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CAPÍTULO 2 La población económicamente activa: empleo y desempleo La participación en el proceso laboral es importante para la producción del PIB

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En el capítulo 1 tratamos la relación del tamaño de la economía y la población. Luego, separamos la población en dos grupos: los que están en edad laboral y los que son dependientes (o sea, los más jóvenes y los más viejos). Notamos que las personas en edad laboral son los potenciales trabajadores del país y los que pueden producir el PIB. Ahora podemos mirar más detenidamente a este grupo de población, dada su evidente importancia para la macroeconomía.

Cuando miramos más de cerca a la población en edad laboral (PEL), se vuelve evidente que no todas las personas en este grupo, en realidad, trabajan. Algunos pueden estar discapacitados y pueden no trabajar por razones físicas, mentales o condiciones temporales. Por ejemplo, es probable que los “nuevos padres” necesiten cuidar a sus hijos recién nacidos y si no tienen ayuda en casa para ello no pueden participar en el proceso laboral por algún tiempo o encontrar tiempo libre para buscar nuevo trabajo. Así como ese ejemplo, podría haber otras categorías de personas en el PEL que no trabajan en la economía.

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Participación. Entonces, hagamos otro corte en la población en edad laboral y distingamos entre aquellos que participan en el proceso de producción económica y aquellos que no lo hacen. La característica crítica para esta clasificación es, entonces, la participación en el proceso laboral.

Los economistas tienden a definir la participación como aquellas personas que tienen un empleo y aquellos que están activamente buscando empleo. Las personas que están en edad laboral pero no están ni trabajando ni tampoco buscando empleo activamente, no están participando. Así, podemos acotar que:

PEL = Participantes + no participantes

Las personas no participantes —como dijimos anteriormente, pueden haber razones legítimas y tal vez solo temporales para no participar— obviamente no producirán ninguna parte de los bienes y servicios que llamamos el PIB. El PIB potencial de un país solo puede ser producido por aquellos que participan.

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Desempleo (D). Encontramos que las cosas son aún más interesantes si observamos detenidamente a las personas a quienes clasificamos como participantes en el proceso económico. Resulta que algunas personas que quisieran trabajar no lo están haciendo y, por tanto, no están produciendo nada del PIB. El gobierno trata de medir cuántas personas en esta condición se encuentran en la economía cada mes. Estos son los llamados desempleados (D).

Para ser clasificado como desempleado, uno debe tener la voluntad de trabajar y estar activamente buscando empleo. El tener voluntad de trabajar y estar buscando activamente empleo significa que estas personas quieren participar en la producción del PIB (por eso es que están incluidos como “participantes”), no tienen empleo y al momento no producen nada. Su productividad es cero por ahora.

A veces, cuando una economía atraviesa por tiempos difíciles, las personas no pueden encontrar empleo temporalmente y se desaniman. Cuando se desaniman y piensan que ya nunca más podrán encontrar trabajo, es posible que deserten el proceso de búsqueda de empleo. Así, puede ocurrir que el número de desempleados disminuya porque están desertando, en lugar de seguir buscando. Este tipo de caída en las filas del desempleo es el llamado: efecto trabajador desanimado.

El abandono de las filas de los desempleados puede ocurrir por dos razones: por un lado, una vez que las personas que no tienen trabajo dejan de buscar empleo, dejan de ser clasificados como participantes y dejan de ser considerados como desempleados. Entonces, se convierten en no participantes.

Es decir, cuando las personas en edad laboral desertan el proceso laboral, el número de personas que participan en la economía disminuye y el número de personas que no están participando en la economía se incrementa.

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Empleo (E). Por otro lado, la segunda razón por la que una persona puede abandonar las filas del desempleo es, obviamente, porque logró encontrar un empleo y pasa a ser clasificada como empleada (E). Cuando una persona desempleada encuentra trabajo, su participación en el proceso económico no cambia. Esta persona solamente cambia de estatus, pasa de ser D a ser E. El PIB de un país es producido solo por las personas que trabajan, o sea, es producido por empleo (E).

Más allá de la discusión anterior, es importante saber por qué cambia el desempleo:

¿Es porque las personas se decepcionan y abandonan el proceso laboral, o es porque logran conseguir un empleo? Los economistas tratan de medir cosas así muy cuidadosamente, porque las implicaciones de política fiscal o estructural del gobierno para ayudar a los desempleados son muy diferentes en los dos escenarios.

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Fuerza laboral (FL). En la mayoría de informes estadísticos y para propósitos de analizar la economía, la fuerza laboral es simplemente definida como la suma de empleo y desempleo.

FL = E + D

Así, para estos propósitos, la fuerza laboral equivale a lo que llamamos anteriormente participación, porque describe a toda la gente que trabaja o está buscando un empleo activamente. Dado que las oficinas de estadística de todos los países miden cada mes cuántas personas están trabajando y cuántas están desempleadas, es posible contar el número de personas en la fuerza laboral.

