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ОглавлениеSociedades de Beneficencia y Socorros Mutuos. Dinámicas de sociabilidad y estrategias de distinción de inmigrantes en Punta Arenas, 1880–1920
LJUBA BORIC BARGETTO
Universidad de Santiago de Chile
INTRODUCCIÓN
A partir de las últimas décadas del siglo XIX, en la región de Magallanes ocurrió un fuerte proceso de aumento demográfico tras la llegada de diversos grupos de migrantes nacionales y extranjeros, por tanto, interesante es comprender tal proceso migratorio y sus efectos en la sociedad receptora en base a las relaciones que se establecieron; esto como la transición de un espacio social, el de partida, a otro espacio, el de llegada125. En la siguiente investigación, se utilizará la categoría analítica de redes con el fin de acercarnos a las pautas culturales de los grupos migrantes por medio del asociacionismo étnico, analizando las formas en que se difundieron las normas y valores de los involucrados, desde su país de origen hacia el país receptor, por medio de la formación de distintas instituciones.
Los migrantes, como actores sociales, construyen y poseen motivaciones, intereses e identidades propias y colectivas, por tanto, se ven involucrados en un proceso social que provoca cambios y continuidades importantes en la trama existencial de sus vidas, en los valores, las normas y las formas de identificación de las familias y de las comunidades.
Así también, el análisis de redes es necesario en las investigaciones con grupos migrantes, no con el fin de estudiar la red en sí como objeto de estudio. Por medio de esta, nos acercaremos a un nivel de entendimiento de los procesos culturales y sociales, con sus reciprocidades, continuidades y conflictos desde lo más micro hasta el nivel macro, ahondando en particularidades que con otros métodos de análisis no se logran alcanzar. Con la utilización de la metodología de red, la fisonomía social de los sujetos es definida en este estudio a partir de los vínculos personales activados y generados por estos, con la utilidad de comprender el comportamiento de los diferentes actores y sus relaciones126. Esto pondrá en relieve los mecanismos de comportamiento social, la identidad de los actores que se tornan invisibles en los modelos estructurales127.
Refiriéndonos a la categoría analítica de red social, seguiremos el modelo empleado por Fernando Devoto y Hernán Otero, quienes comprendieron la red como una función de elementos aglutinadores de sociabilización. En este sentido, cobra relevancia el conjunto de recursos y objetos inmateriales: la materialidad de lo simbólico para lograr legitimización y hegemonía social al ser parte de estas instituciones. A través de su funcionamiento estas pueden generar espacios de reciprocidad, confianza y solidaridad128, así como mecanismos de promoción social que son de gran interés en el presente estudio.
En la construcción de las redes sociales el principal elemento de análisis radica en el actor social y el estudio de su trayectoria vital con la estructura de su grupo, ya que los inmigrantes mantienen diversos tipos de relaciones con sus familias, amigos, vecinos, que influyen en su comportamiento social129. Por su parte, las relaciones y vínculos que se establecen entre los distintos actores sociales desde sus prácticas, cobran un rol fundamental en la configuración de estas. Sin embargo, para la construcción de una red social necesariamente se deben ejercer las relaciones entre poderosos y dependientes. Las redes operan dentro de sociedades construidas sobre desigualdades estructurales, sus actores se reparten los espacios de control sociopolítico y económico en una estructura de poder totalmente jerarquizada de carácter vertical130. Es ahí cuando aparecen los roces, quiebres, desigualdades y conflictos; las redes se pueden desarmar, rehacer y/o renovar.
Como resguardo del capital social las redes pueden extenderse en sus radios de acción y aumentar los actores que la componen en sus lugares de origen, tránsito o destino, por medio de nuevos y distintos lazos, saberes y poderes131. Junto a esto, pueden existir redes paralelas, de menor escala que las dominantes132. En cuanto a sus formas, primero consideraremos la conformación de las redes premigratorias. Al momento de migrar, la toma de decisión en parte se ve influenciada por posibles contactos, conocidos, amigos, vecinos o parientes que con anterioridad migraron al nuevo país de destino. Estos contactos funcionaron como verdaderos puentes de información, compartiendo por cartas sus relatos y de voz en voz sus experiencias, así como también se convirtieron en ejemplos a imitar o no, en cuanto a las expectativas a cumplir y las aspiraciones de movilidad socioeconómica.
