Читать книгу El amor, el desamor y mil movidas más - Esther Varas - Страница 9

Cuando hablas, no te entiendo

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“la ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como son unas pocas palabras bondadosas” Sigmund Freud.

Hay muchos momentos en los que el corazón está triste, llora, se siente desalentado. A lo largo de la historia muchas “sabidurías” consideradas por fin como ciencias, como son la Psiquiatría, la Psicología, la Psicofísica, la bioenergética, la psico neurociencia entre otras, definen el estudio del interior Humano para comprendernos mejor.

El interior…

Cuando hablo de interior me refiero a Esa parte que alberga los pensamientos, sentimientos y emocione, que sufrimos y que componen el dolor del alma. No recuerdo desde mis años de estudiante que la ciencia, se haya centrado en la importancia del estudio del alma/espíritu y haya sido tenida en cuenta por la comunidad científica. Sin embargo la comunidad intelectual sí lo hace a través del estudio de la ética. Con los años y gracias a que los seres humanos tenemos la capacidad de aprender y reflexionar, he aprendido que es muy importante el estudio de esa pequeña gran parcela interna que es el alma. Los constantes cambios que afectan a la sociedad moderna hacen que sea urgente su estudio y comprensión como materia necesaria para nuestro alivio emocional.

Mi objetivo

en este capítulo es darte una visión sencilla y clara de cómo actúan los pensamientos, los sentimientos y las emociones en tu cuerpo y en tu alma incluso cómo el alma puede enfermar y somatizarse a nivel físico tal y como comenta el escritor Robert Brolio en su libro “Las enfermedades del alma”. Como sabes la experiencia que hayas tenido anteriormente va a repercutir en el tipo de pareja que vas a “elegir” y el tipo de relación que vas a tener. Por ello es importante sanar las heridas del corazón.

Pero antes, quiero hacerte una puntualización y una reflexión, me gustaría que para entendernos empezásemos a utilizar el mismo lenguaje, el mismo significado aplicado a un concepto. Para lo cual, es imprescindible utilizar bien las palabras, como decía Valerie Tasso: “las palabras nunca son claras cuando el concepto no lo es. La confusión de las palabras es siempre una confusión de los conceptos. No existe un buen significante cuando el significado continúa oscuro”.

“Palabra” proviene del griego “parábola” que significa comparar. Posteriormente sufrió un cambio, se añadió una connotación de “narración”. Podemos decir que una palabra es un símbolo referido a las diferentes situaciones, sentimientos, pensamientos, objetos (…) que hay en el mundo y origina una idea o representación cognitiva con la que se asocia. Así cada palabra está asociada a una clase de elementos y su significado es el concepto del que es portadora. Por ello es importante definir el significado de la palabra que empleamos para expresar lo que pensamos y sentimos, aunque a veces reconozco que no es fácil identificarlo. La palabra es el instrumento que nos ayuda a comunicarnos con nuestro interlocutor, por ello cuando quieras transmitir algo te recomiendo que definas el significado del concepto que quieres expresar, principalmente en situaciones que son susceptibles de provocar conflicto.

Si te estás preguntando el porqué de esta reflexión, en las próximas líneas te voy a exponer cómo el utilizar una u otra palabra va a tener diferentes efectos sobre el cuerpo, sobre la salud mental, emocional y física (ley de Causa Efecto). Seguro que a ti también te sucede, que a veces lo que dices no es lo que sientes, ni tan siquiera lo que deseas transmitir. En ese momento es cuando se produce una disociación entre lo que sientes y lo que necesitas transmitir pero no encuentras las palabras adecuadas, por lo que incurres en una tremenda incontinencia verbal, que te lleva a la desconcertante sensación de estar incapacitada para expresarte. Para evitar esta incómoda situación te propongo definir claramente el concepto de la palabra que vas a emplear, ya que como señaló el Barón de Montesquieu “la palabra es mitad de quién la pronuncia, mitad de quién la escucha”.

¿Hacemos una práctica? Responde a las siguientes preguntas:

 Qué es para ti y cómo defines los siguientes conceptos: el amor, el respeto, la vida, la salud, la muerte, la relación de pareja, la vejez, el éxito, el fracaso… o cualquiera de los valores que conforman tu vida.

 Léelos y reflexiona, si esas respuestas son apre-hendidos de tus adultos o el resultado de lo que has apre-hendido en tus experiencias.

 Vuelve a definirlas. ¿Son las mismas? ¿Cuáles han cambiado? ¿Estás mas conforme con la nueva definición?

¿Qué opinas de los resultados del ejercicio?

Los pensamientos y los sentidos.

Interpretamos la realidad a través de lo que percibimos con nuestros sentidos, y si no lo podemos experimentar y darle una explicación, creemos que sólo ha sido producto de nuestra imaginación. Los sentidos más importantes que tenemos, vista, oído, olfato, gusto y tacto, los podemos considerar como puertas que nos van a ayudar a tomar conciencia de lo que sucede “ahí fuera”. Apoyo la teoría de la Medicina Ayurveda que afirma que si los cinco sentidos están sanos y equilibrados, el mundo que vamos a percibir y la conciencia de él, van a ser un reflejo más acorde a la realidad que percibimos. Así el mundo es tal y como somos y nuestra experiencia de éste va a depender del estado y de los filtros que realice nuestra consciencia. Nuestros pensamientos y sentimientos tienen un impacto importante en la mente y en el organismo.

¿Cómo se forman?

Es importante saber cómo se forman los pensamientos, las emociones y como los percibimos, así tomamos conciencia de cómo utilizarlos tanto en el día a día como en una pérdida. Me voy a apoyar en las teorías de la Física Quántica actual aplicada al estudio de la formación de los pensamientos y a su repercusión sobre el cuerpo humano. Esta teoría mantiene que los pensamientos llevan energía emocional, mental y espiritual al cuerpo, produciendo reacciones biológicas que se almacenan en nuestra “memoria celular” y se manifiestan en lo físico. Así un pensamiento es un “fenómeno quántico” y se define un quantum, como “la unidad indivisible más pequeña en la que se transmite y absorbe la energía e información que es enviada por un pensamiento”. Un pensamiento es efímero, imprevisible, invisible, es una unidad de información y energía. La energía-pensamiento no tiene límites. Los fenómenos quánticos dan lugar a algo tan impresionante como es la manifestación del universo y a la manifestación del cuerpo.

