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Capítulo 2

El Misterio de la Bestia

La histórica resurrección de Jesucristo es el evento central de la fe cristiana y en la que todo el cristianismo se sostiene o puede ser derribado. Sus últimas palabras fueron “consumado es” (Juan 19:30), es decir, que su muerte expiatoria había sido consumada en su tumba vacía cuando un ángel anunció: ¡Ha resucitado!

Sin embargo, el clímax final de su salvación ocurrirá en su segunda venida, pero antes de que eso suceda, habrá una señal revelada, también con un lenguaje misterioso.

“Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.”

Apocalipsis 13:1-8

“La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será. Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.”

Apocalipsis 17:8-13

Esta “bestia” ha sido mencionada de varias maneras en el libro del profeta Daniel y en otros pasajes de las Sagradas Escrituras1 que describen como tal al mismo personaje conocido como el Anticristo. Esta es la revelación completa del “misterio de la bestia.”

La complejidad de este pasaje se hace evidente con las palabras, “esto, para la mente que tenga sabiduría” (Apocalipsis 13:18; 17:9), dando a entender tanto la dificultad para comprender como la necesidad de tener discernimiento espiritual. Esto recuerda las humildes palabras del profeta Daniel al rey Nabucodonosor: “Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón” (Daniel 2:30).

Una Doble Existencia

La Biblia revela que la bestia tiene siete cabezas (Apocalipsis 17:3, 9), pero el Anticristo es identificado como el “octavo.” Sin embargo, al afirmar que sólo hay siete cabezas, implica que ¡una de las cabezas tiene una doble existencia! También dice que “es de entre los siete” (Apocalipsis 17:11), es decir, que una de las siete cabezas está siendo designada dos veces… ¡Una de las cabezas tiene doble existencia!

Así pues, la bestia es identificada con una de las siete cabezas. ¿Cuál es su significado? El ángel enviado al apóstol Juan revela la clave al definir las cabezas de la siguiente manera: “Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Apocalipsis 17:9-10). Sin embargo, esta revelación lleva a otras preguntas: ¿Qué significan los siete montes y los siete reyes?

Siete Montes son Siete Reinos

En el tiempo del regreso de Jesús, un ángel anunciará que “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15), lo cual es muy significativo al tratar de determinar el significado de los montes. Es importante recordar que la gigantesca estatua que el rey Nabucodonosor soñó y en la que era adorado, estaba compuesta por varias secciones que representaban los imperios (reinos) gentiles, desde el tiempo de Daniel hasta la segunda venida de Jesús: Babilonia, Media-Persia, Grecia y Roma.

Pero “en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos” (Daniel 2:44); es decir, en su segunda venida, el Señor Jesucristo destruye todos estos imperios o reinos mundiales de la historia.2 En ese tiempo, estos cuatro imperios estarán todos unificados como uno solo bajo la autoridad del Anticristo.

El reino de Jesucristo es descrito como un “monte que llenó la tierra” (Daniel 2:35). Dado que el reino que vendrá después de los otros reinos es descrito como un “monte,” estos deben ser vistos de la misma manera, como montes alegóricos en las demás partes de la Biblia. Por ejemplo, “en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes” (Isaías 2:2), es decir, de las naciones o reinos de alrededor; “yo estoy contra ti, oh monte destruidor, … y te reduciré a monte quemado” (Jeremías 51:25), refiriéndose al reino de Babilonia; “¿Quién eres tú, oh gran monte?” (Zacarías 4:7), refiriéndose al imperio o reino que se oponía a la construcción del segundo Templo.

“Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.”

Daniel 2:37-45

En este pasaje clave, se encuentra una sucesión de cinco reinos, siendo el último descrito como un “monte.” Por lo tanto, los otros cuatro reinos pueden ser también descritos igual. Estos montes o reinos son a los que hace referencia el Apocalipsis, pues “las siete cabezas son siete montes [o reinos], sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes” (Apocalipsis 17:9-10). La Gran Ramera o Babilonia la Grande, la cual es el origen de todas las falsas religiones, es descrita en este mismo pasaje sentada sobre las cabezas de la bestia. En otro pasaje, versículos más adelante, dice que “donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” (Apocalipsis 17:15), haciendo referencia a la multitud de reinos (naciones) alrededor del mundo, los cuales deben ser dispersados a través del tiempo porque el origen (la madre) de las falsas religiones se ha extendido por varios siglos desde la Torre de Babel.

Hay otra conexión muy interesante al respecto que muestra que la bestia es creada a la imagen de Satanás, pues lo describe como “un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” (Apocalipsis 12:3), en tanto que el Anticristo es descrito como “una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas” (Apocalipsis 13:1). Las diademas o coronas representan gobierno y, según Jesús, Satanás es “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31).3 Este principado requiere de los reinos de este mundo, lo cual Satanás no negó cuando tentó a Jesús en el desierto (Lucas 4:5-8).

Si estas coronas requieren de un gobierno y Satanás gobierna los reinos (naciones) de este mundo, y, dado que las coronas se encuentran sobre las siete cabezas, entonces las cabezas deben representar reinos. Esta es la mayor evidencia de que las siete cabezas, representadas como montes, son realmente siete reinos o naciones del mundo.