A través de la documentación revisada, principalmente estatutos y reglamentos de sociedades de beneficencia y sociedades de socorros mutuos creadas por inmigrantes en Magallanes, veremos cómo se expusieron normas, discursos y problemáticas asociadas al concepto de honor, a los mecanismos de promoción social, a las redes premigratorias para presentar como candidatos a los futuros socios y a la noción de hombres y mujeres de buena fama pública para acceder a estos círculos de privilegios sociales; reglamentos que se constituyeron como factores centrales al momento de profundizar en las formas culturales y simbólicas de las relaciones sociales de los inmigrantes133.
INMIGRANTES, IDENTIDADES Y DINÁMICAS ASOCIATIVAS EN MAGALLANES
Una vez radicados en el país receptor, los inmigrantes identificados con las distintas colonias mantuvieron una intensa vida asociativa a través de instituciones que apuntaban al conjunto de los compatriotas, pero que también estaban referidas a espacios sociales más acotados, reforzando identidades colectivas diferenciadas de la sociedad nativa134. Entre estas instituciones, existieron diversas asociaciones de origen mutuo-social, ya sea con el objetivo de prestar asistencia a sus paisanos en servicios de protección social, enfermedad, pensiones de vejez, viudez, orfandad, asilo, desempleo, gastos funerarios, entre otros contextos de necesidad y apremio.
También se crearon organizaciones con fines de conservación de identidad cultural de las distintas colonias, objetivo reflejado en la creación de centros socio-culturales, clubes deportivos, coros y colegios; compañías de bomberos para resguardar los bienes de los integrantes de las colonias; bancos y compañías de seguros para facilitar las actividades financieras de los inmigrantes, entre otras135. La creación de estas instituciones de orden social y benéfico, fue la expresión de sus intereses por socorrerse mutuamente136.
El participar en espacios de sociabilidad que mayoritariamente les pertenecieron a hombres y luego a mujeres de los grupos más acomodados, significó compartir
una serie de ritos sociales, de normas de comportamiento, de estilos de vida y de posición y relaciones sociales137. El capital cultural138 y las prácticas culturales impuestas por los grupos sociales dominantes, persiguieron establecer y consolidar a un sector de la sociedad magallánica compuesta por nacionales e inmigrantes de las capas medias y altas de una región austral en formación. Sociedad con claros matices de desequilibrio social y conflicto.
La condición de espacio fronterizo de la región austral, configuró una diversidad de componentes sociales, ya sean inmigrantes europeos, colonos nacionales, población autóctona, misioneros salesianos, figuras estatales, entre otros actores que permitieron la movilidad e integración de individuos con posiciones económicas diversas, articulándose en sistemas estratificados de posiciones sociales139. Los inmigrantes que quisieron ser parte de instituciones, socios y directivos de las respectivas organizaciones sociales de las colonias, tuvieron que cumplir con una condición y posición de clase140, situación que queda reflejada al analizar los estatutos y reglamentos para poder postular e ingresar a sociedades de beneficencia y de socorros mutuos.
La historiadora Carmen Norambuena, señala que en nuestro país entre las décadas de 1850 a 1900, existieron ochenta y dos organizaciones pertenecientes a colonias de inmigrantes; treinta y dos pertenecieron a la colonia alemana, diez a los italianos, siete a los inmigrantes franceses, cuatro a la colonia suiza y tres a los ingleses; las restantes se distribuyeron entre los inmigrantes austro-húngaros, portugueses y belgas principalmente141. En tal listado, se consideran aparte las instituciones pertenecientes a la colonia española, quienes sin duda fueron el grupo mayoritario con cerca de cuarenta y tres organizaciones a lo largo de Chile hasta 1930142. Para el caso de Magallanes hasta la década de 1920, se habían fundado cerca de cincuenta y cinco organizaciones sociales de inmigrantes de carácter benéfico, artístico, deportivo, educacionales, patrióticas, entre otras143.
