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La fruta del Himalaya

El goji forma parte de un grupo de bayas (frambuesas, arándanos, zarzamoras, grosellas, fresas, açaí) y de frutas (como la granada) cuyo consumo frecuente posee efectos extraordinariamente positivos sobre la salud. En Occidente se ha hecho famoso en los últimos años, entre otros motivos, porque alberga propiedades que asombran a los científicos.

El goji es rico en antioxidantes y en unos polisacáridos especiales, cuyos sorprendentes efectos se están estudiando. Los hallazgos científicos están relacionados con la actividad celular, emparentados con las investigaciones de Günther Blobel, el biólogo que recibió el premio Nobel de Medicina en 1999 por sus trabajos sobre las señales que poseen las proteínas para gobernar su transporte y situación en la célula. En 2002 se descubrieron en el goji los gliconutrientes, estos polisacáridos actúan como «moléculas maestras» en el organismo y se consideran muy importantes para el buen funcionamiento celular.

Además, los efectos adaptógenos del goji (ver pág. 55) le otorgan un gran potencial como fortalecedor del sistema inmunitario y como remedio para prevenir y curar enfermedades.

Las bayas de goji eran prácticamente desconocidas en Occidente hasta hace poco, pero en Oriente han sido de uso habitual, como alimento y como medicina, desde hace más de dos mil años. Sobre todo en el Tíbet, en China y en amplias zonas de Asia Central.

Vamos a conocer un poco más de cerca esta fruta fascinante.

FRUTA SILVESTRE O FRUTA DE CULTIVO

Las bayas rojizas de goji (Lycium barbarum) proceden de un arbusto de hoja caduca originario del Tíbet y de las regiones situadas en el norte de la cordillera del Himalaya, donde crece de forma silvestre a unos cuatro mil metros de altitud y donde se conoce y utiliza desde tiempo inmemorial. La planta suele desarrollarse con facilidad hasta alcanzar unos 4-5 metros de alto y florece al comenzar el verano, normalmente con flores de color violeta.

Esta baya también se cultiva en Mongolia y en el norte de China, a lo largo de las fértiles llanuras del río Amarillo, en la región de Ningxia. Según informaciones recientes, el goji ha comenzado a cultivarse también en los altiplanos del Tíbet, pero parece que dichas plantaciones no acaban de desarrollarse adecuadamente. Lo habitual es que se coseche de forma silvestre y ecológica, a una escala demasiado pequeña como para llegar a los mercados. Su recolección se realiza de forma artesanal, agitando el arbusto con varas y recogiendo los frutos en paños extendidos o en grandes cestos colocados alrededor, sin tocar las bayas directamente con las manos, porque entonces su piel de color carmesí se oscurecería enseguida. Una vez recolectadas, se pueden comer frescas o bien desecadas, opción esta última por la que nos hemos decantado en Europa.

EN LAS ALTAS MONTAÑAS

La planta pertenece a la familia de las solanáceas (como los tomates, los pimientos, las berenjenas o las patatas). Su cultivo es muy sencillo y se adapta perfectamente a nuestro clima. Esto ha dado lugar a cierta picaresca, ya que hay quien ha pretendido vender bayas de goji «del Himalaya» que en realidad se han cultivado en Europa. Vale la pena prestar atención al goji que se ofrece a gran escala, por ejemplo en grandes supermercados, porque lo más normal es que su procedencia no sea muy lejana. Para asegurarnos de la obtención de sus beneficiosas propiedades, conviene elegir goji de cultivo ecológico y con garantía de su origen, aunque no sea del Tíbet (se han encontrado restos de pesticidas en el goji que llega de China).

De todas formas, es en aquellas cumbres de la Tierra donde hay una variedad climática y geológica que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo, ya que en el Himalaya el suelo es extraordinariamente rico en minerales que emergieron de las profundidades marinas hace millones de años, al formarse aquellas grandes cordilleras. Se calcula que allí existen más de 18.000 especies de plantas que no se pueden encontrar en ninguna otra parte del mundo. Y no deja de sorprender que una gran parte de ellas posean cualidades terapéuticas, curativas o favorables para conservar la salud o para prolongar la juventud.

