Читать книгу La mediación: don de Dios y tarea humana - Federico Ridissi Farrando - Страница 11

Оглавление

INTRODUCCIÓN

1. Importancia y sentido del tema abordado

Con la realización del Concilio Vaticano II se inició un nuevo periodo en la Iglesia Católica, ya que éste buscó volver a las fuentes del cristianismo, pero en clave de aggiornamento. Muchos referentes teológicos, a partir de este acontecimiento que marcó a la teología contemporánea, comenzaron a realizar diversas propuestas de carácter innovador en la reflexión teológica postulando nuevas categorías que asumieran la cosmovisión actual, en consonancia con la Tradición de la Iglesia. La relevancia de la cristología de Walter Kasper tiene notabilidad en este contexto.

Hay dos observaciones que realiza el teólogo diagnosticando a la Iglesia de nuestro tiempo, afirmando, por un lado, que existe una “ruptura entre fe y vida en la Iglesia actual” (Kasper, 2012, pp. 38-39) y, por otro, que “la religión se replegó cada vez más sobre el sujeto” (p. 39) haciendo que, muchas veces, se proponga un estilo de vida cristiano intimista y alejado del mundo. La cristología de Kasper es una propuesta, entre otras, que busca generar las bases para superar estas situaciones.

Es por ello que consideramos que la cristología kasperiana tiene un gran potencial, no solo por ser una propuesta “agiornada” que rescate el núcleo central del evangelio de Jesucristo sino, también, servir de correctivo crítico ante estas tendencias intimistas y privatizadoras en la teología y la Iglesia.

Abordar la teología de la mediación desde la perspectiva del don nos permite capitalizar la gran riqueza teológica que conlleva este término para la tradición cristiana y, además, complementar esta dimensión con la de la tarea, que pone en tensión la relevancia de la teología, de la vida eclesial y la responsabilidad de los bautizados para el compromiso actual con la edificación de un mundo más humano. El Concilio, haciendo alusión al pueblo de Dios, afirmó que “Cristo […] se sirve también de él como instrumento de la redención universal y lo envía a todo el universo como luz del mundo y sal de la tierra (Mt 5, 13-16)” (LG 9).

El objeto de este escrito es abordar las razones teológicas que encontramos en la cristología de Kasper para pensar la vinculación entre fe y vida, vislumbrar el obrar de los cristianos como una tarea social, no solo individual; y, desde aquí, repensar “las relaciones entre religión y sociedad, Iglesia y dominio público social” (Omar Ruz, 2010, p. 118).

Consideramos que el tema abordado es significativo para nuestro tiempo, ya que nos permite ahondar en la presencia y el significado de Jesucristo en la historia presente. Porque la solidaridad de Dios con los hombres, revelada y realizada en Jesucristo, fundamenta una nueva solidaridad entre los hombres (Kasper, 2012, p. 332). El fundamento teológico de la mediación constituye un tema relevante para el contexto actual de la Iglesia porque ofrece propuestas superadoras respecto a las rupturas que se evidencian tanto en la Iglesia como en la sociedad.

Tanto en la historia de la Iglesia, como en el texto de Kasper que forma parte de este estudio, se pueden encontrar varios conceptos que hacen alusión a la obra salvadora ofrecida por el Padre, en el Hijo y por medio de su Espíritu: salvación, redención, entrega y sacrificio, expiación, representación, etc. Aquí pretendemos hacer foco sobre uno, la mediación, ya que nos permitirá articular diferentes dimensiones de la fe en Jesucristo, y de su obra salvadora; brindando, al mismo tiempo, posibilidades a la reflexión teológica del siglo XXI para expresar, de manera sencilla, este misterio central de la fe cristiana.

