Читать книгу This Is Another World [1] El Rey no Muerto - Emmanuel Alexander Vanegas Arboleda - Страница 10

Оглавление

Capítulo 3:

La Primera Batalla

La Leyenda de los Cuatro Héroes Legendarios

Érase una vez, en los tiempos donde la humanidad era oprimida, y donde las demás razas habían empezado a diezmar sus números, que el gran rey Demonio Sarameh, junto a sus generales demonios y a su armada demoniaca eran los gobernantes de toda Éltera.

Aprovechando las enemistades existentes entre las razas, la raza demonio aprovechó para diezmar sus fuerzas y exterminarlas o esclavizarlas, llevando a casi la total destrucción de todos los reinos humanos y de otras razas, como las ani-humanas o élficas.

En los corazones de cada individuo, fuese humano u otra especie, la esperanza se había perdido, y todos daban por sentado que pronto serian esclavizados o exterminados por la raza demonio.

Fue entonces cuando de los cuatro continentes cuatro héroes se alzaron contra la raza demonio, la mayoría de ellos, ignorantes de los otros, empezaron a diezmar los ejércitos de la raza demonio y a liberar poblados que habían sido conquistados.

Con esto los demonios se vieron obligados a retroceder y reagruparse en su propio continente.

Fue en la primera reunión de los cuatro continentes, que los cuatro héroes llegaron a conocerse, y decidieron unirse para formar el equipo de los cuatro héroes legendarios.

Unidos empezaron un viaje por cada continente, exterminando a los demonios y liberando a cada continente de su dominio, tornándose en su aventura un viaje de varios años, en donde lucharon sin descanso y con una inamovible fuerza de voluntad.

Al final el ejército de Sarameh se vio obligado a regresar al continente del que habían venido, entonces las razas inteligentes clamaron haber conseguido la victoria sobre la raza demonio.

Sin embargo, el conflicto no término allí. Sarameh, encolerizado por las acciones de los cuatro héroes legendarios apareció en el antiguo castillo del reino de Leróntes, lugar donde el rey estaba concediendo a los héroes el título de héroes legendarios.

Sarameh usando magia oscura terminó con la vida del rey de Leróntes, para retar a los héroes a enfrentar a sus generales demonios restantes en el continente Daruma, hogar de la raza demonio.

Poco se sabe de lo sucedido en aquel continente, excepto que los cuatro héroes lograron vengar al rey de Leróntes al derrotar al Gran rey demonio Sarameh.

Se dice que la batalla contra los generales y Sarameh fue tan intensa que dejó marcas en los cuatro héroes que volvieron con vida.

Con el anuncio de la muerte del Gran rey demonio, se dio el fin de la guerra entre los cuatro continentes y la raza demonio, la cual se vio obligada a ser tratada como seres inferiores y esclavos por los crímenes de su raza.

Los cuatro héroes, que venían de distintos continentes y eran de distintas razas se convirtieron en las más grandes leyendas de este mundo. Gobernaron como reyes y tuvieron las vidas más prosperas y tranquilas hasta el final de sus días. Los nombres de estos, y las distintas razas a las que pertenecieron son…

-Biblioteca Imperial, Calabozo del Crepúsculo-

- ¿Uh?… Oh, parece que ya es hora.

Había estado leyendo una pequeña fabula de un libro con siglos de antigüedad, pero que gracias a la magia de esta biblioteca se mantuvo en perfecto estado.

Narraba las aventuras que estos legendarios héroes tuvieron en su época, sobre una era en la que la raza demonio domino los cuatro continentes y fueron derrotados por este equipo de héroes.

Esta historia era algo cliché, pero si dijera eso seguro haría enojar a las personas de este mundo. No es su culpa que muchas historias de videojuegos y novelas de fantasía empezaran de forma similar.

Me llamó la atención la falta de historias o relatos sobre lo ocurrido en el continente Daruma, pero seguro los héroes de ese entonces habrían preferido callar las cosas que vieron en ese lugar.

Estaba por leer el nombre y raza de los héroes cuando sentí un golpe en el respaldar de mi silla.

Cuando me di la vuelta pude visualizar a un pequeño Golem de piedra cuyo cuerpo se asemejaba a un conjunto de rocas pequeñas y grandes, que le daban una forma humanoide, teniendo un pequeño cristal rojizo en la cabeza como si fuera su ojo.


LV 30… Aun si hubiera diez como yo para enfrentarlo este pequeñín ganaría con facilidad…

Alejé ese pensamiento para interpretar lo que quería el Golem, ya que al no hablar tenía que entenderlo por los gestos que hacía con sus manos, las cuales usó para señalar a la salida de la biblioteca.

