Читать книгу La vocación como libertad responsable - Armando Raffo - Страница 7

Оглавление

PRESENTACIÓN GENERAL

Existen términos y vocablos que usamos de continuo y que, en muchas ocasiones, lo hacemos apelando a significaciones con acentos claramente diferentes. Así mismo, sabemos que los términos cobran sentidos diferentes según los ámbitos y espacios culturales en que se verbalizan. Se trata de expresiones que acentúan o remiten a distintos significados según los contextos existenciales y lingüísticos en que ocurren.

Uno de esos términos que a mi entender es especialmente complejo y polisémico, es el de “libertad”. Debe ser una de las expresiones más usadas, así como discutidas y utilizadas, de una forma u otra, para promover o atacar propuestas políticas, modos de convivencia, estilos de vida, etc. Más aún, según cómo se entienda la libertad, se establecen modos de convivencia y representación ciudadana de muy distinto signo. Esclarecer y comprender el sentido profundo de la libertad entrañará un esfuerzo que habrá de apoyarse en una postura antropológica que, en nuestro caso, posee raíces claramente cristianas como se podrá ver.

Otro de los términos que también genera muchos equívocos es el de “vocación”. Si bien no es un concepto que despierte posturas encontradas ni alimente enconos o disensos radicales, sí es susceptible de equívocos en cuanto a su significación profunda.

Al referirnos a la vocación como libertad “responsable” introducimos un tercer término o concepto que, aunque no despierta disensos especiales, sí importa esclarecer su sentido para evitar equívocos. Como adjetiva a la libertad intentaremos explicitar su relación con ella.

Como es obvio, intentaremos clarificar el significado de dichos términos para que las propuestas y conclusiones a las que arribemos sean bien comprendidas. Cabe notar que, en este caso, las etimologías de las palabras “vocación” y “responsabilidad” ofrecerán una buena ayuda para entender y disminuir los posibles equívocos que suelen producirse cuando nos referiremos a ellas.

El presente libro pretende ofrecer una reflexión que ayude a clarificar dichos términos y la relación que les es intrínseca desde la mirada y la tradición cristianas. Hacer un esfuerzo por entender ambos conceptos y su intrínseca relación, ayudará a vislumbrar la importancia que tienen para nuestras vidas. Como fue dicho, los términos, aunque muy valorados y significativos para la gran mayoría de las personas, son, en muchos casos, comprendidos de maneras muy diferentes. Intentaremos acercarnos a los mismos desde una postura racional y comprensible para cualquier persona interesada, aunque la mirada y el enfoque provengan de la tradición cristiana. Más aún, podríamos decir que para los cristianos se trata de conceptos esenciales. La libertad, la vocación y la responsabilidad entrañan asuntos extremadamente importantes para los seres humanos en general y para los cristianos en particular. Podemos decir que a partir de Jesús es imposible entender la vida cristiana sin atender, con toda seriedad, lo que esos términos suponen para nuestra tradición.

Hacer un esfuerzo por comprender qué es la libertad, así como lo que podríamos llamar su raíz o punto de apoyo, será de gran ayuda para asumirla con mayor lucidez y compromiso. Otro tanto podríamos decir al respecto de la vocación y la responsabilidad que se refiere al modo de llevar adelante la propia vocación desde la libertad aludida. Trataremos de mostrar el origen de dichos términos y su significación antropológica.

En efecto, desde la perspectiva cristiana, todo ser humano llega a la historia con una vocación incoada que solo podrá ser desarrollada a través de la libertad y en forma responsable. Mostrar el sentido y las características esenciales de esa relación constituye uno de los propósitos más importantes de esta obra. Como fue dicho, la mirada que nos permite ver y describir el modo en que esas realidades han de relacionarse, tiene su asiento último en la tradición cristiana.

