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CAPÍTULO SIETE

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Avery estaba de vuelta en la sede de la A1 media hora más tarde. Al entrar, no tomó el ascensor hasta su oficina. En cambio, se quedó en el primer piso y se dirigió hacia la parte trasera del edificio. Había estado aquí antes, cuando había recibido la orden de hablar con Sloane Miller durante su último gran caso que la había afectado de una forma que aún no comprendía. Pero ahora estaba de visita por otra razón… para conocer a fondo la mente de un asesino. Y esta visita se sentía más natural porque estaba en su elemento.

Llegó a la oficina de Sloane y se sintió aliviada al encontrar la puerta entreabierta. Sloane no tenía un horario fijo y más bien atendía las solicitudes de la fuerza policial a medida que las iba recibiendo. Cuando Avery tocó su puerta, oyó a Sloane tecleando algo en su portátil.

“Adelante”, dijo Sloane.

Avery pasó, sintiéndose mucho más a gusto que la última vez que había venido a ver a Sloane. Aquí en su oficina, en lugar del lugar que usaba para atender a sus pacientes, las cosas eran un poco más formales.

“Ah, detective Black”, dijo Sloane con alegría genuina a lo que levantó la mirada de su portátil. “¡Me da mucho gusto verte! Me alegró saber de ti cuando llamaste. ¿Cómo has estado?”.

“Las cosas van bien”, dijo Avery. Pero, en el fondo de su mente, sabía que Sloane aprovecharía la oportunidad de analizar sus problemas con Rose y su relación complicada con Ramírez.

“¿Qué se te ofrece?”, preguntó Sloane.

“Bueno, estaba esperando que me dieras tu perspectiva sobre un tipo de personalidad en particular. Estoy llevando un caso que involucra a un hombre que estamos bastante seguros de que quema a sus víctimas. Dejó solo huesos y cenizas en la escena del crimen, huesos limpios, no carbonizados ni dañados. También nos percatamos de un olor químico en el aire… procedente de las cenizas, creo. Es bastante claro que sabe lo que está haciendo. Él sabe cómo quemar un cuerpo, y eso me parece un conocimiento muy específico. Pero no creo que esté usando el fuego únicamente como una herramienta para sus actos. Necesito saber qué clase de persona no solo utilizaría el fuego para eso, sino como un símbolo”.

“La idea de que esté utilizando el fuego como un símbolo es una gran deducción”, dijo Sloane. “En un caso como este, casi puedo garantizar que eso es lo que está pasando. Creo que podrías estar tratando con alguien que tiene un interés o tal vez incluso un historial con incendio provocado. Tal vez tuvo un trabajo o un pasatiempo relacionado con fuego. Los estudios han demostrado que hasta los niños que están fascinados con fogatas o fósforos muestran señales de interés en actos relacionados con incendios provocados”.

“¿Qué puedes decirme acerca de este tipo de personalidad que podría ayudarnos a atraparlo más pronto que tarde?”.

“En primer lugar, tendría problemas mentales, pero nada demasiado grave. Podría ser algo tan simple como una tendencia a la ira, incluso en la más inocente de las situaciones. Probablemente no tenga mucha educación. La mayoría de los incendiarios reincidentes no se gradúan de la escuela secundaria. Algunos lo ven como una forma de rebelarse contra un sistema que nunca pudieron entender, la idiotez esa de que “algunos hombres solo quieren ver el mundo arder”. Algunos dirán que provocan incendios como un acto de venganza, pero nunca pueden definir de qué se quieren vengar.

Por lo general se sienten aislados o apartados del mundo. Así que es bastante probable que estés buscando bien sea un hombre soltero o un hombre que forma parte de un matrimonio sin amor. Para mí, es probable que viva solo en una casa pequeña, que pasa mucho tiempo en un despacho, sótano o garaje de algún tipo”.

“¿Y qué sucede cuando mezclas todo eso con alguien que claramente no le importa matar personas?”.

“Eso dificulta las cosas”, admitió Sloane. “Pero creo que las mismas reglas aplican. A los incendiarios usualmente les gusta que la gente vea su trabajo. Prender fuegos es una manera de llamar la atención. Casi se sienten orgullosos de ello, como si fuera algo que ellos crearon. En lo que respecta al hecho que tu sospechoso dejó restos… eso es extraño. Supongo que podría estar relacionado con estudios que indican que algunos incendiarios visitan las escenas de sus fuegos para ver a los bomberos apagarlos. El incendiario ve a los bomberos trabajando duro y siente que hizo que eso sucediera, que el incendiario está controlando a los bomberos en cierto sentido”.