LEYENDAS DE UNA FRUTA MARAVILLOSA

Se sabe que las bayas de goji fueron usadas por un mítico emperador chino, Shen Nung, padre de la agricultura en aquel país, hace unos 4.800 años. Este emperador contribuyó al conocimiento de cientos de plantas medicinales, cuyos efectos probaba en sí mismo y cuyo legado se considera crucial para el desarrollo posterior de la Medicina Tradicional China (MTCh). Pero el goji aparece por primera vez en un texto escrito mucho después, en el año 100 de nuestra era aproximadamente, en uno de los libros clásicos de la medicina china, el Shen Nong Cao, que lo describe como «una planta superior».

Más de tres siglos después, el maestro taoísta Tao Hong Jing (456-536) escribe un tratado, el Comentario sobre el Libro divino del granjero de Medicina Natural, en donde menciona el Lycium (goji) como «tonificante del jing (circulación de la energía vital en el organismo), del gi (aliento) y fortalecedor del vin tao (capacidad para el ejercicio físico) en el ser humano». El goji es uno de los alimentos que se utilizan en Medicina Tradicional China para recuperar el chi o energía vital.

Es, además, una fruta presente en la cultura de algunos países de la antigua Ruta de la Seda (Tayikistán, Uzbekistán), en donde cada año se celebra una fiesta de dos semanas en honor al goji, del que se cuentan leyendas como la siguiente:

En un lejano valle del Himalaya vivía un pueblo conocido por la excepcional longevidad de sus ancianos. Los médicos de la región habían comprendido el papel fundamental de aquella pequeña baya roja sobre la salud humana, porque sabían de un arbusto que crecía al borde de un pozo contiguo a un venerable templo budista, en el que unas bayas rojas caían al agua una vez maduras.

Al salir del templo, los participantes bebían una taza de esta agua impregnada por las virtudes de aquellas bayas de goji, lo que aseguraba lo que hoy conocemos como antiaging: una buena salud y bienestar hasta una edad muy avanzada.

Otra versión de la leyenda cuenta que:

…un monje que vivía en China fue a visitar a otros monjes amigos de un monasterio tibetano que no había visto desde hacía treinta años. Y descubrió, para su sorpresa, que tenían un aspecto mucho más joven y radiante que él, y que gozaban de una salud extraordinaria. Cuando preguntó el motivo por el que tenían tan saludable aspecto, le respondieron que se debía al agua del pozo del que todos bebían, que tenía fama de ser una fuente de juventud. Al acercarse al pozo, se dio cuenta de que había unas manchitas rojas en el fondo. Se trataba de los pequeños frutos que daba la planta que rodeaba los muros del monasterio. Durante años, el viento había lanzado los frutos maduros al fondo del pozo. Y comprendió que aquella pequeña baya roja era el auténtico y verdadero elixir de juventud.

También se dice que un chino llamado Li Qing Yuen vivió 252 años y que el secreto de su extensa, saludable y energética vida se debía al consumo de goji.

En el año 825, el poeta Liu Yuxi (dinastía Tang) escribe El pozo de la juventud, un poema dedicado al goji, al que califica de «potente pequeña cereza»:

Un pozo de agua fresca junto a la morada del monje,

un claro manantial lo alimenta y el agua posee grandes poderes,

hojas verde esmeralda brotan de las paredes,

y las cerezas rojo intenso brillan como el cobre,

la rama floreciente parece un bastón,

la antigua raíz con forma de perro augura buena fortuna,

el goji nutre el cuerpo y el espíritu,

bebe del pozo y goza de una larga vida.

LIU YUXI (772-842)

Otros relatos aseguran que los primeros pobladores de los valles del Himalaya fueron precisamente los primeros herboristas y terapeutas que usaron esta planta maravillosa y legendaria.

Para comprender mejor el valor de los efectos del goji, en las páginas siguientes vamos a viajar a una región situada al pie de la cordillera del Pamir. Allí nos detendremos un momento para conocer brevemente la cultura del pueblo hunza y su relación con la longevidad.

Cómo curan las bayas de goji

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