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Introducción

LOS ABDOMINALES

Los abdominales son los músculos del abdomen, que es la parte del cuerpo situada entre el tórax y los miembros inferiores. Contrariamente a lo que suele creerse, los abdominales no están solo delante, sino también en los costados y detrás, todo alrededor.

Para qué sirven los abdominales

•-Para sujetar las vísceras, muy numerosas, que se encuentran dentro del abdomen, es decir, los intestinos, pero también el estómago, el hígado, el bazo, los riñones, el páncreas, la vejiga y, en la mujer, los ovarios y el útero.

Cuando en el campo matamos un conejo, lo suspendemos verticalmente y le «abrimos el vientre», vemos las vísceras asomar al vacío rodeadas de una membrana, el peritoneo. Finalmente son retenidas, suspendidas por ligamentos, pero cuelgan como una bolsa llena de elementos semilíquidos.

Si la pared abdominal está muy floja, los órganos se desplazan hacia delante en el hueco disponible. En efecto, detrás está la columna vertebral, y el movimiento normal de las vísceras es el de desplazarse hacia delante y hacia abajo en cuanto nos ponemos en posición vertical, debido a la gravedad.

Sin ser obesos, y a pesar de tener una cincha abdominal joven y tónica, constatamos que nuestro perfil es menos plano por la noche que al levantarnos, ¡sobre todo si hemos estado de pie todo el día!

Las personas de edad presentan a menudo esta silueta del vientre suspendido en el vacío, incluso cuando son delgadas, porque existe una zona de debilidad natural hacia delante y hacia abajo a causa del bipedismo (es distinto cuando se anda a cuatro patas) que estira los músculos, estructuras elásticas y, por lo tanto, susceptibles de distenderse a la larga. En caso de aumento de volumen en el interior del abdomen, embarazo, obesidad, tumor o ascitis (presencia de líquido en el vientre), la pared muscular también se distiende y presenta una excrecencia hacia delante.

•-Para respirar: la inspiración corresponde al descenso activo del centro del diafragma, el principal músculo de la respiración, que es el techo del espacio abdominal, la separación entre el tórax y el abdomen. Cuando el diafragma desciende, rechaza hacia abajo las vísceras abdominales y el vientre se «hincha» por la elasticidad de los abdominales. Luego, esos mismos abdominales, como cuando se contrae una goma elástica tensada, recuperan su tamaño de reposo, se cierran sobre sí mismos y hacen retroceder el diafragma hacia arriba, lo que permite rechazar el aire hacia la salida, esto es, la espiración.

•-Para hacer circular la sangre: mediante la respiración, la movilidad abdominal permite al diafragma desempeñar su papel de bomba, no solo para hacer entrar y salir el aire, sino también para ayudar al retorno venoso. Cuando la respiración es puramente torácica, sin movimiento abdominal, la sangre tiende a estancarse en las piernas.

•-Para masajear el contenido abdominal, a fin de estimular los órganos, activar el tránsito y la diuresis. Con cada movimiento del diafragma, las vísceras se mueven. De ese modo, los riñones recorren 12 kilómetros al día si se respira correctamente. Las personas sedentarias, hospitalizadas o en silla de ruedas suelen tener problemas de tránsito y de circulación.

•-Para «empujar»: la defecación, el parto y el vómito utilizan la presión de los abdominales para comprimir los órganos que deben vaciarse.

•-Para hacer movimientos: mover las piernas, los brazos, el tronco, caminar, inclinarse, levantarse, volverse, etc., pone en juego los abdominales, porque el cuerpo es un todo y hay vínculos entre todos sus elementos, aunque no estén directamente en contacto.

•-Para sujetar la espalda: cuando los abdominales desempeñan el papel de faja, ayudan a los músculos de la espalda a sostener la columna vertebral (véase la anatomía y el papel de los músculos).

•-Para dar una forma, una silueta: es el contorno, el talle, o, por el contrario, la «barriga».

EL VIENTRE

El vientre de la mujer y el de los hombres…

La combadura corresponde a la morfología femenina. Se puede decir de manera esquemática que la mujer tiene el pecho hacia delante y las nalgas hacia atrás, y que el hombre tiene la pelvis (por decirlo púdicamente) hacia delante y los hombros más hacia atrás (inversión posterior del tronco). El resultado es que las mujeres que tienen un poco de barriga muestran una silueta que se desborda por la parte inferior del abdomen (eventualmente por debajo de la cintura, que puede ser muy fina y hasta estar ceñida por un cinturón), mientras que los hombres tienen más estómago, y la cintura del pantalón se baja hacia el pubis.

Ideal cultural

He aquí dos representaciones de hombres musculosos, muy distintas: a la izquierda una estatua camboyana (curvilínea); a la derecha una estatua romana (cuadrada).



Diferencias morfológicas de un continente a otro

Las africanas tienen una morfología particular, que no es una simple combadura. Son de hecho muy alargadas, con la espalda hundida y el sacro muy horizontalizado, lo que hace que las nalgas sean muy altas y poco anchas, contrariamente a la morfología asiática, donde la espalda es muy plana, el sacro vertical y las nalgas poco marcadas.

