Читать книгу Mundo 4.0 - El futuro de la sociedad tecnológica - Francisco Yañez Brea - Страница 9
1.1 El impacto del 5G en la sociedad
Оглавление… De regreso a casa, recibo el aviso de mi asistente virtual: el microchip subcutáneo que tengo insertado ha informado de datos biométricos preocupantes, con una subida del nivel de azúcar y arritmias periódicas. Eso me ha hecho pensar que quizá debería tomarme unos días de descanso. Le indico a mi coche, en conducción autónoma en ese momento, que cambie de rumbo y se dirija a la casa de la montaña. Me responde que circulará por una ruta diferente a la habitual, pues ha recibido la comunicación de un automóvil averiado en nuestra trayectoria. La noche se espera fría, decido conectar con la domótica y encender la calefacción de casa. La nevera está vacía, así que le indico que haga una compra online de los productos de mi dieta. Poco después, observo cómo varios drones de reparto a domicilio nos sobrevuelan en la misma dirección. Un cartel publicitario de carretera se enciende a mi paso, y puedo leer: «5G, we connect you to everything…».
Este podría ser un relato de un día cotidiano dentro de unos años, pero, para que pueda llegar a ser real, necesitaremos las redes 5G o, lo que es lo mismo, la quinta generación de comunicación móvil. Pero ¿en qué consiste?
En la práctica, se trata de la evolución natural de la cuarta generación de la conectividad móvil. Si el 4G y sus versiones permitían conectar a personas, con el 5G podremos hacerlo de forma masiva con las cosas que nos rodean. Lejos queda ya la red de 1G con la que solo se realizaban llamadas, o la tecnología 2G, en la que se introdujo el envío de SMS. Con el 3G, incorporamos Internet y el teléfono se convirtió en smartphone y, con la llegada del 4G y la banda ancha, fuimos capaces de reproducir vídeos en tiempo real.
La clave que ahora lo cambia todo con el 5G es la velocidad, que será cien veces más rápida, de modo que podremos descargar una película de calidad HD de larga duración en cuestión de segundos; la capacidad, con un aumento de más de cien veces, lo que significa que más personas y dispositivos (hasta un millón por kilómetro cuadrado) podrían conectarse a una red sin bajar su rendimiento, y la latencia, el tiempo que tarda un dispositivo en recibir una orden desde que se le manda la señal, será de un milisegundo, lo que supondrá una respuesta casi instantánea; un aspecto clave para, por ejemplo, las intervenciones quirúrgicas teleasistidas o la conducción autónoma.
¿El 5G supondrá un riesgo para la salud? El debate sobre los posibles peligros que el 5G puede generar lleva un tiempo sobre la mesa. Pese a que la mayoría de los expertos aseguran que no existe riesgo, la falta de pruebas e investigaciones hasta el momento sigue siendo motivo de desconfianza en parte de la población.
Una de las grandes preocupaciones es la radiación de las nuevas antenas, que, al ser más pequeñas, se situarán en zonas como tejados, farolas, señales o paradas de autobús; más cerca, por lo tanto, de las personas. Además, debido a que su radio de alcance es limitado, se colocarán más unidades. Una red de telefonía estándar tiende a utilizar dos o cuatro antenas, mientras que, en la red 5G, con el sistema Massive MIMO, los gigantes de las telecomunicaciones como Huawei y ZTE utilizan entre noventa y seis y ciento veintiocho antenas.
Pero el 5G no afecta solo a los teléfonos móviles. De hecho, esta nueva generación de transferencia de datos resultará fundamental para hacer realidad otras tecnologías en campos tan importantes como la educación (con modelos de aprendizaje más personalizados, virtuales e interactivos), la salud (monitorizando a los pacientes en tiempo real y ayudando al desarrollo de la medicina a distancia), el trabajo, el ocio deportivo y cultural (con experiencias inmersivas), las smart cities o «ciudades inteligentes» (permitiendo que el mobiliario urbano recoja, produzca y comunique información en red), el vehículo conectado y autónomo, la computación en la nube (cloud computing) o el Internet de las cosas (IoT).
Figura 1.1 La tecnología 5G es una auténtica revolución.
El 5G está todavía en desarrollo y su uso masivo no se espera antes de 2030. A pesar de ello, algunas empresas han comenzado a crear productos 5G y a probarlos: Qualcomm, Nokia, Samsung, Ericsson, Huawei y las principales operadoras están invirtiendo sus recursos en el desarrollo y despliegue de la nueva red. Y, en dicho despliegue, se está librando una verdadera batalla, pues esta nueva tecnología implica un desafío enorme a la hora de proteger la red. La privacidad de las personas y la seguridad de los países se verán amenazadas si existen puertas traseras o capas ocultas (se conocen como back doors) por donde se puedan extraer datos, accediendo al sistema sin permiso. Y, en una sociedad hiperconectada, con una creciente conexión digital de las personas (y los objetos) en cualquier momento y en cualquier parte, los Gobiernos de las principales potencias mundiales no están dispuestos a dejarse ganar terreno en este nuevo campo de batalla. La capacidad de gestionar en la nube la defensa de un país ha convertido el 5G en una cuestión geopolítica y en el arma de la nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y China. El problema de fondo es que Huawei tiene una tecnología 5G muy avanzada, pero existe la sospecha de que el fabricante chino diseña sus redes bajo el designio del Gobierno y el Ejército comunista, creando back doors que le permitan en el futuro controlar o espiar las comunicaciones cuando sea preciso. Y ahora, en plena carrera tecnológica, los Gobiernos tienen que decidir si prescinden de la tecnología de Huawei y frenan el desarrollo tecnológico, lo cual costaría demasiado tiempo y dinero, o si bien siguen adelante porque, en estos momentos, ya no sobra ni tiempo ni dinero.
Figura 1.2 El 5G transformará el funcionamiento de las ciudades.