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Modelos de gestión de empresas y destinos turísticos, qué novedades nos esperan
ОглавлениеEn los últimos años han irrumpido en el escenario político, económico y científico términos como la innovación social, la economía colaborativa, la empresa social, la responsabilidad social empresarial, la ciudadanía corporativa, la economía circular, la economía del bien común, la economía solidaria y las prácticas económicas alternativas. La irrupción de este nuevo léxico se ha hecho patente durante la última crisis y en el contexto de transformación estructural de las economías occidentales. En opinión de R. Chaves y J. L. Monzón (2018), conforman paradigmas que nacen en el contexto de deslegitimación del modelo económico imperante basado en la empresa maximizadora de beneficios y poniendo en valor la dimensión social.
El turismo no ha sido ajeno a estos cambios que se han focalizado principalmente en la distribución y promoción. Las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), permiten una mayor agilidad y racionalización de los recursos, así como un mayor acceso de los recursos y conectividad con el cliente. Eso ha hecho florecer los modelos de gestión de carácter «colaborativo», basados en el uso de la tecnología que conecta individuos y comunidades, transformado los métodos tradicionales de consumo, producción, aprendizaje, conocimiento y financiación. Nuevos métodos de intercambio entre personas conectadas en red, que pueden disfrutar de servicios de un modo más económico que el que ofrece el mercado tradicional —sistema denominado p2p— (Pisá et al., 2017). Tanto en el sector alojamiento como en el del transporte, con la irrupción de empresas como Couchsurfing.com, Airbnb, Uber, Cabify, Bla-Bla car, y otras que han supuesto una auténtica disrupción generando una notable disfunción en los negocios tradicionales, como el hotelero, y una oportunidad para la demanda, que se encuentra ante un mayor abanico de opciones de elección y una mayor competitividad en los precios.
Sin duda, estos nuevos modelos de negocio, a corto y medio plazo se irán consolidando y evolucionando, e incluso a más largo plazo, desarrollando de forma que puedan ocasionar una mayor convulsión en las empresas turísticas (viviendas privadas de uso principal que se comercializarán por horas o días, vehículos particulares en alquiler, vehículos sin conductor a disponibilidad de usuarios por trayectos, etc.).
Así pues, los cambios en la gestión empresarial que está experimentando el sector se irán sucediendo e incluso incrementando, por ejemplo, el alojamiento rural turístico tradicional (hoteles, casas rurales) tendrá cada vez una competencia más dura en los apartamentos, en los intercambios de viviendas privadas, en la disponibilidad de viviendas principales por horas o días, por lo que deberá evolucionar en la concepción del producto para mantener unas condiciones de competitividad razonables.
El reconocimiento de que la razón que motiva al cliente en su desplazamiento no es el alojamiento en sí, normalmente, sino la actividad que va a realizar durante el viaje, será fundamental para que se reconsidere una actividad empresarial que hasta la fecha se ha centrado mucho en las necesidades básicas del cliente (dormir, descansar...) en detrimento de las necesidades experienciales (experimentar, disfrutar, hacer, practicar...).