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PRÓLOGO LA MEDIACIÓN Y LAS PERSPECTIVAS DE LA CRISTOLOGÍA ACTUAL

Alejandro Mingo

Cuando Walter Kasper escribe el prólogo a la nueva edición de su Jesús el Cristo, más de treinta años después de su aparición (1974), constata que muchos planteos y respuestas concretas en la discusión teológica han cambiado, a la vez que advierte “nuevos problemas” que entonces no fueron tratados.(1) Desde el punto de vista histórico y social, la caída del muro de Berlín es el evento-símbolo de un “cambio político radical”. Con ella, el mundo bipartito de la guerra fría llega a su fin y se abre paso el creciente fenómeno de un mundo globalizado. En este escenario, las diversas culturas y religiones mundiales se han aproximado entre sí como nunca antes, conviviendo en paz, no sin conflictos. En tal caso, la interculturalidad e interreligiosidad del mundo actual conducen no solo a un mutuo enriquecimiento cultural y religioso, sino a menudo a tensiones y peligrosos enfrentamientos. La “necesaria tolerancia y la atención a la convicción del otro” se confunden con el deber de defender las propias convicciones, expuestas o comprendidas como intolerancia y fundamentalismo. Según Kasper, esta situación de pluralismo religioso y cultural se expresa en las “filosofías de la postmodernidad”, para la cual solo existen “verdades en plural”.

Era de esperar que este marco, descrito en breves pinceladas, impacte en la teología cristiana; particularmente este escenario se manifiesta en las “teorías pluralistas de las religiones”, según las cuales hay una pluralidad de revelaciones o manifestaciones de lo divino, en principio igualmente válidas, por ejemplo Theissen (2016). Si para estas teorías, el cristianismo es una religión entre otras, cabe preguntarse si Jesucristo es “el uno y único mediador entre Dios y los hombres”, como lo confiesa el Nuevo Testamento (1Tim 2, 5), o tan solo “un portador de salvación entre otros”. La constatación de Kasper es aguda, “las cristologías pluralistas de las religiones ponen el hacha en la raíz del árbol del cristianismo, a la vez que cuestionan sus pretensiones más centrales y fundamentales”. En efecto, la confesión escatológica neotestamentaria, con raíces en el Antiguo Testamento, se refiere al designio recapitulador y reconciliador de Dios en el único Señor Jesucristo (Ef 1, 10; 4, 4-6; Col 1,20). La afirmación de que en ningún otro reside la salvación sino en Jesucristo (Hech 4, 12) no es casual “ni se halla aislada”. La mediación única y universal de Jesucristo emerge como una “palabra clave” de la cristología actual (Bueno de la Fuente, 2012).

Valgan estas líneas para advertir la relevancia y actualidad de un análisis y reflexión de la categoría de mediación a partir de la cristología de Walter Kasper, lo ensayado por Federico Ridissi Farrando en el presente trabajo. Benedicto XVI, prologando el libro festivo con ocasión de los 75 años de Kasper, reconoce que aquella cristología “ha llegado a ser una orientación para muchos hombres, teólogos y laicos, en las diversas lenguas y culturas, en la cual brilla de nuevo la figura del Señor en su unicidad incomparable, precisamente en la asunción de los conocimientos exegéticos e históricos modernos” (Benedicto XVI, 2008). El propio Kasper, en el prólogo a la decimosegunda edición alemana (1998), refiere al influjo de Jesús el Cristo en muchos contextos teológicos, “traducido a más de diez lenguas”, y cita como ejemplo de la “aplicación a otro contexto teológico” la tesis doctoral del español J. Vidal Taléns (Kasper, p. 9), con la que Ridissi Farrando dialoga aquí mismo en varios pasajes.

Aún con los límites de aquella cristología, releída por su autor varias décadas después, se trata de un aporte insoslayable que ha enriquecido el servicio teológico-pastoral de la Iglesia en el mundo contemporáneo (Weinandy, 2013; Hoff, 2013). Ya en una contribución de aquellos años setenta, Kasper (1974) proponía que “la tarea más básica de una teología actual es, pues, tomar conciencia de que la cristología es la tarea de la teología hoy, ya que la cristología no es otra cosa que la interpretación más concienzuda posible de la confesión de Jesús como el Cristo”.(2) Allí Kasper expone, en primer lugar, la importancia de una “cristología como historia” o “cristología narrativa”, inspirado en Johann Baptist Metz; en segundo lugar, el “horizonte universal” de una cristología que pretende reflexionar y corresponder a las preguntas y necesidades de la humanidad y a los problemas epocales; en tercer lugar, y como respuesta de mediación a las dos tareas anteriores, la relevancia de una “cristología pneumatológica”, pues “hablar de Jesucristo sin el Espíritu y ‘en el Espíritu’, sería según la Escritura un intento vano (cf. 1Co 12, 3), una cristología sin pneumatología, una empresa inútil”.

