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DOS

LA VISIÓN TÁNTRICA


Las seis regiones del cuerpo

Los cinco estados

Todos han partido y se han ido

Totalmente borrados

Y en el descubierto

Vacíos

Yo me quedo

asombrado...

El éxtasis inalcanzable

Me ha envuelto…

PATTINATTAR, A TAMIL TANTRICA,

en The Poets of the Powers, editado por K. V. Zvelebil

A unque las reliquias de los ritos tántricos se remontan casi cinco milenios, los textos tántricos empezaron a aparecer en los primeros siglos de la era cristiana. Se dice que existen 108 volúmenes originales en los cuales está definido el sistema tántrico y enumeradas sus prácticas, pero existen numerosos comentarios y ensayos (o «expansiones») sobre los primeros libros, que también son conocidos como Tantras (la palabra tantra significa «expansión»).

Estos libros antiguos ofrecen a sus practicantes una forma completa de vivir; engloban el ámbito material y físico, aspectos mentales y psicológicos, y la espiritualidad. Aunque se le ha calificado como el «yoga del sexo», el elemento sexual del Tantra es sólo una parte de su enfoque; las metas del Tantra son más elevadas y amplias que simplemente lograr habilidad en el amor. La meta última es la unidad. Los tántricos aspiran a una conexión o unión espiritual, experimentar el yo individual como parte del Todo Indivisible. Para ayudar a lograr esa Unidad, se recurre a técnicas de visualización y meditación, y se practica ritos de unión sexual y una forma de comunicación con la pareja altamente desarrollada.

Aunque interpretemos algunas de las enseñanzas tántricas antiguas desde el punto de vista de finales del siglo XX, no es nuestra intención sustituir las metas o métodos tántricos por los nuestros. El Tantra fue nuestra inspiración al desarrollar un sistema que ayudará a ofrecer a las parejas contemporáneas un gran depósito de energía regenerativa que se expresa sexual, física y creativamente. Antes de hablar del «cómo» de este sistema, te presentaremos brevemente el paradigma, o la visión de la realidad, sobre la que está basada la teoría tántrica, y luego, su ciencia.

VISIÓN TÁNTRICA DE LA REALIDAD

Para comprender mejor la filosofía tántrica es necesario distinguir entre un plano superior de la realidad, un estado de consciencia cósmica, al cual nos referiremos como Realidad, con ‘R’ mayúscula, y nuestra realidad macrocósmica o mundana, a la cual llamaremos realidad, con ‘r’ minúscula. En nuestra realidad inferior existe una dualidad fundamental que se expresa como masculino y femenino. No se trata de un concepto exclusivamente oriental; muchas culturas demuestran una percepción similar que se observa fácilmente en sus idiomas. Las lenguas románicas, por ejemplo, designan objetos y sujetos según un género. El Tantra también ve que todo en esta realidad contiene energías masculinas y femeninas. Pero en la Realidad superior no existe esa dualidad. En esta Realidad se encuentra la Unidad. No existe lo masculino y lo femenino; está tan sólo el Uno. La palabra tántrica para el Uno es Shiva-Shakti, que se refiere a la unión de la consciencia cósmica con la energía creativa, la fuerza que mueve la creación, la combinación perfecta de lo masculino y de lo femenino que forma el Uno indiferenciado.

Recuerda, la meta tántrica es esa condición de Unidad. En términos más «actuales», podríamos decir que la meta consiste en lograr la autorrealización o la integración personal, o simplemente la totalidad. Para los tántricos, la pareja es el vehículo con que se va de la realidad a la Realidad.

CIENCIA TÁNTRICA

Las primeras ciencias tántricas incluían matemáticas, medicina, astronomía y teorías físicas atómicas, espaciotemporales y de ondas de sonido sorprendentemente sofisticadas, así como también alquimia, quiromancia y astrología. Se considera al Tantra inventor del decimal, responsable del descubrimiento del cero en La India antigua, e introductor del concepto de Chakras, o centros psíquicos de energía, como parte de la biología humana. (La palabra significa ruedas o discos de energía.)

