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Da l’Italia noi siamo partiti
En el capítulo anterior abundamos en las razones que motivaron el proceso inmigratorio, subrayando la pauperización del campesinado como una razón central, aunque no única.
Propongo al lector una rápida visión histórica, así como una aproximación a la geografía de nuestros abuelos. Es indudable que la identidad de un pueblo se construye en estas dos vertientes, profundamente relacionadas. Historia y geografía, geografía e historia, conforman el sustrato de nuestro presente.
Iremos de lo general a lo particular. Partiremos realizando un breve recorrido histórico sobre Italia para terminar dialogando con los aspectos más cercanos que influyeron en las biografías de nuestros inmigrantes vénetos.
Territorialmente Italia es hoy un país bisagra entre el Sur de Europa y el Norte de África. La parte europea está compuesta por la península itálica, enmarcada al norte por la región pre-alpina y alpina. En el Mediterráneo están las grandes islas de Sicilia y Cerdeña. Ya en la zona marítima africana nos encontramos con las islas Pelagias y Panteleria.
La civilización Nuraga de la isla Cerdeña (100 a.C.), los etruscos, los griegos, los romanos, los pueblos nórdicos indoeuropeos, conforman el rico y milenario sustrato multicultural desde el cual se fue tejiendo la polifacética identidad italiana.
El Humanismo y el Renacimiento surgieron en Italia hacia el siglo XIV, teniendo en Toscana un faro que proyectó su influencia por el resto de Europa y el mundo.
Si a esta riquísima fuente histórica y cultural le añadimos la presencia del pequeño y reciente estado del Vaticano29 , ciudad santa para el catolicismo, encontramos razones sobradas para hacer de este país uno de los más importantes Patrimonios de la Humanidad.
Su legado cultural se ve reflejado en el interés que despierta a nivel mundial y los millones de personas que lo visitan cada año.
Hagamos un retorno al pasado para ofrecer una visión del devenir histórico que afectó directamente a nuestros ancestros. Acercamos por tanto el zoom para situarnos en el norte de la península itálica y más precisamente en la actual región véneta.
El nombre de la región deriva de las primeras tribus de pobladores, de origen germánico-céltico: los vénetos. Hacia el siglo II a.C. estos pobladores fueron dominados por el Imperio Romano.
Roma implantó en la región la provincia Aquilea y le otorgó cierta autonomía a cambio de confiarle la protección de su frontera alpina.
Hacia el siglo V, la debilidad del Imperio Romano fue aprovechada, y al mismo tiempo acelerada, por las oleadas migratorias de los pueblos nórdicos hacia el centro y sur de la península itálica.
En torno al año 488, invasores ostrogodos llegaron a la región y fue entonces que los vénetos se refugiaron en una zona lagunar de difícil acceso, siendo éste el origen de la actual ciudad de Venecia.
En el año 800, el mismo Papa León III coronó a un ascendiente de aquellos invasores nórdicos como emperador de Occidente. Estamos ante Carlomagno, rey de los francos, quien derrotó a los lombardos que ostentaban por entonces el poder sobre la península itálica.
Entre la llegada de los godos y la coronación de Carlomagno, gran parte del territorio permaneció integrado al Imperio Bizantino. Estas circunstancias marcaron de forma particular la rica y policrómica identidad de la región y de Venecia en particular. Una ciudad con alma oriental y occidental al mismo tiempo.
Aún dentro de un contexto de dominación, Venecia siempre se distinguió por su autarquía. El espíritu libre de los primeros pueblos vénetos continuaba latiendo en su ser más profundo.
Ya en el 697 se organizó como república, gobernada por el Dux30. En el 900 firmó un tratado con los pueblos árabes pasando a controlar el comercio entre Oriente y Occidente dando a la ciudad un enorme potencial comercial en todo el continente.
En el 962 se creó el Sacro Imperio Romano-Germánico, sistema de poder que se extendió por toda Europa y se prolongó hasta los comienzos del siglo XIV.
En el norte de Italia, a diferencia de lo ocurrido en el centro de Europa, el sistema feudal no se afianzó sólidamente debido, fundamentalmente, a la fuerza de las ciudades-estados, las cuales conformaron la Liga Lombarda (1167-1250).
Génova y Venecia eran dos de estas grandes ciudades que se fueron afianzando a la vez que iban sometiendo a las demás poblaciones del entorno.
A finales del siglo XV, desaparecida ya la Liga Lombarda, las ciudades-estados del norte italiano pagaron un alto precio ya que su progreso y poderío las hizo objeto de la codicia de los reinos circundantes. Franceses, austríacos y alemanes las invadieron reiteradamente hasta que en 1866 Venecia pasó a formar parte del Reino de Italia.
