Читать книгу Epitafio de un cóctel - Ariel El Barman - Страница 7

Оглавление

Padre e hijo

Ese soy yo. Salgo para allá.

—¿Está vivo? En diez minutos llego. Vengo a ver a mi hijo. Lo trajeron acá.

—Sí, está vivo. No sé más.

—Quiero hablar con el jefe de guardia. Estoy tranquilo, quiero verlo por favor.

—Buenas noches.

—Buenas noches, gracias por atenderme. ¿Cuánto tiempo de vida le queda? Sea sincero. Quiero la verdad. Sé que van a hacer todo lo posible. ¿¡Horas nada más!? ¡No, no, no! ¿¡Por qué, doctor!? ¿Por qué? ¿Cuántas horas? ¡No!

—No más de doce. Voy a ser fuerte.

—Sí, yo me encargo de avisar a la familia. Un último favor; lléveme con él.

¡No! ¡La puta madre que te parió, mirá cómo quedaste! ¿Qué voy a hacer con vos? ¿Por qué nunca me escuchás? ¡Te dije que no salgas con lluvia, te lo dije mil veces, hijito! ¡Mil veces! ¿Y el amigo?

—Este es.

—¡Mirá, la concha de la lora! Está hecho mierda también.

¿Que no voy a llorar, doctor? Sáquele los tubos que lo que quiero abrazar. ¡No me voy a calmar, no me voy a calmar! Ya está, ya está. ¿Dónde firmo? En un rato vuelvo.

—¿Hola, Edith? Están acá, sí; los dos. En el hospital Central. Tu hijo está desfigurado, lo van a operar en treinta minutos. No llevaban casco, no sé más. ¡No le hagas caso al noticiero! ¡Basta, cortá! Llamá al remís y vení ya.

—¿Marcela? Sí, soy yo. Te pido algo; armá un bolso con ropa para vos. Te necesito. Una vez nada más. Tenés que cuidar a tu hijo. Está internado… sí, es el de las noticias. Dale, te espero… no llames a nadie... ¡A vos te necesito, a nadie más! Tenemos que estar juntos. ¡Sos la madre! No seas tan hija de puta, ¿por qué? ¡Te tengo lástima! No hablemos más.

—¡Hola! ¿Te arrepentiste?... Sí, te voy a pagar el viaje y la comida. No me importa la plata. ¡Una vez hacé de madre! Vení y disimulalo, no sé cuánto tiempo va a estar con vida. Aprovechá, pagá tus errores… Acaricialo, tomalo de la mano. ¿Sabés cuántas veces preguntó por vos cuando íbamos al colegio? No llores ahora. No llores, solamente vení… ¿Que cómo estoy? Sabés lo que va a pasar. No pienso estar sin él, por eso tenés que estar. ¡Una vez en tu vida ocupate de nosotros! ¡Basta! No te quiero escuchar más. ¡Cortá, carajo! ¡Cortá! Voy a entrar a la capilla.

“Me arrodillo, Señor, y le pido perdón por lo que voy a hacer. Amén”.

Epitafio de un cóctel

Подняться наверх