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1. NOCIÓN

Los conceptos son representaciones mentales (de acciones, emociones, eventos, objetos, propiedades, seres, situaciones, etc.) que conforman la “arquitectura intelectual” a través de la cual podemos advertir y comprender los diversos fenómenos de la existencia (Burge, 1993, p. 310)1. Gracias a dichas representaciones la formación de los pensamientos resulta posible2.

Los conceptos poseen una estructura definitoria, pues contemplan las condiciones necesarias y suficientes para su aplicación (Margolis y Laurence, 1999, p. 9). El concepto de “soltera”, por ejemplo, especifica las condiciones necesarias y suficientes para su aplicación: “mujer”, “adulta” y “no casada”.

Los conceptos poseen dos elementos: (i) el contenido y (ii) la forma. El primero corresponde al referente representado (p.e. una acción). El segundo corresponde al símbolo empleado para exponer al referente en cuestión (Gardner, 2006, p. 11). Por consiguiente, es posible que las mismas ideas sean expuestas a través de distintas formas: palabras, números, diagramas, gráficas, etc.

Por ejemplo, la idea económica de “acción negligente”3 puede ser presentada de dos formas:

Palabras:

“No adoptar la precaución X con el fin evitar el evento Y, a pesar de que el costo de tal precaución es menor a la pérdida (esperada) producida por tal evento”.

Fórmula:

“B < PL

Donde:

B = costo;

P = probabilidad de pérdida (en ausencia de precaución);

L = magnitud de la pérdida”

No existe certeza respecto al origen de los conceptos. Algunos sostienen que son innatos. Otros, por el contrario, sostienen que son adquiridos. Los primeros afirman que existen dos tipos de conceptos: (i) aquellos que pueden ser descompuestos; y, (ii) aquellos que no pueden ser descompuestos. El concepto complejo de “cuadrado negro” puede ser descompuesto en dos conceptos simples: “cuadrado” y “negro”. Los conceptos simples de “cuadrado” y negro” no pueden, en cambio, ser descompuestos. Según los defensores del “nativismo”, si existen unidades mentales que no pueden ser descompuestas, esas unidades han de ser innatas. Su aplicación efectiva depende, sin embargo, de que la sensación y la percepción “liberen” esas unidades mentales de su “estado de hibernación”. Los segundos afirman que los conceptos son polisémicos. El concepto de “construcción” puede referirse a un evento (p.e. “la construcción tomará varios meses”), a un proceso (p.e. “la construcción será compleja”) o a un resultado (p.e. “la construcción estará situada en la Av. X”). Según los defensores del empirismo, si los conceptos poseen diferentes sentidos y si esos sentidos se emplean en función de cada contexto, su origen solo puede ser convencional (Pinker, 2007, pp. 93 y ss.)4.

Tampoco existe certeza respecto a la relación entre los conceptos y las palabras (o, en general, los símbolos). Algunos consideran que, si bien los conceptos generalmente se expresan en palabras, aquéllos son independientes de éstas. Existe, por tanto, un “lenguaje de los pensamientos” autónomo e independiente. Otros, por el contrario, consideran que los conceptos se encuentran influenciados directamente por las palabras y los símbolos. El sentido concreto de los conceptos empleados depende de las palabras y de los símbolos elegidos. No existe, por consiguiente, un “lenguaje de los pensamientos” que sea autónomo e independiente: el “lenguaje de los pensamientos” es el “lenguaje de las palabras” (Pinker, 2007, p. 125).

2. FUNCIONES

Los conceptos, en tanto representaciones mentales, conforman el sustrato sobre el que se desarrollan los procesos cognitivos5. Los conceptos, en consecuencia, permiten categorizar, memorizar, razonar, decidir, etc.6.

La literatura cognitiva sugiere que los conceptos cumplen, cuando menos, tres funciones fundamentales.

La primera función consiste en facilitar la “esquematización” de la realidad. Los conceptos describen referentes (acciones, emociones, eventos, objetos, propiedades, seres, situaciones) en términos de “clases”, esto es, en términos que toman en consideración, no las características particulares de, por ejemplo, los objetos A1, A2, A3 (…) AN, sino las características (relevantes) comunes de dichos objetos7. El concepto de perro, por ejemplo, describe características (relevantes) comunes de determinados animales8. Ese concepto no toma en consideración las infinitas características particulares de cada uno de los animales que conforman la “clase”.

La “esquematización” de la realidad resulta beneficiosa por dos razones. Primera: incentiva la capacidad de razonar en términos abstractos9. Segunda: permite comprender las complejidades de la realidad en función de un número limitado de componentes10.

La segunda función consiste en promover la creación y organización de bancos de información sobre experiencias y, por lo tanto, el desarrollo de la memoria. Los conceptos permiten (a) clasificar las situaciones que constantemente se experimentan; y, (b) almacenar de manera sistematizada el conocimiento desarrollado en tales situaciones11. De este modo, si en el futuro se presentan esas situaciones, las personas pueden emplear el conocimiento almacenado12.

