Читать книгу Mar Cambrollé, una mujer de verdad - Francisco Artacho Gómez - Страница 8

INTRODUCCIÓN

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El 24 de enero de 2014 publiqué en Andalucesdiario.es una información sobre Mar Cambrollé y su candidatura a las primarias de Izquierda Abierta para las Elecciones Europeas. El día anterior le realicé una breve entrevista. Le pregunté sobre sus aspiraciones, y se mostró convencida de poder conseguir los avales necesarios, a pesar de su nula vinculación con dicha formación política. Los consiguió y concurrió a las europeas en el número 24 de la lista de Izquierda Unida.

“Quiero ser la primera transexual en llegar al Parlamento Europeo”, así titulé la información. La noticia tuvo varios comentarios. La mayoría recogían mensajes de ánimo y apoyo, pero en uno de ellos la tachaban de ser una farsante. Pude comprobar que ese mismo comentario se repetía en todas las informaciones relacionadas con Mar Cambrollé que se habían publicado sobre el tema en otros medios digitales.

En el mensaje se le acusaba de ser una mentirosa, una plagiadora y una impostora. Lo primero que argumentaba el anónimo autor es que Cambrollé no sería la primera transexual en llegar a la Eurocámara, que ya lo había hecho antes Nikki Sinclaire. Efectivamente, pero un importante matiz hacía cierto el titular. Sinclaire era europarlamentaria pero no fue hasta 2011, ya como eurodiputada, cuando salió del armario de la transexualidad. Había concurrido en 1999 a las elecciones como lesbiana. Y es que todavía hay transexuales que, por un motivo u otro, siguen ocultando su verdadero yo. Cambrollé le pegó la patada a esa oscura puerta con 23 años. Y no lo hizo antes, como transexual, porque como homosexual sí lo había hecho, no por falta de valentía, que de eso le sobra, sino porque no tenía referentes. Entonces, últimos años de los 70, la transexualidad era tratada como travestismo en la prensa y la lucha por la liberación sexual se centraba exclusivamente en la homosexualidad, principalmente en la masculina. “Orgullo gay”, escuchamos todavía a día de hoy, como si lesbianas, trans, bisexuales, transgéneros e intersexuales no existieran.

La siguiente acusación del comentario era sobre la falsedad de que Cambrollé hubiera participado en los inicios del movimiento homosexual en Andalucía, a finales de la década de los 70. El comentario afirmaba que, entre otros, esa primera lucha había sido organizada por el que, en la actualidad, presidía una asociación estrechamente vinculada al PSOE, nacida poco antes de las Elecciones Municipales de 2011, y cuya actividad se ha limitado, hasta el momento, a una entrega de premios anuales y reuniones con el PSOE.

En una de las primeras entrevistas que le realicé a Mar para la elaboración de este libro, su biografía, le hice saber sobre tales acusaciones. Ella ya las conocía. Cosas de la vida, había llegado a sus oídos que, en Madrid, una importante política, también del PSOE, de la que Mar me pidió no dar su nombre, afirmó exactamente lo mismo en fechas similares.

Cuando se trata de realizar un trabajo de este tipo, una biografía, siempre existe el temor de que el protagonista intente proyectar una imagen idealizada de su vida y su trayectoria. Cambrollé, que de tonta no tiene un pelo, intuyó en mí una cierta desconfianza que yo jamás llegué a verbalizar. Pero le bastó hacerme entrega de una vieja carpeta para acabar con mis infundadas reticencias al relato de su vida.

Esa carpeta contenía un auténtico tesoro, una joya de papel que con cariño ha conservado: el archivo histórico del MHAR, el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria, que ella lideró desde sus inicios, en 1977. La primera organización de la lucha por la liberación sexual de Andalucía. Pegatinas, fotografías, actas de asambleas e infinidad de documentos que recogen y dan fe de la memoria histórica de esa lucha. Su lucha, recogida también en la hemeroteca de la prensa sevillana.

Poco después de conocerla y contactar con ella, el 17 de mayo de 2008, en una concentración por el día mundial contra la homofobia, Mar se convirtió en una de las mejores fuentes que he tenido como periodista. Jamás me ha mentido. Jamás me ha dado una información falsa. Siempre me ha tenido en cuenta como periodista. Un año después, en otoño de 2009, confió en mí para elaborar un documental sobre la discriminación y violencia que sufren las mujeres trans. Incluso supo perdonarme tras un fuerte distanciamiento producido por que yo la acusé, públicamente, de ser una vendida al PP, acusación que coincidió con la campaña de desprestigio realizada desde sectores de la socialdemocracia institucional andaluza y sus asociaciones afines en los últimos años.