La rápida visión panorámica que acabamos de compartir nos permite apreciar la policromía étnica y cultural que confluye en el entorno.
Desde las primeras tribus de los vénetos, pasando por los romanos, bizantinos y pueblos germánicos, todos dejaron una profunda huella que conforma el ADN cultural remoto de nuestros ancestros.
Los avatares de la historia italiana han sido tantos, tan variados y ricos que entrar minuciosamente en ellos significaría desequilibrar el contenido de este estudio.
A pesar de ello quisiera reseñar brevemente algunas circunstancias que condicionaron de manera más directa la vida de nuestros inmigrantes.
Nos ubicamos en el período de la Revolución Francesa (1789) y frente a la política expansionista de Napoleón. El 23 de mayo de 1805, Napoleón I fue coronado como primer rey de Italia, en la catedral de Milán. En este período nacieron las generaciones de los futuros inmigrantes que partieron hacia América a mediados del siglo XIX31.
El reinado napoleónico no tuvo gran duración ya que el sentimiento nacionalista se fue acentuando entre los habitantes de la península itálica. Después de numerosos conflictos contra Francia y el Reino Austro-húngaro, cristalizó en la unificación de Italia.
La región véneta se vio directa y particularmente implicada en el proceso de conformación del país. Víctor Manuel II32, de la casa de Saboya, fue el organizador de la nueva Italia, contando con la efectiva tarea unificadora de su Ministro, el Conde de Cavour, así como la de Massini y la del líder político y militar, Giuseppe Garibaldi.
En 1870, Roma, que estaba bajo el poder del papado, fue anexada al país pasando a ser la capital de la Italia unificada en 1871. En el año 1946, por referéndum popular, se eliminó la monarquía instaurándose la república como sistema de gobierno.33
Es en el convulso período de reconfiguración geo-política desarrollado durante el siglo XIX que debemos situar el proceso inmigratorio que nos ocupa.
Algunos de nuestros bisabuelos inmigrantes nacieron con una Italia fragmentada en reinos y “ciudades estado”, entre las que destacaban los Estados Vaticanos y la República de Venecia. Presionados por políticas expansionistas practicadas por Francia y también por el Imperio Austríaco, terminaron sus días formando parte de una Italia unificada y empeñada en construir su propia identidad.
Los sentimientos que estos movimientos despertaron en la población perduraron en el tiempo y llegaron en forma de historias y leyendas que algunos tuvimos la suerte de escuchar de labios de estos viejos “tanos” 34 cuando, en las serenas tertulias nocturnas, después de la dura jornada de trabajo, rememoraban con sus hijos, nietos y bisnietos, lo que a su vez habían escuchado de sus padres y abuelos.
Algunos podemos recordar las visiones papistas y antipapistas, propias del período de anexión de los Estados Vaticanos, o las posiciones en torno al proceso de la Unificación, con Giuseppe Garibaldi como icono de sus propias biografías. Cuántas veces escuchamos los versos dedicados al revolucionario Giuseppe: “E non é vero che é morto Garibaldi, pum, Garibaldi, pum, Garibaldi, pum”?
Este luchador por la libertad, revolucionario, masón y republicano, compartió la historia inmediata de nuestros inmigrantes de forma muy particular ya que estuvo presente tanto en las luchas libertarias rioplatenses como en las italianas.35
Giuseppe Garibaldi regresó a Italia en 1848 para unirse al Reino de Saboya en su lucha contra la ocupación austríaca y francesa. Regresaba después de participar activamente en la revolución de la República Riograndense contra el Imperio de Brasil y en la defensa de las ciudades de Montevideo, Colonia y Salto.
La memoria del compromiso revolucionario de este piamontés universal ha estado siempre presente entre sus paisanos, dando lugar a no pocas y rocambolescas leyendas que recreaban su presencia en nuestras tierras36.
Recuerdo que, después de escuchar anécdotas sobre tan emblemático personaje, mi mente infantil creaba escenas pobladas de soldados con birretes rojos que sigilosamente rodeaban la casa y los corrales para robar un cerdo, una vaca o al querido “Malacara”37. En más de una ocasión me despertaba sobresaldado, buscando en la oscuridad del cuarto la presencia de algún garibaldino.
Por largos años asocié aquellas pesadillas infantiles más a una leyenda entrañable de los abuelos que a un hecho histórico38.
Viene al caso recordar a dos jóvenes de Arsiero,39 paisanos conocidos y muy cercanos a nuestros bisabuelos, que se enrolaron en las milicias garibaldinas.