La tercera función consiste en promover la eficiencia cognitiva. Los conceptos permiten razonar en términos abstractos sobre los referentes (p.e. sentimientos). En otras palabras, los conceptos permiten razonar en términos “ideales”, que suprimen las múltiples (y generalmente complejas) características diferenciadoras de acciones, emociones, eventos, objetos, propiedades o situaciones13. Al reducir de manera sensible (a) tanto los niveles de información como (b) los niveles de complejidad de los referentes, los conceptos permiten la producción de conocimiento al menor costo posible14. Las personas, en consecuencia, logran entender los aspectos relevantes de los referentes sin necesidad de procesar enormes cantidades de información irrelevante15.

3. BARRERAS

En teoría los conceptos cumplen diversas funciones que “facilitan” el desarrollo eficiente de los procesos cognitivos. En realidad, sin embargo, los conceptos poseen una eficacia funcional limitada. Veamos por qué.

Las representaciones mentales, por un lado, no pueden capturar con precisión la totalidad de las características que poseen los referentes. El concepto de amor, por ejemplo, no puede capturar con precisión la totalidad de las características que posee ese sentimiento ni sus diversos “grados de intensidad”16.

El mismo concepto puede generar construcciones opuestas:

Abraham Lincoln, in a speech at Baltimore in 1864, recognized both the difficulty of defining ‘freedom’ and the fact that the Civil War between the North and the South was based, in a way, on a misunderstanding related to that word. ‘The world’, he said, ‘has never had a good definition of the word liberty’ (…) In using the same word, we do not mean the same thing (Leoni, 1991, p. 25).

Las representaciones mentales, por otro lado, son “contextuales” por dos razones. Primera: usualmente emplean palabras y éstas son, per se, contextuales17. Imaginemos que B indica a C lo siguiente: “debes estar a las 7.00 pm”. ¿Puede C presentarse a las 7:15 pm? La respuesta es: “depende”. Si B es el profesor de historia que dictará la conferencia, es obvio que C no puede presentarse a esa hora. En cambio, si B es el amigo que ofrecerá una fiesta, es obvio que C sí puede presentarse a esa hora. El contexto, por tanto, determina el sentido de las palabras empleadas por B. Segunda: usualmente se realizan en determinado ambiente situacional (p.e. negociación de un contrato, resolución de disputa arbitral). Ese ambiente, sin embargo, no es “neutral”; ese ambiente genera “narrativas opuestas”18. ¿Por qué? Pues porque las personas tienen relación con, o interés en, ese ambiente (p.e. parte que negocia el contrato, árbitro que resuelve la disputa) y, en base a tal relación o interés, deciden resaltar unos aspectos e ignorar otros19 (“emotional framing effect”)20.

Aplicados en el plano de la realidad social, los conceptos pierden, pues, precisión y certeza. Como indica Pinker:

(…) the ability to frame an event in alternative ways is not just a reason to go to court but also the source of the richness of human intellectual life (…) it provides the materials for scientific and literary creativity, for humor and wordplay, and for the drama of social life. Does stem-cell research destroy a ball of cells or an incipient human? Is the American military incursion into Iraq a case of invading a country or of liberating a country? Does abortion consist of ending a pregnancy or of killing a child? Are high tax rates a way to redistribute wealth or to confiscate earnings? (Pinker, 2007, pp. 4 y 5).

La imprecisión y ambigüedad de los conceptos no solamente genera problemas de orden semántico o teórico; también genera problemas legales y económicos.

El 11 de septiembre de 2001 se produce el atentado terrorista más grave de la historia de los Estados Unidos de América. A las 8:46 a.m. un primer avión impacta en la torre norte del World Trade Center. A las 9:03 a.m. un segundo avión impacta en la torre sur del World Trade Center. ¿El resultado? Más de 2,900 personas fallecidas, decenas de edificios destruidos o seriamente dañados, y pérdidas patrimoniales por USD 10 billones.

Algunas semanas después Larry Silverstein, arrendatario de las torres destruidas, exige a Swiss Reinsurance Co. el pago de una indemnización ascendente a USD 7 billones en aplicación del contrato suscrito para asegurar el World Trade Center contra “eventos” que generen su destrucción. Swiss Reinsurance Co. cuestiona la cantidad demandada, alegando que, en aplicación del contrato indicado, solo corresponde el pago de una indemnización ascendente a USD 3.5 billones. Pronto el litigio se inicia y ambas partes contratan firmas de abogados de primer nivel21.

Si ambas partes convienen en que existe un contrato de seguro que aplica al caso, ¿por qué una exige USD 7 billones y la otra ofrece USD 3.5 billones? La respuesta radica en la interpretación del concepto de “evento”. El contrato de seguro establece que Swiss Reinsurance Co. pagará la suma de USD 3.5 billones por “evento destructivo”.

Los abogados de Larry Silverstein consideran que en este caso se producen dos “eventos”: (i) la destrucción de la Torre Norte a causa del impacto de un avión; y, (ii) la destrucción de la Torre Sur a causa del impacto de otro avión. Por lo tanto, corresponde el pago de una indemnización de USD 7 billones. Los abogados de Swiss Reinsurance Co. consideran, por el contrario, que en este caso se produce un solo “evento”: un atentado planificado con el propósito de destruir, en dos fases, la totalidad del World Trade Center. Por lo tanto, corresponde el pago de una indemnización de USD 3.5 billones22.

