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¿POR QUÉ UN TRABAJO IDEAL?
Оглавление«En nuestra opinión, nos encontramos en las primeras fases de una revolución de la sostenibilidad que será más grande que la Revolución Industrial, e igual de veloz que la digital. Creemos que será la mayor oportunidad de la historia para invertir, y la mayor oportunidad empresarial de la historia del mundo».
AL GORE
«Lo más poderoso de aunar mente y corazón es que es el lugar donde confluyen el rigor científico y la claridad moral, el análisis y la empatía, la estrategia y la imaginación».
AYANA ELIZABETH JOHNSON y KATHARINE K. WILKINSON
Antes de sumergirnos en los motivos por los que podríais tener interés en un trabajo ideal, me gustaría hablaros de Jacques Brel. A fin de cuentas, ¡soy belga!
Soy fan de Jacques Brel y de su música. Jacques Brel fue un cantante, poeta, actor, director y cantautor belga que vendió más de veinticinco millones de discos. Al parecer, una vez dijo que la vida no es seria. Es una aventura, casi un juego. Y hay que huir de la seriedad de los imbéciles: «Vivre, ce n’est pas sérieux ce n’est pas grave, c’est juste une aventure, presqu’un jeu. Il faut fuir la gravité des imbéciles».
¿Cómo es posible que no os encante esta cita?
Jacques Brel fue un hombre rebosante de pasión, fuego, deseo y arte. Cuando ves cómo le temblaban los labios, cómo le salía disparada la saliva sobre el escenario y cómo dibujaba una sonrisa que dispersaba las nubes al cantar, sabes que no estaba fingiendo. Sentía de veras lo que cantaba. Sentía lo que estaba escribiendo. Estaba vivo. ¿Acaso hay un regalo mayor que ese, que sentirse tan vivo?
Cuando veo artistas así, también me siento viva. Cuando veo a gente entusiasmada con su vida o con una idea, o a niños que entran corriendo en casa para enseñar lo que acaban de encontrar en el jardín, me siento viva. Cuando vi la biografía del autor y dramaturgo Arthur Miller, me invadió tal inspiración que no pegué ojo en varias noches. Todos necesitamos sentirnos así al menos una vez en la vida. Animados. Con ganas de jugar. Infantiles. Apasionados. Inspirados. En trance. Sanos. Llenos de energía. Llamadlo como queráis. La alegría de vivir, una sensación de éxtasis y todo lo que ello comporta.
Y en circunstancias ideales, podemos incorporar esta sensación a nuestro trabajo. Podemos sentir un cierto progreso, sentirnos satisfechos por la mañana, ver sentido en lo que hacemos. No hay que ser felices en todo momento, sino disfrutar de lo que hacemos, incluso cuando atravesamos baches.
En circunstancias ideales, digo. La realidad suele ser bastante diferente para muchos de nosotros.
SALUD Y BIENESTAR
La Organización Mundial de la Salud ha identificado e incluido el estrés laboral en su lista de fenómenos relacionados con el trabajo que perjudican a nuestra salud7.
Son muchas las estadísticas que dicen que la forma en que trabajamos no funciona. Un número ingente de personas se sienten enajenadas, deprimidas, desmotivadas, fracasadas y frustradas.
«Parece que hay pruebas aplastantes de que las decisiones que toman las organizaciones surten hondos efectos en la salud física y mental de los empleados, incluso para el resto de sus vidas. En vista de ello, ¿por qué la dimensión humana de la sostenibilidad se deja mayormente en un segundo plano?»8.
La dimensión humana de la sostenibilidad. Es imposible expresarlo mejor, y es a lo que me refiero.
Si queréis profundizar en este tema, os recomiendo encarecidamente que leáis a Jeffrey Pfeffer, catedrático de Conducta Organizativa en la Escuela de Negocios de Posgrado de la Universidad Stanford y uno de los pensadores sobre management más influyentes de la actualidad. En concreto, escribió un inquietante libro con un título muy acertado: Dying for a Paycheck [Morir por un cheque].
Otro ejemplo: en España, solo «tres de cada diez trabajadores con contrato fijo son felices en su empleo. Además, más del 80 % dicen que aborrecen o no disfrutan los lunes, y un porcentaje parecido afirma que el lugar de trabajo los estresa. Asimismo, seis de cada diez empleados no recomendarían a un amigo trabajar en su empresa»9.
Las personas son la base de las organizaciones. Aun así, la infelicidad y la enajenación en el trabajo son una epidemia muy real. Incluso se podría decir que no solo somos infelices en el trabajo, sino a causa de este. Carecemos del tiempo y los recursos para cuidar de nosotros mismos y hacer el bien en este mundo. Muchos de nosotros estamos estresados en un sentido negativo, y el efecto de este estrés negativo se subestima enormemente. Aunque hay bastantes estudios que demuestran que tiene un efecto nocivo para la salud, ignoramos todas las señales en cuanto que sociedad y en cuanto que individuos.
