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Introducción

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Las universidades ofrecen programas de pequeñas y medianas empresas, generalmente hechas por gente con experiencia en esa liga.

Los militares saben que hay una guerra convencional, y una guerra de guerrillas y se preparan para ese tipo de combate. Buscan instructores que tengan experiencia en esa práctica.

Por dar otro ejemplo. La primera C o D del futbol se juega de otra manera que la primera A y los DT deben adaptarse a eso.

Son ejemplos que no dan una plena idea de los que me propongo comunicar, porque el tema a tratar tiene una dimensión y trascendencia del tamaño de los planetas.

Pero lo intentare con mis pocas armas.

El flujo de la pastoral, de la enseñanza generalmente “baja” de las iglesias grandes, organizadas, poderosas hacia las pequeñas.

Y los pastores de estas, cuyas aspiraciones y norte, generalmente, se reflejan en aquellas otras las reciben como si fuera un mantra infalible. Ven en eso el camino del éxito y la promoción. Pero, al ser dos realidades muy diferentes, las expectativas se frustran y se desdibuja el propósito.

En pocas palabras es como si David hubiera aceptado la armadura de Saúl. Cuando en realidad David desestimo la armadura de Saúl y prefirió luchar con sus propias armas.

Yo te invito a que te apropies de tu relato, en buen criollo: a que te pongas la camiseta de tu iglesia chiquita como David se puso la camiseta de su realidad.

No es tan relevante el tamaño de la iglesia, ni cuan fuerte es (sino consulta apocalipsis) son medidas humanas. Lo relevante es que la iglesia sea iglesia de verdad, no ONG, no estado (si, hay una iglesia que es un estado soberano)no empresa, ni tantas otras cosas más. Solo iglesia, asamblea de ciudadanos libres, que se ponen de acuerdo, donde está el Espíritu Santo, donde piden unánimes y las cosas suceden. Porque hay una promesa.

Oda a la iglesia chiquita

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