2. Acerca de Walter Kasper

Nació en el año 1933 en Heidenheim (Brenz), Alemania. Realizó sus estudios filosóficos y teológicos en Tubinga y en Munich. En el ‘57 fue ordenado presbítero en la diócesis de Rottenburg. Concluyó su doctorado en teología en 1961 y, a partir de allí, durante cuatro años desempeñó el rol de profesor asistente de Teología Dogmática en la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Tubinga. Luego, hasta 1970, estuvo a cargo de la cátedra de Dogmática en la Facultad Teológica de la Universidad de Münster. Desde el año ‘70 fue profesor de Dogmática en la Facultad Católica de Tubinga hasta 1989, tiempo en que fue nombrado obispo de Rottenburg-Stuttgart. Permaneció en el cargo casi una década, luego se lo convocó en Roma para ser nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II y estar al frente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

La escuela de Tubinga ha tenido una gran importancia en el quehacer teológico y pastoral de Kasper, de tal manera que él se reconoce como “heredero, y creativamente continuador, de la tradición teológica de la Escuela de Tubinga” (Vidal Taléns, 1988, p. 35); de ella ha incorporado “su espíritu científico, su genio teológico, su espiritualidad y su catolicidad abierta al mundo” (Madrigal Terrazas, 2004, p. 372). En una publicación, realizada por Kasper en el aniversario 150 de la fundación de la Facultad Católica en la Universidad de Tubinga, y retomada por Vidal Taléns, expresa cuatro características propias del quehacer teológico en dicha institución.

El primero de ellos postula la apertura al tiempo histórico respectivo, tanto en la intencionalidad como en la acción de hacer teología (Vidal Taléns, 1988, p. 39). “En este sentido, la teología no puede contentarse con transmitir una visión especulativa, sino que debe apuntar a la práctica concreta de la fe, de la esperanza y del amor” (Madrigal Terrazas, 2004, p. 376). El segundo, postula una teología orientada históricamente en cuanto al método (aspecto que abordaremos en este escrito más abajo, infra II.4.) y, por razón de su objeto, la revelación que se realizó de modo histórico (Vidal Taléns, 1988, p. 41). El tercero asume el carácter eclesial de la teología, ya que es por medio “de la Iglesia como acontece la mediación de la verdad y la historia […]. La eclesialidad es una condición de posibilidad del quehacer teológico” (Vidal Taléns, 1988, p. 45), es decir, que “sólo en el testimonio de la Iglesia poseemos el evangelio de la liberadora acción salvífica de Dios en Jesucristo como noticia original de éste en la Escritura” (Kasper, 1989 citado en Madrigal Terrazas, 2004, p. 375). El cuarto carácter es aquel que Vidal Taléns (1988) llama teología teo-lógica. Ésta forma de reflexionar sobre la revelación surge frente a las críticas de las teologías de la primera mitad del siglo XX que, por buscar nuevas formas de pensar y presentar la revelación, caían en una reducción antropológica. Frente a esto, Kasper desea realizar una teología propiamente teo-lógica. Por un lado, “se distancia en seguida del planteamiento moderno basado en la subjetividad, porque entonces se corre el riesgo de que Dios no sea más que una proyección del hombre” (Vidal Taléns, 1988, p. 49) y, por otro, la “personalidad de Dios sólo puede ser conocida a la luz de la personalidad humana y a la luz de una decisión libre […]. Sólo llega a ser claro, unívoco y concreto a través de la fe en Jesucristo” (Kasper, 1970, citado en Vidal Taléns, 1988, p. 451).

Respecto a la producción teológico-filosófica realizada por el teólogo, es importante considerar que tiene una amplia y extensa producción, solo “para el periodo que trascurre entre 1960-1998 están inventariadas un total de 617 publicaciones” (Madrigal Terrazas, 2004, p. 372). Teniendo en cuenta el sentido de esta introducción a Kasper, consideramos mencionar aquellas que son más relevantes y conocidas.

