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SOLUCIONES INGENIOSASPARA CONSERVAREL AGUA
Recipiente ahondado con carbón ardiente
Zaque improvisado con una funda de almohada
Recipiente de globo de cumpleaños
Mango para cantimplora con un abrebocas de pesca
Recipiente de papel de aluminio útil de verdad
MEDIOS DE DEPURACIÓN Y FILTRADO
Mátalos con lejía de uso doméstico
Destilador solar fabricado con una botella sacada de la basura
Hervir agua en una hoja grande
Embudo improvisado para lavabos
Recolector de lluvia de dos litros
En condiciones extremas, los seres humanos llegan a sobrevivir sin agua unos tres días. En casos de supervivencia, la necesidad de agua es solo la segunda prioridad frente a la regulación de la temperatura central del cuerpo. Si no podemos suministrar al cerebro, a los órganos y a los músculos la hidratación necesaria para tomar decisiones y seguir adelante, nada más importa. El cuerpo humano está compuesto por un 50-65 por ciento de agua y depende enormemente de que se restituya con regularidad.
En condiciones de supervivencia, el agua es más importante de lo que mucha gente piensa. Primero hay que encontrarla. En algunos entornos, como el desierto, puede ser una tarea increíblemente complicada. Después hay que recoger y envasar esa agua disponible, lo cual resulta difícil si contamos con recursos limitados. En tercer lugar, hay que purificar y filtrar el agua para que beberla sea seguro. Cualquier carencia en alguna de estas categorías puede dejarte tambaleándote y dando traspiés por los efectos de la deshidratación. Examinemos algunos medios e inventos confeccionados con objetos cotidianos para solucionar el tema del agua en condiciones de supervivencia y que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
RECIPIENTES IMPROVISADOS
PRESERVATIVO CANTIMPLORA
Muchos survivalistas, entre ellos yo mismo, aconsejamos completar el kit de supervivencia con algún preservativo sin lubricante. Son pequeños, compactos, baratos y en el marco de la supervivencia desempeñan múltiples funciones. Una de las más valiosas es la de ser un estupendo contenedor compacto para guardar agua en casos de emergencia, aunque, de hecho, son pocas las personas que alguna vez han intentado llevar agua en un preservativo. He aquí un par de consejos que he aprendido por experiencia propia. Se mete el preservativo dentro de un calcetín para protegerlo en los desplazamientos. Se emplea un tubo hueco y rígido a modo de boquilla, como una estilográfica, una rama de saúco, o una sección de bambú o caña que se ciñe a la base del preservativo y luego se ata con cuerda de paracaídas o con cinta adhesiva. Se talla un tapón para la boquilla con alguna rama seca, se le ciñe una correa y ya estás listo para caminar con más de un litro de agua potable.
RECIPIENTE AHONDADO CON CARBÓN ARDIENTE
En la naturaleza, los recipientes son un lujo. Sin ellos resulta muy difícil recoger, conservar o hervir agua. El desconocimiento del arte de la fundición de metales no impidió que las culturas primitivas obtuvieran recipientes. De hecho, algunos de los primeros recipientes se «improvisaron» usando carbones encendidos sacados del fuego para ahondar depresiones en tacos de madera. Tú también puedes hacer lo mismo. Se deposita cuidadosamente un carbón ardiente sobre una hendidura tallada en la madera y se sopla sobre ese surco usando una caña hueca. La intensidad del calor irá quemando y horadando un agujero en la madera. Nuestros antepasados usaban arena húmeda, junto con aire dirigido con una caña hueca, para controlar la forma y profundidad del recipiente. Los recipientes ahondados con carbones encendidos sirven para todo tipo de usos con el agua. Para hervir agua en el recipiente, se echan piedras al rojo vivo calentadas en el fuego.