Entre las reliquias tántricas más hermosas están las pinturas que ilustran estos chakras en los hombres y en las mujeres. Los chakras son órganos del Cuerpo sutil o energético, que se considera distinto e independiente del Cuerpo físico. El Tantra habla de varios cuerpos: la capa (o cuerpo) más externo la forman la piel y los huesos. Después está el sistema respiratorio, más sutil; y aún más profundo y sutil, el sistema cognoscitivo. Finalmente encontramos la capa más sutil de todas, el cuerpo sutil, el sistema intuitivo o psíquico del cuerpo, donde están los chakras, por el cual podemos lograr éxtasis físico y la unión espiritual.)

Existen siete chakras principales en el cuerpo sutil, cada uno de los cuales es a la vez generador y depósito de energía y de consciencia psíquica. Los chakras van conectados a uno o más de los otros cuerpos por medio de «canales sutiles» llamados Nadis. De esta forma la energía de cada uno de los chakras nutre a todo el cuerpo. Estos canales no son distintos de los meridianos en los que se basa la acupuntura, y también son similares a nuestra comprensión de las conexiones y redes neuronales del cuerpo.

EL SISTEMA DE LOS SIETE CHAKRAS

En el arte tántrico, cada uno de los siete chakras principales tiene como símbolo una flor de loto distinta, para significar su naturaleza particular. Cada flor está compuesta por su propia combinación de colores, pétalos y diseños simbólicos. Se entiende que cada uno contiene una carga positiva o negativa, un valor numérico y alfabético, una afinidad particular con un elemento de la naturaleza (aire, tierra, agua, etc.), con uno de los varios sentidos (gusto, tacto, olfato, etc.), y con una cualidad tonal particular. Este último aspecto sugiere una analogía si consideramos los chakras como las cuerdas de una guitarra. Cada cuerda vibra con una frecuencia y emite una nota distinta. Con el tiempo las cuerdas pueden subir o bajar de tono y necesitar, por tanto, ser afinadas. Cuando están afinadas, el sonido que produce la guitarra es armonioso. Del mismo modo, cuando los chakras están afinados, se logra la armonía.


NOTA: El mantra OM empieza como «OOO..» en el sexto chakra y acaba como «…MMM» en al séptimo chakra.

Cada chakra corresponde a una área específica del cuerpo, y se piensa que cada uno genera una forma particular de lo que llamamos «impulso». Los siete chakras se alinean a través del centro del cuerpo, con la columna como eje. Empiezan en la base de la columna con el primer chakra o chakra base. Según los libros tántricos, el impulso del primer chakra se dirige hacia lo material; su deseo es adquirir y poseer. Paradójicamente, su función corporal es la eliminación. El segundo chakra se encuentra en la región de los genitales, y de él parte el impulso sexual. El tercer chakra, detrás del ombligo, se relaciona con cuestiones de poder e influye en el sistema digestivo. El cuarto chakra, que gobierna la respiración, está cerca del corazón, y se considera la fuente de energía para la conexión íntima. El quinto chakra, en la garganta, influye en el sistema glandular y contiene el impulso de comunicación, así como también el impulso espiritual. El sexto chakra está entre las cejas, donde genera intelecto, y en el tronco del cerebro (la formación reticular), donde afecta a la consciencia así como a la posibilidad de visión interior. Un loto con mil pétalos representa al séptimo chakra que está situado en la coronilla, dentro del cráneo, y también en la zona que está justo por encima de la cabeza, en ese ámbito que buscamos fuera de nosotros mismos. Cuando esa parte externa del séptimo chakra emana energía, nos referimos a ella como halo.

Aunque un occidental escéptico podría dudar mucho del sistema aquí esquematizado, lo cierto es que en nuestra propia percepción del cuerpo humano aplicamos valores metafóricos similares. Por ejemplo, hacemos una asociación obvia con el primer chakra, situado justo por encima del ano, cuando decimos de una persona extremadamente posesiva u obsesiva que es «un culo prieto». Y pocos negarían la poderosa carga en el segundo chakra cuando uno se excita sexualmente.