En base a las dinámicas, estatutos y cuantía de los socios nos detendremos específicamente en la creación de las sociedades de beneficencia y de socorros mutuos. Y aunque en Chile, las investigaciones relativas al origen de este tipo de organizaciones fundadas por inmigrantes no son cuantiosas, sí aportan interesante información para comprender su funcionamiento144. Desde la década de 1850 se crearon las primeras sociedades de socorros mutuos o de beneficencia por grupos nacionales. El historiador Sergio Grez menciona que, la participación en ellas de individuos acomodados (profesionales liberales, empresarios, comerciantes), y el apoyo que a menudo les prestaban los consulados de sus respectivos países, les permitían entregar a sus asociados más beneficios que los ofrecidos por las mutuales del país receptor145.
Estas muestras de asociacionismo desarrollaron dinámicas marcadas por los mecanismos de promoción social al momento de definir el ingreso o no de los postulantes, las redes pre-migratorias y de solidaridad en contextos de recomendación de integrantes y de colaboración en situaciones de urgencia, así como también funcionaron en base a los recursos y los mecanismos de control de las pautas conductuales que marcaron la composición de sus miembros y la distinción social de tales organizaciones. Dentro de los orígenes asociativos, podemos identificar dos principales tipos de organizaciones: las sociedades de beneficencia y las de socorros mutuos. Cada tipo de organización se diferenció en su composición social y económica, no encontrándose exentas de conflictos y de rivalidades individuales, disputas interétnicas o de carácter clasista que se advertían en la comunidad146, ya sea por conductas indebidas de sus miembros, socios morosos, integrantes que se involucraron en causas políticas y/o religiosas, o transgresores de la ley.
Considerando estudios anteriores, sabemos que no todos los inmigrantes lograron formar fortunas, obtener estabilidad laboral e insertarse dentro de las redes socio-económicas por medio de mecanismos que no infringieran la ley. Por tanto, un grupo minoritario de inmigrantes logró la tan ansiada movilidad social; sin embargo, los que sí la consiguieron, marcaron una presencia e influencia muy fuerte en la sociedad magallánica, siendo estos los que quisieron marcar distinciones significantes, que expresan las diferencias de condición y de posición147 con sus compatriotas más desvalidos, quienes podrían resultar ser un peligro potencial de alteración social y de la fama pública que se colocaba en juego.
Como respuesta a tales problemáticas y repitiendo modelos de siglos anteriores de instituciones caritativas de beneficencia, se establecieron las primeras organizaciones conformadas por nacionales y/o inmigrantes exitosos y con acceso a distintos puestos de poder, buscando cubrir necesidades de salubridad que carecían de apoyo estatal como el acceso a la salud y cobertura económica en la atención médica148. Una de las primeras instituciones creadas en Punta Arenas para combatir tales problemáticas fue la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, en donde se señalaba que:
“El socorro que la Sociedad acuerda a sus socios consiste en médico, medicinas y un subsidio diario en caso de enfermedad comprobada. Todo socio para tener derecho al subsidio y a la asistencia médica, deberá dirigirse a la secretaria y recibirá de ella la orden para el médico149”.
Si bien esta Sociedad permitía el acceso de socios nacionales como extranjeros, lo cierto es que mayoritariamente la integraron personas de origen nacional. La demostración de poseer buena salud como requisito de ingreso a las instituciones de socorros mutuos o la solicitud de auxilio monetario de los socios en caso de enfermedad, fue apoyada por el requerimiento de certificados médicos por parte de la directiva. Así lo señala una carta de 1917:
“Señor Nicolás Mladin: Estimado Socio, refiriéndome a su atta., de fecha 11 del pt. Me es grato poner en su conocimiento, que, en la reunión de Directorio, celebrada anoche, se acordó pedir a Ud. un certificado de Doctor, explicando la enfermedad que Ud. padece, por sernos imposible poder auxiliarlo económicamente sin dicho requisito”150.
Durante el año de 1906 en Punta Arenas, el médico J. Paris atendió al socio Juan Ostoich. La Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, tal como indicaban sus estatutos y objetivos, se hizo cargo del pago de la cuenta médica por los servicios prestados al enfermo. Al respecto, el escritor Lucas Bonacic señalaba que los honorarios de los médicos iban desde los 3 pesos por examen que debían realizar durante la incorporación de un socio, un peso cincuenta centavos por consulta médica de los socios tres pesos por visita domiciliaria151.
