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EL POR QUÉ DE ESTE LIBRO

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En la gigantesca lucha que, hace cuatro años, vengo sosteniendo, con la ayuda de Dios y del generoso pueblo portorriqueño, para ver si las facultades artístico-vocales de mi hija Margarita, podían, por medio del estudio y de la buena escuela, adquirir el desarrollo y finalidad, presagiada por la profesora que en St. Aloysius Academy de New Lexington, Ohio, descubriera aquellas, este libro viene a ser como la campaña final que habrá de decidir la realización o pérdida definitiva del ideal perseguido.

Si entonces estuve vacilante para trazar los planes, pues temía que los espejismos del amor paternal me hiciesen concebir ilusiones y esperanzas sin base o causas que las justificaran; cuando, después de un maduro y severo examen, llegué a la conclusión de que, por lo menos, la materia prima existía en la garganta, temperamento y vocación de mi hija, me lancé al combate con valor decidido, llevando la fé por divisa, el deber por escudo, y, como única arma, mi tenaz voluntad.

Todo Puerto Rico debe recordar la forma como obtuve los recursos para llevar a Margarita a Milán y los medios lícitos de que me he valido para sostenerla allí hasta el presente.

Ella – y al decirlo no pretendo hacer vaticinio – ha correspondido a los sacrificios del hogar y a la generosidad del país, sintetizada por las subvenciones que le otorgara la Legislatura y ofrendas delicadas de algunos amigos, consagrándose al estudio con verdadero ahinco.

Sufriendo privaciones y venciendo dificultades, cada vez mayores a medida que avanza por la escabrosa senda de la carrera artística, si algún acontecimiento imprevisto no le intercepta el paso, estará en condiciones para debutar, en la primavera de 1916.

Si el debut será un éxito o un fracaso, no puedo predecirlo; tan solo Dios conoce lo porvenir. Pero sí puedo afirmar que Margarita necesitará recursos extraordinarios además de haber requerido ya mi presencia, para entonces, en Milán.

No por falta de fé ni de entusiasmos sino por las especiales condiciones del presente, otra vez la vacilación ha venido a torturar mi ánimo al pensar sobre la manera de llevar a la práctica lo que considero deber ineludible.

Cuando más perplejo estaba para seleccionar medio adecuado, un hecho, realizado sin otra pretensión que la de aportar mi grano de arena a la obra grandiosa de la cultura patria, vino a darme la solución.

Me refiero a la conferencia que sobre el tema El Arte Musical en Puerto Rico diera en la Biblioteca Insular el 14 de marzo último y que, publicada por El Tiempo, diario de San Juan, fué leída con interés y juzgada con simpatías, pidiéndoseme, después, que la ampliara y editara.

Esa petición despejó la incógnita en el problema indicado, decidiéndome a publicar este libro que tendrá dos objetivos, dentro de una sola finalidad artística, a saber: ampliar el bosquejo histórico de la disertación citada y adquirir, si el público no le niega sus favores, recursos económicos para que Margarita pueda hacer el examen final de la carrera, que no otra cosa es el Debut de una artista.

Cuando regrese a su país, se presentará tal cual sea, para que los moradores de esta hidalga tierra borincana, sin prejuicios favorables o adversos, confirmen o rectifiquen el fallo que, al rendir los estudios, obtenga en el extranjero.

Yo juro ante Dios que, desde Milán, diré la verdad a Puerto Rico.

Si el éxito coronase los sacrificios realizados, los laureles serán para la patria. Pero, si desgraciadamente el fracaso fuese inevitable, con la tranquilidad de conciencia del que ha cumplido todo lo que el deber exige, lo expondré sinceramente, retirándonos al hogar.

Explicado el por qué de este libro, réstame decir que, en realidad, no tendrá precio determinado; el que lo acepte, dará lo que buenamente pueda o quiera.

Sin tener para nada en cuenta el resultado financiero, puedo asegurar que, si con este humilde trabajo coopero al engrandecimiento del nombre portorriqueño, me sentiré altamente retribuído.

Esto no es óbice para que exteriorice, una vez más, mi eterna gratitud hacia todos los que me han ayudado en la obra magna de la educación artística de Margarita.

Fernando CALLEJO.

Manatí, P. R., agosto de 1915.

Música y Músicos Portorriqueños

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