Innocente Stella, nacido en Arsiero en el año 1837, estudiante en la universidad de Padua, formó parte de la campaña para la liberación de Lombardía, Sicilia y Nápoles. Murió muy lejos de su pueblo natal, a los 23 años, en la batalla de Volturno, al sur de Nápoles.
Mario Sartore, también arseriense, nacido en 1846, se enroló con las tropas garibaldinas para liberar el Véneto. Después de las campañas de la Reunificación volvió a su pueblo donde se casó y se ocupó de encender y apagar las siete farolas de petróleo instaladas en puestos estratégicos de su pueblo natal.
Las memorias de la época dejan consignado que, en ocasiones especiales, Mario se presentaba en la plaza del pueblo con su camisa roja y el característico birrete garibaldino.
Aproximación a la tierra de nuestros abuelos
Propongo acercar la mirada y hacer un recorrido por el contexto más inmediato. Este ejercicio nos permitirá reconocer la influencia del medio y del clima en la historia, en el modo de ser y en las costumbres del pueblo véneto.
Situado en el noreste de Italia, el Véneto se extiende desde la alta cordillera alpina hasta el Mar Adriático, atravesando una amplia franja de colinas y llanuras marcadas por ríos, canales y por el gran delta del río Po.
Típica de la costa es la gran laguna véneta, situada al centro del Golfo de Venecia, donde se encuentra la histórica y renombrada capital de la región.
Cuenta con siete provincias: Venecia, Belluno, Padua, Rovigo, Treviso, Verona y Vicenza.
Su geografía es variada, con extensas llanuras en las cuencas formadas por los ríos Po, Adige, Brenta y Piave, y zonas de fértiles colinas que nos conducen hacia el sistema alpino, pasando del nivel del mar a más de 2.000 metros de altitud, con todo lo que ello implica de policromía orográfica, climatológica y de biodiversidad.
La Provincia de Vicenza es la tierra de origen de los bisabuelos Farneda y Calgaro. Visitarla significa sumergirse en un universo donde naturaleza, arte e historia se presentan de forma particularmente enriquecida.
En cuanto al clima contamos con variaciones muy significativas. Es continental en las zonas bajas del sur, con inviernos rigurosos, veranos muy cálidos y con frecuente presencia de una espesa niebla, dadas las abundantes fuentes hídricas.
Las precipitaciones en la llanura son escasas con una media que ronda los 800 mm/año en tanto que en la región pre-alpina y alpina llega hasta los 3.300 mm/año.
La historia de la provincia es tan rica y diversa como su geografía. Terenzio Sartore tuvo la gentiliza de ponerme en contacto con los trabajos del sacerdote Giovanni Mantesse, considerado el principal referente de la historia regional.40
En su monumental obra encontramos referencias de gran interés para comprender el devenir de la población vicentina a lo largo del tiempo.
El origen de la población véneta
Antes de dar un paso más en la aproximación al contexto inmediato de nuestros abuelos quisiera hacer un pequeño inciso para profundizar en el origen étnico de la población.
Las primeras referencias históricas documentadas son del siglo II a.C. y pertenecen a Ptolomeo. Plinio el Viejo, historiador romano, también menciona a la tribu de los vénetos41.
Sin embargo, desde el punto de vista arqueológico, los hallazgos realizados en 1959 en la ciudad de Vicenza, confirman la presencia de pueblos vénetos, hacia el siglo XII a.C.42
Ya hemos presentado cómo fueron dominados por los romanos y cómo para defenderse de las invasiones de los godos se refugiaron en la zona lagunar del Mar Adriático, un lugar agresivo para la vida y casi inaccesible, donde con el paso de los siglos se fue formando la ciudad de Venecia.
Tanto las frecuentes invasiones como el comercio entre Oriente y Occidente, favorecieron un gran mestizaje, dominado por la vecina etnia germánica y los pueblos célticos (centro-indoeuropeo).
Es en este proceso de mestizajes que debemos situar el origen remoto de las familias de nuestros antepasados directos.
La provincia de Vicenza, ubicada en la frontera entre los Alpes y las nacientes de la llanura padana43 era el pasaje obligado de cuantos quisieron apoderarse de la entonces rica República de Venecia.
No todos los invasores regresaban a su lugar de origen, reforzando el mencionado proceso de mestizaje. Particular importancia tuvieron los pueblos vecinos y testigo irrefutable de este proceso es el uso de dialectos regionales lingüísticamente mestizados, aún hoy presentes en pequeños poblados de la zona pre-alpina vicentina.44
Si bien en la llanura la comunicación facilitó la homogenización del lenguaje, en los aislados poblados de montaña se mantuvo cierta pureza étnica ancestral, con predominio de vocablos y dialectos germanos.
