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El inicio de esta historia

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Me he convencido que en cada momento de nuestras vidas nos encontramos con decisiones y frente a cualquier situación que tengamos, tendremos siempre dos opciones. Es ahí donde encaja nuestra decisión de hacer o no algo, de salir o no salir, de hablar o callar, de buscar o quedarnos quietos, de decir o decir no, de viajar o no hacerlo, de dormir o levantarnos, de estudiar o no, de besarl@ o no, de decir lo mucho que l@ amas o de mantenernos en silencio, de correr o caminar, de ir a la derecha o a la izquierda, de cruzar en el minuto 10 la pista o de esperar un momento más para hacerlo, de manejar o caminar, de reír o llorar, de ir a la iglesia o salir con los amigos, de luchar o derribarte, de continuar o estancarte, de comprarte un carro o una camioneta, de esperar por una casa o alquilar un departamento, de casarte o no hacerlo, de proponerle una vida juntos o dejarla ir, de subirte a ese avión o quedarte, de reír o llorar, etc…

Son decisiones, pequeñas o grandes, pero son decisiones y basta que escojas una, porque esa determinará cada pieza del camino que tendrás que recorrer; todo lo que decidas tendrá un resultado y depende de ti que sea bueno o no.

Alguien me dijo: "5 minutos son la diferencia entre la vida y la muerte". En otras ocasiones solo hizo falta un minuto, algunos simplemente callaron y hoy están con alguien que no merece su corazón. Muchos determinaron dormir y hoy les cuesta conseguir un trabajo, así como otros se dedicaron a trabajar tanto y no consiguen vivir, porque la vida se hizo trabajo. No la besaste cuando tenías la oportunidad, hoy alguien más se paraliza con sus labios y con su corazón eterno, pudiste ir tras de ella y no dejar que se fuera, y hoy en esta noche tan oscura te preguntas qué hubiera pasado, si hubieras decidido ser diferente. Decisiones y más decisiones, cada día se nos presentarán y tú eres el único responsable de elegir por dónde quieres ir y a dónde quieres llegar.

Déjame decirte algo más, no te preguntes "Hubieras" en tu vida, si lo hubiera hecho, si hubiera dicho, si hubiera ido, si hubiera perdonado, si hubiera ido por ella, si hubiera estudiado más, si hubiera luchado más, si hubiera amado, si la hubiera abrazado cuando tenía la oportunidad, etc… Lastimosamente los "hubiera" no existen, solo poseen el derecho de culpabilizarnos quizá por el resto de la vida, así que date cuenta de que no es la vida de nadie más, es tu vida y solo tú recibirás las consecuencias de tus actos o los resultados de ellos, solo tú respirarás profundo y podrás decir que lo lograste o que te quedaste atrapado, solo tú reirás con locura, solo tú serás quien llore en ese momento de vacío profundo, solo tú vives tu vida y si alguien me pregunta "¿Y qué hay de los demás?", los demás son el complemento, nuestra familia es un regalo del cielo, nuestros amigos son la elección de una decisión, el amor de tu vida es la decisión de aceptarlo ser, los demás son felices si nosotros lo somos y se sentirán quizá devastados si nos ven fracasados, pero la persona principal eres tú.

No existen buenos ni malos momentos, solo son momentos que te llevan a hacer cosas de las cuales puedes estar orgulloso o quizá culpable. En una noche de enero en medio de una cena divertida, entre conversación, risas y anécdotas en un determinado restauran, se aparece un pequeño Shar Pei color miel, tan pequeñito vestido con un traje militar, -por cierto tengo alergia a los perros y evito tenerlos cerca, aunque sean muy lindos-, pero éste era tan tierno y no podías evitar lo inevitable, así que lo tomamos en las manos y lo acariciamos sin saber a quién le pertenecía. Entre juegos con el cachorro, me encontraba arrodillada en el suelo sin ningún problema a ser vista por los demás, es cuando se aproxima un hombre de estatura alta y sonriendo me dice: "¿Te gusta?". Fueron las palabras que dieron inicio a toda esta historia.

Encontrase con alguien sin querer

Conocerlo cada vez

Comprenderlo y entender

Es saberlo querer

Como amigo lo ves

Y sueñas con él

Como una loca al revés

Por siete días tal vez

Es una bendición como es

Con sus locuras una y otra vez

Le gusta la aventura lo sé

Y a mí como es él

AFRE

Nadie sabe lo que habrá de pasar en adelante, tenemos claro lo que dejamos detrás, pero nadie nos dice qué ha de venir por delante. Lo que tengo claro es que nuestras decisiones nos ayudan en el sendero futuro, podemos tropezar o podemos caminar sin problemas, la diferencia fue la decisión que tuvimos que tomar antes de actuar.