Así como la intervención militar en Irak puede ser conceptualizada como (a) un caso de invasión; o, (b) un caso de liberación, la destrucción del World Trade Center puede ser conceptualizada como (x) una catástrofe provocada por un evento (la ejecución de un plan); o, (y) una catástrofe provocada por dos eventos (la colisión sucesiva de dos aviones contra dos torres)23.

Como indica Pinker:

What, exactly, is an event? An event is a stretch of time, and time, according to physicists, is a continuous variable –an inexorable cosmic flow, in Newton’s world, or a fourth dimension in a seamless hyperspace, in Einstein’s. But the human mind carves the fabric into the discrete swatches we call events. Where does the mind place the incisions? Sometimes, as the lawyers for the World Trade Center leaseholder pointed out, the cut encircles the change of state of an object, such as the collapse of a building. Sometimes, as the lawyers for the insurers pointed out, it encircle the goal of a human actor, such as a plot being executed (…) The language of thought allows us to frame a situation in very different and incompatible ways. The unfolding story of the morning of September 11 in New York can be described of as one event or two events depending on what we choose to focus on and what we choose to ignore (Pinker, 2007, pp. 3 y 4).

4. APLICACIÓN LEGAL

El sistema legal, como cualquier otro sistema (sea positivo o normativo), emplea conceptos, pues requiere operar con representaciones que permitan la estructuración de reglas24.

Los conceptos legales cumplen, cuando menos en teoría, dos de las tres funciones esenciales anteriormente descritas.

En efecto, en primer lugar, los conceptos legales facilitan la esquematización de la “realidad jurídica” en la medida en que describen los referentes en términos de “clases”. El concepto de “persona jurídica”, por ejemplo, comprende a todas las entidades ficticias que poseen subjetividad. En segundo lugar, los conceptos promueven la “eficiencia cognitiva” en la medida en que describen los referentes con abstracción de sus infinitas características particulares. El concepto de “contrato”, por ejemplo, comprende a todos los acuerdos con carácter patrimonial, con abstracción de características tan variadas como: función, objeto, plazo, contenido, etc.

Sin conceptos legales no es posible estructurar y operar sistema legal alguno. En efecto, en ausencia de conceptos legales, cada norma requerirá describir una multiplicidad de datos.

Por ejemplo, si es que suprimimos los conceptos legales, la definición de contrato contenida en el art. 1351 del Código Civil deberá tener un alcance semejante al siguiente:

Contrato: es un acuerdo entre dos o más partes para crear, modificar, regular o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. Para estos fines:

(1) ‘acuerdo’ significa coincidencia de voluntades exteriorizadas de forma expresa o tácita (salvo disposición legal en contrario).

(a) ‘voluntad exteriorizada de forma expresa’ significa voluntad transmitida a través de un acto de lenguaje.

(b) ‘voluntad exteriorizada de forma tácita’ significa voluntad indubitablemente deducida de una acción.

(2) ‘partes’ significa ‘sujetos de derechos’.

(a) ‘sujetos de derecho’ significa personas naturales, personas jurídicas y otras entidades con subjetividad.

(b) ‘personas naturales’ significa seres humanos.

(c) ‘personas jurídicas’ significa organizaciones formadas, de manera directa o indirecta, por seres humanos a las que el sistema legal otorga subjetividad.

(d) ‘entidades’ significa patrimonios autónomos y otras organizaciones que no tienen la condición de personas jurídicas (pero poseen subjetividad).

(e) ‘patrimonios autónomos’ significa conglomerados de activos y pasivos que no pertenecen a personas naturales, a personas jurídicas o a otras organizaciones (pero poseen subjetividad).

(f) ‘activos’ significa todo aquello que proporcione beneficio patrimonial.

(g) ‘pasivos’ significa todo aquello que reduzca beneficio patrimonial.

(h) ‘subjetividad’ significa capacidad para ser titular de situaciones jurídicas subjetivas.

(i) ‘situaciones jurídicas subjetivas’ significa posiciones reconocidas por el sistema legal para tutelar intereses (p.e. derechos, poderes) o subordinar intereses (p.e. obligaciones, sujeciones).

(3) ‘crear’ significa originar.

(4) ‘modificar’ significa alterar.

(5) ‘regular’ significa establecer reglas.

(6) ‘extinguir’ significa finalizar.

(7) ‘relación jurídica’ significa vínculo que conecta dos o más situaciones jurídicas subjetivas.

(8) ‘patrimonial’ significa valorable en dinero.

Un sistema legal que prescinda de conceptos legales solo puede existir en el plano de la ficción: sin los conceptos en cuestión la cantidad de información a ser procesada será, para la mente humada, obscenamente infinita.