Para elaborar este libro solo exigí a Mar una condición: sinceridad mutua. Y esa sinceridad mutua pasa por reconocer que, durante un estúpido periodo de tiempo, me dejé influenciar por esa sucia campaña, una jugarreta política que queda recogida en uno de los capítulos de este libro, una artimaña que se creó en respuesta de la integridad y tenacidad de Mar en su lucha, en la que jamás se ha plegado a los intereses partidistas de unos y otros. Pero el tiempo pone a cada persona en su sitio. Tal vez todavía tengan que pasar años para que a Cambrollé se le reconozca su trabajo, su lucha y su buen hacer. Por más que a algunos les pese.

Puedo asegurar que la elaboración de este trabajo ha sido algo apasionante. Lo que en principio debía ser una biografía, una historia de vida, se ha convertido en una inmersión en los inicios y la historia de la lucha por la libertad sexual en Andalucía. Conocer la vida de Mar Cambrollé es conocer la lucha de los que se la jugaron por conseguir pequeños espacios de libertad. También es conocer la historia de una mujer que consiguió abandonar la pobreza para ser una empresaria de éxito. Y con la palabra éxito me refiero a abrirse camino en una vida en la que nadie le regaló nunca nada.

En los últimos años, Mar y la Asociación de Transexuales de Andalucía, a través de una relación profesional -de periodista a fuente- me han permitido conocer la realidad trans. Escapar del discurso dominante, de la potente propaganda médica que sigue asegurando, como lo hizo con la homosexualidad, que la transexualidad es una enfermedad.

Pero ha sido durante la elaboración de su biografía cuando he podido conocer su lado más humano, y descubrir así que es una mujer auténtica, irrepetible, pasional e impulsiva.

A ella le gustaría ser una dirigente política. Luchar desde un parlamento, un ayuntamiento o cualquier otra institución. Sinceramente, no creo que lo consiga. Es más, le pido que no lo haga. Su lucha, como todas las grandes luchas, no cabe en las siglas de ningún partido. Sus principios de lealtad a las suyas, a las personas trans, son incompatibles con las mezquindades de la política partidista actual.

A las personas trans les queda mucho camino por recorrer. Demasiado. Un camino que sus hermanas maricas y bollos no parecen muy dispuestas a recorrer junto a ellas. Ya no se trata de cuestiones de igualdad o de derechos civiles, como el matrimonio. Es una cuestión de Derechos Humanos, de dignidad humana, que implica una lucha que va más allá de leyes y que nos concierne a todos. Se trata de romper las normas establecidas. Con el machismo, con el heteropatriarcado, con la hipócrita cultura de la monogamia y con todos aquellos esquemas impuestos que nos obligan a encasillarnos, clasificarnos y reprimir nuestra sexualidad, nuestro ser y nuestra naturaleza humana. Una lucha que implica una revolución de la humanidad. Una revolución que está por llegar.

Pero la historia de Mar es mucho más que la de una activista por la libertad. También es la de una luchadora, una superviviente. No dudó en ejercer de trabajadora sexual para conseguir un dinero “rápido, que no fácil”, como ella siempre remarca. Así lo hizo de forma intermitente en Sevilla, Barcelona y Milán. Tampoco le faltó valor para plantarse en Londres, sin tener ni idea de inglés, para buscar en un recóndito polígono industrial un almacén desde el que trajo a Sevilla la moda más puntera y que, durante dos décadas, vistió a las tribus urbanas de la ciudad. Y tampoco le faltó ingenio y valor para montar una auténtica performance que le permitió librarse de la mili y así entregarse de lleno —acababa de conocer a su primer novio— al amor y la pasión, sentimientos que la guiarán y buscará sin descanso a lo largo de su vida.

Esta es la historia de Francisco José Cambrollé Jurado, el joven que luchó contra la pobreza en la que le tocó nacer y por la liberación homosexual en Andalucía, cuando todavía había cárceles franquistas para maricones. Esta es la historia de Paqui Cambrollé Jurado, la mujer que por fin supo encontrar su camino. Esta es la historia de Paqui “la hippie”, que se buscó la vida haciendo artesanía y luchó hasta conseguir la regularización de un mercadillo a las puertas de El Corte Inglés, en el centro de Sevilla. Esta es la historia de Paca “la brava”, la amiga del irrepetible Ocaña. Esta es la historia de una trabajadora del sexo trans que encandila a tantos. Es la historia de Paca, mujer empresaria. Y es también la historia de Mar, la activista transexual.

Esta es la vida de Mar Cambrollé Jurado. La historia de una mujer de verdad.

Mar Cambrollé, una mujer de verdad

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