En cuanto a las colonias de inmigrantes presentes en la región austral, los portugueses fueron los primeros en fundar una asociación de esta índole en el año de 1893, la Sociedad de Beneficencia Portuguesa, seguidos por los españoles con la Sociedad Española de Socorros Mutuos en el año de 1895 y la Fratellanza italiana di Mutuo Socorso en el mismo año152. En el caso de los inmigrantes británicos, en el año de 1899, fundaron The British Association of Magallanes (posteriormente British Club) y la Mutual Benefit Society. Ya en el siglo XX, prácticamente todas las colonias de inmigrantes repitieron estas iniciativas, pues desde 1893 a 1920, se conformaron veinte asociaciones de carácter benéfico promovidas por las distintas colonias de inmigrantes en Punta Arenas153. A continuación, una tabla resumen de las principales asociaciones benéficas creadas en la ciudad de Punta Arenas:
Tabla Nº1
Asociaciones benéficas y societarias creadas por inmigrantes en Punta Arenas, 1893–1920
Nombre Institución | Año |
Sociedad de Beneficencia Portuguesa | 1893 |
Sociedad Española de Socorros Mutuos | 1895 |
Fratellanza Italiana di Mutuo Socorso | 1895 |
Sociedad Austríaca de Socorros Mutuos | 1896 |
Societé Francaise des Secours Mutuels | 1897 |
Deutscher Kranke und Sterbe Kasse | 1897 |
Deutsches Verein | 1898 |
British Association of Magallanes | 1899 |
Mutual Benefit Society | 1899 |
Hrvatsko Dobrotvorno Drustvo | 1900 |
Sociedad Suiza de Socorros Mutuos Helvetia | 1902 |
Deutschnationaler Handlungsgehilfen | 1909 |
Centre Cátala | 1911 |
Club Austríaco | 1912 |
Centro Español | 1912 |
Hrvatski Dom | 1914 |
Deutschnationaler Handlungsgehilfen | 1914 |
Circolo Italiano | 1917 |
Círculo Francés | 1919 |
Círculo Suizo | 1920 |
Fuente: Revista Male Novine, Nº. 81, año 2008, Punta Arenas.
ESTATUTOS, NORMAS Y REGLAMENTOS DE ORGANIZACIONES SOCIALES: PAUTAS DE COMPORTAMIENTO Y CONFLICTOS IDENTITARIOS
Los estatutos de las sociedades benéficas y de socorros mutuos estuvieron marcados por rasgos morales y aspectos de fama pública e identitarios de nación. Inicialmente aparecieron como organizaciones étnicas o de carácter nacional, pues la identidad de paisanaje se impone a otras identidades posibles, como las de clase, por las propias motivaciones y necesidades socio-culturales de los inmigrantes154. Posteriormente, los rasgos de clase en algunas de estas, se harían notar a lo largo del siglo XX. En el caso de La Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, fundada en el año de 1900 con el objetivo de crear un fondo común destinado a socorrer a los socios de origen croata inscritos en Punta Arenas y que atravesaron circunstancias de dificultad económica y agravios de salud, entre los principales puntos a considerar para la incorporación como socio, cabe destacar el requisito de ser súbdito o hijo de súbdito austro-húngaro, gozar de buena reputación y ejercer alguna honesta profesión, arte u oficio155.
La buena reputación se comprobaba por medio de la representación de dos socios, quienes, exponían los antecedentes de los candidatos a ingreso frente a un Directorio. Estos antecedentes no solo se encontraban marcados por la acumulación del capital económico de los aspirantes, sino que también tomaba relevancia el capital cultural de estos156. Veremos cómo por ejemplo el dominio del idioma nativo de los inmigrantes consistió en uno de los requisitos para ingresar a algunas instituciones sociales.