ZAQUE IMPROVISADO CON UNA FUNDA DE ALMOHADA
En circunstancias propias de supervivencia, tal vez sea necesario transportar grandes cantidades de agua (unos diecinueve litros). Hay que conocer algunas técnicas para el acarreo de agua, sea para recorrer a pie un territorio baldío o para dar de beber a un grupo numeroso de gente a unos cientos de metros de un manantial de agua. Se reviste por dentro una funda de almohada (también sirven los sacos de pienso y las bolsas de arpillera) con una bolsa gruesa de plástico para la basura. A continuación, se llena la funda con varios litros de agua. La pared de tela no solo ayuda a estabilizar la carga, sino que además protege la bolsa de fisuras y roturas durante el desplazamiento. Para su acarreo, se hace un embozo por el extremo superior y se ata con firmeza para sellarlo, luego se ata el nudo superior de esta bolsa al nudo superior de otra bolsa llena de agua por el mismo procedimiento. Estos zaques improvisados se acarrean con más comodidad si se llevan a horcajadas sobre un hombro, un zaque delante y otro detrás, con mucho menos esfuerzo que si cargases dos cubos de agua en las manos.
RECIPIENTE DE GLOBO DE CUMPLEAÑOS
Nunca olvidaré un día en que caminando siendo niño por un bosque vi colgado de la rama de un árbol un racimo de globos de cumpleaños, de color plateado brillante y medio desinflados. Después de hacerme con ellos usando un palo, me sorprendió encontrar una nota que había escrito una niña a tres estados de distancia y que había atado en la base antes de soltarlos el día de su cumpleaños. Era como un mensaje en una botella pero moderno. Desde aquel día, en varias ocasiones me he encontrado con globos desinflados en plena naturaleza. Su superficie de Mylar cumple diversos propósitos, desde forro reflectante para cubrir una pared hasta «pedernal» solar para encender fuego. También son recipientes estupendos para contener agua. Se recorta el tubo de llenado, se llena el globo con un litro de agua y se ciñe una boquilla similar a la descrita en el «Preservativo cantimplora» de este capítulo. Y, voilà, ya tenemos una «bota» para agua.
MANGO PARA CANTIMPLORA CON UN ABREBOCAS DE PESCA
Que una cazuela tenga mango facilita mucho que se pueda poner al fuego. Muchas cantimploras de metal no tienen mango y, por consiguiente, resultan engorrosas cuando hay que utilizarlas para hervir y purificar agua cuya salubridad desconocemos. Una solución estupenda y poco conocida a este problema tan frustrante se encuentra en la sección de pesca de casi todos los grandes almacenes dedicados a actividades al aire libre. Cuando se extiende por completo, un abrebocas de pesca encaja perfectamente en la boca de muchas cantimploras metálicas de distintos tamaños. Sirve no solo para levantar el recipiente y ponerlo y retirarlo de carbones al rojo vivo, sino también como mango para mantenerlo encima del fuego cuando lo desees. Esta herramienta cuesta menos de cinco euros y prácticamente no pesa nada. Es un gran complemento para cualquier cantimplora metálica. Este invento funciona sobre todo con los recipientes de la marca Klean Kanteen.
RECIPIENTE DE PAPEL DE ALUMINIO ÚTIL DE VERDAD
Muchas personas abogan por llevar papel de aluminio en el kit de supervivencia. Es frecuente oírles comentar: «Con papel de aluminio se hacen recipientes estupendos». En realidad, es más fácil decirlo que hacerlo. Se requiere cierta habilidad para dar forma a una hoja de aluminio y convertirla en un recipiente con alguna utilidad. Es algo en lo que no piensa la mayoría de la gente hasta que es demasiado tarde. La mejor forma de aprender esta destreza es con un vídeo. Pulsa en el siguiente enlace para ver cómo, con unas cuantas plegaduras, una hoja cuadrada de aluminio se convierte en un útil recipiente de supervivencia que sirve para hervir agua, cocinar verduras, estofados y caldos, o incluso para freír carne: www.youtube.com/watch?v=E2nC6T4muso.
