Читать книгу Rápido, violento y muy cercano - Eduardo Villanueva - Страница 7
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I never thought I’d (miss) so many people
David Bowie, Five Years (alterado)
Este libro nació como una reflexión personal, alojada en mi blog, ante los sucesos de noviembre de 2020. La idea inicial fue un post de 2000 palabras, que se convirtió en más de 9000 cuando las ideas fueron tomando forma, y luego de consultar varias fuentes para ordenar ideas sobre lo viral y la mutabilidad de los mensajes digitales. Se convirtió en libro cortesía del interés del vicerrector de investigación de la PUCP, Dr. Aldo Panfichi Huamán, a quien le debo el interés y la confianza por mis ideas y trabajo desde hace un tiempo.
Mientras escribía el original, amigos varios tuvieron la paciencia de leer y comentar lo que comenzó como una colección algo dispersa de ideas. Con la mayoría, la deuda de gratitud y amistad es larga; con otros se ha creado hace poco. Pero a Henry Ayala, Hernán Chaparro, Eduardo Dargent, Jacqueline Fowks, Jorge Frisancho, Rodrigo Gil, Rafael Gutiérrez, Laura León Kanashiro y Marco Sifuentes, les debo el tiempo y las varias consideraciones, correcciones y pullas que permitieron que salga este texto. Al Fondo editorial PUCP, tanto a Militza Angulo como a Patricia Arévalo, les debo el aliento y los ajustes.
A Lilia le debo la paciencia, la compañía y el aliento; y muchas más cosas que ella sabe.
Escribir un texto sobre un acontecimiento tan preciso en tiempos de pandemia resulta, inevitablemente, algo confuso. Por una semana los peruanos olvidamos un horror para enfrentar la posibilidad de otro; seguimos lidiando con el primero, constante y prolongado, pero estamos saliendo adelante, como el mundo entero. Pero más allá de las lecciones y posibles rutas para mejorar nuestro maltratado país, estos años de coronavirus nos han dejado penas y pérdidas. La muerte de dos peruanos durante esos siete días de noviembre fue una variante precisa de una sucesión de tragedias que no terminará hasta dentro de muchos meses, si no años; estas nos obligan a pensar en cómo no volver a hacernos daño por omisión o intención. Y al mismo tiempo, son tragedias personales, precisas: las pérdidas que nunca son un datapoint en un gráfico, sino un devastador, constante horror que nos acompañará por décadas.
Esa lección de la pandemia es la que no quiero olvidar; para que este ejercicio intelectual sirva siquiera un poco para hacer un país menos injusto para todos los que quedamos, y en memoria de los perdimos, va este libro.