Se transforman…

Los pensamientos se transforman en fenómenos de espacio-tiempo que llamamos materia y junto con las emociones, sentimientos, deseos, impulsos, instintos y los recuerdos pueden transformarse en fenómenos bioquímicos, teniendo posteriormente su repercusión sobre el cuerpo físico. Por ello el pensamiento es muy poderoso, porque a través de él la creencia y la intención hacen que todas las cosas sucedan. Así cada vez que dices lo que piensas o escribes algo utilizas su energía para afectar al mundo que te rodea.

Recuerda un día en el que te has levantado con dolor de cabeza o no te encuentras bien y durante toda la mañana te has repetido lo mal que te sientes, y cuando te han preguntado por tu estado has realizado una exhaustiva exposición de tu mal estar, con todo lujo de detalles y aspavientos. Conforme ha transcurrido el día tu salud no ha mejorado pero tampoco has dejado de pensar en lo mal que te encontrabas. No has conseguido distraer tu atención centrándote en otras actividades más placenteras o importantes, por lo que ese inicial malestar se ha incrementado generosamente, ¿te resulta familiar? Todo el día has bombardeado a tu cuerpo con la orden de me siento mal, es que no mejoro, vaya día más malo, no se me pasa. Tu cerebro es ciego, los que ven son tus ojos y éstos le proyectan esa imagen de estar enfermo. Si a esto, le añadimos que el cuerpo es muy obediente, simplemente se lo cree y le hace caso. Tu pensamiento se ha convertido en tu realidad, pues tu cuerpo ha obedecido tu orden. ¿Ves que simple?

Estos mensajeros bioquímicos “ciegos” del ejemplo, se llaman neuropéptidos situados en el cerebro. Son proteínas y a través de ellos se comunican con las células cerebrales que tienen sus correspondientes receptores en el resto del organismo. Las células inmunológicas presentan receptores para los mismos neuropéptidos que se manifiestan como pensamientos y sensaciones. Estas células escuchan nuestro continuo diálogo interior que repercute en todo el cuerpo. Este organismo de moléculas que conforman el cuerpo físico es la experiencia objetiva de la conciencia donde experimentamos la información y la energía. La mente sería la experiencia subjetiva de la conciencia y ambas son redes de información de una energía que se materializa en lo físico y por tanto son inseparables

Y viajan…

El mundo físico está formado por información y energía que percibimos a través de nuestros sensores, y se convierten en sabores, texturas, formas y colores. ¿Te estoy liando? Imagínate que cada pensamiento es como una burbuja, que en su interior está formado por unas bolitas de información y otras de energía cuyo color va a depender de su polaridad que puede ser positivo o negativo. Estas inteligentes burbujas habitan en un lugar llamado neuropéptido que ya conoces, y según sea el color en el que se tiñen dependiendo del pensamiento, se van a desplazar a otro lugar de “residencia” situado en los diferentes órganos del cuerpo. El resultado lo vas a sentir en tu cuerpo físico y en tu mente en forma de emociones, sentimientos, pensamientos y deseos. Así, la transformación en el organismo está condicionada por la energía y la información que emitimos y que a su vez viene condicionada por la interpretación de los pensamientos, sentimientos y emociones. Por ello dependiendo de los pensamientos que manejemos estaremos influyendo en la expresión de los estados de energía e información que actúan sobre nuestra conducta. Los pensamientos negativos como la ira, rabia, frustración o desesperanza alteran el riego sanguíneo en el centro del optimismo del cerebro, la corteza prefrontal izquierda.

Una vez comprendida esta información, ¿por qué no pruebas a expresar los mensajes adecuados de salud y bienestar a tu cuerpo independientemente de la situación que estés viviendo? Sé que no es fácil, pero imagina cómo tus pensamientos te podrían afectar. Todos tenemos algún tipo de conversación interna, ¿has observado qué te dices a ti misma? A partir de hoy, elije tus pensamientos, recuerdos o experiencias. Si la mayoría son del pasado, cámbialos y presta más atención a lo que estás experimentando en tu presente y si es placentero o no.

Continuo fluir…

Aprendemos desde la infancia lo que los expertos denominan condicionamiento clásico. Es un tipo de aprendizaje asociativo (estimulo–respuesta) que fue demostrado por primera vez por el fisiólogo ruso Iván Pávlov, y nos permite generar los mismos impulsos de información y energía ante una situación que tiende a generalizarse. Pero olvidamos que no son ya ni los mismos sentimientos, ni los mismos pensamientos, ni emociones, ni las mismas ideas que se produjeron en un primer momento en esa primera asociación. Sin embargo permanecen los mismos hábitos de conducta, de pensamiento, de expresión sensorial y de respuesta emocional, por lo que reproducimos idénticos estados de información y energía una y otra vez que desencadenan iguales procesos bioquímicos y fisiológicos, en definitiva, reproducimos las mismas conductas, aunque las situaciones no sean exactamente las mismas.

Recordar las experiencias del pasado está bien si es para aprender de ellas y continuar centrados en el presente para alcanzar los objetivos sin repetir las mismas conductas que nos llevaron al dolor, a la culpa y a la rabia. Por ello te recomiendo que si en este estado de duelo por la pérdida del amor tienes muchos recuerdos, disfrútalos, aprende de ellos, pero no permitas que te hundan. Cuando lo haces te conviertes en víctima reviviendo las sensaciones negativas, en lugar de empezar a crear tu presente y tu futuro. Recuerda que solo tú puedes construir tu día a día en base al aprendizaje de la experiencia de tu pasado. Crea las respuestas en base a esos recuerdos y así te transformarás en una persona creadora y constructora de tu vida.