Este debía ser el Golem que Astaroth mencionó que me llevaría a la zona de combate.

Cerré el libro para dejarlo en la mesa de lectura que tenía junto a una pila de libros que pensaba leer después, todos relacionados a la geografía de este mundo.

Trataba de obtener una habilidad del tipo [Mapa] al leerlos, pero solo conseguí aprender un poco más de la diversidad de monstruos que hay en cada continente.

Luego de leer la enciclopedia de monstruos aprendí que este mundo posee en su mayoría una gran variedad de criaturas.

Otros monstruos eran semejantes a los de los juegos de fantasía, otros con parecido a animales de mi mundo y otros de aspecto mitológico como grifos y centauros, aunque los últimos eran considerados una raza ani-humana por su intelecto.

Parecía ser que muchas razas ani-humanas en este mundo se los relacionaban con otros monstruos por su semejanza con el reino animal, y por ello eran discriminados por la raza humana.

-Sería raro que en un mundo mágico no hubiese discriminación, casi diría que es algo obligatorio.

Me guardé aquel pensamiento para mí mismo, mientras caminaba siguiendo al pequeño Golem, usando [Mapa Mental] trazaba un camino para regresar a la biblioteca una vez terminado el entrenamiento.

Quizás era optimista pensar que tendría las fuerzas para leer al terminar con esto.


-Así que por fin estas aquí… Humano.

Habiendo abierto una puerta me encontré con una gran sala, cubierta de antorchas en las paredes y un desfile de armas y armaduras situadas en los bordes del salón, siendo este del tamaño de diez salones de clases promedio.

-Whoa… Debo admitir que se ve impresionante.

Al mirar con atención pude observar una gran cantidad de armas, siendo todas las típicas de un mundo de fantasía.

Hachas, espadas, mazas, dagas, espadones, varitas, báculos, bastones y demás, suficientes armas para armar a una pequeña escuadra de soldados o aventureros.

Hay armaduras de todo tipo también. Estaban las de novato hechas de cuero resistente, así como armaduras pesadas que cambian defensa por velocidad.

Armaduras con encantamientos para mejorar la movilidad o fuerza del individuo, y algunas otras que por como lucían caían en la categoría de legendarias.

Pensé que solo le interesaban los libros, ¿Pero quizás era también un coleccionista de todo tipo de cosas? Esa pregunta rondaba mi cabeza en ese momento.

-Antes de luchar primero deberás equiparte, ya que en tu condición actual serias asesinado por un simple Goblin sin mucha resistencia.

Sé que tiene razón, pero eso no cambia que sus palabras sean un golpe duro a mi orgullo.

- ¿Puedo escoger cualquier armadura y arma de esta habitación?

-Por supuesto, siéntete libre de usar la que mejor te acomode, solo evita no escoger de modo que termines muriendo con facilidad.

Sentí mi estómago tornarse frío en ese punto, estaba punto de entrar en una verdadera batalla.

Una parte de mi tenía la esperanza de que Astaroth me salvaría de estar en verdadero peligro, pero decidí no apoyarme en eso, ya que en una batalla real mi vida estaría en riesgo, y no quería morir sin haber logrado nada hasta ahora, era algo que no podía aceptar.

Rápidamente fui a ver las armaduras para escoger una, pensé en usar las más poderosas, cualquier persona sensata las usaría, pero un mal sabor en la boca apareció entonces. Sentí que si las usaba perdería una vital oportunidad de adquirir experiencia real de combate.

Un número reducido de personas en este mundo deben de tener la suerte de empezar con estos equipos, mientras que el resto seguro empezaban con equipos malos o sin ellos.


El usar equipos que caían en la categoría de tramposos al principio seria vergonzoso hasta para mí, así que decidí usar un equipo apropiado para un principiante como yo.

Primero escogí un peto de cuero grueso y ligero, el cual cubría mi tórax hasta por encima de mi entrepierna, también me equipé protectores de brazos del mismo tipo, y placas metálicas para proteger mis rodillas y codos.

También incluí un protector de rostro que no interfiriera con mi vista periférica similar a un casco de caballero medieval, solo que este estaba hecho de un cuero grueso difícil de atravesar, terminando con un par de guantes de cuero para proteger mis manos.

-Así que escogiste un estilo pobre de defensa, ¿Tan poco valor le pones a tu propia vida?

