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DEMOSTRACIÓN
ОглавлениеConcibe, si puedes hacerlo (en caso de que lo niegues), algo, en un atributo de Dios, que se siga de su naturaleza absoluta, que sea finito y tenga una existencia, o sea, una duración, determinada. Por ejemplo, la idea de Dios en el pensamiento. Ahora bien, el pensamiento, en la medida en que se supone que es un atributo de Dios, es necesariamente (por la proposición 11) infinito por su naturaleza. Sin embargo, en tanto que contiene la idea de Dios, se le supone finito. Pero (por la definición 2) no puede ser concebido como finito más que si está limitado por el pensamiento mismo. Mas no por el pensamiento mismo en tanto que constituye la idea de Dios, ya que es en cuanto tal como se supone que es finito. Luego [estará limitado] por el pensamiento en tanto que no constituye la idea de Dios, la cual, no obstante (por la proposición 11), debe existir necesariamente. Se da, así pues, un pensamiento que no constituye la idea de Dios y, por ello, de su naturaleza en tanto que es un pensamiento que es absoluto, no se sigue necesariamente la idea de Dios. (Es concebido, pues, como constituyendo la idea de Dios y como no constituyéndola). Lo cual va en contra de la hipótesis. Por ello, si la idea de Dios en el pensamiento u otra cosa cualquiera (da lo mismo, en la medida en que la demostración es universal) se sigue, en algún atributo de Dios, de la necesidad de la naturaleza absoluta de ese mismo atributo, debe ser necesariamente infinita. Lo cual era lo primero.
Además, aquello que así se si-[66]gue de la necesidad de la naturaleza de algún atributo no puede tener una existencia o una duración determinada. Pues, si lo niegas, supóngase que una cosa que se sigue de la necesidad de la naturaleza de algún atributo, se da en algún atributo de Dios, por ejemplo la idea de Dios en el pensamiento, y supóngase que alguna vez [dicha cosa] no ha existido o no va a existir. Ahora bien, dado que se supone que el pensamiento es un atributo de Dios, debe existir necesaria e inmutablemente (por la proposición 11 y el corolario 2 de la proposición 20). Por lo cual, más allá de los límites de la duración de la idea de Dios (que se supone, en efecto, que alguna vez no ha existido o que alguna vez no existirá), el pensamiento deberá existir sin la idea de Dios. Pero esto es contrario a la hipótesis. Se está suponiendo, en efecto, que, dado el pensamiento, de él se sigue necesariamente la idea de Dios. Luego la idea de Dios en el pensamiento, u otra cosa cualquiera que se siga necesariamente de la naturaleza absoluta de algún atributo de Dios, no puede tener una duración determinada, sino que, en virtud de ese mismo atributo, esa cosa es eterna. Lo cual era lo segundo20. Nótese que ha de afirmarse esto mismo de cualquier cosa que se siga necesariamente, en algún atributo de Dios, de la naturaleza absoluta de Dios.