En el año de 1911, con motivos del fallecimiento de un socio de la Sociedad Croata de Beneficencia, en el funeral sus compañeros le dedicaron las siguientes palabras de agradecimiento por haber fomentado el idioma y la cultura croata:
“Pero antes de entregarte a la madre tierra, Agustín, quiero despedirme de ti, en nombre de la Sociedad Croata de Beneficencia, de quien has sido fundador. Todos poseemos frescos recuerdos del gran día, sí, digo grande, porque para nosotros los croatas, en verdad lo era grande, cuando algunos de nuestros entusiastas patriotas se reunieron en tu casa para proclamar los estatutos de unión, de rescate de nuestras tradiciones, viendo la gran necesidad de despertar a nuestro pueblo lejos de la madre patria i volverlo al verdadero camino, del cual se había desviado,,, tu ardiente palabra i tú patriotismo [sic] ha ayudado por la primera vez en Chile, desplegar el tricolor croata lejanos de la madre patria”157.
El British Club, fundado el 3 de mayo de 1899 tuvo como objetivo crear un hogar social para sus miembros, promoviendo la cultura, el esparcimiento y los lazos y redes de amistad y solidaridad entre estos. Dentro de los estatutos, quedaba estrictamente prohíbo toda clase de juegos de azar y diversiones que atentaran contra la moral pública158.
Si bien, analizando los reglamentos internos de esta institución y otras de similares características, no se dejaba explícito que sus integrantes debían ser solo hombres, hasta por lo menos 1920, ni en las actas de sesiones ni en los distintos listados de integrantes aparecieron nombres de mujeres. Es más, recién en 1918 se crea la primera institución de Socorros Mutuos a cargo de mujeres, la Sociedad Femenina de Socorros Mutuos. Anterior a esta, las mujeres, tanto nacionales como inmigrantes, se encontraban formando parte de organizaciones fundadas en contextos religiosos y con objetivos de caridad con estatutos de buena conducta y fama pública similares a los de los hombres: la Archicofradía de María Auxiliadora en 1888, la Asociación de las Hijas de María en 1890, la The Anglican Society en 1893, la Sociedad de Damas La Mujer Croata en 1914, la Cruz Roja Serbio-montenegrina y Huérfanos de la Patria, entre otras159.
Importante era el rol que jugaban las redes pre-migratorias y los lazos de parentesco y redes derivadas de los enlaces matrimoniales y/o sociedades comerciales. Muchas de estas organizaciones se formaron con personas estrechamente vinculadas entre sí, ya sea a consecuencia de ideas de grupos de amigos, vecinos o familiares oriundos del mismo pueblo o país, y con una procedencia socio-ocupacional mayoritariamente homogénea (estancieros, comerciantes e industriales). Así también, los postulantes acreditaban buena conducta y óptimos antecedentes, avalados por los testimonios que sus nuevos lazos comerciales, de compadrazgo o de amistad en el país receptor podían aseverar, comprendiendo así el funcionamiento, dimensiones y posiciones de las redes.
En lo posible, tales testimonios o certificados debían ser emitidos por inmigrantes que ya pertenecieran a la asociación que se postulaba. Una vez revisadas las cartas de recomendación en cuanto a su contenido, procedencia y la ocupación de cada postulante, los directivos realizaban la votación correspondiente; en caso que se probase la honradez y laboriosidad de los candidatos, estos eran admitidos. Así lo dicen los estatutos del Hrvatski Dom (Club Croata), creado en 1915 en Punta Arenas: “podrán ser miembros del Club siempre que tengan reputación de buena conducta y honradez, todo croata o eslavo y los hijos de los mismos, debiendo contar por lo menos con diez y seis años de edad y ejercer profesión seria, arte y oficio honestos”160.
Los mecanismos de control de las pautas conductuales también se vieron reflejados en algunos de los reglamentos de las organizaciones de las distintas colonias. Los socios que, por mala conducta, morosos en sus cuotas, contrayentes de enfermedades a consecuencia de relajación de costumbres y/o oficios denigrantes, o quienes se vieron involucrados en causas políticas y/o de índole nacionalista, fueron expulsados de la Asociación. Así también, a los enfermos producto de los abusos del alcohol o los heridos a consecuencia de riñas y pleitos, se les negó todo tipo de auxilio médico, pues atentaban contra el respeto, la fama y la tranquilidad de los miembros de las colonias161.