No quiero decir que a veces no debamos sudar tinta para lograr lo que sea que queramos lograr. Solo digo que muchos de nosotros colocamos la salud en un rinconcito y la dejamos para «luego». Ya me ocuparé luego. Ahora no. Ahora no es el momento. No estoy listo. No tengo tiempo. Tengo trabajo que hacer y recados. Y vamos al médico y le pedimos que nos cure. Deme una pastilla. Y el médico nos dice cómo evitarlo en el futuro y los científicos se llenan la boca con discursos de prevención, pero lo único en lo que pensamos nosotros es que sí, sí, luego... Ahora no tengo tiempo.
Y no soy quién para juzgar este comportamiento. Yo misma soy culpable. Es un asunto incómodo y fastidioso. Y muy privado y vulnerable, también. Muchas veces ni siquiera queremos que nuestro trabajo se vea involucrado en esto, porque es algo muy privado. Para muchos, es algo que va unido a inseguridades, vergüenza, autocrítica, presión, aburrimiento, procrastinación o incluso culpa.
Nos decimos: «No quiero que mi jefe sepa que no puedo con el trabajo; creo que me daría vergüenza», o: «No puedo mostrarme débil, tengo que ser fuerte. En el trabajo no caben las emociones».
Y queremos ser especiales, únicos y valorados. Queremos recibir amor y aprecio. Y en esta selva que llamamos sociedad y vida, intentamos encontrar el camino. Queremos erradicar el estrés negativo, queremos un trabajo que nos guste, queremos tener calidad de vida e, inconscientemente, queremos hacer un bien, pero nos cuesta descubrir qué y cómo. Queremos ahogar el conflicto interno entre la llamada a vivir y la llamada a trabajar.
Como dijo Barack Obama en su discurso de graduación para el evento virtual Class of 2020:
[...] haced lo que consideréis correcto. Hacer lo que a uno le apetece, lo que le conviene, lo que le resulta fácil... así es como piensan los niños pequeños. Por desgracia, muchas personas que en teoría son adultas, algunas de ellas con títulos altisonantes y trabajos importantes, siguen pensando así, y es la razón por la que las cosas están tan mal.
Ya sé que es fácil de decir, pero no tanto de hacer, en especial si no tienes ni idea de lo que se supone que debes hacer, o si no tienes ni idea de lo que es correcto, y sobre todo de lo que es correcto para ti. En especial si ya estás cómodo siendo como eres, y si «así es como ha sido siempre».
SOSTENIBILIDAD
Y UNA NUEVA ECONOMÍA REGENERATIVA
Además de cómo el trabajo está afectando nuestra salud y cómo debemos encontrar formas de regenerarnos, el mundo también está cambiando y existe la necesidad de sostenibilidad. No se trata solo de nosotros, se trata de todos nosotros. La palabra sostenibilidad se deriva del latín sustinere (tenere, sostener; sub, debajo). Sostener puede significar «mantener», «apoyar» o «soportar». Se trata de que el mundo y la naturaleza puedan resistir y coexistir con la civilización humana.
La sostenibilidad se ha convertido en una palabra bastante popular, pero no siempre fue así. La negación del cambio climático sigue ocurriendo en muchos niveles. Dos voces destacadas de un acuerdo climático fundamental, el Acuerdo de París, dicen lo siguiente en su libro El futuro que elegimos:
Negar el cambio climático equivale a decir que no crees en la gravedad. La ciencia del cambio climático no es una creencia, una religión o una ideología política. Presenta hechos que son medibles y verificables10.
Y si no está convencido aún, aquí hay algunos hechos y cifras concretos de un informe, redactado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el organismo de las Naciones Unidas para evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático11:
• El informe destaca una serie de impactos del cambio climático que podrían evitarse limitando el calentamiento global a 1,5 ºC en comparación con 2 ºC o más.
• Para 2100, el aumento global del nivel del mar sería 10 cm más bajo con un calentamiento global de 1,5 °C en comparación con 2 °C.
• La probabilidad de un océano Ártico libre de hielo marino en verano sería de una vez por siglo con un calentamiento global de 1,5 °C, en comparación con al menos una vez por década con 2 °C.
• Los arrecifes de coral se reducirían en un 70-90 % con un calentamiento global de 1,5 °C, mientras que prácticamente todos (> 99 %) se perderían con 2 ºC.
• Tenemos las herramientas que necesitamos para abordar el cambio climático: el mundo no tiene que inventar algunas máquinas mágicas para frenar el cambio climático; la tecnología está disponible para tomar las medidas climáticas necesarias.
• Deben producirse cambios rápidos en cuatro partes clave de la sociedad: generación de energía, uso del suelo, ciudades e industria.