Todos tenemos que aprender a aceptar la responsabilidad de lo que creamos, independientemente de si ha sido de forma consciente o inconsciente, aprender a identificar los objetivos, los deseos o las metas a conseguir. Entiendo que cada uno tenemos un ritmo para elaborar el duelo, sin embargo cuando estés preparada y lo consigas, te sentirás mejor, más segura. Por ejemplo, te puedes plantear preguntas como:

 ¿Qué es lo que quiero conseguir en esta semana?;

 ¿Y en este mes?;

 ¿Para qué lo quiero conseguir?;

 ¿Cómo lo voy ha hacer?

Ten en cuenta lo que hemos dicho anteriormente, que nuestra mente no distingue realidad de ficción. Por ello, cualquier emoción toxica como la rabia, el odio, la envidia, los celos, el miedo, la vanidad, la mentira, la calumnia, la agresividad, o ese pensamiento que nos aturda, nos obsesione, se va a ver reflejado en nuestro cuerpo a través de la somatización. Los estados de alerta y estrés permanentes generan la hormona del cortisol que de forma crónica induce cambios en el cuerpo a nivel gastrointestinal, neurológico, alteraciones en la tiroides, disminución del sistema inmunológico, muerte de neuronas en el hipocampo (zona de memoria y aprendizaje), cansancio, tristeza, apatía, y un largo etc. De igual forma, los pensamientos positivos de amor, de un estado de ánimo optimista, de buena salud, de alegría, de bienestar, de coraje, de aprobación, de fe, son edificantes y promueven la salud, el bienestar, el crecimiento y la alegría.

Eres una estación de radio….

Después de leer toda la información: ¿Puedes imaginar el poder que tiene tu palabra? Si todavía tienes dudas sobre ello imagina que cada uno de nosotros somos como una estación de radio, emitiendo constantemente la energía de nuestros pensamientos que llenan la inmensidad del espacio y tocan a todos los que están a nuestro alrededor, para bien o para mal. Puedes visualizar que emites pensamientos positivos, ¿cómo? ¿Recuerdas en los dibujos animados cuando a algún personaje se enfadaba y le salían rayos y truenos de su cabeza? ¿Lo estás viendo verdad? Haz extensiva esta imagen de rayos a todo tu cuerpo, eso es, salen de tu cuerpo rayos de energía negativa como si fueras una radio. Estos a su vez, forman una nube que te rodea que tiene la capacidad de neutralizar todas las vibraciones que proceden de los pensamientos negativos de otras personas. Este es tu escudo protector, pero recuerda, si tú emites pensamientos negativos, provocarías una abertura en esa nube permitiendo la entrada de más negatividad que se transforma en dolor físico. La elección es tuya!!

¿Cómo controlar los pensamientos negativos?

La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica, señaló Aristóteles. Por ello quiero que practiques estos ejercicios para lograrlo. Vamos a empezar por las recomendaciones que nos aporta el psiquiatra Dr. Daniel Amen:

 Se consciente de que los pensamientos son reales y existen. Por mucho que no se escuchen, tienen fuerza y capacidad de alterar nuestro estado de ánimo.

 Observa el impacto corporal que tiene cada pensamiento negativo. Pueden ser: taquicardias, sudoración descontrolada, dolor de cabeza, molestias gastrointestinales o las incómodas contracturas musculares…

 Acepta que esos pensamientos no siempre dicen la verdad. En ocasiones pueden ser correctos, pero en otros casos, mienten y nos engañan.

 Escribe el torbellino de pensamientos negativos que tengas, de cada uno de ellos piensa en lo contrario y céntrate en ese pensamiento. Por ejemplo, “mi marido me odia “. Si replicamos este pensamiento podemos pensar, “seguro que ha tenido un problema personal porque él no suele ser así conmigo “. Observa las consecuencias en tu cuerpo y en tu mente cuando te repites la nueva afirmación.

 No adivines el futuro en negativo, no te adelantes a los acontecimientos. Si todo el día estás pensando “me ha dejado porque no soy lo suficiente buena para él” estás abriendo la puerta a la ansiedad de vivir angustiada o preocupada por el futuro. Aunque no es una ciencia exacta aproximadamente el noventa por ciento de las cosas que nos inquietan jamás suceden, pero nuestro organismo y nuestra mente los viven y los sufren como si fueran reales. El cuerpo no distingue realidad de ficción.

 No supongas o leas la mente de los demás, porque aunque puede ser divertido, el nivel de aciertos es muy bajo.

 No traduzcas cada pensamiento en palabra. Los silencios son necesarios sobre todo antes de expresar una opinión, crítica o juicio que se cruce por tu mente.

 No actúes ni respondas si tienes pensamientos automáticos negativos. Permítete tener tiempos de reflexión, breves pero necesarios. Por ejemplo, ser capaz de cambiar el lenguaje, sustituyendo “debería” por “podría”; “crisis” por “oportunidad”. Emplea palabras más optimistas y esperanzadoras. Cuanto más practiques más rápido formaras el hábito.

 Rodéate de personas vitamina, optimistas, alegres, que te aporten algo.

 Busca lo positivo de cada situación. Cualquier circunstancia puede verse en clave de problema o en clave de solución. ¿Cuál es tu clave?

En una situación de desamor, el sufrimiento y el dolor existen para todos. La diferencia radica en la forma de afrontarlo, en la actitud que tengamos frente a la situación va a determinar la respuesta que expresemos. Existen múltiples estudios sobre cómo el dolor y el sufrimiento vividos con alegría, con una sonrisa o una psicología positiva, menguan y amortiguan el dolor. Como dijo Hipócrates “Los hombres deberían saber que del cerebro y nada más que del cerebro vienen las alegrías, el placer, la risa, el ocio, las penas, el dolor, el abatimiento y las lamentaciones.”


Ejercicio: Aparta tus Pensamientos Dañinos.

Pensamos en forma de imágenes, sonidos, sensaciones y cada uno de ellos tiene unas características determinadas, como grandes, pequeñas, tenues, etc. Vamos a aprender a distinguir esos detalles sin prestar atención al contenido. Si los modificamos nuestra interpretación cambia. Esos detalles se llaman submodalidades. Esta tabla de referencia te puede ayudar a que te sea más sencillo identificarlos y catalogarlos.

