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Capítulo 4.

Clave 4 - Empezar

Habiendo puesto en palabras lo que sentía, Martina pudo seguir avanzando al próximo nivel, tanto en su vida como en su hogar.

En su empleo también realizó algunos cambios muy positivos. Cuando recibe la lista de pendientes que su jefe ha elaborado para ese día, ella los enumera por orden de prioridad, y al lado de cada tarea escribe el tiempo máximo que le demandará cumplirla.

De esa manera trabaja mucho más enfocada, tarea por tarea, y desde que implementó este método, empezó a poder cumplir las tareas extras que su jefe añadía a la lista. Eso le daba mucho más ímpetu, y ánimo, ya que podía iniciar y concluir sus días laborales con la mayoría (o todas) sus tareas terminadas.

Con días más productivos en el trabajo, está mejor predispuesta anímicamente. Pasa a buscar a su hijo del colegio, y cuando llegan a su casa, prepara una merienda mientras conversa con su pequeño.

¡Haber hablado con la familia, sin dudas fue positivo! Al poder sincerarse con su marido e hijo, Martina destapó el canal de comunicación familiar, y ahora todo fluye mucho mejor.

En su hogar, empezaron los cambios también. Luego de la merienda, y la charla, mientras su hijo se baña, ella se fija en su lista de quehaceres (ahora ama las listas) para hacer algo antes de preparar la cena.

Su marido llega a veces para la merienda, otras veces un poquito más tarde y en algunas ocasiones puede trabajar desde su casa.

A nivel familiar y organizativo, como los horarios son todos diferentes, les ayudó mucho tener una lista general, de todo lo que hay que hacer en la casa, y una lista particular, de cada miembro de la familia. Porque así, cada quien sabe de antemano lo que tiene que hacer en el día, y en la semana, sin que nadie dé las órdenes (y por lo general a los gritos).

Martina se dio cuenta del desorden que había en su hogar, y de que eso también afectaba en su vida. Ella lo puso en palabras, habló con los demás, y juntos elaboraron un plan para priorizar, y sectorizar, los ámbitos de su vida y de su hogar que requieren acción inmediata. Y lo fundamental, no se quedaron en palabras, sino que ¡empezaron!

Es por eso que hago tanto hincapié en que no servirá de mucho comenzar sin una estrategia y sin rumbo fijo, porque eso te llevará a la frustración y a sentir que jamás podrás tener tu hogar y tu vida en orden.

Avanzar a tu ritmo es una muy buena señal de que el orden y la organización están llegando para quedarse.

Hacer “lista de pendientes” o “listas de quehaceres” te ayudará siempre que enfrentas una tarea que parece imposible.

Una forma muy práctica de saber la cantidad de tareas que puedes hacer en un día es sabiendo cuánto te lleva, aproximadamente, empezar y terminar.

Quizás al principio no sepas cuánto tiempo dedicas a cada una de ellas; por eso te sugiero que a medida que vayas haciendo las tareas, anotes cuánto tiempo te llevó hacerla y terminar cada una. Te recomiendo usar un cuaderno especial para eso, así vas haciendo el “inventario de tareas propias”. Lo mismo deben hacer los demás miembros de la familia, solo hasta que puedan anticipar cuánto tiempo les tomará realizar cada actividad.

Con tu lista en mano, tus prioridades ordenadas y los sectores bien definidos de tu hogar, lo siguiente que te recomiendo hacer es buscar tres contenedores (del tamaño y el material que desees), y cada cual rotulado de la siguiente manera: Donar, Vender, Descartar. En ellos irás colocando todo aquello que ya no quieras seguir conservando, ya sea que lo regales, lo vendas o lo descartes; no formarán parte de tu día a día.

Es como ir de compras en tu propia casa, separando lo que sí te gusta, lo que no; lo que sí quieres y lo que no.

Esto te permitirá liberarte de muchas preocupaciones, e incluso de sentimientos del pasado, y de lo que te ata.

Aprender a soltar no es fácil, puedes estar tan aferrada a los bienes materiales que pueden dificultar este proceso de “despedida”. Sin embargo, es liberador (puedo decírtelo con plena certeza, porque he estado en ese lugar).

A medida que vas avanzando en esta tarea fundamental, te vas a ir sintiendo mejor, más libre y sobre todo con más espacio.

La mayoría de las veces trato de hacer este tipo de descarte sola, porque cuando hay otra persona (que puede ser la familia, amigos, cónyuge, etc.) es más difícil, siempre aparece la pregunta: “¿por qué no quieres eso? ¡Si está hermoso y además es nuevo!”. Como si eso ya fuera justificación suficiente para que siga ocupando espacio en el guardarropa. Entonces no solo tienes que lidiar con tus propios sentimientos de nostalgia, sino también con los pensamientos de los demás, y eso no es liberador, todo lo contrario.

Una vez que empezaste este proceso, de descarte y conservación, es cuando realmente te das cuenta de todo lo que había en tu casa, lo que en realidad quieres y no quieres, lo que ocupa no solo espacio físico, sino espacio mental y emocional.

Liberar, soltar, para seguir avanzando.

HOJA DE RUTA

Preguntas para averiguar la temperatura de tu vida y hogar

1) Del 1 al 10, ¿qué tanto te cuesta “soltar” recuerdos y objetos?

2) Escribe en papel la lista de recuerdos y objetos que te cueste mucho “soltar” y sondea el porqué no puedes hacerlo. Rompe la lista una vez que hayas soltado todos los ítems de la misma.

¡Manos a la obra!

a) Selecciona el lugar a dónde llevarás lo que ya no quieras (familiares, vecinos, iglesias, fundaciones, hospitales, etc.) y el día en que lo harás.

b) Establece qué plataforma utilizarás para vender lo que separaste para tal fin. Porque si no empezarán a ocupar un lugar en tu casa, sin fecha de caducidad, y en poco tiempo volverás cada elemento al lugar original (o sea, volver a cero).

c) Ya que hiciste tu lista de prioridades, ahora es tiempo de planificar tus quehaceres. Mi recomendación estrella es que cada día te aboques a un espacio en particular. Por ejemplo: lunes (cocina), martes (living), miércoles (baños), jueves (habitaciones), viernes (oficina), etc. El orden puede variar de acuerdo a tus necesidades, pero es muy práctico hacerlo así, y no requiere de días maratónicos de limpieza y orden. La lista de quehaceres debe estar visible, para que todos los miembros de la familia tengan acceso a ella.

¡Resumiendo!

• No serviría de mucho comenzar sin una estrategia y sin rumbo fijo, porque eso te llevará a la frustración y a sentir que jamás podrás tener tu hogar y tu vida en orden.

• Avanzar a tu ritmo es una muy buena señal de que el orden y la organización están llegando para quedarse.

• Hacer “listas de pendientes” te ayudará siempre que enfrentas una tarea que parece imposible.

¡Chau desorden!

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