Su obra cristológica es la que abordaremos, en parte, en este escrito: Jesús, el Cristo. Sobre ésta queremos destacar, asumiendo afirmaciones del prólogo que se elaboró unos veinte años después de la primera edición de este texto, que su publicación ha generado un amplio interés. Esto puede constatarse en la cantidad de ediciones que ha tenido (trece en castellano) y que, además, ha sido traducido a más de diez lenguas (Kasper, 2012). La obra en el que asume el desafío de pensar la Trinidad es El Dios de Jesucristo. Allí “ha dejado constancia de que este libro se edifica sobre los pilares de la eclesialidad, la cientificidad y la apertura práctica a las cuestiones contemporáneas, que son precisamente los tres principios fundamentales de la tradición de Tubinga” (Madrigal Terrazas, 2004, p. 374). Además de estos dos textos sistemáticos hay que rescatar aquellos temas que aparecen en el “horizonte de sus preocupaciones intelectuales: la reflexión sobre la Iglesia y sobre el Concilio Vaticano II” (p. 381). En el periodo que asume el pastoreo de la diócesis de Rottenburg-Stuttgart, forma parte de algunos debates sobre la eclesialidad y las posibles interpretaciones del Concilio Vaticano II. En este tiempo realiza un “tratado sistemático sobre la Iglesia, si bien este espacio ha sido cubierto por los dos volúmenes (de 1987 y de 1999) titulados Teología e Iglesia” (p. 381). Otro tema de interés, particularmente en el periodo en que se encuentra a cargo del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, sus producciones acompañan reflexiones sobre ecumenismo y sus problemáticas ante la eclesialidad. Finalmente, otro de los debates en los que contribuyó decisivamente a la Iglesia universal fue sobre la familia y sus problemáticas actuales. El evangelio de la familia es un informe presentado en Roma, por pedido del Papa Francisco, en el Consistorio extraordinario de cardenales de 2014; allí proporcionó una base teológica para debatir el tema (Kasper, 2014).

A partir del itinerario enunciado, y siendo escuetos en la descripción, podemos apreciar que nos encontramos ante uno de los referentes teológicos de la Iglesia Católica contemporánea. Asumiendo las palabras de Madrigal Terrazas (2004), podemos afirmar que “estamos ante uno de los más insignes representantes de la cultura católica contemporánea” (p. 372).

3. Objetivo, metodología y división de la obra

El tema elegido para nuestro escrito es el análisis del concepto teológico de mediación. Nuestro propósito es realizar un estudio de esta noción a partir de la obra Jesús, el Cristo de Walter Kasper. Nos proponemos exponer la importancia y centralidad de la noción de mediación, tanto por su riqueza teológica, como por la simpleza para ser utilizado en la vida pastoral eclesial; ésta tiene un gran potencial como concepto articulador de la cristología con otras áreas teológicas. Y, finalmente, yendo más allá de la reflexión de Kasper, pero asumiendo siempre sus afirmaciones, vincular la cristología de la mediación como don con la teología como tarea de los bautizados en medio de las realidades históricas.

Teniendo en cuenta lo afirmado, pretendemos cinco objetivos en torno a la noción de mediación. En primer lugar, queremos rescatar la importancia que ha tenido la mediación en la tradición bíblica, tanto del Antiguo Testamento como en la cristología neotestamentaria. Además, pretendemos resaltar el valor que se le ha dado en la historia de la Iglesia para pensar y expresar el acontecimiento de salvación ofrecido en la persona de Jesucristo.

En segundo lugar, tiene una presencia transversal en la obra citada de Kasper. Ésta no solo atraviesa la reflexión cristológica, sino que traspasa otros tratados teológicos abordados tangencialmente en su texto: antropológico, pneumatológico y soteriológico.

En tercer lugar, consideramos que este concepto tiene un gran potencial para explicitar la unidad y armonía entre la cristología, la antropología, la pneumatología y la soteriología, tanto en la de Kasper, como en cualquier otra reflexión teológica que quiera exponer, de manera armónica estas dimensiones de la revelación.