El tercer chakra controla la digestión y afecta al afán de poder. Nosotros lo conocemos como «plexo solar», sabemos bien de su expresión energética a un nivel físico. Hablamos de una persona «intestinal» para referirnos a una persona con fuerza de voluntad e iniciativa. Además, también es ejemplar el hecho de que muchas personas que «se exigen» demasiado sufren úlceras en esta zona.

También es fácil ver al cuarto chakra en «términos contemporáneos». Las tradiciones orientales adscriben al corazón el gobierno de los instintos compasivos, del amor, de la simpatía y de la asociación íntima; y el idioma occidental se hace eco de ello. Decimos «ten corazón» cuando pedimos clemencia o compasión; hablamos de que se nos ha roto el corazón, de dolor de corazón, etc. Sabemos que hay situaciones en las que se nos «ablanda» el corazón. A menudo nos dirige el corazón cuando pensamos que deberíamos dejarnos llevar por la cabeza. Y aunque no queremos decir que el corazón nos tiene encadenados, sí decimos que somos movidos, dirigidos e influidos por algún poder o influencia que el corazón ejerce sobre nosotros.

Es suficientemente fácil aceptar que el quinto chakra, localizado en la garganta, posee los instrumentos necesarios para la comunicación, y que la voz, surgida de la vibración de nuestras cuerdas vocales, es una expresión energética. La relación simbólica del quinto chakra con la espiritualidad podría ser más difícil de entender, pero sabemos que la emoción se expresa en esta región. Se nos pone «un nudo en la garganta» cuando nos emocionamos. Podemos apreciar la posición simbólica de la garganta como conexión del cuerpo con la mente: siendo la mente la puerta de entrada a la unión espiritual, puede darse «un estertor de muerte» en la garganta. Se considera que este es el sonido que emite el alma cuando «se va» del cuerpo.

El sexto chakra —fuente de energía intelectual, cognición y concentración— puede verse como metáfora del cerebro y de poder o energía. Algunas personas lo llaman el «tercer ojo», y le adjudican poderes de visión interior.

Cada chakra pues, representa un deseo humano natural —de poseer, de copular, de amar, de comunicar, de comprender, y finalmente de ascender, de excedernos a nosotros mismos tocando a Dios o a la consciencia cósmica o a un nivel superior de ser, o como queramos llamar lo—. La forma tántrica utiliza estos impulsos naturales de los hombres y las mujeres como base para establecer una relación amorosa apasionada y continua.

LA CONEXIÓN SEXUAL/ESPIRITUAL

Es tradicional en muchas culturas, incluso en las occidentales, practicar el celibato teniendo como meta la vida espiritual. Esto también es verdad para los cientos de escuelas de yoga que reconocen la energía sexual como una fuerza espiritual y buscan conservar esa energía para el camino espiritual. Pero el celibato como motivador espiritual limita bastante la búsqueda de una forma elevada de consciencia a una comunidad ermitaña; y por supuesto, si todos siguieran este camino, el número de personas que realizan el viaje espiritual disminuiría rápidamente.

Actualmente, muchos de nosotros, personas corrientes, aspiramos al crecimiento espiritual. Pero deseamos hacerlo con un compañero. El yoga tántrico era el camino que elegían las parejas hace miles de años para solucionar este dilema, puesto que la disciplina tántrica permite que los hombres y las mujeres tengan un compañero, que disfruten del sexo y experimenten satisfacción espiritual, a menudo simultáneamente. ¿Y esto cómo puede ser? ¿Cómo pueden coexistir la espiritualidad y la sexualidad; la una inferior, la otra sublime? Como respuesta miramos dentro, al cuerpo sutil del Tantra, y a los centros de energía ascendentes, empezando por el más inferior y acabando en la zona cósmica.