Las europeas se hallan entre estos dos tipos extremos, con variaciones individuales.



¿Por qué tenemos «barriga»?

Por «tener barriga» nos referimos a tener un desbordamiento excesivo hacia delante, ya que todo el mundo tiene una barriga… Estas son las causas que la originan.

•-Una mala estática: en las personas delgadas y jóvenes, generalmente se debe a una mala estática. ¡A una espalda hundida le corresponde un abdomen prominente! La combadura, el «vientre hacia delante», adorable en el bebé, «sexy» en la adolescente, estira y alarga en exceso la distancia esternón-pelvis.

Con los años, el perfil se vuelve mucho menos sexy y mucho más como una «goma elástica distendida», sobre todo cuando los embarazos han estirado y dado que sí los músculos más allá de sus límites.


Niña evolucionando con la edad.

En los hombres, la postura altiva de los veinte años puede hacerse imponente en otros aspectos, ¡como la curva de la felicidad o la barriga cervecera!


Mala postura: aplastamiento.

Pero la vida de cada día, en particular las posturas sedentes «deformadas», aumenta la relajación de los músculos de la espalda y del vientre, provocando un aplastamiento que empuja las vísceras hacia delante sin ningún trabajo de resistencia refleja.

•-La obesidad no arregla en nada las cosas, y el sobrepeso se repartirá en función de las zonas de debilidad. Volvemos a encontrarnos con el mismo cuadro que antes, ¡pero con más volumen!

•-Los problemas de digestión pueden hacer «hincharse el vientre», ya sea puntualmente, o bien, en algunas personas, casi de forma permanente. Hay que señalar que el estreñimiento crónico que lleva a ejercer presiones violentas «hinchando el vientre» contribuye al estiramiento excesivo de los músculos.

•-Los embarazos múltiples (gemelos, trillizos…) son una prueba tanto para la musculatura como para el revestimiento cutáneo, que puede agrietarse (estrías).

Pero un solo bebé, según su posición o su tamaño, puede ser difícil de «alojar», sobre todo para una madre menuda (véase más adelante, en los casos específicos, la maternidad). La sucesión de embarazos próximos representa evidentemente un riesgo para la recuperación de la cincha abdominal.

•-Los tumores, como por ejemplo los grandes fibromas, deforman obviamente la pared y a veces dan un perfil de mujer embarazada.

•-Ciertas prácticas deportivas, en particular las que se basan en series de ejercicios abdominales mal dirigidos, provocan una musculación en relieve que «hace salir el vientre» y debilita ciertas capas musculares de la cincha abdominal, las que permitirían contener las vísceras y dirigirlas hacia dentro y hacia arriba, adherirlas a la sólida pared que es la columna vertebral.

VIENTRE PLANO, VIENTRE MUSCULOSO

Tener el «vientre plano»

¿Tener el vientre plano es un simple canon estético, la imagen de una época?

La dictadura del look hermoso y juvenil, un esqueleto andrógino con pechos hipertrofiados en el caso de las mujeres, o un Tarzán con «tableta» hinchado de hormonas en el de los hombres, no tiene nada de natural. Pero un vientre que se desborda claramente, una barriga prominente en una silueta sin otras redondeces, denota un desequilibrio postural que abona el terreno a verdaderos problemas de salud: problemas de espalda, de circulación, de respiración, hernias, prolapsos.

Un pequeño vientre redondo y firme en un cuerpo carnoso tipo Renoir no tiene nada que ver con un vientre distendido o unos músculos hipertrofiados en una sola dirección.

Un atleta uniformemente musculoso tendrá un abdomen musculoso, sin desproporción, y eso resulta necesario para equilibrar las fuerzas que va a desarrollar en sus movimientos.

Un buen equilibrio muscular es garantía de una buena postura de la espalda y del mantenimiento de las vísceras en buena posición.

¿Cómo tener un vientre correctamente musculado?

En términos de ejercicios musculares, es necesario:

−-evitar todo lo que empuja el vientre hacia delante y hacia abajo;

−-reforzar lo que hace «retroceder, remontar y adherir» las vísceras al raquis.

Este programa comporta varios puntos:

−-interrumpir la práctica de los «malos abdominales» que sacan el vientre y empujan hacia abajo;

−-corregir la estática, las posturas de trabajo y la gestión de los esfuerzos en la vida cotidiana;

−-corregir la respiración;

−-reequilibrar los abdominales y conseguir reforzar los músculos de apoyo;

−-detener los empujes abdominales debidos a esfuerzos y en la defecación (y el parto).

A continuación daremos algunas explicaciones necesarias para entender cómo debería funcionar esto, cuáles son los errores de nuestra educación (especialmente la corporal) y cómo procurar corregirlos a través de ejercicios de dificultad progresiva, adaptados a las diferentes edades, circunstancias y situaciones de la vida.

Abdominales: ¡detén la masacre!

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