MEDIOS DE DEPURACIÓN Y FILTRADO
MÁTALOS CON LEJÍA DE USO DOMÉSTICO
Muchas ciudades purifican con cloro el suministro municipal de agua. Puedes hacer lo mismo en el ámbito de la supervivencia con lejía de uso doméstico. La mayoría de las casas, negocios y establecimientos comerciales tienen a mano lejía, y memorizar las dosis para potabilizar agua te permitirá mantenerte alejado de las pesadillas gastrointestinales. La lejía de uso doméstico se vende con una concentración del 6-8 por ciento de hipoclorito de sodio. Suele comercializarse con la descripción de Concentrada. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (APMA) recomienda usar dos gotas de esta concentración por un cuarto de litro de agua. Para empezar, hay que asegurarse de que el agua sea clara, y antes de utilizarla, esperar treinta minutos después de echar la lejía. Cuando el agua está turbia, afecta drásticamente la eficacia de casi todos los purificadores químicos. Además, hay que usar solo lejía no perfumada.
DESTILADOR SOLAR FABRICADO CON UNA BOTELLA SACADA DE LA BASURA
La destilación es el proceso de evaporación del agua para luego condensarla de nuevo en otro recipiente. Con este proceso se eliminan impurezas, sustancias químicas, sal e incluso microorganismos patógenos presentes en el agua. Desde siempre los kits de supervivencia marítima han contenido un destilador solar para desalinizar agua de mar en situaciones de supervivencia. En unos pocos minutos puedes fabricar fácilmente un minidestilador con una botella transparente sacada de la basura, por ejemplo, de dos litros. Se corta la base de la botella y se repliegan cinco centímetros del borde creando una doble pared interior. Para este cometido resulta útil calentar el borde de la botella al fuego y volverlo más flexible. Se coloca la botella sobre un charco de barro, sobre arena húmeda, sobre un trapo húmedo o sobre una copa llena de agua sucia y se deja que el sol haga su trabajo. Agua limpia y potable se evaporará y condensará en el interior de la botella. Luego descenderá por las paredes de la botella y se recogerá en el recipiente de paredes interiores que hemos creado. Puedes beber el agua de la botella sin más procesos de purificación. Nota: Para que este proceso de destilación funcione es necesario que el sol brille con fuerza.
HERVIR AGUA EN UNA HOJA GRANDE
Hervir agua es, sin discusión, el método primitivo de supervivencia más eficaz para purificar agua. Acaba eficazmente con todos los virus, protozoos y bacterias. No obstante, no siempre se dispone de un cazo o de una cantimplora de metal en casos de supervivencia. Lo creas o no, ¡es posible hervir agua en botellas de plástico, vasos de plástico e incluso en hojas de árbol! Para hervir agua en una hoja de árbol, primero hay que darle forma de vaso, poner dentro carbones encendidos y llenarla rápidamente de agua. Hay que echar con rapidez el agua, porque es la que previene que se queme la hoja (o el plástico o el papel). Esto es posible gracias a la propiedad física de la conducción: el calor del fuego se transmite de la hoja al agua. El borde de la hoja tal vez arda, pero no las partes en contacto con el líquido. Las culturas primitivas llevan siglos hirviendo agua en recipientes confeccionados con hojas. Consejo: Practica en casa usando una hoja grande de col.
INVENTOS PARA RECOGER AGUA
EMBUDO IMPROVISADO PARA LAVABOS
Si estás de viaje y tienes que rellenar las cantimploras o garrafas en baños públicos, tal vez resulte complicado embocarlas debajo del grifo. Un truco fácil y rápido consiste en practicar un agujero pequeño en un costado próximo a la base de una botella de agua vacía y colocarlo debajo del chorro del grifo. El agua entrará en la botella por el agujero y saldrá por la boca, que sobresaldrá por encima del borde del lavabo para que desagüe justo en la cantimplora. Para desviar el chorro del grifo, también sirve un recogedor de mano (limpio, por supuesto). Se deja que el chorro caiga en la paleta y se dirija al fondo para salir por el mango acanalado y verterse en la cantimplora.