Esa pregunta contenía un insulto oculto, pero no me importaba en lo más mínimo.

-Es todo lo contrario, si no logro dominar el miedo al combatir solo porque tengo un mal equipo o una mala arma, siento que no seré digno de vivir en este mundo.

La cabeza de Astaroth se agitó en ese instante, parece que dije algo inusual hace un momento, solo espero fuese la idea correcta a seguir.

-Como arma… Supongo que iré con estas.

A pesar de que la mayoría de los protagonistas suelen usar una espada, yo no tenía interés en seguir esa línea de pensamiento.

Una espada larga sería inútil si terminaba perdiendo en un embate de fuerzas, o si tuviera que pelear en un terreno angosto y con un bajo techo.

En los juegos online, casi nunca iba usando el guerrero normal o principal que muchos usan, y tampoco estaba encantado por el camino de la magia.

En cambio, prefería la velocidad en el combate y los ataques letales y consecutivos, el mayor número de combos posibles en una técnica siempre me pareció la idea más atractiva al combatir.

Era por ello que escogí dos sables cortos con hoja de acero, con filo en ambos lados para usarlas tanto al derecho como al revés, ideales tanto para atacar como para bloquear.

Me avergonzaba decirlo, pero en mi mundo anterior sostuve al reverso los cuchillos de cocina fingiendo que eran este tipo de sables, la oportunidad de usar este tipo de arma en la realidad era algo que me llenaba de emoción.

-Así que, sin defensa ni escudo, ¿Tirarás tu vida en un sin fin de ataques que caen en lo suicida?

-Pensamos distinto Maestro, quizás no tenga muchas formas de defenderme, pero quiero ir con todo en mi primer combate real.

-Haz como quieras, solo no hagas que me arrepienta de tomarme mi tiempo para esto.

[Campo de Aislamiento]

Estirando su mano Astaroth hizo aparecer un círculo mágico purpura que manifestó una barrera traslucida a mi alrededor, dejando las armas y armaduras restantes fuera de la barrera de modo que estuvieran fuera de mi alcance.

-Invocaré algo de bajo nivel, dependerá de ti si puedes derrotarlo.

-Adelante, ¡Estoy listo!

Sentí una mezcla de emoción y miedo que hizo mi cuerpo arder y temblar al mismo tiempo.

[Invocación Domestica]

Usando otra magia distinta hizo aparecer dentro de la barrera otro círculo mágico purpura, del cual emergió una figura pequeña y brillante sin extremidades ni cuerpo uniforme.

-Esto es…

La luz empezó a atenuarse a medida que el monstruo terminaba de aparecer sobre la superficie del círculo, para tornarse de un color marrón y semitransparente, mirándome así con un par de ojos azules llenos de hostilidad.

Su cuerpo ahora visible y cambiante se estiraba y acortaba como si aquello fuese un movimiento natural, sus órganos internos, así como su piel eran semitransparentes, al punto de que podía ver el suelo bajo este a través de su cuerpo.

Sentí como mis ánimos se destrozaban en ese punto, no por el peligro o el temor a la muerte, sino por una razón totalmente distinta.


-Un Slime… Es un Slime… Jajá… Ja…

El monstruo más simple de los juegos de fantasía, categorizado como los más débiles en toda la historia de los juegos, era según Astaroth, el oponente más apropiado para mí…

- ¿¡Pero qué clase de broma es esto!?

Pensar que mi primer enemigo sería un Slime hizo que mi ánimo cayera de golpe, haciendo que me preguntara si en realidad era tan débil al punto en el que un Slime era un desafío a mi nivel.

-Parece que has aprendido el nombre de la criatura. Sin embargo, pareces tener una idea equivocada, se ve que asumes que tu oponente es más débil que tú.

Aquellas palabras al principio las consideré un insulto, digo ¿Cuántas veces he visto morir a los Slime en los RPG que he jugado hasta ahora? Uno podría matar Slimes por aburrimiento o simplemente huir de ellos por la poca amenaza que presentaban en realidad.

¡SNEEEE!

Fue el chillido del Slime lo que me recordó que estaba en medio de un combate, donde mi oponente estaba dispuesto a matarme, y eso no era ninguna broma.

Vi su cuerpo contraerse antes de lanzarse directo hacia mí a gran velocidad. Apenas pude esquivar el ataque a tiempo rodando hacia mi derecha, quedando estampado contra la pared traslucida que había creado el Maestro a mí alrededor.

-Un simple disparo del Slime haría que tu piel se derrita en segundos donde haga impacto.