Como cualquier otro sistema normativo social, el sistema legal requiere operar con conceptos propios25. Solo así la disciplina legal podrá (a) diferenciarse de otras disciplinas sociales (como la sociología o la economía); y, (b) generar conocimiento eficiente a través del proceso de división del trabajo26.

A fin de ser funcionales (claros, útiles, etc.), los conceptos, sean o no legales, han de presentar, entre otras, las siguientes características: (i) “familiaridad”; (ii) “consistencia”; (iii) “diferenciación”; y, (iv) “profundidad”27 (Gerring, 1999, p. 367).

La “familiaridad” significa que el concepto transmite información en términos que son entendibles tanto para los que emplean un lenguaje común como para los que emplean un lenguaje especializado28. El concepto legal de contrato, por ejemplo, posee familiaridad en la medida en que transmite información entendible para personas con y sin formación legal.

La “consistencia” (coherencia) significa que el concepto representa la misma idea en diferentes contextos29. El concepto legal de contrato, por ejemplo, posee consistencia en la medida en que representa la misma idea (acuerdo que genera efectos legales) en diversos ámbitos: civil, comercial, constitucional, etc.

La “diferenciación” significa que el concepto se distancia (o distingue) de manera notoria (o evidente) de otros conceptos similares, por lo que justifica su autonomía30. El concepto legal de contrato, por ejemplo, posee diferenciación en la medida en que presenta una serie de rasgos que generan su distanciamiento de otros conceptos similares (p.e. acto jurídico), de forma que justifica su autonomía.

La “profundidad” significa que el concepto revela la mayor cantidad de aspectos determinantes de la idea, de forma tal que la audiencia pueda entender alcances no evidentes de la idea31. El concepto legal de contrato, por ejemplo, posee profundidad en la medida en que revela alcances no evidentes de la idea: la variedad de efectos derivados del acuerdo.

En la medida en que posea las características indicadas, el concepto será funcional, esto es, será claro y eficiente. A su vez, en la medida en que adolezca de las características indicadas, el concepto será disfuncional, esto es, oscuro e ineficiente32.

Corolario: en la medida en que el aparato conceptual legal sea oscuro e ineficiente, las normas, construidas por ese aparato, (a) serán ambiguas; (b) generarán inseguridad; e, (c) incrementarán los costos de transacción.

5. LÍMITES

En teoría, los conceptos legales constituyen “herramientas cognitivas” funcionales que facilitan la esquematización de la realidad legal y, por lo tanto, reducen los costos de operación de los diversos operadores del sistema legal (legisladores, jueces, abogados, etc.). En realidad, sin embargo, los conceptos referidos no solo no facilitan la esquematización de la realidad en cuestión, sino que además distorsionan de forma sustancial el propósito del sistema indicado, en la medida en que son tratados como en “fines en sí mismos” por los operadores mencionados.

En efecto, en primer lugar, los conceptos legales (empleados por los legisladores o por los académicos) no suelen presentar las características descritas (esto es, familiaridad, consistencia, diferenciación, profundidad), por lo que no suelen ser funcionales. De forma general, los conceptos legales adolecen de dos problemas recurrentes, a saber: (i) presentan inconsistencias y (ii) se sostienen en razonamientos circulares.

El concepto normativo de objeto de contrato constituye un caso emblemático de inconsistencia:

El art. 1401 del Código Civil establece lo siguiente:

El objeto del contrato consiste en crear, regular, modificar o extinguir obligaciones.

Por su parte, el art. 1402 del Código Civil establece lo siguiente:

La obligación que es objeto del contrato debe ser lícita. La prestación en que consiste la obligación y el bien que es objeto de ella deben ser posibles.

¿Cuál es el objeto del contrato? ¿Crear la obligación o la obligación creada?

El concepto doctrinario de autonomía privada representa un caso emblemático de razonamiento circular. En efecto, la literatura legal explica que los contratos son legalmente vinculantes debido a que “emanan de la autonomía privada”. Al momento de describir las características de dicha autonomía, la literatura legal explica que consiste en un “poder para celebrar contratos vinculantes”33.

En segundo lugar, los conceptos legales, por obra la dogmática jurídica34, ocupan el lugar que corresponde a la razón económica o a la razón moral. De este modo dichos conceptos constituyen el centro de gravedad de la toma de decisiones de política pública. En consecuencia, los legisladores y jueces solo indagan la naturaleza jurídica del hecho X, a fin de asignar la consecuencia Y o Z. La corrección moral de la consecuencia Y o la eficacia económica de la consecuencia Z son jurídicamente irrelevantes para el operador legal35.

Naturalmente, la elevación de los conceptos legales a “fines en sí mismos” genera un efecto perverso y a la vez destructivo: la aparición de sistemas normativos alternativos que ofrecen reglas sustentadas en razones de sentido común (económicas o morales).

1 Existen diversas teorías en torno a los conceptos. Una primera teoría (“Classical Theory”) sostiene que los conceptos son “representaciones mentales” de los objetos (esto es, de los elementos de la existencia). Una segunda teoría (“Prototype Theory”) sostiene que los conceptos son “representaciones mentales” de las propiedades estadísticamente relevantes de los objetos. Una tercera teoría (“Theory-Theory”) sostiene que los conceptos son “teorías mentales” que permiten la construcción del conocimiento. Una cuarta teoría (“Ability Theory”) considera que los conceptos son “habilidades mentales” que permiten la distinción de los objetos.

