Читать книгу Días idénticos a nubes - Édgar Velasco, Abril Posas - Страница 6

Presentación
o de cómo no leer
este libro

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Mis años de secundaria los pasé arropado por el Super Nintendo, series gringas, música pesada y fantasías de rockstar. No me interesaba nada más. Ni la escuela. Ni los deportes. Ni la lectura. A esta última tenía un acceso sin restricciones: bastaba con estirar la mano y sacar uno de los tantos ejemplares que se amontonaban en el librero de mis padres. También tenía dos imágenes significativas al respecto. La primera: mi madre leyéndonos algún cuento a mi hermana y a mí antes de dormir. La segunda: mi hermana sumergida en un libro blanco y rojo en cuya portada se leía El fantasma de Canterville.

Más que desinterés, ahora lo veo, se trataba de una actitud de resistencia, una nacida en los salones de clases, ante la imposición de textos lejanísimos a mi realidad, de un lenguaje que no alcanzaba

a entender.

La cumbre de esta incomodidad fue en tercero de secundaria, cuando una bienintencionada maestra de Español nos hizo leer una «novela» por demás conservadora, moralina y terriblemente escrita, cuyo nombre no hace falta recordar. Leí tres páginas y eso fue suficiente. Al igual que mis compañeros, cuando llegaba la clase me dedicaba a rayar la banca, platicar sobre Los Simpson, o aventar avioncitos de papel. Pero Alejandro, mi mejor amigo, no participaba de esto. Él se dedicaba a leer, no esa «novela», sino una de nombre Pedro Páramo, y lo hacía con la misma concentración que había visto en mi hermana años atrás.

Al salir de la secundaria perdí contacto con mis compañeros. Tres años después, Alejandro murió en un accidente de carretera. Estaba devastado. Semanas más tarde, como señal divina, vi asomarse en mi librero un ejemplar de Pedro Páramo. Lo tomé y comencé a leerlo, a manera de homenaje hacia mi amigo. Cuando terminé, quedé perplejo, confundido, fascinado. Así que esto era la literatura…

Más de veinte años después, aquí estoy, dedicado a los libros, convencido de que el amor a la literatura no surge tanto de un plan de estudios, como sí de casa, de las calles, de las personas que nos procuran, que nos alegran y que sufrimos. Leemos para divertirnos, para asombrarnos, para descubrirnos, para (re)conectarnos, para extender nuestro mundo y compartirlo con quienes amamos.

Este libro no debe leerse como material didáctico ni receta para la intelectualidad, sino como uno lee a las personas, a los amigos, a los extraños, al crush de 3ºB. Los autores de estos cuentos han dejado un poquito de sí en ellos: sus recuerdos, su imaginación, sus miedos, sus penas y alegrías, con el deseo de que encuentren a sus lectores, que los acompañen, que hablen su mismo idioma. Cuentos que sean, para quienes leen estas páginas, lo que fueron otros para los involucrados en este proyecto: un fantasma que susurra, un chorro de agua, un hechizo que necesitaban y no lo sabían.

JN

Noviembre, 2020

Días idénticos a nubes

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