Читать книгу Que los evangelios prediquen el Evangelio - Christopher J. H. Wright - Страница 6
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Predicar sobre la cruz de Cristo es uno de los privilegios y responsabilidades más grandes que puede tener un predicador. También es, en mi experiencia, el momento en que la predicación como tal es más gratificante y conmovedora, a veces con lágrimas y gozo a la vez. Este pequeño libro reúne sermones que prediqué en la iglesia All Souls en Londres, gracias a la invitación de dos rectores, primero Richard Bewes y luego Hugh Palmer. Los textos que me dieron abarcan los cuatro Evangelios, así que tuve el privilegio de ver cómo cada uno de los evangelistas cuenta, a su manera, el evangelio de la cruz y los eventos que la antecedieron, y especialmente cómo la interpretaron a través de la óptica de diferentes partes del Antiguo Testamento.
El evangelio, por supuesto, como los Evangelios que lo cuentan, estaría incompleto sin la resurrección de Cristo. El primer «sermón del evangelio» que se predicó después de la primera Pascua es explícito sobre este punto.
«Este [Jesús de Nazaret] fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y, por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz. Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio…
A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos…
Por tanto, sépalo bien todo Israel que, a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».
(Hch 2.23-24, 32, 36)
La resurrección de Jesús el Mesías completó y confirmó todo lo que Dios había logrado mediante la muerte de Cristo en la cruz. Fue la prueba y vindicación de todo lo que Jesús había afirmado y enseñado. Fue la revocación divina del veredicto del tribunal que lo había condenado a muerte. Fue el inicio y la garantía de la nueva creación.
Entonces, si queremos ser fieles a la forma en que los apóstoles predicaron, no debemos predicar la cruz sin predicar la resurrección. Aunque el enfoque de cada uno de estos sermones no incluyó la resurrección, los prediqué en la temporada de la Pascua cuando los sermones de otros (acerca de la resurrección) siguieron inmediatamente a continuación en el calendario de la iglesia.
[Los capítulos que siguen presentan cada sermón como lo prediqué. Estoy agradecido a Vivian Doub por transcribir las grabaciones de estos sermones con ayuda de mis propias notas escritas a mano. En preparación para este libro, solo hice una revisión, leve pero necesaria, de las transcripciones. También agradezco a la iglesia All Souls por su permiso para publicar estos sermones en este formato. Uno puede escuchar el audio en inglés de estos sermones en línea y de forma gratuita a través del sitio web de All Souls, www.allsouls.org]
Al ofrecer este pequeño libro de sermones predicados en la iglesia de All Souls a los Recursos de Predicación Langham, estoy consciente de que estoy siguiendo muy inadecuadamente los pasos de John Stott, rector emérito de All Souls desde 1950 hasta su fallecimiento en el 2011, y fundador de la Sociedad Langham. Muchos de sus libros, y en especial su contribución a la serie The Bible Speaks Today (La Biblia habla hoy), surgieron de sus sermones predicados en esta misma iglesia. Me parece pertinente, entonces, terminar con una oración que John Stott tenía enmarcada en su propio despacho, en su hogar en Londres.
Cuando anuncie tu gratuita salvación
permite, oh Dios, que tu infinita razón
cautive mi alma y corazón.
Y cuando se doblegue el corazón
bajo tu Palabra en acción
que tu cruz sea la única razón.
(Adaptación de una oración que se halla en la sacristía de la iglesia St. Mary at the Quay, Ipswich y en la iglesia de la parroquia Hatherleigh)