En el año de 1905, dos socios de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos se vieron involucrados en una riña que culminó en homicidio. David Draguicevich atacó al súbdito de apellido Verick, ocasionándole la muerte.
“Y no habiendo tomado ningunas medidas el representante de nuestro Imperio, se acordó que el presidente y el secretario de esta institución presenten una demanda al Juez de Letras pidiendo que en vista que el homicida Draguicevich posee una regular fortuna, pague una indemnización a la viuda y sus hijas junto con disculpas públicas”162.
El quinto artículo de los estatutos del Club Croata de Punta Arenas hacía alusión al respeto y obediencia de los socios para con los directivos: obedecer dentro del Club a cualquier miembro del Consejo Directivo en caso de reconvención, procurando al mismo tiempo con su comportamiento, ser digno de elogio y fama entre los consocios163.
Por su parte, en el año de 1896 se funda la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, liderada por un comité compuesto por José Pasinovic, presidente; Agustín Denegri, vicepresidente; Nicolás Bandic, secretario; Oreste Grandi, tesorero, y Juan Sturica, Antonio Milicic164 y Fortunato Bergulian, consejeros. Esta comitiva en conjunto con los socios, elaboraron los primeros estatutos, dejando claro dentro de los reglamentos el mantenerse al margen de toda ideología política y/o religiosa165. Si analizamos el listado de socios por año hasta finales de 1900, de 200 socios con los que contaba la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, ciento noventa y un correspondían a un origen dálmata, súbditos del Imperio Austro-Húngaro, provenientes de diversas regiones y pueblos de la Isla de Brac, principalmente166.
Algunos, fueron desertores del servicio militar, otros no cumplieron con el enrolamiento en la armada nacional167. Por tanto, por motivos de lealtad y/o deserción hacia la corona de los Habsburgo, las distintas organizaciones experimentaron roces y desacuerdos con respecto a los ideales nacionales, ocasionando quiebres, creación de nuevas instituciones o el cambio de nombre de algunas de estas según las ideologías de sus adeptos.
En el año de 1918 el ministro de Relaciones Exteriores solicita al Gobernador de Magallanes la disolución del Club Hrvatski Dom, por ser tan peligroso para la tranquilidad de la colonia austrohúngara en Magallanes. A raíz de un pleito ocurrido durante un partido de football entre un grupo de croatas y serbios antiaustríacos, quienes provocaron a la colonia austriaca con gritos subversivos contra el Imperio Austriaco, se agredió con golpes y armas a varios de estos, siendo víctimas del conflicto los señores Czernoch, Esteban Scarpa y varios otros168.
Una rama de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos compuesta por Juan Sekul, Andrés Stambuck, Francisco Tomsic, Bartolo Poduje, Juan Ursic, Juan Spanich y Juan Turina tomó la decisión de separarse y fundar una organización con denominación eslava, escudo de Croacia, Dalmacia y Eslovenia y el idioma croata como oficial. Así, en el año de 1900 se crea la Sociedad Croata de Beneficencia169, luego, para el año de 1919 por motivos nacionalistas el nombre de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos cambiaría al de Sociedad Dálmata de Socorros Mutuos, y la frase súbdito o hijo de súbdito austrohúngaro, se reemplazaría por ser oriundo de la provincia de Dalmacia o hijo de socio dálmata. La bandera utilizada sería la de la Provincia de Dalmacia170.
Lo mismo ocurrió con la compañía Austriaca de bomberos fundada en el año de 1902, la cual cambió su nombre a Bomba eslava y finalmente a Compañía de Bomberos Croata Dalmacia. A medida que crecía el número de inmigrantes y descendientes de croatas en Magallanes, aumentaban los conflictos nacionalistas. En el año de 1902, comenzó un pleito judicial que involucró a la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos y a uno de sus socios y ex miembros de la directiva, Andrés Yuricic, quien fue partidario de la independencia y separación de Croacia del Imperio Austro Húngaro y del reconocimiento de los croatas como tal, en desmedro del apelativo de austriacos.