Sucede que, para llegar a ese restaurante tomé una decisión antes, tomé una decisión al coger al cachorro y esas decisiones me llevaron donde estaba él y él es el joven que inspiró los siguientes párrafos y el motivo de varios de los versos siguientes.

En una conversación de chicas un joven atrevido decide preguntarnos si podía acompañarnos en la mesa, no supimos cómo decir no, así que fue un sí por respuesta. Esa noche conocimos a alguien, las preguntas comunes suelen fluir cuando quieres conocer a alguien, entre preguntas, respuesta, risas y miradas pasaron los minutos y así unas cuantas horas. Definitivamente, conocer gente te expande el cerebro, pues no estás encapsulada en tu círculo y te permites conocer nuevas historias y nuevas personas, este encuentro resultó ser interesante. En todo ese momento nunca hubiera imaginado el tipo de historia que vendría en los días siguientes. El tiempo en ese lugar llegaba a su fin, lo usual sucede, así que intercambiamos números, nos despedimos y cada uno tomó su camino.

Si te has preguntado alguna vez, por qué pasó lo que pasó, la gente dice: "porque todo tiene un motivo y una razón, tanto de las cosas buenas y malas que nos ocurren, todo tiene un propósito, pero todo sucede porque tomaste una decisión antes. Me enamoré y resultó un fraude, tú decidiste aceptar, me enamoré y resultó lo mejor de mi vida también fue tu decisión. La diferencia de lo bueno y lo malo que pase radica en ti. Aun Dios siendo Dios, no decide por ti".

"Hoy te doy a elegir entre el bien y el mal" (Deuteronomio 30:15)

Dios que nos ama tanto no puede decidir por uno, así que el único responsable de las cosas que suceden somos cada uno de nosotros. Escoges el bien o escoges el mal. Cómo saber que me conviene, en la vida también se comenten errores y si te equivocas vuelve a tomar una decisión, pero debes saber que tenemos al ser soberado que lo sabe todo, yo me imagino que sabe lo que pasará si voy a la derecha y también sabe lo que sucederá si voy a la izquierda, la decisión de uno u otro es nada más y nada menos que tuya.

Un mes después de aquel encuentro con un extraño, que no es tan extraño ahora, recibí una llamada, vaya momento de recibir una llamada, fue diferente a todas las que tenía ese día. Me encontraba lejos de casa, trabajando en un proyecto y por ciertos motivos tenía que permanecer ahí durante casi un mes. Mi círculo de personas era en un 95% varones y todos compañeros de trabajo. Desayunaba trabajaba, almorzaba en el trabajo y me iba a dormir con trabajo. En ese momento llena de trabajo, la decisión de un hombre de llamarme cambió todo el panorama de los siguientes días.

Se trataba de una voz extraña, que con una voz picaresca dice: "Buenas noches, señorita". En ese momento, uno se pone seria y dice: "quién es" o se ríe. Solo cambia la actitud, así que yo me reí, entre mi abrumadora carga laboral y esa voz, continuó la conversación que duró casi treinta minutos, algo inusual pero necesario para mi día tan estresado. Conversar tanto tiempo con una persona que recién conoces, son cosas que suelen pasar.

Como decía antes, uno no sabe lo que ha de llegar, es un completo misterio, una llamada puede cambiar tu rumbo como lo hizo conmigo, un encuentro extraño, una caída inusual, un choque con alguna persona o simples miradas, todo puede cambiar en cuestión de segundos. A veces el futuro puede causar un poco de miedo, pero el miedo solo es algo a nuestro favor, no es para paralizarnos ni para detenernos, es para tener las agallas de continuar y la emoción de conocer lo que vendrá.

Toda persona tiene una historia que contar, y esta es la mía.

Durante los siguientes días de trabajo duro, entre las seis y siete de la noche recibía su llamada, cada llamada era diferente, una historia que contar, una anécdota, un viaje nuevo. En un mes de llamadas nocturnas podría decir que aprendí a conocer un poco a alguien nuevo, alguien con metas, sueños, ideas diferentes, extrovertido, alegre, interesante, decidido y luchador.

Raras las formas de conocer a alguien, pero nadie tiene un manuscrito de reglas que determinen el día, la hora ni la forma, solo sucede y cuando eso pasa es una decisión el aceptarlo o ponerle freno. Entendemos ahora que nuestra vida está llena de pequeñas o grandes decisiones y cada una de ellas determinan el siguiente capítulo de la historia.

La distancia dispone de los dos

El pensamiento nos une sin razón

Recordarte es una ilusión

Causada sin ocasión

Despertar y contarle a Dios

Lo que sucede en mi corazón

La confusión suscitada del amor

Todo por una conversación

No digo que no

Pero tampoco que sí

Esto lo que siento yo

Debe ser determinado por dos.