BEBER CON UN PAÑUELO
Muchas personas pasan totalmente por alto una de las mejores fuentes de agua en casos de supervivencia: el rocío. El rocío que se condensa en la hierba, en las rocas y en las hojas de los árboles es completamente seguro para beber sin necesidad de depurarlo. Lo complicado es recogerlo. He experimentado muchas formas y he llegado a la conclusión de que el mejor método para hacer acopio del rocío es dejar que se empape un pañuelo o una camiseta, los cuales, después de repetir la operación dos o tres veces, se escurren en un recipiente. Empleando este método en un prado cerca de Willow Haven (las instalaciones donde imparto cursos de supervivencia), he llegado a recoger casi ocho litros de agua en menos de una hora. La hierba no es venenosa, y por eso aprovechando el rocío de los prados, campos o áreas de transición que se abren paso por los bosques no se corre en general ningún riesgo. Si tienes ropa, entonces cuentas con un medio para recoger rocío.
RECOLECTOR DE LLUVIA DE DOS LITROS
Saber recoger el agua de lluvia, sobre todo si estás perdido en una isla en medio del océano, es vital. He aquí una solución estupenda para convertir botellas de agua de plástico en recolectores del preciado líquido. Se empieza por recortar la base de la botella (asegurándote de que tenga el tapón para sellar la boca). A continuación, se practican cortes verticales en los costados de la botella hasta la mitad, comenzando por la base. Los cortes se harán distanciados entre sí de 2,5 a 5 centímetros. Se doblan hacia fuera las secciones de plástico creadas, como si fuesen los pétalos de una flor. Para que sean más flexibles, se calientan estas secciones para acelerar el proceso y ayudar a mantener los pétalos abiertos. Por último, se hunde el tapón de la botella unos centímetros en el suelo para fijarlo bien, y¼ a esperar que llueva. Este artilugio no es sino una copia de las soluciones de la misma naturaleza. Las hojas de muchas plantas y árboles ayudan a canalizar el agua de lluvia hacia el tronco principal. Estos «pétalos» de plástico ayudan a canalizar el agua de lluvia hasta el depósito central. El agua se bebe con una pajita o una caña hueca.
EL PARAGUAS EMBUDO
La mayoría de la gente solo concibe los paraguas como un medio para resguardarse de la lluvia. Nuestro invento es una vuelta de tuerca de su función habitual, porque literalmente le damos la vuelta al paraguas y lo abrimos boca abajo. La lluvia es una de las mejores formas de obtener agua para sobrevivir. Es una de las pocas fuentes naturales de agua que se puede consumir sin filtrar ni depurar. Sin embargo, recogerla plantea todo un reto cuando cuentas con recursos limitados. Recoger agua depende siempre de un detalle crítico: del área de superficie. Cuanto más amplia sea el área destinada a recoger el agua, más lluvia recuperas. Conseguirás un recolector de agua de lluvia muy eficaz colocando un paraguas boca abajo encima de un cubo. A continuación, se abren un par de agujeros en medio y ya has convertido un paraguas en un embudo gigante. En las pruebas que he realizado, durante una precipitación de una pulgada sobre una milla cuadrada, un paraguas de noventa y un centímetros de diámetro recoge unos once litros de agua de lluvia. En una situación de supervivencia, ¡suficiente agua para una persona durante tres días!
FABRICAR UNA TOALLA SOLAR
El agua se evapora de las plantas y las hojas de los árboles por medio de un proceso llamado transpiración. Es muy parecido a la transpiración o sudor de los seres humanos. Este proceso se acelera cuando una planta o una hoja se cubren con plástico transparente a pleno sol. Una forma fácil de recolectar el agua que transpira la planta es depositar una hoja de plástico transparente sobre la hierba como si fuera una manta. Si no está a pleno sol, el proceso no funcionará. Pasadas un par de horas, la cara inferior del plástico estará cubierta de gotitas de agua potable. Dale vuelta cuidadosamente a la hoja de plástico, empapa con ella un pañuelo o una camiseta y escúrrelo directamente en la boca o en un recipiente de viaje.