Yuricic violó una correspondencia emitida por el cónsul austriaco en Nueva Zelanda, la cual iba dirigida al Directorio de la Asociación. El cónsul solicitaba los estatutos de las Sociedad con el fin de replicarlos y crear una institución semejante para los súbditos austriacos en Nueva Zelanda, a lo que Yuricic le contestó que la Sociedad Austriaca no existía, y que toda institución con nombre austriaco en Chile, fue reemplazada con el nombre de Sociedad Croata. En ese sentido, Juan Marovic en representación de la directiva de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos se querelló criminalmente frente a Yuricic, solicitando una multa, prisión y expulsión de la Sociedad:
“Habiendo el señor Yuricic, al contestar la carta violada manifestando al señor cónsul en Nueva Zelanda, que la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos de Punta Arenas, destinataria de la carta, no existía…. se solicita que la ley penal, por consiguiente, castiga al señor Yuricic con las penas de 541 días a 3 años de reclusión, y de 61 a 540 días de presidio, y multa de 100 a 1000 pesos”171.
Yuricic, resaltando ya para esos años sus deseos de independencia y patriotismo croata, entre otras cosas mencionó que:
“…El señor Marovich sabe muy bien que los croatas y dálmatas, solo por asuntos políticos hemos renunciado a algunas prerrogativas de naciones libres e independientes…Pregunte el señor Marinovich a un australiano o canadiense si ellos son ingleses. Si el señor Marinovich y acompañantes se han hecho austriacos, háganlo en buena hora, pero no den ese nombre a los croatas y dálmatas que llevan con orgullo el nombre de su querida patria”172.
Si bien, los conflictos nacionalistas al interior de las colonias de inmigrantes en Chile no fueron de la magnitud como los sucesos que ocurrieron en Argentina para el caso de los italianos173, algunas sociedades de socorros mutuos como la austriaca, no solo controló las conductas de sus socios y el resguardo de que el comportamiento de estos fuese consecuente con los estatutos, sino que también, se aseguró de que sus integrantes no participaran en ningún tipo de propaganda patriótica o de índole nacionalista174.
En el año de 1917, el presidente del Club Austriaco de Punta Arenas comunicó al presidente de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos que en base a lo acordado por el Directorio tras la suscripción al periódico Novo Doba, se decidió
“…separar a los siguientes socios por haber infrinjido las disposiciones de los artículos 3° y 9° inciso I° de nuestros estatutos”: Francisco Martinich, Marcos Sesnich, Vicente Ivanovich, Marcos Julic, Antonio Tafra, Roque Andreuzzi, José Denegri, Pedro Cekalovich, José Goich, Juan Radmilovich, Juan Stambuck, Rafael Rusovich, Natalio Tafra y Nicolás Balich175.
Por su parte, en 1918, el “Club Austriaco” envió una nota a la directiva de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos con el fin de “solicitar se celebre una reunión entre ambos directorios para llegar a un acuerdo sobre los socios traidores que han denigrado a su patria y deshonrado a los suyos, dejando así de ser súbditos Austro Húngaros”176. Así también, ese mismo año se leyó una nota firmada por 29 socios, los cuales pedían la separación de la Sociedad para “todos aquellos socios que se han inscrito como yugoslavos”177.
De lo contrario a lo señalado por el historiador Mateo Martinic, en cuanto a que las instituciones fueron así órganos auténticos y democráticos de expresión y representatividad popular178, estas sí intervinieron en la posible difusión de ideologías separatistas a la monarquía.
Los directivos se preocupaban de la fama pública de la organización, la que recaía directamente en el prestigio de sus integrantes: el buen nombre de la Sociedad ha obligado a su Directorio a salir por un momento de la esfera de acción que le corresponde y llegar hasta los estrados de los Tribunales179. En contextos de aniversarios y festividades ligadas a la vieja patria y celebraciones hacia los monarcas correspondientes, algunas colonias realizaban encuentros de conmemoración. Con este fin, en el año de 1913 la colonia austríaca preparó la realización de un gran baile social que se efectuó con motivos de la conmemoración del cumpleaños del Emperador Francisco José180. En el año de 1918, el presidente de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos le envió una carta al presidente del Club Alemán para que:
“…los señores socios del Club que ud. tan dignamente preside, asistan al concierto que se verificará el día 17 del Pte. a las 9 p.m. en los salones del Club Austriaco, en conmemoración del cumpleaños de nuestro Augusto Monarca Carlos I. Le rogamos de participar en esta manifestación a todos los oficiales de los buques alemanes surtos en la bahía y las agradecemos el favor”181.