Siete Reinos Mundiales

La frase, “y son siete reyes” (Apocalipsis 17:10), anticipa una identificación estricta de los siete montes con los siete reyes. Los montes, por tanto, son poderes imperiales de gobierno. Un rey y su reino son vistos por lo general como uno solo; se levantan o caen juntos, pues no hay reyes sin un reino ni súbditos que le sirvan. Estos siete reyes no son identificados con ningún imperio anterior o diferente a los representados por los siete montes.

La Biblia menciona algo importante respecto a estos siete montes o reinos: “Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Apocalipsis 17:10). Aquí se observa que hay un orden de existencia de estos siete reinos: cinco del pasado, uno actual y otro futuro; pero para poder identificarlos, es necesario tener un punto de referencia desde el cual poder ubicarlos apropiadamente en la historia y en el tiempo. Este punto de referencia se encuentra en por lo menos tres pasajes que mencionan el tiempo profético en el que se hallaba el apóstol Juan cuando recibió esta visión y la registró en el libro del Apocalipsis:

1 Las primeras cuatro características que describen a la bestia en Apocalipsis 13 son las mismas cuatro bestias (reinos) de Daniel 7. Sin embargo, ¡son nombradas en orden inverso!“Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La primera era como león, … Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, … Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, … Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible … y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.”Daniel 7:3-7“Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.”Apocalipsis 13:1-2Mientras que Daniel miró el surgimiento de los reinos hacia el futuro desde el principio de los tiempos de los gentiles (Babilonia, el “león;” Media-Persia, “el oso;” Grecia, el “leopardo;” y Roma, “la bestia espantosa y terrible”), Juan vio los mismos imperios mirando hacia atrás (primero el “leopardo,” luego el “oso,” y, finalmente el “león”), en el tiempo de Roma, 600 años después de Daniel, una vez que estos reinos habían llegado al final de su carrera.

2 El libro del Apocalipsis establece claramente su propia referencia del tiempo para todo lo que sigue: “las cosas que has visto [pasado], y las que son [presente de Roma, para Juan], y las que han de ser después de estas [futuro]” (Apocalipsis 1:19).

3 Este marco del tiempo con referencia a Juan dentro de la historia es el año 95 d.C. Viviendo en el tiempo del Imperio Romano, Juan escribió que “los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia” (Apocalipsis 17:12), es decir, que diez reinos o naciones (cuernos) conformarían en el futuro una confederación política, y, los diez cuernos representan la segunda etapa del Imperio Romano al final de los tiempos.

Así pues, las visiones del tiempo de Juan deben ser vistas desde la perspectiva del tiempo presente de su propio día, es decir, del tiempo del Imperio Romano. Cuando menciona que, de los siete reinos, “cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido,” es evidente que el “uno” se refiere a Roma (Apocalipsis 17:10), el sexto reino que existía en el tiempo de Juan.

Es claro hasta ahora que los cinco reinos que habían caído, desde el tiempo de Juan hacia atrás, fueron: Egipto, Asiria, Babilonia, Media-Persia y Grecia. Roma sería el sexto reino, así que aún quedaban el séptimo y el octavo.

¿Cuál es el séptimo reino que “aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo”? (Apocalipsis 17:10). Dos pasajes proveen la respuesta.

Desde la perspectiva del profeta Daniel, sólo cuatro reinos dominarían la historia bíblica hasta el final de los tiempos. En su secuencia, Roma es el cuarto y último reino, pero tendrá dos etapas y en la segunda, involucrará diez naciones, representadas en los “diez dedos,” (Daniel 2:33, 41-42), que en el Apocalipsis son los “diez cuernos” (Apocalipsis 13:1).

“Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre... La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará.”

Daniel 7:17-18, 23-24

Desde la perspectiva de Juan, la primera etapa de Roma se refiere a la segunda etapa en la perspectiva de Daniel. Es importante observar que la segunda etapa del reino se refiere a “diez reyes, que aún no han recibido reino,” es decir, es un reino que aún no ha venido, pues será el antiguo Imperio Romano revivido. Juan también menciona que estos reyes van a “ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia,” es decir, serán un solo reino.

“Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia… porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.”

Apocalipsis 17:12, 17

Al mencionar que este reino de diez reyes “por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia,” lo identifica como el reino que “aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure [una hora] breve tiempo” (Apocalipsis 17:10).

La verificación final está en el hecho de que, en ambas visiones, Daniel y Apocalipsis, las diez naciones conformarán la nueva Roma, la cual continuará con su oposición a la nación de Israel y será destruida en la segunda venida de Cristo.4

Estos siete imperios han sido, en el curso de la historia, los instrumentos de Satanás en su intento por destruir el propósito de Dios a través de Israel.

Notas

2 Tesalonicenses 2 y Apocalipsis 13.

Daniel 2:34-35, 44-45; Apocalipsis 11:15

También Juan 14:30; 16:11.

Daniel 2:42-44; 7:23-27; Apocalipsis 17:12-14.

El Anticristo

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