Con razón afirma Metz, en un artículo muy sugerente, que una cristología actual debería abrir al menos “tres perspectivas” (Metz, 2001; Metz, 2000). Con el rigor merecido, integrando en la reflexión teológica el “después de Auschwitz”, la cristología debe ser “sensible a la cuestión de la teodicea”, reconociendo el lugar preminente de la salvación de las víctimas y el de la justicia por los inmerecidos sufrimientos. Además, la cristología se debe proponer como una “cristología con conciencia apocalíptica”, que implica unir a la resurrección del Cristo “el grito apocalíptico del Hijo abandonado por Dios”, en otras palabras, “una cristología del sábado santo”. Por fin, Metz postula “una cristología en el paradigma sinóptico”, esto es, no se trata de una reflexión puramente conceptual o una construcción en base a sistemas excluyentes de los sujetos, sino “como una historia de seguimiento”. De lo que se trata es de hacer accesible los dogmas cristológicos “como fórmulas de una memoria comprometida, arriesgada y liberadora de la Iglesia”.

Así las cosas, es posible colegir el significado estructurante de la categoría de mediación, muy estudiada en estos últimos años, tanto en otras áreas del conocimiento como en la teología, (3) y abordada detenidamente por Ridissi Farrando, desde las claves antedichas. Tal como se anuncia en la introducción, la disertación se propone repensar la vinculación entre fe y vida, mostrando el potencial crítico de aquella categoría cristológica y reconociendo su alcance social y transcultural. El desarrollo del texto satisface los objetivos formulados, a saber, la importancia de la mediación en la tradición bíblica y en momentos significativos de la historia de la tradición, su importancia en la cristología y en otros textos de la obra de Kasper, el carácter integrador que esta categoría ofrece en relación a diversos campos del conocimiento teológico, y el alcance vital de la mediación como don-tarea en la experiencia religiosa. Las conclusiones finales dan cuenta de una lúcida reinterpretación de esta categoría y ponen de relieve la valía del abordaje de la mediación en el contexto teológico e intercultural actual. Los títulos y subtítulos explicitan la diversa e integrada formalidad metodológica de cada una de las tres partes de la disertación. Con rigurosidad y precisión se exponen contenidos complejos; la secuencia argumental y cohesión textual facilitan la comprensión de los asuntos en juego.

En definitiva, la cristología hoy se encuentra ante desafíos significativos, por caso, la pregonada “descolonización de la cristología” (de Vasconcelos & Hurtado, 2016), las implicancias políticas de la comprensión del mesianismo cristológico en el mundo actual (Luciani, 2018), la proposición de cristologías contextuales e interculturales, que asumen el reto del feminismo y el diálogo con otras tradiciones religiosas (Küster, 2021). Este concierto de problemáticas, por referir solo algunas, hacen del texto que lectores/as tienen ante sí un aporte pertinente y valioso; con palabras de Kasper, una contribución “para reflexionar más profundamente la relación entre verdad, libertad y amor, relación que es fundamental para nuestro ser humano y cristiano” (Kasper, 2007, 29).

1. “Vorwort zur Neuausgabe” (Kasper, 2010). Dicho nuevo prólogo lamentablemente no se incluye en las últimas reediciones de la obra en español (Kasper, 2007).

2. El desarrollo de esta contribución Kasper lo replica en una sección del primer capítulo de Jesus der Christus (2007, pp. 46-52), en la versión española, bajo el título “Tareas de la cristología hoy” (2012, pp. 45-51).

3. Por ejemplo, en teología a Persidok (2017). Su tesis doctoral fue dirigida por César Izquierdo, quien se ocupó del asunto en publicaciones citadas por Ridissi Farrando. En las ciencias sociales, particularmente jurídicas, entre muchas otras, se puede recurrir al aporte de Aguiló Regla (2015).

La mediación: don de Dios y tarea humana

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