En cuarto lugar, consideramos que la obra de Kasper no solo aborda la mediación como don, sino que, también, deja muchos indicadores para articular directamente la cristología con la tarea de los cristianos en medio del mundo. En esta perspectiva, el mandamiento principal, no se reduce al ámbito de la conciencia, de la verdad o de la afirmación de ciertas fórmulas dogmáticas, sino que se expresa en la vida cotidiana, en las acciones de los cristianos; es el punto donde podemos ver que hay una posible articulación en su obra cristológica y, en particular, en el concepto central de nuestro escrito.

Finalmente, esta mediación no consiste solamente en un don de Dios ofrecido a la humanidad, sino que, también, conlleva una tarea inherente en la vida cristiana frente a las diversas circunstancias históricas. La mediación de Cristo no solo es causa eficiente de la salvación sino causa formal y ejemplar de referencia para el compromiso que deben tener los cristianos de cara al mundo. Este aspecto será abordado no solo desde una perspectiva individual sino, también, desde una reflexión que transciende los vínculos personales y se plasma en acciones que transforman el mundo y la sociedad actual según el anhelo de Dios; ésta es la dimensión social y política de la mediación.

Para lograr los objetivos propuestos, seguiremos como metodología de trabajo, abordando la temática en tres momentos diferenciados. En el primer momento, realizaremos una aproximación histórico-genética al concepto de mediación, comenzando por su abordaje en la tradición bíblica, por un lado, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento; y por otro, en la historia de la reflexión teológica de la Iglesia. En el segundo momento, efectuaremos un análisis textual de la obra Jesús, el Cristo, de Kasper y del capítulo decimotercero, nombrado Jesucristo, mediador entre Dios y el hombre, en el que se aborda específicamente la temática de la mediación como don de Dios. Finalmente, propondremos una reflexión sistemática que asume los postulados de Kasper, pretendiendo complementar su teología con diferentes aportes que servirán para profundizar en la mediación como tarea de los cristianos. Estos momentos metodológicos serán abordados en tres partes diferenciadas dentro del escrito; es decir, la división del mismo en tres capítulos estará dada por cada uno de los momentos enunciados.

En el primer capítulo, expondremos el tema de la mediación en la historia de salvación. Aquí describiremos los planteos más significativos, mencionando aquellas concepciones de la mediación que resaltan o expresan alguna dimensión de salvación ofrecida por Dios a la humanidad. No pretendemos hacer una repetición estéril de lo histórico y tampoco referir en detalle las casi inabarcables cuestiones exegéticas e históricas sobre la mediación sino, más bien, detenernos en aquellos autores que, por un lado, son relevantes para comprender la teología de Kasper y, por otro, en los textos y reflexiones relevantes para plantear la mediación como tarea humana. Además, intentaremos resaltar los motivos centrales tanto de la escritura y de la Tradición como de algunas orientaciones más actuales para reflexionar sobre el tema en cuestión.

En el segundo capítulo realizaremos un análisis descriptivo de la obra Jesús, el Cristo, teniendo como guía la noción de mediación. Expondremos, luego de una breve introducción a ésta, el concepto de mediación que el autor propone. Mostraremos de qué manera dicha noción es central para comprender su cristología, y cómo el concepto de mediación articula ésta con la antropología, la pneumatología y la soteriología en su planteo.

En la tercera y última parte, abordaremos la mediación desde el compromiso de los bautizados, es decir, como tarea humana. Realizaremos una recepción crítica y especulativa del pensamiento de Kasper, asumiendo aquellas afirmaciones que en su obra cristológica nos permiten pensar la mediación como praxis. Para ello, dialogaremos con algunos teólogos actuales y expondremos los argumentos que nos permiten postular la mediación política y social de los cristianos en el mundo actual, tarea imperante para nuestro tiempo en la reflexión teológica contemporánea y en la praxis pastoral de la Iglesia.

La mediación: don de Dios y tarea humana

Подняться наверх