En el primer chakra, enrollado apretadamente, como un muelle, en la base de la columna, reside lo que el Tantra llama Kundalini shakti. Su significado literal es «energía femenina enrollada», pero existe en el mismo grado tanto en los hombres como en las mujeres, y podría también ser llamado «energía creativa» o «energía vital». Esta energía existe dentro y fuera de nosotros, lo cual quiere decir que tenemos en nosotros eso que buscamos: conexión espiritual, la Realidad superior por la que luchamos, que solamente necesita despertar para realizarse. Cuando el kundalini es estimulado empieza a desenrollarse, liberando su energía hacia arriba por el cuerpo. Esta energía asciende por la columna hasta el segundo chakra, el tercero, el cuarto, y más arriba. Y al subir, su carga casi eléctrica proporciona y recibe energía de los siete centros del cuerpo, despertando la consciencia dormida al ascender, hasta unirse con el chakra superior, y al hacerlo logra su meta: Unidad, éxtasis espiritual, llamado Ananda en sánscrito. También se conoce como Nirvana, o como Satori. Los textos tántricos aseguran que está al alcance de todos, que es nuestro derecho de nacimiento.

Sin embargo, lograr la meta tántrica de Unidad puede costar toda una vida de estudio y devoción. Aunque no sea ese el propósito de nuestro libro, es bueno remarcar que el tener en cuenta la posibilidad de alcanzar tal meta y trabajar por ella puede ensalzar todos los aspectos de la vida. En nuestros seminarios animamos a las parejas a ser conscientes de esta meta tántrica última al buscar la Unidad en su relación. Si tu práctica del arte del amor consciente te lleva a desear más información sobre el Tantra, sugerimos que como punto de partida consultes la bibliografía citada al final del libro.

Antes de dejar lo que brevemente hemos dicho del kundalini, debemos señalar que esta energía se libera en distintos grados en cada persona. Podría moverse pero no desenrollarse; podría ser estimulado pero no empujado con la suficiente fuerza para poder llegar hasta arriba. A menudo se queda atascado muy cerca de casa, en el segundo chakra, donde se expresa sexualmente y luego vuelve a su posición original y vuelve a dormirse. El despertar forzado y prematuro de la energía kundalini puede ser peligroso. Las técnicas para crear y liberar energía que utilizamos en nuestros seminarios y que compartimos contigo aquí son inocuas y suaves. Si en algún momento te sientes incómodo con una de ellas, te pedimos que no la realices. Espera un momento en que quizá estés más receptivo, o simplemente pasa a otra.

ENFOCAR LA MENTE

El yoga tántrico se practica en un estado mental sereno y calmado; un estado que a menudo es difícil de lograr en nuestro mundo de altas tecnologías, altos valores y ritmo rápido. El Tantra requiere meditación, apartar conscientemente la mente de las cosas del mundo para poder experimentar una paz interior profunda.

Para ayudarnos a lograr ese estado, el Tantra ofrece varias técnicas. La concentración es una de ellas, y aunque parezca sencilla, no se logra tan fácilmente. Para ayudarnos el Tantra sugiere una variedad de meditaciones que afectan directamente al cerebro, ya que tranquilizan el hemisferio izquierdo (analítico e intelectual) y activan el hemisferio derecho, que es experiencial e intuitivo, donde tienen lugar las experiencias místicas. (Como regla general, según el grado en que una persona funcione con el lado izquierdo del cerebro al hacer el amor, pierde el potencial de éxtasis que ofrece el amor sexual tántrico.) Otro método para tranquilizar y relajar la mente es una técnica de respiración llamada «relación cósmica». Para practicar este ejercicio, enfoca la consciencia sobre la columna en el chakra base, y luego ve ascendiendo en una inspiración lenta y profunda, siendo consciente de cada centro de energía del eje de la columna, desde la base hasta la coronilla. Al acabar la inspiración mantén el aliento de tres a diez segundos, tiempo durante el cual deberías intentar sentir realmente el aire energético que llena el cráneo en la coronilla, el «Asiento de Shiva». Ahora empieza la espiración, también lenta y profundamente, y acompaña ese aire enrarecido de vuelta hacia abajo por el cuerpo, visitando los mismos depósitos de energía en dirección opuesta, manteniendo la consciencia durante todo el tiempo. En el chakra base no inspires durante varios segundos, y centra tu mente sobre ese depósito o asiento de energía kundalini. Luego empieza otra vez. El ritmo es el de las olas que suben y bajan. Inténtalo ahora; te refrescará y te relajará. Al inspirar, imagínate cómo el aire refresca cada rueda de energía dentro de ti; al espirar deja que el aliento se lleve toda la fatiga del día.


