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A TI

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A ti, que aprendiste a volar con las alas del alma.

A ti, que escalas las más altas montañas sin siquiera pisar la tierra.

A ti, que conviertes en flores los abrojos y cubres de amapolas los caminos.

A ti, que hiciste de la virtud tu forma de vida y tu bandera.

A ti, que nadas en todos los océanos sin llegar a mojar tus dorados cabellos.

A ti, que amas todas las cosas naturales de la vida y rechazas lo artificioso.

A ti, que perdonas las ofensas sin esperar la justa correspondencia.

A ti, que perfumas con tu aroma la quietud silenciosa de los cementerios.

A ti, que devuelves amor, y solo amor, a quienes te avasallan.

A ti, que despiertas a los gallos cuando el sol comienza a levantarse.

Tú, que has podido adueñarte del mundo sin ningún esfuerzo y no lo has hecho.

Tú, que vienes de la nada y a la nada te diriges con paso firme y decidido.

Tú, que desprecias el dinero y solo te interesas por la vida eterna y pura.

Tú, que ya vienes de regreso cuando la mayoría todavía va hacia ninguna parte.

Tú, que amas la palabra paz en vez de la ignominiosa y maldita palabra guerra.

Tú, que prefieres la muerte antes que la ofensa a tu prójimo.

Tú, que tienes dentro de tu corazón todos los secretos que conducen a la virtud.

Tú, que compartes lo que tienes con todos aquellos que son poseedores de nada.

Tú, que vives al abrigo de la envidia y del rencor de los humanos.

Tú, que tienes por lecho el mundo y por techo el brillante manto de las estrellas.

Siempre tienes en tu boca la palabra justa para consolar al afligido.

Siempre recoges los nutritivos frutos que producen las semillas que con amor sembraste.

Siempre entregas tu inmensa e inmaculada alma, incluso a aquel que no lo merece.

Siempre tienes en tu boca la palabra justa para mostrar el lado bueno de la vida.

Siempre estás acompañado por una legión de imitadores que quieren ser como tú eres.

Siempre eres bienvenido a los maravillosos lugares donde el amor campa por sus respetos.

Siempre descubres al bondadoso aunque este se encuentre entre un millar de malvados.

Siempre ofreces la miel de tu colmena en lugar de venderla a los impíos.

Siempre ocuparás un hueco en el corazón de todo humano bien nacido.

Siempre me tendrás a tu lado, amigo, de la manera más incondicional que imaginarte puedas.

Evita correr delante del toro desbocado; procúrate un árbol al que subirte.

Evita creer a todo el que miente porque solo es útil para hacer el mal a los mortales.

Evita cenar copiosos manjares; solo servirán para que enfermes.

Evita soñar con un mundo nuevo; este viejo es y así continuará siendo hasta la eternidad.

Evita el dolor que produce el necio; si tú no te apartas de su mal camino, te llevará consigo.

Evita jurar por los dioses todos; ellos son muy suyos y nunca te ayudarán por mucho que lo desees.

Evita vivir junto a la serpiente, pues con su veneno y sus malas artes segará tu vida.

Evita que vuelva el tiempo pasado; ya no será lo mismo y daño agregará a tu existencia.

Evita la pena que produce el llanto; el que llora es siempre el gran perdedor.

Evita el polvo del camino porque en él puede estar el mal en suspensión.

No pienses en el dinero; él no compra la felicidad ni la salud ni nada que sea sublime.

No persigas el poder; el poder corrompe y solo ayuda a abrir las pesadas puertas del infierno.

No olvides al amigo, al verdadero amigo; siempre estará a tu lado en los momentos más difíciles.

No creas que la gloria se gana solo con desearlo; ora et labora, ahí está el secreto.

No seas iluso, aunque de ilusión también se vive, dice la máxima, pues la ilusión es un intangible.

No prometas nada que no estés seguro de poder cumplir; la palabra es la savia del árbol humano.

No cuentes a nadie un secreto, pues en el momento en que lo compartes este deja de serlo.

No confíes en la lotería, ya que esta no apuntalará tu vida, pues siempre le toca al vecino.

No es justo quien puede, sino quien quiere; la justicia garantiza la dignidad humana.

No creas en las hadas; estas siempre engañan a la princesa, haciéndola dormir para siempre.

El verso y la vida

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