Читать книгу Prepararlos para pastorear - Brian Croft - Страница 6

Оглавление

¿Te ha llamado Dios al ministerio? Aunque todos los cristianos son llamados a servir a la causa de Cristo, Dios llama a ciertas personas a servir a la iglesia como pastores y ministros. En su carta al joven Timoteo, el apóstol Pablo confirmó que, si un hombre aspira a ser pastor, “buena obra desea hacer” (1 Timoteo 3:1 LBLA). De la misma manera, es un gran honor ser llamado por Dios al ministerio de la iglesia. Así que, ¿cómo puedes saber si Dios te está llamando?

En primer lugar, existe un llamado interno. A través de su Espíritu, Dios les habla a las personas que ha llamado a servir como pastores y ministros de Su iglesia. El gran reformador, Martín Lutero, describió este llamado interno como “la voz de Dios escuchada por la fe.” Aquellos a quienes Dios ha llamado conocen este llamado porque tienen un sentido de liderazgo, propósito y compromiso creciente.

Charles Spurgeon identificó la primera señal del llamado de Dios al ministerio como “un intenso y absorbente deseo por la obra”. Aquellos llamados por Dios sienten un creciente impulso por predicar y enseñar la palabra, y por ministrar al pueblo de Dios.

Este sentido de compulsión debe llevar al creyente a considerar si Dios puede estar llamándolo al ministerio. ¿Te ha dotado Dios con el deseo ferviente de predicar? ¿Te ha equipado con dones necesarios para el ministerio? ¿Amas la Palabra de Dios y te sientes llamado a enseñar? Cuando alguien buscaba el consejo de Spurgeon, él le recomendaba a la persona que, si le era posible resistir ese deseo, se abstuviera de predicar. “Pero”, agrega Spurgeon, “si no le es posible resistirlo, y siente que debe predicar o morir, entonces ése es el hombre indicado.” Ese sentido de urgencia es una de las marcas centrales de un llamado auténtico.

En segundo lugar, existe un llamado externo. Los bautistas creen que Dios usa a la congregación para “llamar a los llamados” al ministerio. La congregación debe evaluar y confirmar el llamado y los dones del creyente que se siente llamado al ministerio. Como familia de la fe, la congregación debe reconocer y celebrar los dones para el ministerio que se les da a sus miembros, y asumir la responsabilidad de animar a aquellos a quienes Dios ha atraído para responder a ese llamado con alegría y sumisión.

Sin embargo, en la actualidad, muchas personas piensan en una carrera profesional más que en un llamado. El cuestionamiento bíblico para “considerar tu llamado” debe abarcar desde el llamado a la salvación hasta el llamado al ministerio. John Newton, famoso por escribir el himno “Sublime Gracia”, una vez comentó que “nadie más que Aquel que formó el mundo es capaz de formar a un ministro del evangelio.” Sólo Dios puede llamar a un verdadero ministro, y sólo Él puede concederle los dones necesarios para el servicio. Pero la gran promesa de la Escritura es que Dios llama a los ministros, y presenta a estos siervos como regalos para la iglesia.

Un aspecto que es importante tratar en este contexto es el malentendido común acerca de la voluntad de Dios. Algunos ejemplos de piedad evangélica nos hacen pensar que la voluntad de Dios es algo difícil de aceptar. A veces hacemos que eso parezca todavía más confuso cuando hablamos en términos de “rendirnos” a la voluntad de Dios. Pero el apóstol Pablo en Romanos 12:2 aclara que la voluntad de Dios es buena, agradable, y perfecta. Aquellos que son llamados por Dios para predicar tendrán tanto el deseo de hacerlo, como los dones necesarios para la predicación. Además, el predicador llamado por Dios sentirá la misma compulsión que el gran apóstol, quien escribió: “¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9:16).

Así que, considera tu llamado. ¿Sientes que Dios te llama al ministerio, ya sea como pastor o como otro servidor de la iglesia? ¿Sientes el deseo ardiente de proclamar la Palabra, compartir el evangelio y cuidar del rebaño de Dios? ¿Este llamado ha sido confirmado y alentado por los cristianos que mejor te conocen?

En este nuevo e importante libro, Brian Croft presenta una audaz y bíblica comprensión del llamado al ministerio. A través de las siguientes páginas, Brian aclara muchos temas de confusión contemporánea, y su compromiso con la iglesia local asegura que su comprensión del llamado al ministerio nunca se separa del contexto del pueblo de Dios.

Pocos libros son más oportunos que este, y estoy agradecido con Brian Croft por su fiel y cuidadosa evaluación del llamado al ministerio.

R. Albert Mohler Jr., presidente del Southern Baptist Theological Seminary

Prepararlos para pastorear

Подняться наверх