Submodalidades visuales.

Color / blanco y negroContraste
FocoPlano / tres dimensiones
DetalleTamaño
DistanciaUbicación
Movimiento/ o no

Submodalidades auditivas.

¿De donde viene el sonido?Tono
VolumenMelodía
RitmoDuración

Submodalidades cenestésicas o de sensación.

Sientes frio, calor, miedo, tensión...La intensidad de la sensación
El lugar¿Se mueve? La sensación
Es continua o intermitenteLenta o rápida.

Imagen.

1.- Selecciona una imagen negativa y recurrente.

2.- Cuando esa imagen aparezca, obsérvala y responde:

 - ¿Cómo es la imagen?: ¿se mueve? ¿Es en color? ¿Está cerca o lejos? ¿Es brillante? ¿Es grande? ¿Cómo estas incluida en esa película mental?, ¿te ves desde fuera o revives la experiencia en primera persona como en la vida real?

3.- Toma esa imagen y bájale el brillo.

4.- Hazla más pequeña y quita el movimiento, déjala sin vida, congélala.

5.- Hazla todavía más pequeña como si fuera una foto. Rómpela.

6.- Vamos a comprobar. ¿Cómo es ahora la imagen? Perdió su fuerza. Si no es así continúa practicando el ejercicio desde el punto 2.

Sonido

1.- Toma la frase o sonido interno que te molesta.

2.- Aceléralo.

3.- Hazlo lento. Imagina que estas frente a un disco que emite ese sonido.

4.- Toma un clavo y raya el disco con ímpetu. ¿Escuchas ahora ese mensaje deformado?

5.- ¿Cómo escuchas ahora ese sonido o frase? ¿Perdió su fuerza? ¿Desapareció? Si no es así continúa practicándolo desde el principio.

Sensaciones

1.- Identifica la zona del cuerpo que sientes dolor.

2.- Imagínate que pintas esa parte del cuerpo que te duele con un color que represente la salud.

3.- Imagina que cada vez que lo pintas con ese color, se alivia el dolor. ¿Es refrescante la sensación? Ahora céntrate en la sensación de bienestar.

4.- ¿Estás más aliviado después de repetirlo varias veces? Practica más veces centrando tu atención en la sensación de bienestar cada vez que pintes.

Las emociones.

Son un sentimiento producido por un pensamiento que conduce a respuestas biológicas, psicológicas y conductuales. La palabra emoción viene del latín “motere” que significa moverse. Es lo que hace que nos acerquemos o nos alejemos de una persona o circunstancia. Se define como la tendencia a actuar y se activa con frecuencia por alguna de nuestras impresiones grabadas en el cerebro o por medio de los pensamientos, provocando un determinado estado fisiológico en nuestro cuerpo. Cada emoción incita a la persona hacia un determinado tipo de conducta. En los animales y en los niños hay una total continuidad entre el sentimiento y la acción; en los adultos se da una separación, la acción no necesariamente sigue al sentimiento, por ello expresar las emociones tiene una función social y adaptativa.

Los antiguos médicos eran astutos observadores del cuerpo humano. Descubrieron que aquellas personas cuyas vidas estaban dominadas por una emoción en particular tenían dolencias determinadas. Las personas cuyas vidas estaban gobernadas por la ira parecían sufrir de problemas de hígado y vesícula. Las que pasaban sus vidas sintiendo angustia sufrían a menudo problemas de pulmón y colon. Aquellas que eran temerosas padecían de riñón y vejiga. Casualmente, se hizo una correlación entre las emociones que experimentaban y determinados órganos del cuerpo. Se creía que los órganos eran los que producían las emociones que las personas sentían. Actualmente sabemos que ciertas áreas del cerebro se activan cuando sentimos determinadas emociones porque hay un componente bioquímico. Esto quiere decir que si sientes la emoción de miedo, tus riñones o vejiga estarán creando esa energía particular o vibración. Si sientes angustia se verá reflejada en tus pulmones o en tu colon y así sucesivamente.

La medicina psicosomática me ha enseñado que los órganos del cuerpo producen las emociones que experimentamos. Cuando sientes una emoción de ira, no viene solo de tu cerebro sino que tu hígado o vesícula también están incluidas en este proceso. Si estás sintiendo la emoción de la traición ésta emana de tu corazón o de tu intestino delgado. Recuerda que solíamos pensar que el cuerpo y la mente estaban separados y eran distintos, hoy su línea divisoria está desapareciendo hasta tal punto que no sabemos dónde empieza la influencia de una y dónde termina la otra. Por ello, creo que es importante conocer las propias emociones y tener conciencia de uno mismo sin confundirlas o disfrazarlas sobre todo en una situación de pérdida de la pareja la cual a veces nos resulta insoportable. Parece que si ponemos nombre a aquello que sentimos, es más fácil aliviarlo. Esta es la clave de la inteligencia emocional.

Distingue tus emociones.

Se ha hecho mucho hincapié en que tenemos que aprender a desarrollar las emociones positivas, pero ¿te has preguntado alguna vez, si las emociones denominadas negativas son buenas o adecuadas en algunas ocasiones? Yo creo que sí lo son, en el momento y en las circunstancias adecuadas y cumplen una función. Si viajamos atrás en el tiempo, encontramos pensamientos, sentimientos, emociones y actitudes negativas que protegían al humano. De hecho, éstas impidieron la extinción de nuestra especie. Imagínate a un Neandertal en la caza del Mamut o del dinosaurio enviando sentimientos positivos o reprimiendo la respuesta de miedo…. ¡Se lo carga fijo! Si uno del grupo tiene miedo no va a esperar a comprobar si la amenaza es real o no. Por tanto la gestión emocional es esencial no sólo para nosotros mismos sino también para nuestro entorno. La amígdala situada en el cerebro emocional, es el centro de control de las emociones, es autónoma y asume el control, mucho antes de que el neocórtex haya tomado una decisión razonada. En milésimas de segundo cambia la química de nuestro cuerpo activando los neurotransmisores: dopamina, noradrenalina y adrenalina; incrementa el ritmo cardíaco, la presión arterial y el flujo de oxígeno hacia el cerebro; modifica las expresiones faciales y aporta mayor energía y fuerza. Todo ocurre a gran velocidad, la amígdala quiere asegurar nuestra supervivencia asocia cualquier situación con recuerdos emociones provocando una reacción corporal en milésimas de segundo.