2 “Concepts are vehicles of representation, tools for thinking. They (…) can be combined into structures we call thoughts (…) Typically concepts have reference: for example, nominative concepts typical refer to objects, predicative concepts to properties, and so (…) Some concepts fail to refer but this does not prevent them having a role in thought” (Sainsbury y Tye, 2011, p. 101).

3 Esta idea se basa en la decisión del Juez Learned Hand en el caso United States v. Carroll Towing Co. (1947).

4 En An Essay Concerning Human Understanding (1689), Locke sostiene que los conceptos son adquiridos en la medida en que proceden de la experiencia. El filósofo inglés considera que la experiencia, compuesta por sensaciones e impresiones, genera “ideas simples”. En base a tales ideas, la mente elabora conceptos y, por ende, conocimientos. En consecuencia, si bien la mente tiene el poder natural de transformar “ideas simples” en “ideas abstractas”, la mente no tiene el poder natural de crear sensaciones y reflexiones: éstas derivan necesariamente de la experiencia.

5 Procesos cognitivos son todos aquellos procesos mentales (simples y complejos) que permiten adquirir conocimiento y comprensión.

6 “Human beings think in concepts and our minds are stocked with concepts of all sorts –some tangible (the concept of furniture, the concept of meal) others far more abstract (the concept of democracy, the gravity or the gross national product). As concepts become more familiar they often seem more concrete, and one becomes able to think of them in almost the same way one thinks of something one can touch or taste” (Gardner, 2006, p. 10).

7 “A concept is a mental representation of (…) a class of objects that we believe belong together (…) It embodies our knowledge about the category and its members (…)” (Kunda, 1999, p. 16). “Concepts allow us to perceive individual objects as members of a kind, to attribute properties common to the kind to the specific individual object, to communicate about such objects, and so on. Indeed, concepts are often thought of as the building blocks of cognition” (Spalding, Stedman, Hancock y Gagne, 2014, pp. 245 y 246).

8 Mamífero, carnívoro, cuadrúpedo, domesticado, que se caracteriza por poseer sentidos del olfato y del oído altamente desarrollados.

9 El pensamiento abstracto, y en particular el pensamiento ficticio, constituyen dos expresiones únicas de la naturaleza humana. Esas expresiones cumplen un rol trascendental en el proceso evolutivo. En palabras de Harari: “The ability to create an imagined reality out of words enabled large numbers of strangers to cooperate effectively. But it also did something more. Since large-scale human cooperation is based on myths, the way people cooperate can be altered by changing the myths – by telling different stories. Under the right circumstances myths can change rapidly. In 1789 the French population switched almost overnight from believing in the myth of the divine right of kings to believing in the myth of the sovereignty of the people. Consequently, ever since the Cognitive Revolution Homo Sapiens has been able to revise its behavior rapidly in accordance with changing needs. This opened a fast lane of cultural evolution, bypassing the traffic jams of genetic evolution. Speeding down this fast lane, Homo Sapiens soon far outstripped all other human and animal species in its ability to cooperate” (Harari, 2015, pp. 32 y 33).

10 “Categories and schemas are critical building blocks of the human cognitive process. They allow humans to process or at least cope with the infinite amount of information in their environs. Categories and schemas influence every feature of human cognition, affecting not only what information receives attention, but also how that information is categorized, what inferences are drawn from it, and what is or is not remembered” (Hanson y Chen, 2004, p. 1131).

11 “What is the business of concepts? To pick up relevant and useful properties of the environment. Why should they do that? To identify goal satisfying conditions and guide behavior toward them. And why should concepts identify and guide? Because organisms, whatever their complexity, have basic goals (replicate survive, maintain appropriate energy levels by eating and resting, and so on) which they must satisfy (Bogdan, 1989, p. 17).

12 Si en T+1 B advierte que el administrador del restaurante X no permite que C fume un cigarrillo dentro del local, entonces en T+N B no encenderá un cigarrillo dentro de dicho local.

13 “(…) instead of an infinite set of names for colors to identify the infinite gradations in the spectrum, we rely on a dozen or two categories to gather the variation into meaningful, manageable groupings –red, yellow, Green, tan, purple, kaki, and so on. What we might call Green could include a wide range of colors that in most cases makes no sense to distinguish. Green is close enough.” (Hanson y Chen, 2004, pp. 1145 y 1146).

14 “Although our brains have developed exquisite mechanisms for recording specific experiences, it is not always advantageous for us to take the world too literally. A brain limited to storing an independent record of each experience would require a prodigious amount of storage and burden us with unnecessary details. Instead, we have evolved the ability to detect the commonalities among experiences and store them as abstract concepts, general principles and rules. This is an efficient way to deal with a complex world and allows the navigation of many different situations with a minimal amount of storage. It also allows us to deal with novelty. By extracting the essential elements from our experiences, we can generalize to future situations that share some elements but may, on the surface, appear very different. For example, consider the concept ‘camera’. We do not have to learn anew about every camera that we may encounter. Just knowing that the item is a camera communicates a great deal of knowledge about its parts, functions and operations” (Miller, Freedman y Wallis, 2002, p. 1123).

