Читать книгу Las rumbas de Joan de Sagarra - Enrique Vila-Matas - Страница 7

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En recuerdo de lady Brett –yo la quise, muchachos, y la quiero...– y de los trescientos veintitrés martinis que nos bebimos en el bar del Ritz, plaza Vendôme. En el primer aniversario de su estúpida muerte.

Las rumbas de Joan de Sagarra

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