“¿Entonces crees que nuestro sospechoso pudiera estar cerca, observando?”.

Sloane lo consideró por un momento y luego se encogió de hombros. “Ciertamente es una posibilidad. Sin embargo, la precisión con la que dijiste que está quemando los cuerpos me hace pensar que este tipo también es paciente y organizado. No creo que haría algo tan tonto como volver a visitar la escena del crimen”.

“Paciente y organizado”, pensó Avery. “Esto coincide con su excelente planificación, el uso de la niebla como cobertura para llegar a sus víctimas y verter los restos”.

Pensó en la forma en la que los huesos casi habían sido puestos en exhibición, casi igual de chocante y obvio como un fuego desatado.

“¿Qué piensas del caso hasta ahora?”, preguntó Sloane.

“Pienso que es un asesino en serie. Creemos que esta es su primera víctima, pero la forma flagrante en la que exhibió los restos me molesta. Más que eso, hay algo muy organizado sobre tomar a una víctima, quemarla por completo y luego verter los restos de una manera específica. Son tendencias de un asesino en serie”.

“Estoy de acuerdo con eso”, dijo Sloane.

“Quisiera que algunos de los hombres con los que trabajo fueran tan brillantes”, dijo Avery con una sonrisa.

“¿Cómo te has sentido últimamente, Avery? Nada de mentiras, por favor”.

“Estoy bien en general. Por primera vez en mi vida, mis problemas parecen normales en comparación con mi pasado”.

“¿Qué tipo de problemas normales?”, preguntó Sloane.

“Problemas con mi hija. Una relación complicada con un hombre”.

“Los peligros de una mujer que trabaja duro”.

Avery sonrió, aunque sintió que una conversación más profunda se aproximaba. Esta era la razón por la cual suspiró internamente cuando su teléfono sonó en ese momento. Se lo sacó del bolsillo y vio el número de Connelly. “Tengo que atender esta llamada”.

Ella asintió.

Avery salió de la oficina y contestó la llamada en el pasillo.

“Black, no dejes que esto se te suba a la cabeza, pero tienes razón. Ya analizaron los registros dentales de los restos. Acertaste. La víctima es Keisha Lawrence. Treinta y nueve años de edad y vivía a dos kilómetros de la zona”.

“¿Qué más sabemos?”, dijo Avery, haciendo caso omiso de los cumplidos.

“Lo suficiente como para comenzar”, dijo. “Ahora sabemos con certeza que no tenía familia inmediata en la zona. La única persona de interés que tenemos es un novio y su madre, que murió hace muy poco”.

“¿Ya hablaron con el novio?”.

“Ya asigné a alguien a la tarea. Ya busqué sus antecedentes. Tiene muchos antecedentes penales de abuso doméstico y peleas en bares. Un excelente tipo, por lo visto”.

“¿Quieres que hable con él después que lo haga el agente que asignaste?”.

“Sí… ve a hablar con ese pendejo. Llamaré a Ramírez y lo sacaré de la tarea en el Boston College. Será todo tuyo por el resto del día”.

¿Eso fue sarcasmo en su voz? Estaba bastante segura de que sí. O era eso, o estaba paranoica.

“Tu vida sexual no es tan relevante”, pensó. “No te hagas la importante”.

“Apúrate, Black”, dijo Connelly. “Atrapemos a este tipo antes de que encontremos otra pila de huesos”.

Avery finalizó la llamada y se apresuró al garaje para tomar un auto. Pensó en lo que Sloane le dijo, que los incendiarios a menudo veían a los bomberos trabajando, sintiendo que estaban controlándolos de cierta forma.

“Tal vez tenemos que añadir ‘voyeur’ a la lista de las características potenciales del sospechoso”, pensó.

En cuanto al hecho de que los incendiarios querían sentir que estaban controlando las personas que trabajaban para comprender sus crímenes… Avery Black no era bombera y obviamente no le gustaba la sensación de que alguien estuviera controlándola.

Salió del garaje rápidamente, los neumáticos chillando de la velocidad. El novio de Keisha Lawrence era su primera pista real en este caso y Avery quería visitarlo antes de que cualquier otra persona lo hiciera.

Una Razón para Esconderse

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