15 Si B sufre lesiones a causa del ataque del perro X, B no requiere informar al médico acerca de todas las características del perro en cuestión (raza, tamaño, edad, etc.). A fin de obtener el conocimiento requerido para prescribir el tratamiento, el médico solo requiere conocer que las lesiones fueron causadas por un perro y no por otro animal.

16 “Sensing grasps what is immediately present, seizes what is here and now. But what happens when this object is put into words? What is directly sensed is ‘this’ before me. This ‘this’ cannot be doubted, since sensing directly reveals objectivity. But one ‘now’ vanishes into the next; one certainty is replaced by others. Unless sense-certainty can say what it means, the vanishing cannot be stopped. The perplexity arises when this presently sensed item is put into words. What sense certainty upholds cannot be put into words. The particular aspect, whether ‘this’, ‘here’, or ‘now’ cannot be expressed without relating it to others. Sense-certainty meant to signify this present sensation in its singularity and absolute certainty. But language involves connections or mediations; what sense-certainty meant is unique and singular. What it meant cannot be spoken. Naming this present sensation ‘red’ associates it with other red things; naming the preset ‘night’ contrasts it with ‘day’ (…) What exactly is sense-certainty certain about? It is impossible to say (…)” (Shuler, 2014, pp. 357 y 358).

17 “Suppose a woman asks a man to show her ‘respect’. Exactly what respect means is itself not very precise; acts like opening doors for another may seem respectful to one generation but not its successor, whereas using crude terms that once showed a lack of respect may now be taken as honest, lively conversation” (Greenawalt, 2017, p. 51).

18 “William James had addressed this question as early as 1869. Instead of asking whether what we know is real, James had asked, ‘Under which circumstances do we think things are real?’ Building on James, the sociologist Erving Goffman explained: ‘We frame reality in order to negotiate it, managed it, comprehend it, and choose appropriate repertories of cognition and action’. Goffman considered how individuals struggled to make sense of the world around them and their experiences and so needed interpretative schemas or primary frameworks to classify knowledge. When there were a number of possible ways of viewing an issue, framing meant that one particular way appeared to be the most natural. This was achieved by highlighting certain features of a situation, stressing likely causes and possible effects, and suggesting the values and norms in play” (Freedman, 2013, pp. 415 y 416).

19 “Italy and France competed in the 2006 final of the World Cup. The next two sentences both describe the outcome: ‘Italy won’. ‘France lost’. Do these statements have the same meaning? The answer depends entirely on what you mean by meaning. For the purpose of logical reasoning, the two descriptions of the outcome of the match are interchangeable because they designate the same state of the world (…) There is another sense of meaning in which ‘Italy won’ and ‘France lost’ do not have the same meaning at all. In this sense, the meaning of a sentence is what happens in your associative machinery while you understand it. The two sentences evoke markedly different associations. ‘Italy won’ evokes thoughts of the Italian team and what it did to win. ‘France lost’ evokes thoughts of the French team and what it did that caused it to lose, including the memorable head butt of an Italian player by the French star Zidane. In terms of association they bring to mind (…) the two sentences really ‘mean’ different things. The fact that logically equivalent statements evoke different reactions make it impossible for Humans to be as reliably rational as Econs.” (Kahneman, 2011, p. 363).

20 “Sometimes decisions are affected by the way they are framed: how the alternatives are described, or in what order they are arranged. The simplest example is sometimes known as the compromise effect –the attraction people feel to a middle option, even if its ‘middleness’ is the result of arbitrarily surrounding it with other choices. In the classic experiment the subjects were instructed to choose cameras from a catalogue. If they were given two choices –a midlevel model and a low-end model– they divided about evenly between them. But the subjects who were given a third choice –a high-end model– showed quite different tendencies. Of course some preferred the fancy camera, but the interesting result was that they tended to abandon the low-end version: of those picking between the middle and low model, 72 percent picked the middle choice. The addition of the new option at the top dragged people from the bottom to the middle.” (Farnsworth, 2007, p. 224).

21 El litigio es iniciado por Swiss Reinsurance Co., que demanda el reconocimiento (judicial) de que la destrucción de las dos torres del World Trade Center es resultado de un solo evento.

22 En términos generales, las diferentes narrativas enfatizan ciertos aspectos del evento y suprimen otros. La narrativa de Silverstein: (a) enfatiza (i) la existencia de dos comandos que secuestran dos aviones y (ii) la destrucción de dos objetos distintos en dos momentos diferentes; pero (b) suprime (i) la existencia de una sola organización terrorista y (b) la ejecución de un único plan. La narrativa de Swiss Reinsurance Co. (a) enfatiza (i) la existencia de una sola organización terrorista y (ii) la ejecución de un único plan; pero (b) suprime la destrucción de dos objetos distintos en momentos diferentes.