En forma similar a la discusión, es importante saber por qué la fuerza laboral cambia a través del tiempo: ¿Es porque el empleo sube y baja, o es porque el desempleo sube y baja? Cada razón tiene implicaciones importantes para elaborar buenas políticas y para crear una economía que funcione bien.

Estos ejemplos también muestran cuán importante es que los gobiernos recojan buenas estadísticas. A veces, a los políticos no les gustan las cifras que ven solo por razones de imagen y lo que estas cifras pueden sugerir sobre el desempeño del gobierno (aunque las cifras sean las correctas y sean medidas adecuadamente), y se quejan de la oficina de estadística y a veces llegan a querer obligar a que se despida al director o directora de la oficina de estadísticas “por hacer daño a la imagen del gobierno”. Esto es extremadamente incoherente y el público no lo debería permitir. Oponerse a medir con precisión y profesionalismo lo que sucede en la economía es el camino directo a la ruina; no se consigue nada más que un retroceso.

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Tasa de participación (TP). Para que una economía funcione bien y para que la gran mayoría de la población en edad laboral participe en el proceso económico, se tiene que maximizar la fuerza laboral (también se puede decir que la fuerza laboral es la “población económicamente activa” [PEA]”). Mientras más gente contribuya al PIB, mejor. Dichas personas pueden estar desempleadas por un periodo de tiempo, (quizás un corto tiempo mientras encuentran un nuevo empleo), pero, mientras mayor sea la participación en la población laboral, mayor será la producción de la economía y menor la dependencia de las personas que no trabajan o que no pueden trabajar por alguna circunstancia. Así, podemos decir que:

TP = FL/PEL

Lo cual significa que la tasa de participación es definida por el tamaño de la fuerza laboral, como porcentaje de la población en edad laboral. Mientras más alto es este número, más gente está participando activamente en la producción del PIB de un país.

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Las cifras en el Ecuador. Hemos definido varios conceptos. Entonces, es hora de ver cómo estos conceptos funcionan en la economía ecuatoriana. La información comienza en 1990, pero indicaremos nuestras proyecciones hasta el año 2100 para ayudar a explorar la perspectiva de muy largo plazo en el Ecuador.

Es importante comprender que todas las proyecciones siguen ancladas en el perfil demográfico del Ecuador, como se indica en el capítulo 1. Así, las proyecciones no reflejan “una preferencia” o lo que nos gustaría ver que suceda en la economía, sino que, por el contrario, presentan una narrativa lógica de lo que pudiera suceder y se considera más probable que suceda (dentro de cierta margen) dados los supuestos que serán claramente indicados.

Primero examinemos la tasa de participación del Ecuador; ¿Cuántas personas dentro de la población en edad laboral contribuyen a la producción del PIB? El gráfico 4 muestra los resultados de los cálculos.

La tasa de participación del Ecuador es bastante alta si se compara internacionalmente. Muchos países tienen tasas de participación que se aproximan al 70 %. Con una tasa de alrededor del 76 % de participación de la población en edad laboral, el Ecuador tiene un buen desempeño. Esto significa que muchos ecuatorianos en edad laboral están involucrados en el proceso económico y esto contribuye a tener un PIB considerable.

También resulta interesante ver que, anteriormente, el pico máximo de participación se dio en el 2006, justo antes de que comience la Gran Recesión de la economía mundial provocada por la crisis en el sistema financiero de los Estados Unidos. En el Ecuador, las condiciones se volvieron también más difíciles en los años subsiguientes; evidentemente hubo una disminución de la fuerza laboral y la tasa de participación cayó considerablemente a casi 70 % antes de recuperarse. Quizás se dio cierto efecto debido a los trabajadores desanimados de ese momento; este efecto no se evidenció en las cifras a fines de los 1990 cuando el Ecuador atravesaba por su propia crisis financiera doméstica.

Gráfico 4. Fuerza laboral (1000) y tasa de participación (%)


Fuente. ONU, Banco Mundial y cálculos del autor.

Recuadro 2. Tasas de participación de la fuerza laboral

Resulta interesante la comparación entre países dentro de una región —comparando los resultados de un país con el promedio regional. No es muy fácil comparar las tasas de participación de la fuerza laboral porque las definiciones usadas para fuerza laboral y población en edad laboral tienden a ceñirse a idiosincrasias de cada país. No obstante, el Banco Mundial (BM) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han recogido datos comparativos para este propósito. Su definición de participación difiere, ligeramente, de la que reportamos en este libro: ellos usan la fuerza laboral dividida para el total de la población de 15+ años de edad, mientras que nosotros usamos la fuerza laboral dividida para la población de 15-65 años en edad laboral. De modo que las cifras del BM/OIT son un poco más bajas que las reportadas para el Ecuador en este libro. Pero eso no es crucial, siempre y cuando comparemos manzanas con manzanas, lo cual es posible hacer usando las cifras del BM/OIT. Las cifras que siguen a continuación muestran al Ecuador comparado con la Región de Latinoamérica y el Caribe (LAC).

