Читать книгу Deseo - Flavia Dos Santos - Страница 6

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En los últimos años, he aprendido a responder a muchos de mis seguidores por redes sociales con respuestas cortas para darles una guía, para indicarles cómo seguir adelante en medio de la angustia que genera la falta de conocimiento del sexo, la falta de educación sexual.

El secreto del buen sexo no es tener una libreta de apuntes o un recetario en la mesa de noche. Es aprender a poner atención a las sensaciones; es poder reconocerlas y disfrutarlas.

El sexo es muy bueno en el momento en que nos da la tensión que produce, de ese mindfulness entre nuestro cuerpo y nuestras emociones.

La idea de escribir este libro sobre el deseo me comenzó a inquietar cuando me di cuenta de que el 50% de las preguntas que me llegan por redes sociales son por falta de deseo, por dificultades para mantener el deseo, por el deseo abandonado por mucho tiempo; y me preocupa la idea de que muchas personas dejan que el deseo se les vaya de la vida. Si no estoy en contacto con el deseo, este se apaga, deja de estar presente en la vida.

Entonces, este libro es para que aprendamos a mantenernos en contacto con el deseo, a abrir nuestra mente, a volver acercarnos al deseo y a desearlo.

Cuando escribo libros, mi idea no es sacar a la gente de su zona de confort. No quiero que nadie se incomode cuando lea mis libros. Lo que quiero es ampliar la perspectiva de las personas, extender sus horizontes, para que esa zona de confort sea más grande y nos permita sentirnos a gusto en una exploración mayor para encontrar lo que muchas veces está escondido, pero no perdido.

En la vida todo aquello de lo que no se habla se vuelve oscuro: el sexo, el deseo, las dudas. Cuanto más aclaramos estos temas, más nos empoderamos, más fuertes y seguros nos volvemos.

El deseo es vida, el ser humano es vida, sin deseo no hay vida. Toda nuestra estructura está sostenida por el deseo y la sexualidad. Poder hablar de esos temas sin que sean “subversivos” es lo que nos hace sentir cada vez más tranquilos, cada vez más atentos a las sensaciones.

Podemos reconstruir nuestra historia. El mundo camina hacia el placer y solo a través de ese derecho puedo disfrutar de lo que me rodea. Todos tenemos derecho al placer, la salud y al conocimiento sexual.

Se habla mucho de la inteligencia emocional, pero yo creo más en la sexual sostenida en tres pilares: derecho al placer, información y salud. En el momento en que encontramos esos tres ejes es cuando podemos vivir una sexualidad plena, un deseo libre con juicio y sin prejuicios.

Hay mucha preocupación por la prevención, por la lucha contra los riesgos de las conductas sexuales y por la búsqueda de la conducta correcta que promueva la protección. Estoy de acuerdo. Pero nada de eso funciona si no cambiamos el discurso. Nada de eso va a dar resultado si no empezamos a priorizar el deseo y el placer. No como algo subversivo y amenazador para las personas, sino como parte integral y normal de los seres humanos. Es la parte que nos abre el camino, que nos da las herramientas para poder encontrar esa sexualidad positiva y segura que tanto están buscando los proyectos sociales y los programas de gobierno, y que hasta hoy no han conseguido.

Considerar el deseo y el placer como algo incontrolable y amenazador hace que las personas se encierren. Y no permitirse el placer es negar la posibilidad de sentir deseo. Por eso escribo este libro, porque quisiera que el hecho de rescatar o avivar el deseo, que hayamos perdido en nuestras vidas, es fundamental para el desarrollo de nuestro ser y creo debe ser un concepto esencial en nuestras relaciones de pareja y en la manera en que afrontamos el día a día.

Para responder a la angustia de las personas que me escriben por redes sociales, y las que me consultan acerca de temas de sexualidad, supe que escribir sobre el deseo implicaba conocimiento médico y por eso recurrí a mi psiquiatra de cabecera, el doctor Fernando Amézquita, a quien agradezco de manera muy especial la paciencia con la que me ofreció no solo sugerencias sino también correcciones sobre esa parte tan misteriosa que es nuestro cerebro.

También agradezco a Julio Dos Santos quien es la persona que encuentra mis contradicciones, en la vida y en la escritura.

Por último, agradezco a Jimena Perry, quien se encarga de aclarar el flujo de mis pensamientos.

Deseo

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