Entonces, si sabemos que la crisis climática es real y está sucediendo, ¿cómo preparamos nuestro trabajo para el futuro? ¿Cómo luchamos contra esto? Se trata de gobernanza ambiental, social y corporativa. Y no se trata solo de los roles en la sostenibilidad, también se trata de «ecologizar» nuestros trabajos actuales.
El CEO Ryan Roslansky, la economista en jefe Karin Kimbrough y Penny Brannigan, directora de Sostenibilidad del Medio Ambiente Global en LinkedIn ya hablan sobre esta tendencia en su plataforma. Aquí tienes un ejemplo:
En los últimos años, país tras país ha establecido nuevos y ambiciosos objetivos y políticas de acción climática. Para lograr estos objetivos, el mundo necesitará que millones de trabajadores hagan la transición y se unan a la economía verde. La buena noticia es que la ecologización de la economía está en marcha. Vemos que los empleadores agregan miles de empleos verdes a LinkedIn cada semana. Y, lo que es aún más importante, los empleos verdes han crecido un 1,5 % más rápido que el promedio general en nuestra plataforma. Hay dos tipos de crecimiento de empleos verdes que están ocurriendo: nuevos empleos verdes especializados más la ecologización de muchos trabajos tradicionales que ahora deben realizarse de una manera más sostenible12.
Típicos puestos de trabajo que exigen ecohabilidades | |
Puesto | Habilidades requeridas |
Analista corporativo o empresarial, Business Analyst | Evaluación del impacto ambiental, mitigación de daños, compensación ambiental, sostenibilidad |
Director de operaciones | Medio ambiente, materiales peligrosos, sostenibilidad, residuos |
Director de productos | Clima, residuos, energías renovables, sostenibilidad |
Director de programas | Clima, compensación ambiental, residuos, sostenibilidad |
Ingeniero de proyectos | Mitigación de daños, energías renovables, sostenibilidad, tratamiento de aguas residuales |
Coordinador de proyectos | Concienciación medioambiental, energías renovables, energía solar, sostenibilidad |
Comercial | Sostenibilidad, agricultura, residuos, concienciación medioambiental, energía solar |
Director de ventas | Agricultura, energías renovables, energía solar, sostenibilidad |
Especialista en ventas | Materiales peligrosos, energía renovable, energía solar, sostenibilidad |
Ingeniero de software | Compensación ambiental, reutilización, sostenibilidad, residuos |
Fuente: Peggy Brannigan, directora de Global Environmental Sustainability en LinkedIn
No se trata solo de convertirse en un «consultor de sostenibilidad». Cada puesto pide un aumento en lo que Brannigan llama «habilidades ecológicas». Conciencia medioambiental, energías renovables, evaluación de impacto, fotovoltaica..., la lista continúa. También se trata de cambiar roles desde dentro de las empresas y poner una estrategia diferente sobre la mesa.
Una economía sostenible, una economía verde, una economía azul, una economía regenerativa o una economía circular: nuestra economía está cambiando y nuestras carreras también. No se trata de «SI» cambiará, se trata de CUÁNDO. Por esta razón, es beneficioso comenzar a volver a redesignarnos, renovarnos, regenerarnos o reinventarnos para «sobrevivir» e incluso prosperar en esta nueva economía.
APUNTE A CERO
Gunter Pauli, a quien he mencionado antes, habla mucho de no hacer «menos daño», sino de optar por cero residuos y un enfoque no lineal. «No le exijamos más a la Tierra. Hagamos más lo que nos brinda la Tierra», dice13. Hay muchas empresas que proclaman ser sostenibles, cuando en realidad están haciendo un greenwashing o simplemente haciendo que los elementos pequeños de toda su cadena sean más ecológicos, mientras siguen contaminando con otros elementos. Afortunadamente, existen modelos comerciales que pueden ir más allá de este «control de daños» y que pueden lograr un impacto «neto positivo», e incluso más allá. Aquí es donde entra el concepto de economía circular o regenerativa.
La idea es que no se limite a tomar recursos, hacer algo y deshacerse de los desechos. Es que diseñe el proceso o el producto para que no tenga un impacto negativo para empezar. «Se basa en tres principios: diseñar los desechos y la contaminación, mantener los productos y materiales en uso y regenerar los sistemas naturales14».
Eso es exactamente lo que quiero que hagas con tu vida y con tu carrera también, en cierto modo. ¡Quiero que apuntes a la mejor vida posible, que la rediseñes, que diseñes los elementos negativos que contaminan tu propio sistema natural y te regeneres y aumentes tu nivel de felicidad y energía!
PENSAMIENTO DE DISEÑO: ¿QUÉ?