23 “Logicians sometimes talk as if the only function of language were to covey ideas. But anthropologists know better and assure us that ‘language is primarily a pre-rational function’. Certain words and phrases are useful for the purpose of releasing pent-up emotions, or putting babies to sleep, or inducing certain emotions and attitudes in a political or judicial audience” (Cohen, 1935, p. 810). “Human beings (…) have very selective attention and memory. They are largely blind to change in their environments (…) They routinely engage in reconstructive memory. Their perceptions change depending on their intention to act” (McCubbins y Turner, 2013, p. 524).

24 Los sistemas legales ancestrales también emplean conceptos legales. Dichos sistemas, empero, ofrecen soluciones sustentadas en valores morales y económicos, y no en conceptos legales.

25 “Social scientists, like all sub-communities, e.g. like doctors, lawyers (…), require somewhat specialized vocabulary. This does not mean, of course, that a premium should be placed on ‘scientific’, as opposed to ordinary, usage. Indeed (…) all departures from natural language impose costs, and should be adopted lightly. However, it seems virtually indisputable that such departures must, and should, be taken on some occasions. Social sciences cannot accept words simply as they are presented themselves in ordinary speech, or natural language dictionary” (Gerring, 1999, pp. 362 y 363).

26 La división del trabajo incrementa la producción y la innovación debido a que permite la especialización en base a aptitudes y competencias. Dos razones explican esta realidad. Primera: las personas que se dedican a la labor X (i) realizan esa labor de mejor modo y en menor tiempo; y, (ii) adquieren más conocimiento y más experiencia. Esas condiciones facilitan dos efectos positivos: disrupción e innovación. Segunda: las personas que no se dedican a la labor X no requieren invertir recursos para poder resolver un problema vinculado a dicha labor, pues existen otras personas especializadas que pueden resolver tal problema a menor costo (para B acudir a un médico más eficiente y más productivo que estudiar medicina a fin de tratar un mal propio) (Hardin, 2009, p. 14).

27 “(…) Social scientists have developed reasonably determinate criteria for distinguishing between effective and ineffective concepts (….) In brief, the landmarks of effective concepts are resonance, domain specificity, consistency, fecundity, differentiation from other concepts, causal utility and, above all, measurability” (Ginsburg y Stephanopoulos, 2017, pp. 158 y 159).

28 “Familiarity in the definition of a given term is achieved by incorporating as many of its standard meanings in the new definition as possible, or at least by avoiding any contradiction of those meanings” (Gerring, 1999, p. 368).

29 “Arguably the most important criterion of a good concept is its internal coherence – the sense in which attributes that define the concepts as well as the characteristics that actually characterize the phenomena in question ‘belong’ to one another. There must be some sense of coherence to the grouping rather than simply coincidence in time and physical space. Ideology provides a particularly glaring case of inconsistency, having been defined by some authors as ‘a system of ideas with promote[s] social change’ and by others as ‘a system of ideas which prevent[s] change’. It ‘makes use of and seeks to base itself upon philosophical ideas, arguments and theories’, yet also ‘advocates action or impels to action’. It ‘contains statements of fact’ yet also ‘expresses morals, values, etc.’ It is ‘associated with the whole society or community’ yet ‘places supreme significance upon one particular class or group’. It ‘promotes, serves or reflects interests’ yet is ‘unconsciously motivated’. The coherence criterion calls for the analyst to make choices among each of these contradictory attributes and –if possible- to consolidate those attributes around a single core principle” (Gerring, 1999, pp. 373 y 374).

30 “The flip side of internal coherence is differentiation, or boundedness (…) A concept differentiation derives from the clarity of its borders within a field of similar terms.

A poorly bounded concept has definitional borders which overlap neighboring concepts. The importance of differentiation is brought out nicely in the OED’s definition of ‘definition’, which (among other things) asserts that defining an object is ‘the act or product of making out, or delimiting, the outlines or characteristics of any concept or thing. The two terms (definition and differentiation) are very close in meaning” (Gerring, 1999, p. 376)

31 “The larger purpose of concept formation is not simply to enhance the clarity of communication (by showing where precisely the borders between concepts are located), but also the efficiency of communication. We are looking for a way to group instances/characteristics that are commonly found together so that we can use the concept’s label as shorthand for those instances/characteristics. The utility of a concept is enhanced by its ability to ‘bundle’ characteristics. The greater the number of properties shared by the phenomena in extension, the greater the depth of a concept” (Gerring, 1999, pp. 379 y 380)

32 “(…) one of the key findings of social cognition literature is that the absence of clear concepts and categories increases the cognitive energies required to process information and thus deters individuals from learning new ideas or processing new information” (Hanson y Chen, 2004, p. 1132).