UNA RESPIRACIÓN YÓGUICA

CONSTA DE 4 PARTES:

1 Inspiración lenta.

2 Mantener el aliento varios segundos.

3 Espiración lenta.

4 Al acabar la espiración permanecer sin inspirar durante un momento.

El control de la respiración como técnica para establecer un estado de meditación es común en todas las disciplinas yóguicas. En las tradiciones orientales es la respiración lo que mantiene circulando la fuerza vital por todo el cuerpo. Controlar la respiración es una de las técnicas más importantes para lograr la armonía interpersonal necesaria para mantener y nutrir la relación.

Los alumnos intermedios y avanzados del Tantra utilizan otras dos técnicas poderosas para hacer más profundas su meditación y sus conexiones enérgicas y físicas. Son las técnicas «yantra» y «mantra». Los Yantras, que significa «herramientas», son diagramas simbólicos o arquetípicos. Hay en total 960, y todos simbolizan varios aspectos de la cosmología. Como un Mandola, también una representación gráfica del cosmos, el yantra es considerado una «imagen de poder»; su geometría, su característica espacial, sus elementos dinámicos están diseñados para atraer a la psique y provocar una respuesta mental específica —en este caso, la concentración de la mente—. Los yantras mandan una onda geométrica de pensamiento a los chakras que dice: «¡Despertad! ¡Purificad! ¡Activad!» En nuestros seminarios utilizamos los siete yantras que corresponden a los siete chakras descritos anteriormente (véase la pág. 28). Los principiantes comienzan mirando fijamente los diagramas yantra por orden ascendente. Una vez que se hayan aprendido los diseños, su visualización, combinada con una consciencia profunda palpable de los centros chakras correspondientes, es un método muy eficaz para concentrar la mente en la meditación.

Bija mantra es otra técnica avanzada para despertar, purificar y activar los chakras. Estos mantras son los equivalentes tonales de los yantras, sílabas vibratorias que estimulan y resuenan con los siete chakras para crear un acorde armónico interior. Repetir estas sílabas como un canto llano actúa como un diapasón para dar paz a la mente y despertar las energías dormidas de los chakras. A la mayoría de nosotros nos es familiar la sílaba OM, considerada «el sonido del universo». Los chakras a ella asociados son el sexto y el séptimo. Los mantras y sus chakras correspondientes aparecen en el cuadro de la página 28.

Los alumnos avanzados de Tantra también utilizan Mudras. Se trata de formas de comunicación no verbal que utilizan varios gestos de los dedos y de las manos y posturas del cuerpo para simbolizar aspectos de la Realidad superior y para influir y redirigir la energía a partes del cuerpo que normalmente no reciben esta energía, incluyendo las regiones de los chakras superiores.

Los tántricos también practican técnicas de Tantra Blanco como forma de meditación y para concentrarse. El Tantra Blanco es el abuelo de lo que conocemos como Hatha Yoga; utiliza beneficiosas técnicas de estiramiento, respiración, concentración y «sentimiento», para dirigir consciencia y emoción al cuerpo físico, que activa al sistema chakra. Son la respiración, concentración y sentimiento del Tantra Blanco lo que separa a éste de la mayoría de las formas de Hatha Yoga empleadas.

Mencionamos algunas de estas técnicas más avanzadas para que sepas que existen y así tengas la oportunidad de aprender más de ellas cuando lo desees. No son prácticas esenciales para los alumnos principiantes de Tantra, aunque adquieren mayor relevancia a medida que se progresa, y harán más variadas y profundas las técnicas para concentrar la mente.


Tantra

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