprecio el intento de agradar

a pesar de las tristezas que uno lleve por dentro.

Los apretones blandos de manos que evidencian inseguridad,

también me conmueve el súbito rubor,

que hace hervir la timidez.

Las lágrimas contenidas por el orgullo o la vergüenza

que te hacen mirar hacia otro lado y respirar hondo

antes de seguir hablando.

Las caricias torpes y los besos breves en el aire que,

por timidez,

no te atreves a rubricar en la piel.

Todas esas cosas

ridículas,

tiernas,

descorazonadoras,

humanas,

me gustan.

Chicas bonitas esnifando purpurina

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