AFRE

Los fracasos que muchas veces se tienen en la vida, causan dos actitudes en una persona, toma fuerza para volver a intentarlo o determina quedarse y no intentarlo una vez más. Cuántas veces tuvimos un fracaso en cualquier área de nuestras vidas y nos marcaron, dejaron cicatrices profundas en el alma y parecieran no estar sanas porque cuando los recuerdas todavía duele y el miedo de sentir una vez más ese dolor te limita a continuar.

Si alguien te lastimó el corazón y te costó horrores ponerte de pie nuevamente, tienes miedo a volver a confiar y es difícil abrir tu corazón. Son cosas que suelen pasar, también a mí, pero encontré una cajita de tesoro que no muchos quieren abrir llamada perdón. Aprendí a perdonar y ser libre de muchas heridas del alma, quizá te cuestiones y digas: lo que me pasó es imperdonable o la situación que te sucedió fue tan dura -de esas que no se quieren recordar-, pero aprendí algo más del perdón; uno perdona por el bien de uno y solo decidiendo perdonar puedes ser libre y continuar, pues no lo haces por hacerle bien a la personas que te falló sino por darnos una oportunidad a nosotros mismos de comenzar de nuevo sin cargas. Perdonar es una decisión propia y yo creo que es una buena decisión.

Solo si te das la oportunidad de abrir esta cajita podrás continuar el camino de la vida sin cargas gigantes que retrasan nuestro andar.

Me encontraba en un dilema, si continuar con el juego o darle un fin. En estos momentos de la vida tus pensamientos comienzan a divagar. Me preguntaba y me respondía sola, me hacía la pregunta: "¿Qué pasaría si continúo? Y ¿qué pasaría si le pongo un fin?". La segunda pregunta era fácil de responder, pero la primera no, pues no sabía lo que traía consigo la decisión de seguir, pero decidí seguir con la historia.

Luego de dos meses de una amistad por teléfono, tuve una cita. "Ya era hora que se atreviera a hacerlo", pensé que solo sería algún tipo de amistad cibernética de teléfono y WhatsApp pero resultó ser diferente.

El problema de dos personas que tienen carro es no estar juntos por la ruta a la que te dirijas, así que si pasas por eso y eres mujer, deja el carro en casa y analiza la caballerosidad del joven que te invita, cosa que yo no hice en aquel momento, imagino que por seguridad. En este tiempo primero te aseguras de no estar conversando con algún psicópata, así que todo con seguridad, nunca en un lugar solitario, nunca en su casa o departamento, preferible que tú definas el lugar.

¡Qué noche aquella!, una cena romántica, una mesa decorada, una cena espectacular y un postre riquísimo, risas por aquí y por allá, ilusiones que pasan cuando uno mira muchas películas de romance... Lamentablemente no fue nada de eso. Primero, porque llegué tarde de la hora pactada: segundo, porque ya no tenía hambre, lo planificado no resultó, pero fue mejor de lo que pensé. Un poco de comida que es infaltable, unos alfajores traídos de su ciudad natal como postre, gaseosas y una conversación amena dentro de mi carro. La elección de su carro o el mío también era por seguridad, en mi carro tenía todo para defenderme por si las dudas; ya sabes que una conversación solo por teléfono nunca es suficiente para conocer a alguien.

Ese tipo de encuentros que no se olvidan y se tiene siempre presente a lo largo de los días de nuestra vida, causan emociones reales aunque se tratara de años atrás. Estoy segura que también te debió pasar y quizá se te viene a la memoria el primer encuentro y la primera cita con esa persona especial; son detalles que nunca se deben olvidar.

Esta fue la primera de muchas invitaciones y a lo largo de cada una de ellas, aprendí a conocer a la persona que tenía en frente, a comprender un poco de su historia, porque cada uno tiene una historia por contar. Conocer es como la simiente de una casa, si quieres una amistad duradera te aseguras de conocer bien a los amigos, si quieres tener una relación duradera te aseguras de conocer a esa persona; esto es importante, tenlo en cuenta.

No pasa nada si intentas conocer a alguien, pero pasa mucho si en este proceso involucramos al corazón, porque ahí solo vemos lo bueno y no lo incorrecto, tanto lo bueno y lo malo es necesario, para aprender y mejorar como personas.