Ecuador: Proyecciones de la población (ONU, versión 2019)


Nota: Empleo + desempleo como porcentaje de la población 15+ de edad.

Fuente: Banco Mundial y OIT.

Estas cifras muestran que la tasa de participación en el Ecuador, como la hemos definido, está entre 65-70 %, mientras los países de LAC como un todo muestran tasas entre 60-65 %. Todos los países han mejorado sus tasas de participación en los 1990. La participación es una variable importante. A medida de que más personas participan, la economía puede crecer más. En casi todas las economías, la tasa de participación de hombres de 25-55 años de edad tiende a ser más alta. La mayor diferencia entre países tiende a estar en la participación de mujeres. Se ha comprobado que los programas que facilitan y promueven el trabajo femenino (por ejemplo: ofreciendo empleo a tiempo parcial, guarderías infantiles en el sitio de trabajo, etc.) mejoran las tasas de participación femenina. Esto puede contribuir a mejorar la igualdad, incrementar los ingresos del hogar y el crecimiento económico en su totalidad.

Es posible que a finales de los años 1990 se debiera considerar una explicación diferente. A veces, cuando un país atraviesa una crisis, la tasa de participación puede subir. Esto ocurre porque las familias tratan de mantener cierto nivel de ingresos por más miembros de familia que se unen a la fuerza laboral para compensar por la pérdida de ingreso por parte de la persona que era el sostén principal de la familia. Este se llama efecto del segundo ganador. Así, una crisis puede disparar dos efectos opuestos (trabajadores desanimados o el efecto del segundo ganador) y cuál de estas dos opciones se escoge, es una cuestión empírica.

Con respecto a la proyección, hemos asumido que el Ecuador puede mantener una tasa de participación de alrededor del 76 %. Como ya se mencionó, este es un buen resultado si se compara a nivel internacional.

Segundo, consideremos el desempleo mostrado en el gráfico 5. El pico más alto de desempleo en el Ecuador ocurrió en la década de los años 1990, cuando el país atravesó una crisis económica. El número de personas desempleadas llegó a casi 800 000, y la tasa de desempleo superó al 14 % de la fuerza laboral. Desde entonces, ha habido una notable recuperación y el desempleo en el 2019 es de 365 000 personas con una tasa de desempleo de entre 4 y 5 %. Comparado históricamente, este resultado es bastante bueno.

Gráfico 5. Desempleo (1000) y tasa de desempleo (%)


Fuente. ONU, Banco Mundial y cálculos del autor.

En las proyecciones hemos asumido que a la sociedad le gustaría mantener un desempleo moderado de alrededor del 5 %, como se muestra —un objetivo aspiracional—. El desempleo, por supuesto, variará a través del tiempo, pero en promedio, asumimos que el país apoyará políticas que traten de mantener un desempleo moderado. No hay garantía alguna de que esto sucederá; todo depende de una buena política económica.

Tercero, ahora podemos ver las implicaciones de los supuestos hechos anteriormente con respecto al empleo en la economía. Esto se muestra en el gráfico 6. Vemos que el empleo ha crecido constantemente a medida de que la población ha crecido. También es interesante ver que el crecimiento del empleo ha sido muy volátil, variando entre -1 y +6 % en algunos años. El promedio de la tasa de crecimiento del empleo en el pasado fue mayor al 2.5 %, lo cual es alto comparado internacionalmente. Esto seguramente no se repetirá en el futuro.

Gráfico 6. Empleo (1000) y crecimiento del empleo (%)


Fuente. ONU, Banco Mundial y cálculos del autor.

Para el futuro, si se determina cierta tasa de participación, como se mostró anteriormente y si se supone que la sociedad adoptaría políticas económicas para tratar de mantener un desempleo moderado, implica que el crecimiento del empleo guarda relación con el crecimiento de la población. Como la fuerza laboral es la suma del empleo y el desempleo —y hemos hecho supuestos sobre el tamaño de la fuerza laboral y el desempleo anteriormente— el empleo se deriva como un residuo.

Con base en los supuestos anteriores, proyectamos que el empleo continuará creciendo por ahora, pero a medida de que la población empieza a disminuir y especialmente a medida de que la población en edad laboral se comience a reducir, habrá menos empleo en la economía y, eventualmente, el empleo empezará a declinar (alrededor del año 2065).

Dado que la gente que trabaja y está empleada (E) determina el tamaño de la economía, el crecimiento del PIB del Ecuador eventualmente se reducirá y empezará a disminuir, porque la producción es igual al empleo multiplicado por productividad laboral. Así, hay una dinámica en la fuerza laboral —un ancla— que hará que la tasa de crecimiento del PIB disminuya y tal vez hasta se reduzca el nivel del PIB en el futuro lejano.

La política económica debe percatarse de estas fuerzas. Están ya horneadas, por así decirlo, porque las fuerzas demográficas operan despacio, pero persisten a través de periodos muy largos de tiempo. Es necesario que uno mire hacia adelante y se prepare para el futuro.

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