Cuando nos referimos a la mirada cristiana, no aludimos a una frase hecha ni a una caricatura de lo que es el hecho cristiano en general. Nos referimos a una tradición que, en algún sentido, es tan antigua como la humanidad misma y que ha ido progresando a lo largo de los siglos hasta llegar a Jesús de Nazaret como su momento más álgido y definitivo. El propio Jesús desencadena una historia nueva resignificando el camino recorrido con la impronta de sus propuestas fundamentales. Los cristianos vemos en Cristo el alfa y el omega, el principio y el fin; el punto de apoyo y la meta a perseguir. Desde él miramos el pasado y nos proyectamos hacia el futuro. La vida y la propuesta de Jesús conforman lo que podríamos llamar el colirio que aclara nuestras pupilas para ver el camino a seguir y lo que supone la vocación de todo ser humano.

Arraigados en la libertad a la que nos impulsa Cristo, confiamos en desplegar nuestra propia humanidad y ofrecer un aporte significativo en la construcción de una humanidad nueva. Comprendemos la libertad y la vocación humanas desde la vida y la propuesta de Jesús, verdadero hombre Nuevo. Cristo es el verdadero sí de Dios a todo lo que hay de promesa en el ser humano.(1) Su vida nos descubre el sentido profundo de toda vida humana y nos abre el camino para ir hacia la humanidad nueva que todos anhelamos en el fondo de nuestros corazones.

Para hablar con pertinencia y un mínimo de rigurosidad respecto de la vocación humana en general, tendremos que hacer un esfuerzo por dilucidar qué entendemos por persona humana. Más específicamente, trataremos de asomarnos a aquello que subyace y sustenta a cada individuo. Intentaremos especificar a qué nos referimos cuando hablamos del sujeto humano. Ello nos ayudará a comprender mejor qué entendemos por vocación, qué por libertad y, también, la relación que habrán de sostener la una con la otra.

Otro elemento importante de la presente obra lo constituye el deseo de mostrar el modo en que los creyentes vamos descubriendo el sentido de la vida y la misión que nos compete. Para ello será necesario mostrar el modo en que Dios se hace presente en los dinamismos de la vocación y libertad humanas. Tendremos que ver el modo en que Dios alienta la libertad y fortalece la responsabilidad de los creyentes para ir en pos de la tan ansiada Humanidad Nueva. Para ello nos apoyaremos en pasajes bíblicos tan paradigmáticos como elocuentes respecto del tema que nos ocupa. Buscaremos mostrar, en definitiva, el modo en que Dios se hace presente en aquellos que han querido dar un sentido a la vida en el seno de la tradición judeocristiana.

Por último, mostraremos cómo la vocación cristiana entraña una crítica profética para nuestro tiempo. En efecto, la libertad, asumida y vivida desde la vocación cristiana posee un potencial crítico de los dinamismos culturales que envuelven y moldean a las personas de nuestros tiempos. Así mismo, la libertad cristiana tiene el potencial de ofrecer y promover propuestas de convivencia humana que tengan sabor a vida abundante. La dialéctica entre la crítica y la propuesta, propias de las comunidades cristianas, puede y debe movilizar la historia hacia estadios más humanos para todos.

Los aires que predominan en la mal llamada cultura occidental cristiana, en casi nada parecen guiarse por la propuesta de Cristo. Los cristianos buscamos, desde el seno de la Iglesia, ser signos que tengan una carga profética tanto para anunciar caminos nuevos, como para denunciar aquello que nos deshumaniza. El ADN de la comunidad cristiana se expresa denunciando lo que deshumaniza y anunciando caminos de mayor humanización. Por ese motivo, en el último capítulo del presente libro procuraremos describir en qué sentido y cómo la propuesta cristiana es fuertemente crítica de la cultura predominante y cómo, al mismo tiempo, procura ofrecer experiencias y propuestas que despierten entusiasmo por construir una historia más humana y, por ello mismo, más divina. González Faus logra expresar en una frase el deseo profundo que mueve a los cristianos cuando dice que “la Humanidad Nueva solo podrá ser una comunión totalmente insospechada entre los hombres, porque es una comunión insospechada de éstos con Dios. Jesús es el ser relativo de Dios, y la revelación a nosotros de ese ser de Dios”.(2)

1. Cfr. González Faus, José Ignacio, La humanidad nueva. Ensayo de cristología. Sal Terrae, Santander, 1984, p. 222.

2. Ibíd., p. 345.

La vocación como libertad responsable

Подняться наверх