Engañoso es el corazón más que todas las cosas… (Jeremías 17:9)

Cuando involucramos el corazón a veces solo intentamos aparentar ser lo que no somos, tratamos de mostrarnos perfectos, ordenados, inteligentes, profesionales, sabiondos, buenos, responsables, amorosos, detallistas etc… Todo solo por ser agradables y el problema es que engañamos y nos engañamos a nosotros mismos. Preséntate cómo eres, si le gustas así no tendrás que pasarte los siguientes días fingiendo algo que es solo apariencia, es la mejor opción que uno puede tomar. Si alguien se tiene que enamorar de ti, que se enamore de las imperfecciones, de lo torpe que solemos ser, del sonido extraño que haces cuando te ríes, de la forma extraña y única que tenemos para bailar, de esas orejas de ratón que enamoran, de tu forma de caminar, de tu forma de hablar, aun de la forma como escribes, de tu forma de pensar, etc... Muéstrate tal cual eres y quien te encuentre así habrá encontrado una valiosa joya.

Desde muy joven luché con mi autoestima y lo que menos que me gustaba de mí era mi contextura, me sentía un círculo gordo ¿Cuándo han visto un círculo flaco? No encajaba en nada, no pensé que alguien se fijara en mí y si eso pasaba era perfecto para atraparlo y no soltarlo nunca. Risas. Mi vida estaba como en un desierto, sediento de aceptación, como yo no me aceptaba esperaba que alguien más lo hiciera. ¡Qué vaga manera de pensar!

Viví engañada por mis pensamientos muchos años. Nadie se fijará en ti, no eres agraciada, eres gorda, usas lentes (No pasa nada si usas lentes, lo digo porque es un accesorio que las feas siempre tienen en las películas). Era pequeña de tamaño, encima era de piel clara y creo solo me falta la nariz para ser un cerdito, pero cierto día de cierto mes y de cierto año, alguien me dijo que era hermosa, valiosa y única. No lo creí en el momento. Ese fue Dios, no un Dios de imaginaciones, no de historias, fue un Dios real que me amó, me ama y me amará siempre. Fácil de creerle no fue, pero un día lo supe y me sentí completa y profundamente amada, pude verme de una manera diferente y en el espejo correcto.

Comprendí entonces que uno no puede ofrecer algo que no tiene, necesitaba saber quién soy, cuánto valgo y cuánto merezco para entablar algún tipo de amistad o relación con alguien. De lo contrario, esto se trataba de algo comercial. Si lo quieres tómalo. Cuando debía ser todo porque amas y porque te aman.

Así que en este momento de mi vida, donde un hombre alto, simpático, inteligente y trabajador -seguramente lo leas, así que no presumas; esto es para él-, me invitaba a salir, yo entraba con seguridad, situación que hubiera sido muy diferente si esto sucedía años atrás. Déjame decirte que esto hizo una gran diferencia, una mujer sedienta se lanza al primero que llegue y en el momento más rápido, una mujer que sabe su valor, espera el tiempo, conoce, conoce, conoce y si surge un sentimiento continúa y sin apresurar las cosas, la situación se da por sí sola.

Me abrazaste con brazos de amor

Me acariciaste con pasión

Susurraste mi nombre en cada estación

Me amaste sin condición

Entregaste todo por la nada que soy

Y tuviste compasión

Quitaste el velo de mis ojos

Para mostrarme tu bendición

Cuando tuve miedo me cuidaste

Cuando lloré me consolaste

Cuando enfermé me sanaste

Y cuando fallé me amaste

(Así es Dios)

AFRE

El mayor amor que alguien te puede demostrar solo te lo demuestra el Dios real, ese que solo lo hallas en tu corazón, el mismo que te cuenta la historia de su mejor creación que eres tú, y Dios también tiene una gran historia que contar.

Los días conociéndolo se tornaron motivadores y divertidos, definitivamente cuando esto pasa, la rutina diaria comienza a cambiar, descubrí que me comenzaba a hinchar de algún tipo de felicidad extraña, al recibir sus llamadas o algún tipo de mensaje inesperado, sé que no soy la única loca que siente este tipo de sensaciones, tú que me lees también lo sentiste alguna vez en tu vida, no soy la única emocionándose con mensajitos.

Entre las salidas que tenía al culminar mi jornada de trabajo, ya era extraño que mis padres no se intrigaran por qué llegaba un poco tarde de lo habitual y obviamente que les sonaba a alerta porque toda persona enamorada trae la cara de tonta (o solo sucede con mis amigos y conmigo), porque aunque lo ocultemos suele pasar que el enamorase nos vuelve un poco tontos, pero es pasajero luego se nos pasa y lo manejamos con madurez (algunos demoran mucho en encontrar esa madurez).

Por el momento y en esta parte de la historia traía la cara de tonta, así que las sospechas de mis padres eran confirmadas, había alguien que me tenía así, sinceramente es vergonzoso confesarlo, pero es la pura verdad, a estas alturas de mi vida ya no tengo problemas de contarlo, presiento que cuando pasan los años uno va madurando y no te quiero decir mi edad pero ya tengo ciertos años y son muy considerables.

Tú decides

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