-… ¿Eh?

Me tomó unos segundos digerir sus palabras, pero cuando vi el protector de mi brazo derecho derritiéndose parcialmente y soltando vapor fue que empecé a asustarme.

- ¿¡Qué clase de monstruo principiante es este!?

¡SNEEEEEEE!

Volviendo al ataque el Slime se lanzó en mi contra mientras estaba en el suelo, usé mis brazos y piernas para esquivar por completo y así ponerme de pie en guardia con ambos sables cortos a mano.

No sabía si estos dañarían aquel cuerpo gelatinoso, pero al menos tenía que intentarlo.

Tragué saliva y esperé a que atacara para poder responderle.

¡SNEEEEEEEE!

Fue entonces cuando el Slime que estaba a diez metros volvió a contraerse y a lanzar fragmentos de sí mismo como escupitajos ácidos en mí contra. Tuve que esquivarlos ya que recibir alguno me dejaría una terrible marca de por vida, algo que no deseaba experimentar.

Logré esquivar tres disparos continuos del Slime, los cuales derritieron el suelo parcialmente.

Sabía que no podía esquivar para siempre, a diferencia del Slime puedo agotarme más rápido de seguir esquivando cada ataque, tenía que pasar a la ofensiva o me vencería un mísero Slime.

- ¡Es ahora o nunca! ¡Prepárate para ser la primera criatura que derrote en este mundo Slime!

Aquella provocación sorpresivamente alteró al Slime, quizás por instinto sabe cuándo es insultado, ya que sin esperar unos segundos se lanzó en mi contra con todo su cuerpo a una velocidad equiparable a un balonazo de fútbol.

Era el movimiento que había estado esperando que hiciera.

Moviéndome a mi izquierda me lancé hacia adelante en una fracción de segundos, y con el sable en mi mano derecha lo apunté al cuerpo del Slime sin razonar la posibilidad de que esta se derritiera como el suelo o mis prendas, solo pensé en conectar un golpe certero.

¡SLASH!

La sensación de cortar al Slime fue como la de cortar una gelatina, una muy densa y firmé que chilló al ser cortada entre su mitad superior hasta caer al suelo.

Temí que pudiese regenerarse si se lograba recombinar, pero para mí tranquilidad esto no pasó, el Slime empezó a tornarse de un color grisáceo para luego evaporarse y volverse cenizas.

Pensé que se derretiría, pero según la [Enciclopedia de Monstruos Peligrosos] algunos se vuelven cenizas, haciendo más fácil la obtención de objetos al derrotarlos.

Lo cual es una suerte, ya que no sé si tendré el estómago para diseccionar a cada monstruo que encuentre solo por sus objetos.


¡Lo conseguí! Este amante de las historias consiguió derrotar a su primer Slime, en mi ser ya no existía aquel desprecio por estas criaturas, eran dignos oponentes para la humanidad, y recordaría siempre lo difícil que fue derrotarlo.

Quizás en el futuro los vería como monstruos principiantes, pero en ese momento no me importaba, solo quería disfrutar la dicha de haber subido dos niveles por un simple Slime.

O era un Slime inusual o mi habilidad de crecimiento estaba trabajando, si derrotar a un Slime daba tanta EXP, me pregunto cómo será con los demás monstruos de este mundo, que gracias a la enciclopedia sé que son bastantes.

Obtuve unas habilidades útiles también, muchas relacionadas a mis acciones durante la batalla, todas parecían útiles hasta cierto punto, mas no sabía cuales activar de momento.

Más tarde revisaría mi submenú para activarlas, hacerlo ahora podría hacerme bajar la guardia.

-Pareces bastante feliz por haber derrotado a un mísero Slime, en verdad es la primera vez que empuñas un arma y luchas ¿No es así?

- ¡Por supuesto! Nunca he experimentado el encuentro con un monstruo, y mucho menos he tenido que pelear en mi vida, es una suerte que el Maestro me provea de los equipos necesarios o no habría podido salir vivo de esta.

-… ¿Piensas continuar? Aun puedo invocar un centenar de monstruos, puesto que parece algo divertido verte luchar por tu vida.

¿¡Hasta qué punto puede ser él sádico!?

Es verdad que amo ver a héroes luchar contra centenares de enemigos en las series, pero yo soy un simple humano, tal cantidad bastaría para olvidarme de volver con vida a la biblioteca.

-De momento quiero una lucha más, tampoco quiero abusar del tiempo del Maestro, y prometo recompensarlo pronto con un libro de mi biblioteca personal.

