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Presentación

Hace ciento diez años se decidía en la ciudad de Bucaramanga el proyecto de construcción del Parque de los Niños, el primer parque concebido para dotar a la ciudad de un espacio cuyo propósito era incentivar actividades que aportaran a la salud física y mental de niños y ancianos. Hoy debemos agradecer los esfuerzos de Eliseo Camacho, Sinforoso García, Ambrosio y Enrique López, entre otros, por un legado que ha beneficiado a cinco generaciones de bumangueses. Este hecho, sin duda, permite destacar dos aspectos: la trascendencia que tienen las decisiones en la planificación del espacio público y el impacto de estas en la calidad de vida de las personas.

A principios del siglo XX, la ciudad de Bucaramanga tenía una población inferior a los 20.000 habitantes, número que se ha incrementado notablemente, pues en la actualidad supera los 520.000. Este crecimiento poblacional ha traído consigo problemas de sostenibilidad del modelo urbano, especialmente en temas de vivienda, infraestructura de transporte, servicios públicos, educación, salud, trabajo formal, desigualdad social, seguridad, degradación y demanda de recursos naturales, problemáticas que son compartidas por la mayoría de las ciudades alrededor del mundo.

En la búsqueda de soluciones a estos problemas, los países miembros de las Naciones Unidas acogen, en el año 2016, en Quito, la Nueva Agenda Urbana, en la que se define un ideal común de ciudad para todos y se pactan unos principios y compromisos que procuran la mejor calidad de vida y el desarrollo humano integral de la mayoría. De este documento, se destaca especialmente la relevancia que se le ha dado a la planificación del espacio público como un decisivo instrumento para mejorar la inclusión social y la erradicación de la pobreza, como se evidencia en el siguiente compromiso específico, «37. Nos comprometemos a promover la creación de espacios públicos seguros, inclusivos, accesibles, verdes y de calidad, incluidas las calles, las aceras y los carriles para ciclistas, las plazas, los paseos marítimos, los jardines y los parques, que sean zonas multifuncionales para la interacción social y la inclusión, la salud y el bienestar humanos, el intercambio económico y la expresión cultural, y el diálogo entre una amplia diversidad de personas y culturas, y que estén diseñados y gestionados de manera tal que garanticen el desarrollo humano, construyan sociedades pacíficas, inclusivas y participativas, y promuevan la convivencia, la conectividad y la inclusión social»1.

El segundo aspecto considerado fue el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes urbanos, y para esto se el documento se enfoca en uno de sus pilares, que es la salud física y mental de la población. Nuestra ciudad comparte, entre otras tendencias globales, la masificación de hábitos de consumo poco saludables, el incremento en los índices de sedentarismo, el aumento de la proporción de la población en sobrepreso u obesidad, a tal punto que las enfermedades no transmisibles se han convertido en uno de los principales motivos de mortalidad prematura.

Conscientes de esta realidad, los organismos multilaterales han posicionado en las agendas directrices de políticas públicas que propicien hábitos saludables y el aumento de la actividad física. Estas medidas fueron ratificadas por las Naciones Unidas al adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, documento compuesto por 17 objetivos y 169 metas. Especial relevancia debemos conceder al objetivo 3, «Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades», en el que se plantea la meta para el año 2030 de reducir en un 30 % las muertes prematuras por enfermedades no trasmisibles. Si bien esta agenda define lineamientos, cada país debe formular, hacer seguimiento y evaluar el impacto de las políticas públicas.

En relación con el mejoramiento de la calidad de vida, es importante no perder de vista que una política pública innovadora se debe cimentar en la investigación, la aplicación de tecnologías de la información y el uso de datos de alta calidad, premisas validadas en dos planes estratégicos: el primero de ellos denominado Proyecto de Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018-2030, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se encuentra actualmente en discusión, y resalta, en el siguiente ítem, la investigación estratégica para la orientación de normas más eficaces, como «4.3. Reforzar la capacidad nacional e institucional en materia de investigación y evaluación y estimular la aplicación de tecnologías e innovaciones digitales, con el fin de acelerar el desarrollo y la aplicación de soluciones normativas eficaces dirigidas a aumentar la actividad física y reducir los hábitos sedentarios».

El segundo plan estratégico que se destaca es la Carta Internacional de la Educación Física, la Actividad Física y el Deporte (Unesco), que prioriza la información de alta calidad para la toma de decisiones, como se formula en el siguiente ítem: «6.1 Las decisiones en materia de políticas deben basarse en datos fidedignos y concretos. Una formulación de políticas de buena calidad se basa en una información de alta calidad, acopiada de diversas fuentes, a saber, la investigación científica, los conocimientos especializados, los medios de comunicación, la consulta con las partes interesadas y la evaluación y el seguimiento de políticas y programas anteriores».

Soportado en los argumentos anteriores, me complace presentar esta publicación que sintetiza los resultados del estudio interdisciplinario entre investigadores de la Universidad Santo Tomás y la Universidad Industrial de Santander, quienes se trazaron como propósito comprender las relaciones entre el ambiente urbano construido y los patrones de actividad física de los bumangueses.

El documento brinda elementos de análisis para un mejor entendimiento de las características de los parques como bienes públicos y la estrecha relación de estos con el mejoramiento de la salud de los usuarios.

Esperamos que esta publicación se convierta en un referente de otros investigadores y de las administraciones municipales, para trazar políticas más eficaces de salud pública, soportadas en la planificación del espacio público, con un sólido cimiento en la investigación aplicada y la implementación de tecnologías de geoinformación.


Hernán Porras Díaz

Rector UIS

1 Naciones Unidas. Nueva Agenda Urbana. 2017. ISBN: 978-921-132736-6

Bucaramanga al parque

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