33 “La autonomía —como actividad y potestad de autorregulación de intereses y relaciones propias, desplegada por el mismo titular de ellas- puede ser reconocida por el orden jurídico estatal en dos distintas y diversas funciones. A) Puede ser reconocida como fuente de normas jurídicas destinadas a formar parte del mismo orden jurídico que la reconoce. B) Puede también ser reconocida como presupuesto de fuente generadora de relaciones jurídicas ya disciplinadas, en abstracto y en general, por las normas del orden jurídico. Aquí nos interesa considerar la autonomía privada solamente. Esta autonomía es reconocida por el orden jurídico, en el campo del Derecho privado, exclusivamente en la segunda de las funciones citadas, es decir, como actividad y potestad creadora, modificadora o extintiva, de relaciones jurídicas entre individuo e individuo; relaciones cuya vida y vicisitudes ya están disciplinadas por las normas jurídicas existentes. La manifestación suprema de esta autonomía es el negocio jurídico, el cual es precisamente concebido como acto de autonomía privada, al que el Derecho atribuye el nacimiento, la modificación o la extinción de relaciones jurídicas particulares” (Betti, 2000, p. 52).

34 En sus inicios los sistemas legales son pragmáticos. Sobre la base de la experiencia los cuerpos normativos describen una amplia gama de eventos y asignan diversas consecuencias a los actores de esos eventos. Las consecuencias en cuestión se sustentan en las ideas vigentes en torno a lo correcto o a lo beneficioso. El Código de Hammurabi muestra con particular esplendor el empleo de aquel método. Redactado hacia el año 1750 a.C. por el Rey Babilonio Hammurabi, el código describe diversas situaciones de la vida diaria, deseables y no deseables, y asigna a los actores de esas situaciones consecuencias que responden a la necesidad de incentivar o de desincentivar ciertas conductas. Con un lenguaje sencillo el Código de Hammurabi ofrece un amplio arsenal de herramientas para influenciar el sentido de la conducta social: premios, castigos, remedios monetarios, remedios extra-monetarios, remedios compensatorios, remedios súper-compensatorios, etc. El sistema legal más influyente en la historia occidental también es diseñado sobre la base del método del caso. Por tal razón, los abogados romanos tienen la posibilidad de arbitrar con precedentes contradictorios y los jueces romanos tienen la obligación de hallar la solución más adecuada para el caso específico objeto de litigio. Esa solución debe responder a un juicio de valor sobre lo correcto o lo beneficioso. Las recopilaciones efectuadas hacia el año 565 d.C. por orden de Justiniano, que son las que estudiamos en las Facultades de Derecho, eliminan adrede tales precedentes y presentan una colección de decisiones artificialmente coherente. Con el surgimiento de la Ilustración, el empleo del método del caso, que requiere la constante revisión de juicios valor sobre lo correcto o lo beneficioso, empieza a perder terreno en Europa continental. Gottfried Wilhelm Leibniz, abogado, matemático, filósofo, inventor, inicia a temprana edad un ambicioso proyecto personal: lograr que la disciplina legal, a la que encuentra caótica, impredecible e irracional, se convierta en una disciplina científica, capaz de ofrecer (i) orden, (ii) predictibilidad y (iii) racionalidad. El razonamiento formal deductivo pasa a ser el elemento que logrará transformar para siempre la forma de ejercer la profesión legal. Hacia finales de 1690 Leibniz finaliza la elaboración del primer código científico de la historia: el Codex Leopoldus. A diferencia del Código Hammurabi, el Codex no contempla una recopilación de múltiples situaciones de la vida ordinaria sino más bien un sistema complejo de categorías conceptuales que, aplicadas a través de silogismos, ofrecen respuestas armónicas a cualquier problema de orden legal que se presente. El Codex no es aprobado por el Emperador Leopoldo I y Leibniz decide dedicarse a tareas científicas más estimulantes. Sin embargo, el “germen” del pensamiento legal científico se instala en el pensamiento de los nuevos científicos sociales: los juristas racionales. Pronto, en diversos lugares de Europa continental, aquellos científicos comienzan a elaborar proyectos de códigos racionales, que tarde o temprano serán aprobados. De la mano de la Escuela Histórica alemana, la disciplina legal empieza a abandonar el razonamiento casuístico y a abrazar el razonamiento conceptual. El caos y la no predictibilidad de las decisiones judiciales son reemplazados por el orden y la predictibilidad de las normas. El Derecho pasa a convertirse en una disciplina que exige a sus operadores conocer “categorías conceptuales” (p.e. sujeto, objeto, relación, causa) y aplicar razonamientos formales deductivos (axiomas y silogismos). Las sociedades europeas continentales, sin embargo, pagan un precio por el orden y la predictibilidad: el progresivo abandono del razonamiento crítico sobre lo correcto y lo beneficioso. El nuevo Derecho Científico solo exige indagar la naturaleza jurídica del hecho X, a fin de asignar la consecuencia Y o Z.

35 “When the vivid fictions and metaphors of traditional jurisprudence are thought of as reasons for decisions, rather than poetical or mnemonic devices for formulating decisions reached on other grounds, then the author, as well as the reader, of the opinion or argument, is apt to forget the social forces which mold the law and the social ideals by which the law is to be judged” (Cohen, 1935, p. 811).

Reglas insensatas

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