Con el desarrollo de la civilización y la cultura el hombre ha ido evolucionando y ha sido menos necesario que utilice sus rasgos negativos. Cuando nos encontramos en una situación que percibimos como hostil recuperamos desde nuestra parte más primitiva dichos rasgos negativos manifestándolos y adaptándolos a los tiempos actuales bajo el tamiz del aprendizaje. La ira y el odio salen de nuestro interior y se transforman en enfado o indignación contra una situación que consideramos injusta. El deseo de proteger a los más débiles hace que en ese caso esa emoción en principio negativa se convierta en positiva. Seguro que tú conoces más ejemplos.

Desde la época de Darwin, pasando por los estudios de las emociones de los psicólogos James-Lange, Magda Arnold, Nico H. Frijida, hasta llegar a las investigaciones de Lazarus, Paul Ekman, podemos diferenciar entre las emociones primarias como son el miedo, la sorpresa, la aversión, la ira, la alegría y la tristeza; y las secundarias como la vergüenza, los celos y el amor. No voy a desarrollar todas en profundidad porque no es el tema de este libro y ya hay numerosos estudios que versan sobre ellas, pero sí me voy a centrar en este capítulo en la tristeza que se produce ante el desamor.

Si estás atravesando un momento de duelo por la pérdida del amor, es posible que pases por diferentes etapas caracterizadas por manifestar emociones como:

 El miedo. Es capacidad de anticipación ante una amenaza real o imaginaria o peligro que causa ansiedad, incertidumbre, inseguridad. Ello nos ayuda a desarrollar una tendencia hacia la protección y así poder alejarnos del peligro.

 La sorpresa. Es sobresalto, desconcierto, asombro. Es muy transitoria y nos da una aproximación cognitiva para saber qué pasa. Nos ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.

 La aversión. Es disgusto, asco, nos alejamos del objeto que nos lo produce ya que provoca en nosotros rechazo.

 La ira. Es rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad. Nos incita hacia la destrucción.

 La alegría. Es diversión, euforia, gratificación, estar contentos. Crea en nosotros una sensación de bienestar de seguridad, por lo que nos lleva a reproducir esa situación o suceso que nos hizo sentir bien una y otra vez. Es la capacidad innata que tenemos para reaccionar ante el FLUIR en libertad siendo nosotros mismos y así poder disfrutar de estar vivos y sentirnos vivos.

 El amor. Es la capacidad innata que tenemos para reaccionar ante la entrega (de los demás o propia) y así crear vínculos sanos y sólidos.

 La tristeza. Es la pena, la soledad, el pesimismo. Es como una mano enorme que nos aprieta el corazón. Sentimos ganas de llorar, nos cuesta mucho sonreír, físicamente tenemos la mirada fija en un punto, el gesto hosco, los ojos semicerrados, las comisuras de la boca plegadas hacia abajo. Cuando la tristeza es profunda se produce una acentuación de las arrugas en la frente, como si fuera una herradura, y las cejas parecen oblicuas. De forma inconsciente a veces buscamos refugio en la soledad, nos sentimos desalentados e incluso con remordimientos, todo esto producido ante un rechazo, una pérdida, un desamor, ante una circunstancia que crea situación de fracaso. La tristeza es nuestra capacidad innata de reaccionar ante pérdidas temporales o definitivas. Nos hace darnos cuenta del valor de lo perdido y aprender para el futuro. La tristeza te enseña a evitar situaciones similares a las que lo han producido, a reflexionar sobre tus errores, a protegerte de la agresividad de tus semejantes, a llamar la atención y a inspirar compasión en los demás. Su función principal es la de iniciar el proceso de separación. Nos motiva generalmente hacia una nueva integración personal provocando el renacer interno para alcanzar de nuevo un equilibrio.

Soy consciente de que la tristeza no es agradable, y como a ti, también me viene a la mente alguna situación, alguna vivencia que me ha llevado a experimentarla. Pero si te miras a los ojos hoy, con la ventaja que te da el tiempo, seguro que puedes aprender algo más de esa realidad. Y si te paras solo un minuto más, y tienes la intención verdadera de aprender, investiga y seguro que vas a encontrar algo positivo en ella para aplicarlo hoy mismo. Si te estas preguntando cómo hacerlo, paciencia y continúa leyendo.

Aprender a manejar todas estas emociones para conseguir equilibrio interior es uno de los objetivos que planteo al elaborar el duelo, además de hacer ejercicio físico, practicar los pensamientos positivos y eliminar los negativos, juntarse a las personas vitamina y practicar técnicas de meditación. Te recomiendo que antes de manejarlas sigas estos pequeños consejos:

1- Aprende a conocerte: Conoce tus defectos y enfócate en tus virtudes. En el capítulo “Hallo felicidad!” encontrarás los ejercicios para practicar. Quien no se conoce, no se comprende ni acepta y por tanto no puede superarse y mejorar.

2- Evita el exceso de autocrítica y exigencia: no seas demasiado perfeccionista, pues es el eterno insatisfecho. Cuidado con el auto sabotaje, es esencial aprender a dominar la voz interior. Para ayudarte te ofrezco la posibilidad de trabajar con tu yo interior en el capítulo “Bye, bye Soledad!”

3- Fija metas y objetivos: sueña en grande, actúa en pequeño siguiendo un plan de acción y una estrategia. Para ello te recomiendo el libro “Cuaderno de Economía Emocional: Método Maquebo” que publiqué en el año 2018. Te guío paso a paso para conseguir a través de un plan estratégico dividido en días, semanas y meses tus objetivos y tus metas. Las personas con una meta o propósito en la vida tienen menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y un menor riesgo de mortalidad.

4- Trabaja la voluntad. Aprendiendo a fortalecer un sistema de control inteligente.