El pensamiento de diseño se utiliza en todo el mundo para resolver problemas o simplemente hacer cosas. Es un proceso de pensamiento, es imaginación, creatividad o los pasos necesarios para que esto suceda también. Imagínate dos islas que alguna vez estuvieron separadas por un gran lago y que ahora están conectadas con un puente. Alguien tenía que inventar ese puente primero. Luego hubo que hacer los planes, involucrar a los ingenieros, encontrar los materiales, etc. Así como aplicamos el pensamiento de diseño a los productos, modelos de negocio, problemas, etc., también podemos aplicarlo a nuestras carreras y a nuestras vidas. La idea aquí, para estar preparados para el futuro, es rediseñar nuestro trabajo y poner mucho más peso en dos áreas: cuidar tu salud y luchar contra el cambio climático.
¿Cómo hacemos eso? Vayamos paso a paso.
Encontrar tu trabajo ideal significa volver a la casilla de salida y a los principios básicos, volver a la acción y, con suerte, a una ristra de momentos de asombro.
En los siguientes capítulos hablaremos de lo siguiente:
Haré una descripción breve de estos temas, pero la idea es que trabajéis (por vuestra cuenta). No tiene mucho sentido que os explique las cosas de pe a pa. Lo que funciona es tomar apuntes.
Entiendo que podáis pensar: «Yo esto ya me lo sé», «No quiero perder tanto tiempo con esto, solo quiero la respuesta» o «Si hago todo esto, igual descubro cosas que no me gustan».
Son todos argumentos la mar de válidos. Pero es muy posible que sean reflejos neurológicos y biológicos que no te dejan salir de tu zona de confort. O quizá seas un poco vago, que tampoco pasa nada. ¡Aun así! Recuerda que escogiste este libro porque buscas algo que te entusiasme, porque quieres descifrar las claves y dar con la tecla, porque ansías algo distinto, te mueres por aprender y cambiar, en el sentido que sea.
¡No te menosprecies solo porque no te aporte satisfacción a corto plazo!
Cuanto entrevisté al profesor Ioannou de la London Business School, especializado en sostenibilidad, sobre cómo cambiar nuestros métodos para hacer bien y mejor las cosas, dijo estas bellas palabras:
Creo que probablemente haya dos niveles a la hora de pensar en la gente que intenta cambiar: el corazón y la cabeza. Están los argumentos fundamentados en datos y evidencia (como los efectos del calentamiento global, la pobreza, la desigualdad social, etc.) y, luego, considero que para conmover emocionalmente a la gente, tienes que mostrarles el problema de forma muy directa. Me viene a la cabeza todo el trabajo de campo que hacemos en la London Business School, por ejemplo. Desde las favelas de Río a Birmania... la gente necesita vivir el problema. Necesitan ver la destrucción medioambiental y la desigualdad social para sentirse llamados a hacer algo. Y en cierta medida, el activismo juvenil, como el que hace Greta Thunberg, es muy importante. Dan un rostro al problema. Ya no vale decir: «Oh, las futuras generaciones van a sufrir». Sabemos de buena tinta quiénes van a sufrir, porque ya viven y nos lo están diciendo. Así pues, esos dos niveles se manifiestan de formas diferentes. Habría que pensar en cómo encajamos ambas piezas para motivar a la gente a cambiar y a tomar decisiones para el bien colectivo.
El corazón y la cabeza. Por eso te he dicho que tomes apuntes, también. Te lo he aconsejado porque subestimamos muchísimo el poder que tiene para el autocrecimiento una lista de preguntas y frases poderosas, sobre todo en una libreta de papel reciclado, por supuesto. Y también subestimamos el hablar con alguien sobre lo que anotamos. Tanto si te puedes permitir un coach como si no, busca un colega ante el que rendir cuentas y empieza a compartir tu realidad. Para encontrar tu trabajo ideal, tienes que compartir y probar cosas. Experimenta, habla con personas y aprende de ellas. Y aunque puedes emprender este proceso a solas, creo que los resultados se disparan exponencialmente al lado de un coach, un mentor, un asesor o un amigo.
Escribe a ese amigo con quien te sientes cómodo hablando sobre tus objetivos laborales o tu vida, a ese familiar que te entiende mejor que nadie, a esa persona que admiras cuando la tienes a tu lado, o alguien con dotes empáticas y que esté dispuesto a seguir contigo esa senda.
Yo he tenido la suerte de contar con un coach y mentor impagable desde una edad muy temprana. Me hizo sentir comprendida cuando me sentía completamente sola y alejada de mis deseos y sueños, me hizo sonreír de nuevo y recuperar la alegría cuando estaba muy deprimida y me hizo responder de muchas cosas. Su fe profesional en mí me impulsa de formas que no se pueden explicar, a diario.
Y si no encuentras a nadie con quien hacer esto, abrir esa libreta dedicada al rumbo que te vas a marcar ya es un gran paso.