Otro motivo por el cual no activaba mis habilidades era porque sospechaba que necesitaría los puntos para activar el principio de las habilidades mágicas, si estos servían para desbloquear habilidades mágicas debía preservarlos, hasta que fuese capaz de recargar mi celular sin llegar a quemar o dañar la batería.

Necesito tener un control mágico preciso y magia eléctrica para poder mantener vivo mi celular.

Pensé esto mientras otro círculo mágico aparecía, surgiendo ahora una silueta brillante de la cual distinguí unos brazos y piernas delgadas, así como una pequeña e infantil cabeza.

-Ya que venciste al Slime, tendrás un mayor beneficio si te enfrentas a algo más rápido y fuerte.

¡Qué beneficio ni que nada! Casi muero hace un momento con un monstruo con forma de gelatina, ¿¡Y ahora aumentas el nivel de dificultad!? Que maestro tan cruel me ha tocado.


El enemigo en esta ocasión es un Goblin, de piel marrón oscuro y unos ojos de tonalidad gris, vestía harapos sucios que cubrían su torso hasta sus piernas delgadas con poco musculo, este parecía sorprendido por su repentino cambio de escenario.

Mirando con desesperación a su alrededor fijó su vista en mí, y tan pronto como me vio sacó desde su espalda una pequeña daga oxidada con hoja curva, parecía comprender que era su enemigo.

Aun así, subí mi guardia, ya que me aterraba la idea de ser apuñalado, más busqué calmarme para tener mayor posibilidad de sobrevivir.

UGYU… UGYU…

El lenguaje Goblin era algo que no podía entender, quizás me estaba insultando, o quizás no quería pelear, me disculparé con él por no tener aún una habilidad que me permita entenderlo.

-A diferencia del Slime ellos son más rápidos e inteligentes, si no lo matas rápido encontrará tus debilidades y el modo de asesinarte, subestimarlo por su tamaño será tu perdición.

Las palabras del Maestro eran severas como siempre, la verdad prefería probar de nuevo con otro Slime, pero ya no podía replicar ya que fui yo quien pidió una batalla más en tan corto tiempo.

Sostuve el sable derecho contra el Goblin y el izquierdo con la hoja hacia atrás para bloquear algún ataque de esa daga, en ese entonces traté de copiar la postura de los avatares en los MMORPG.

¡¡UGGYAAAAHH!!

Soltando un rugido el Goblin empezó a correr con su daga apuntando a mis piernas, aunque era rápido tardaría segundos en llegar a mi posición. Aproveché esto para analizarlo detenidamente.

Tenía un cuerpo delgado con poca musculatura, buen centro de equilibrio debido a su baja altura, sentidos de audición y visión promedio, pies descalzos y sin ropas protectoras para combate.

Velocidad inferior a la de un humano al correr, un cuchillo en la mano derecha dando a entender que es diestro, y a cinco pasos de distancia para que me alcance su daga.

Salté hacia atrás para evaluarlo más antes de ejecutar algún ataque, si quería ganar debía agarrarlo con la guardia baja.

Al ver mi retroceso este corrió con más prisa, y ya que es más fácil correr hacia adelante que hacia atrás cerró la brecha que había entre ambos, e intentó apuñalar mi pierna izquierda con su daga oxidada.

Di un salto hacia la derecha en cuanto me di cuenta, pero aquella daga logró rasgar mi pantalón y cortar parte de la epidermis de mi pierna izquierda, haciendo que contuviera un grito de dolor.

Era la primera vez que me cortaban así, la sensación era desagradable y hacía a mi corazón latir a millón, fue allí que entendí lo probable que era mi muerte en ese entonces.

Mi arma era la menos indicada para este tipo de combate, por lo general lo ideal contra Goblins eran las armas largas o armas a distancia e incluso la magia, técnicas que aprovechasen su corta estatura para atacar sin entrar en su rango de ataque.

Mis armas eran apenas del largo de mi antebrazo o brazo, para atacar tendría que entrar en su rango de ataque inmediatamente.

Retrocedí cuanto pude saltando hacia atrás, incluso contra un pequeño Goblin yo tenía un combate serio en esta ocasión.

Ya comprobé que no me pasaría nada al tocar la barrera con manos o pies, solo era aislante y no dañina. Tomando eso en consideración formulé mi estrategia

- ¡Oye enano! ¿¡Ya te estas cansando!? Parece que es verdad que son tan resistentes como las cucarachas, con razón luchan siempre en manadas, ¡Pero qué grupo de cobardes!