5- Se mas asertivo. Encuentra el punto medio entre no ser capaz de tener un pensamiento objetivo y respetar las ideas de otros. “Digo si cuando quiero decir no; cuando digo no, me siento culpable”.

6- Aprende Inteligencia emocional. Entiende y expresa tus emociones; entiende y empatiza con las emociones de otros y controla emociones como la impulsividad.

7- Educa el optimismo. Cualquier situación puede verse como un problema o como una solución. Cambia tu forma de hablar y utiliza palabras que evoquen entusiasmo, alegría, ilusión. El optimismo llama a la ilusión y a la pasión, y estas tienen un efecto directo sobre el cerebro y la neuroplasticidad. Recuerda, como señalo Timothy Leary, escritor y psicólogo, que el conocimiento y la inteligencia pueden ser sistemáticamente expandidos, y el cerebro puede ser reprogramado.

¿Puedes imaginar?...

Soy una admiradora de los cuentos, porque custodian una sabiduría que ha sido transmitida a través de las generaciones y siempre tienen una enseñanza, de ello hablo en mi libro “Cuentos crisis y creatividad”. Es por ello por lo que he decidido lanzarme a la piscina y establecer una similitud entre el cuento clásico de Blancanieves y los siete enanitos y las emociones, para que te resulte más fácil de reconocerlas y aliviarlas a través de una práctica muy original. ¿Recuerdas que había una casita en el bosque?, imaginemos que esa casita es la metáfora de tu casa interna. Dentro hay una habitación para cada uno de los enanitos-emociones, los cuales son cuidados por Blancanieves, que, en nuestra versión particular, sería tu cerebro consciente.

Los enanitos-emociones, son:

 Dormilón. - es la tendencia que tenemos a no despertar hacia la espiritualidad interna, y ver realmente cómo es la Realidad externa.

 Gruñón. - representa la parte que siempre está furiosa, irritada, rabiosa, iracunda, que parece constantemente estar molesta, y que a veces no se manifiesta hasta que explota, estallando de forma desproporcionada para la situación vivida en ese momento. Esa parte que necesita tu cariño y aprobación, pero no sabe demandarlo, y la rechazamos continuamente ya que no nos gusta la forma que tiene de reclamar cariño. Con este gesto, provocamos su crecimiento, y se alimenta de la energía surgida de nuestro rechazo y crece y crece. Cuando lo comprendemos, lo aceptamos y le invitamos a formar parte de nuestra casa interna. En ese momento recibe una buena dosis de amor y comprensión, recuperando su pequeño tamaño natural y tranquilizándose.

 Sabio. - tu intuición es la parte más sabia que se desarrolla a partir del trabajo realizado con la niña interna y que te proporciona autoconocimiento y auto aceptación. Se manifiesta cuando estás tranquila y serena.

 Bonachón. - es la parte más amorosa. Es un amor incondicional y una aceptación total hacia todo lo que te rodea. Lo expandes y evoluciona cuando te amas y te aceptas tal y como eres, sin críticas, ni prejuicios, ni castigos, ni dudas hacia tu propia valía personal.

 Mocoso. - reflejaría la influencia que tiene el estado emocional en tu sistema inmunológico, es decir, si tus emociones son positivas generan un estado emocional y de salud positivo, por lo que tu salud adquiere la tendencia a ser “perfecta”. En caso de generar emociones negativas, tu salud se transforma en “enferma”, desequilibrándose.

 Mudito. - representa la tendencia hacia el silencio interior, a escuchar-te y a escuchar a los demás, dando siempre lo mejor de ti. Si escuchas a tu interior disminuye tu diálogo externo, aumenta tu autopercepción, así como tu diálogo interior, incrementándose la capacidad de escuchar a los demás y a ti mismo. No por ser más silencioso se es menos expresivo.

 Tímido. - es tu prudencia que a veces se mezcla con matices de baja autoestima y miedos mostrando un comportamiento dubitativo, carente de iniciativa, de riesgo aunque templado.

Cada uno de estas emociones-enanos va a pelear por mantener su propia personalidad e imponerse a las demás, manifestándose de forma explosiva o exagerada. Para evitarlo debes darle a cada una la importancia y el lugar que le corresponde aceptando sus rasgos. Sintiéndose aceptadas ocupando cada una el lugar que le corresponde y en perfecto equilibrio. Para conseguirlo compréndelas e invítalas a formar parte de tu vida y nunca las rechaces. ¡En el capítulo “Lista para ligar!” vamos a practicar juntos la meditación “Las siete emociones vuelven a casa” No lo olvides, si las rechazas se hacen grandes y fuertes como el Dragón!

¿Me recuerdas?, soy tu Alma.

En este capítulo hemos hablado de la importancia de lo que pensamos, de lo que sentimos y como hablamos. Quiero compartir contigo un tema que en mi opinión es muy importante para comprender y entender al ser Humano: el alma. ¿Por qué te hablo de este tema, si el libro habla de cómo superar una ruptura del corazón? Porque como apuntaron los sabios griegos, somos cuerpo-mente y alma. Tenemos algún conocimiento de cómo funciona el cuerpo y nos preocupamos para mantenerlo en forma. Tenemos curiosidad por saber cómo funciona la mente y leemos e incluso practicamos técnicas para relajarla, pero no nos preocupamos mucho por comprender la función del alma dentro del conjunto que forma el ser humano. Si no entendemos que ese dolor que atraviesa el corazón es un reflejo del dolor que siente el alma, y si no sabemos cómo se comporta, no podremos aliviarlo, ni prepararnos para superar cualquier pérdida.

