Читать книгу Herramientas para afrontar la crisis - Claudia Talbot - Страница 7

Conjugando culturas

La cultura es una fuente de unión en un grupo humano, y, a su tiempo, la inmadurez humana no encontró otro accionar que la competencia entre las mismas, encabezadas por genocidas y esclavistas para dispersar la especie, por todo el planeta…

Pero los tiempos han cambiado. Hoy es necesario comenzar a conjugar saberes culturales para crear una cultura que nos acerque y que permita la evolución. Para esto, será indispensable fomentar el respeto, el compromiso, la libertad, la comprensión, la aprehensión, la tolerancia… entre los pueblos, sus ciudadanos y sus culturas.

Esto no es tan difícil si comenzamos por casa. Si cada persona cultiva el amor a sí, y no el amor egocéntrico patológico e individualista, sino dándose a sí, el permitirse aprender cada día de lo que vaya dándose cuenta, a plena conciencia, eso que pueda faltarle para enriquecerse de humanidad en su diario trabajo de crecimiento personal sumado a la tarea de compartirlo… transmitiéndolo a las personas más cercanas, familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc… La red de reculturización que se crearía sería, en esta era digital, el camino más corto hacia el desarrollo humano.

Ya no son tiempos del garrote y la lucha de poder. Ni de espadas que conquisten cuerpos, ni de cruces que dominen mentes. Ni de individualismos acérrimos y avaros que nieguen la supervivencia de la especie. Ni de xenófobos exterminios. Ya no.

El planeta ya está poblado. La tarea ahora es revisar la Historia para aprender de la experiencia, superando frustraciones, disolviendo las neurosis y asumiendo el compromiso de avanzar.

Esta crisis es el comienzo de un cambio cultural que nos facilita el hacer hacia el desarrollo de la conciencia plena, para ir generando sociedades más humanas, poco a poco, cada uno a su ritmo. Sin dogmas, sin doctrinas. Sólo con mi crecimiento personal y el de mi gente, practicando la solidaridad, la participación, compartiendo lo mejor de cada uno, de cada familia, de cada barrio, de cada escuela, de cada pueblo, de cada ciudad, de cada país, de cada cultura, sin olvidarse de sí.