Es el caso de las poblaciones ubicadas en los valles y montes de los actuales municipios de Posina, Laghi y Arsiero, de donde proceden algunas de las familias que fundaron la colonia de Villa Libertad en el noreste entrerriano.
La fuerza de la presencia de la etnia germánica y de los pueblos célticos explican el predomino de su genotipo entre nuestros inmigrantes. De ahí los ojos azules, la piel blanca, los cabellos rubios o castaños, las piernas largas, frente recta, nariz estrecha, larga, recta o ligeramente convexa y estatura alta, características presente aún entre sus descendientes.
En algunas zonas más recónditas de la región pre-alpina y alpina, la falta de comunicación y el consecuente mestizaje hizo que permanecieran pequeños núcleos de pobladores de remoto origen cimbro, manteniendo por siglos su cultura.45
29 Durante once siglos la Iglesia Católica dominó el centro y noreste italiano hasta los límites de la República de Venecia. Entre 1860 y 1870 los Estados Pontificios perdieron todos sus territorios quedando reducidos al diminuto Estado Vaticano creado en 1929 por el tratado de Letrán. Más allá del simbólico patrimonio territorial actual, la influencia de la Iglesia Católica es incontestable como matriz cultural europea e italiana en particular.
30 Dux: del latín “líder”.
31 En 1760 había nacido Bortolo Farneda y en 1771 Gioachino Calgaro, bisabuelos de Giovanni Battista Farneda y Luigi Calgaro, quienes en su momento emigrarían para asentarse en el noreste entrerriano.
32 Víctor Manuel había nacido en Torino y la casa de Saboya tenía una profunda influencia en sus vecinos vénetos.
33 Víctor Manuel de Saboya y Sajonia Coburgo (n. 1937), hijo de Humberto II, es la actual cabeza de la Casa Real de Saboya. En el año 2002 le fue permitido volver a Italia, renunciando a su derecho al trono, como un ciudadano regular y leal de la República Italiana.
34 Tano: Apócope de “napolitano”. Por extensión se aplicó en la zona rioplatense a toda persona de nacionalidad italiana.
35 Cf. artículo de Eduardo Irigoyen García en la nota titulada “La heroína de dos mundos” (Facebook), así como escuchar una preciosa interpretación en piano en YouTube de “Garibaldi pum” ”:http://www.youtube.com/watch?v=cnK6ul7oywc&feature=pla yer_detailpage
36 Las campañas militares de Garibaldi por el nordeste entrerriano, el sur de Brasil y Uruguay tienen fundamento histórico probado, así como el procedimiento de confiscar bienes a los pobladores de la zona para sostener a sus tropas. Lo que no queda suficientemente demostrado es su presencia en los actuales territorios de Villa del Rosario, Entre Ríos, Argentina. De cualquier forma, aun probando su veracidad, los hechos habrían ocurrido con anterioridad a la llegada de los primeros colonos italianos a la región.
37 “Malacara”, nombre dado al caballo de monta utilizado en la casa del “nonno Gigio”.
38 Quisiera subrayar la escasa o nula presencia de Garibaldi en los contenidos programáticos escolares de la historia regional entrerriana. Ha sido de adulto y por curiosidad personal que tuve la ocasión de conocer la apasionante presencia de Garibaldi y su “Legión Italiana” en la región. Sin Garibaldi, quizá la geopolítica regional sería hoy diferente. Sin embargo su presencia no es estudiada ni tenida en cuenta.
39 Municipio perteneciente a la región véneta y en el que nació mi bisabuelo Luigi Calgaro, emigrante que llegó con sus padres a la que pronto sería la colonia Villa Libertad, Entre Ríos, Argentina.
40 Giovanni Mantese, “Scritti scelti di storia vicentina”, Ed. Istituto per le ricerche di storia e di storia religiosa, Vicenza 1982, tomos 5 y 6.
41 Plinio El Viejo, nació en Roma el año 23 y falleció en el año 79. Fue escritor, científico, naturalista y militar romano.
42 Costa Bruno, “La pista dei veneti. La corte. Il castello del tovo”
43 Llanura aluvional surcada por el río Po.
44 El dialecto véneto incorpora numerosas palabras francesas, austríacas, alemanas. Por ejemplo del francés: “I franchi”, el dinero; “alòn”, vamos); “bochè”, ramo de flores; “criare”, gritar; y del alemán: “carega”, (karega) silla; “restìo”: (rösten); dorar; “trincare”, (trinken) beber.
45 Se considera que el pueblo cimbro, proveniente de la actual Dinamarca, llegó a la región en torno al siglo II A.C. Se refugió en intrincados valles pre-alpinos como forma de defensa ante las constantes invasiones y allí conservaron por siglos su lengua y sus costumbres.