En el siglo XVII, René Descartes, reconoció que el Ser Humano estaba formado por cuerpo, principio material que se manifestaba a través de los atributos físicos; y alma, principio espiritual que se manifestaba por el pensamiento y la voluntad. También sostenía que el pensamiento estaba relacionado con su Yo espiritual. Con su frase “pienso luego existo”, quiso evidenciar la existencia del alma teniendo como base su vida y evolución en la materia. Allan Kardec, hace 150 años, afirma que “el pensamiento es un atributo del alma”, es el Ser espiritual quién da vida a la materia humana, siendo el pensamiento, la inteligencia, las cualidades morales, y la consciencia, los atributos del alma. El alma es un importante componente del ser humano, el centro de todas sus potencialidades, de donde emanan sus pensamientos, su inteligencia, sus tendencias artísticas, su percepción científica, su carácter, su intuición y su propia consciencia. El pensamiento es un atributo del alma, la cual preexiste a la formación del cuerpo y se mantiene, con toda su individualidad, después de la desintegración de este. La masa encefálica no puede ser responsable de la elaboración de los pensamientos, aunque sea indispensable para la transmisión de estos. Por tanto, debe ser mantenida en perfectas condiciones anatómicas y fisiológicas, para que pueda desempeñar plenamente sus funciones durante la vida humana.

Durante algún tiempo la educación ha ignorado las necesidades de nuestra alma. No hemos sido vistos y valorados en nuestro pleno y espontáneo desarrollo, sino que se nos han impuesto una serie de ideas y comportamientos que nos han obligado a reprimir la espontaneidad y a ignorar nuestra alma al concentrar todos nuestros esfuerzos en aprender esos “modelos externos”. Debido a esto nuestro Yo se ha ido alejando del alma centrando su reflexión en los modos aprendidos del exterior, con los que ha terminado identificándose. Esta aceptación impuesta conforma las máscaras que adoptamos en nuestra vida y que terminan oprimiéndonos. De forma inconsciente al no ser apreciados tal como somos, optamos por ser y comportarnos del modo que querían nuestros padres y nuestro entorno, bien para ganarnos su cariño, bien para obedecer o bien para poder sobrevivir dentro de un ambiente familiar y colectivo incapaz de ver y valorarnos tal y como somos lo cual repetiremos en nuestras relaciones personales tanto de amor como de amistad. Atrapados por este proceso, hemos perdido o se nos ha olvidado utilizar la capacidad de ser nosotros mismos, de expresarnos, de manifestarnos en todas las situaciones de forma espontánea. El conjunto de ideas y normas exteriores definen lo que somos, actuando de filtro a la hora de ver y valorar la vida. Para recuperarnos y redescubrirnos yo propongo trabajar con la maestra interna o Yo interior, en la técnica incluida en el capítulo “Bye, bye Soledad”.

¿Por qué enferma?

La información de los acontecimientos que nos suceden en la vida son llevados por las neuronas sensitivas hacia el córtex cerebral donde son registrados e igualmente transmitidos al peri-espíritu, sumándose a las impresiones que ya existen en la memoria celular. El estudio de las enfermedades que pueden estar vinculadas al alma constituye una contribución necesaria para la Medicina ya que ha mostrado la necesidad de ampliar la visión en el campo de la patología humana, dando a entender que el ser humano está formado por cuerpo y alma, siendo el alma un componente muy importante que participa activamente en todos los actos de la vida. Así como existen desequilibrios en el cuerpo, existen los relativos al alma. Las enfermedades o patologías del alma están relacionadas fundamentalmente con los pensamientos teñidos de emociones negativas que determinan diferentes tipos de dolencias, desde las que nos autogeneramos causándonos directamente sufrimientos, nerviosismo, insatisfacción, descontento, depresión, perdida de sueño y que provocan comportamientos antisociales como: prácticas delictivas, agresividad, obsesiones, vicios, perversiones y desviaciones sexuales que van poco a poco transformándose en desórdenes mentales más serios, que necesitan tratamientos prolongados con resultados poco satisfactorios en la mayoría de los casos. Según el estudio de la etiopatología de las enfermedades del alma (DR. Roberto Brolio) nosotros somos los responsables de nuestro sufrimiento, cuyo origen es la falta de control de la calidad de nuestros pensamientos. Por ello hemos de aprender a elaborar pensamientos y conductas positivas, ya que más tarde o temprano, tendremos que recoger las consecuencias de lo que hemos sembrado.

Varios autores están de acuerdo en afirmar la importancia que el pensamiento y las acciones de odio, envidia, celos, violencia, mentiras, deshonestidad, crueldad, causan mal y generan sufrimiento, pues forman una carga traicionera y tóxica que debe deshacerse y constituye una causa perjudicial para la salud y el progreso espiritual. Los pensamientos obedecen a la ley Causa y Efecto y con la misma intensidad con que son emitidos regresan hacia la fuente de origen. ¿Conoces a alguna persona que sea egocéntrica o esté llena de odio? Cuando hablas con ella parece que sólo ve el lado negativo de la vida y casi podrías afirmar que es incapaz de ver la belleza. También aquellas que sufrimos males físicos y morales, torturadas por las dificultades, por el dolor o el desánimo, vivimos sin la esperanza de encontrar una solución a cualquiera de nuestros problemas con miedo a los cambios que hacen que permanezcamos inmóviles en lugar de prevenir las situaciones de posible riesgo. Podemos parecer sanas pero vivimos torturadas por síntomas psicosomáticos esperando obtener una prescripción médica que nos libre de la angustia y el sufrimiento. Se manifiestan síntomas de baja resistencia, no tan solo para los esfuerzos físicos habituales, sino también para las infecciones comunes.

¿Tú perteneces a ese grupo?

Discúlpame que sea pesada pero es importante que tomes conciencia que tienes en el alma un poderoso recurso responsable de la vitalidad de las células de tu organismo y si el alma se mantiene desmotivada, sumergida en situaciones, pensamientos o sentimientos negativos por tiempo prolongado, se va a producir un descenso energético general que va a influir en tu biología, en forma de somatización, causando una enfermedad física. El reposo y las vitaminas, no suelen ser el remedio para la sanación. Entiendo que lo estés pasando mal después de tu perdida, pero sé consciente que necesitas un cambio de pensamiento y de actitud para aliviar tu alma y tu dolor.

AbreviandoA modo de resumen:

 Los pensamientos negativos están vinculados a las enfermedades y al sufrimiento ralentizándonos del mismo modo que los pensamientos positivos están asociados a la salud y al bienestar y nos impulsan a pasar a la acción.