No es que tuviera la habilidad [Provocación] en ese entonces, pero pensé que igual que el Slime, este también entendería cuando me burlara de él.

¡¡UGYAAGHH UGY UGYAAHH!!

Parece que tuve razón, ya que la mirada del Goblin obtuvo un brillo rojizo y empezó a rasguñar con la daga oxidada el suelo, parecía haber entrado en un estado de cólera.

En un ataque de ira ciega el Goblin vino rápido hacia mí, apuntando su cuchillo hacia mi cintura parecía tener la intención de apuñalar mi vientre, al verlo venir pegué mi espalda contra la barrera, esperando a que se acercara más.

Solo debo esperar a que se acerque un poco más y…

- ¡Ahora!

Cuando estuvo en frente de mí di un salto hacia la izquierda para evitar a tiempo el ataque de su daga y ver como esta chocaba contra la barrera creada por Astaroth.

Fue allí cuando aproveché mi oportunidad y enterré mi sable derecho en su espalda, atravesando su delgado cuerpo y empujando la hoja contra la barrera para oírlo chillar de dolor, logré bajar la mitad de su HP, y aun cuando trataba de liberarse no le daba la oportunidad.

Aprovechando mi tamaño lo sostuve contra la pared con mi pie para enterrar mi sable con todas mis fuerzas en su nuca, pensé que podría cortar su cuello de un tajo, pero me equivoqué, al final cortar los huesos es más difícil de lo que pensé.

Vi la sangre del Goblin derramarse sobre mi mano y antebrazo, un escalofrío corrió por mi espalda al percatarme de que estaba quitándole su vida, pero si quería vivir en este mundo derrotar a monstruos era algo a lo que debía acostumbrarme.

Así que hice lo posible por no pensar en ello y seguir cortándolo hasta que empezara a tornarse de un color gris.


De alguna manera lo conseguí, ya sea suerte de principiante o talento, logré salir de esa situación en la que yo mismo me había metido, jamás pensé que tendría miedo a los Goblins hasta ese día.

Tienen bien merecido ser el elemento de odio y temor para aventureros novatos y mujeres.

-Algo tosco, y apenas evadiste los ataques de un simple Goblin, pero lo lograste, espero con esto subieras al menos un nivel o dos.

-Algo así, logré subir algunos niveles, aunque debo decir que fue terrorífico, pelear por mi vida es muy distinto de lo que pensé…

Todo era distinto cuando solo era una pantalla y comandos, en la vida real no podía permitirme ninguna clase de error.

-Sí te sirvió de algo entonces cumple con tu parte y transcribe un libro para los próximos días, lo estaré esperando.

Desapareciendo de aquella habitación en un haz de luz oscura, fui capaz de presenciar por primera vez la tele transportación, un poder tan conveniente y tramposo… Típico de un jefe final.

Habiendo finalizado el entrenamiento removí mi armadura y dejé todo en el mismo sitio donde habían estado, para emprender mi camino de regreso a la biblioteca.

¡THUD!

De repente sentí un leve mareo, caminando para terminar yéndome de lado, ¿Estaba cansado? Aun cuando el entrenamiento no duró siquiera una hora sentí mi cuerpo pesado.

Quizás por la emoción y la adrenalina llevé mi cuerpo al límite, y estaba sintiendo el precio por excederme.

-Mejor descanso… Mañana seguiré investigando más…

Era patético en verdad cansarme de esta manera, cuando tantos protagonistas luchaban sin descanso desde el principio yo me agotaba contra dos simples enemigos básicos.

Era frustrante, pero decidí que trataría de mejorar poco a poco antes de aventurarme a lo desconocido, este sitio era después de todo una mina de conocimiento.

Seguro podré aprender bastante aquí con la ayuda del Maestro, para así vivir en este mundo sin preocupaciones.

No había recibido ninguna petición de ningún dios, ni tampoco sé nada sobre una guerra entre razas en la actualidad, en este momento mi ignorancia del mundo exterior era una bendición.

Pensé en varias cosas hasta llegar a mi pequeña y modesta habitación que apenas tenía una cama de madera y heno con una sábana encima, dormir sobre un colchón de heno no era tan cómodo como lo hacía ver las películas, pero era mejor que el duro suelo.

Al final caí dormido, como si mi cuerpo entrase de pronto en hibernación, preguntándome algo antes de caer en la oscuridad.

¿Hasta qué tan lejos podré llegar en este lugar antes de tener que salir?

This Is Another World [1] El Rey no Muerto

Подняться наверх