Por último, en los años previos y durante la Primera Guerra Mundial, algunas colonias de inmigrantes crearon organizaciones sociales conducentes a reunir fondos para las víctimas del conflicto bélico. Los británicos fundaron el British Red Cross, promocionando bailes, conciertos y cenas en el Magellan Times, invitando a la colectividad a donar dinero para los afectados y realizando un concreto llamado a sus adeptos a cortar relaciones, por sobre todo comerciales, con los inmigrantes alemanes182.
CONCLUSIONES
La presencia de inmigrantes en la región de Magallanes desde fines del siglo XIX, evidenció una importante diversidad de pautas y prácticas culturales, articulándose las dinámicas asociativas en torno a la promoción de un discurso ético y moral en torno al honor, la honra, vínculos e identidades colectivas. Discursos que por lo demás evidenciaron la configuración de una sociedad sostenida en una economía moral de las relaciones sociales y la importancia de la reproducción de estrategias de promoción social entre comunidades, instituciones e individuos.
La formación de redes sociales revelaron aspectos vinculados a los procesos de formación social y reproducción de capitales culturales en contextos coloniales, así como el conjunto de estrategias de promoción y distinción articuladas a través de la formación de sociedades benéficas y de socorros mutuos por importantes acreedores de las colonias migrantes, las que, a través de extensos estatutos pretendieron normar, regular y reglamentar las relaciones sociales que desde ahí se articularon; como espacios de promoción social, estableciendo condiciones de acceso y permanencia.
Las primeras oleadas de grupos migrantes europeos en la región austral, desarrollaron un interesante proceso de promoción y movilidad social a través del acceso a redes que promovieron capitales culturales. Un proceso de movilidad social y jerarquías que se representó en mejoras materiales y económicas por medio de estrategias de posicionamiento social. Las estrategias y el capital cultural de inmigrantes británicos, suizos, croatas, alemanes, entre otros se evidenció en circunstancias de querer pertenecer a círculos institucionales, sociedades de beneficencia y socorros mutuos que entregarían reconocimiento y posicionamiento social intracolonias.
Los estatutos de las sociedades benéficas y de socorros mutuos estuvieron marcados por rasgos morales y aspectos de fama pública e identitarios de nación. Inicialmente aparecieron como organizaciones étnicas o de carácter nacional, pues la identidad de paisanaje se impone a otras identidades posibles, como las de clase, por las propias motivaciones y necesidades socioculturales de los inmigrantes. Posteriormente, los rasgos de clase en algunas de estas, se harían notar a lo largo del siglo XX.
Estos espacios de sociabilidad evidenciaron una serie de ritos sociales, de normas de comportamiento, de estilos de vida y de posición y relaciones sociales183. El capital cultural184 y las prácticas culturales impuestas por los grupos sociales dominantes, persiguieron establecer y consolidar a un sector de la sociedad magallánica compuesta por nacionales e inmigrantes de las capas medias y altas de una región austral en formación. Sociedad con claros matices de desequilibrio social y conflicto.
BIBLIOGRAFIA
Actas y Reglamentos
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— Actas de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, año 1904, Punta Arenas.
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— Actas de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, año 1918, Punta Arenas.
— Actas de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, año 1920, Punta Arenas.
— Libro de Actas de la Cuarta Compañía Bomba Dalmacia, 1905. Documento encontrado en caja de diversos archivos, facilitado por directiva de la Cuarta Compañía Bomba Dalmacia, Punta Arenas.
— Libro de Estatutos y reglamento de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Punta Arenas. Punta Arenas: Impr. de El Magallanes 1894, p. 11.
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— Archivo Histórico Nacional. Reglamento de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos. Archivo Histórico Nacional, Fondo Judicial de Punta Arenas, Caja 52, Legajo 17, año 1900.
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— El Punta Arenas, 10 de agosto de 1913.
— El Punta Arenas, 19 de enero de 1913.
— Nova Doba, Punta Arenas, 21 de abril de 1911.
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