 El pensamiento es el inductor de la salud o de la enfermedad, y ésta se manifiesta con síntomas orgánicos y psíquicos. Demos la importancia que se merece a la Educación Espiritual que constituye una fuerza poderosa que puede crear condiciones nuevas para aliviar los síntomas psicosomáticos.

 Las enfermedades del alma pueden manifestarse por:síntomas predominantemente psíquicos, como nerviosismo, ansiedad, inquietud, angustia, temores, incapacidad de prestar atención o concentrar los pensamientos en determinado objeto, inseguridad, miedo, depresión e insomnio.síntomas físicos o psicofísicos, como dolores localizados o generalizados, dolores que se cambian de sitio, funcionales, digestivos, respiratorios, circulatorios, genitourinarios, crisis epilépticas, crisis nerviosas, haciendo que las personas con dichas patologías pasen interminables momentos de su vida atormentadas por el sufrimiento.

La solución!

Aprender a humanizar cada una de las acciones dirigidas a nuestro cuidado y al de los demás, teniendo en cuenta que somos cuerpo, mente y alma y debemos proporcionarnos amor y amabilidad sobre todo en momentos de dolor interno. Tenemos un amplio abanico de prácticas para conseguirlo, de alguna de ellas ya hemos hablado pero si eres más intrépida te remito por ejemplo, a las prácticas sufíes, las prácticas del Samatha Vipassana, la práctica del Zen, la práctica contemplativa dentro de la Cábala o recuperar nuestras creencias religiosas. Existe mucha diversidad de interpretaciones en la práctica espiritual. Elije la tuya, practícala y así llegarás a la tolerancia y a la solidaridad que van a formar parte de tu vida diaria. Te propongo que en tu búsqueda de autoconocimiento desarrolles tu capacidad para abrir tu mente y tu corazón a todo conocimiento de Oriente a Occidente e intégralos en la actividad de tu vida. “El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos” Teresa de Calcuta.

Vamos a currar!


Ejercicio: Distingue tus Emociones positivas y negativas

Generalmente nos resulta más difícil reconocer y dar nombre a las emociones positivas que a las negativas. Esta incapacidad para reconocerlas es responsable de nuestra dificultad para experimentarlas.

Se define la emoción como el estado complejo del organismo que se caracteriza por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. Se puede describir como respuesta o proceso. Puede durar segundos o días.

 Escribe en una columna las emociones positivas y en otra las negativas según te vienen a la cabeza. Comprueba si hay diferencias en la cantidad y facilidad con que te vienen a la mente, entre unas y otras.

 Señala las tres emociones positivas que quieras sentir más a menudo por orden de prioridad.De esas emociones, escribe por lo menos dos condiciones que necesitas para sentirlas (ejemplo: tiene que suceder que me toque la lotería para ser feliz, tengo que casarme antes de cumplir los treinta…).Léelo ¿eres muy exigente? ¿eres justa contigo misma?¿Cómo puedes hacer que sea más fácil sentir esas emociones? Escribe dos condiciones que te ayuden a sentirlas más fácilmente.

 Señala las tres emociones negativas que quieras dejar de sentir por orden de prioridad.De esas emociones escribe por lo menos dos situaciones o pensamientos que las activan.Léelo ¿eres muy exigente? O ¿es muy fácil que las sientas?Escribe dos condiciones o situaciones que tendrían que suceder para subir el nivel de dificultad y conseguir que esas emociones no se activen tan fácilmente.

 Escoge una emoción positiva y elabora una lista de las 5 situaciones en las que puedas sentir esa emoción en tu vida personal y cinco en tu vida laboral.

 ¿Te ha costado mucho? Si tu respuesta es afirmativa, reflexiona el porqué.

a.- Sentimientos positivos

Se define el sentimiento en relación con la emoción como más duradero. Es una actitud originada a partir de una emoción pero que perdura. Está filtrado por la razón y consiste en una percepción sensorial. Algunos autores dicen que es el componente cognitivo de la emoción, para otros los sentimientos son emociones voluntarias y el camino por el que se resuelve puede ser físico y/o espiritual. Esta respuesta está mediada por neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Forma parte de la dinámica cerebral del ser humano y de los demás animales que les capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria.

Piensa en una persona hacia la que sientas rencor o con quien estés enfadada. Puede ser de tu vida privada o laboral. Responde a las preguntas:

 Durante unos minutos escribe todos los sentimientos que te asaltan al pensar en esa persona, deja que fluya de forma automática.

 Ahora céntrate en lo que has aprendido de ella/él, puedes ser algo que no quieres en tu vida, algo que quieres algún rasgo de personalidad.

 ¿Has apuntado algún sentimiento positivo?

 ¿Qué has notado en tu cuerpo mientras lo escribías?

 Céntrate en ese pensamiento positivo, siéntelo, ¿cómo te sientes?

 ¿Te resulta difícil experimentar sentimientos positivos en la vida?

b.- Nosotros tenemos la elección.

Hemos visto que nuestros pensamientos generan actitudes en nosotros y comportamientos determinados. Es cierto que no podemos cambiar el pasado pero sí nuestra actitud. Podemos reinterpretar una situación que nos dolió y destacar sus aspectos positivos, así liberaremos rencor y del dolor.

 Recuerda un acontecimiento en tu vida personal o laboral que en su momento valoraras de forma negativa. Escribe la historia exagerando tu decepción, tu sentimiento, tu mosqueo o tu dolor.

 En otra hoja escribe la historia de nuevo pero ahora con una interpretación positiva. Recuerda cómo ese hecho ayudó a las personas implicadas a aprender algo y a tomar otras actitudes.

 Reflexiona si:¿Puedes identificarte con las dos historias?¿Cómo ha cambiado tu actitud frente al acontecimiento?¿Qué historias negativas cuentas con frecuencia?¿Qué beneficios crees que ganarías si renunciaras a tus interpretaciones negativas?¿Por qué crees que las historias negativas limitan tu espacio de acción y tu capacidad para aprender cosas?¿Qué historias negativas continúas repitiendo? Ahora las puedes cambiar, escribe una interpretación positiva de cada una.


Cosas que pienso y siento

El amor, el desamor y mil movidas más

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