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De los virtuosos
ОглавлениеCon truenos y con celestes fuegos artificiales hay que hablar a los sentidos flojos y dormidos.
Pero la voz de la belleza habla quedo: sólo se desliza en las almas más despiertas.
Suavemente vibró y rió hoy mi escudo; éste es el sagrado reír y vibrar de la belleza.
De vosotros, virtuosos, se rió hoy mi belleza. Y así llegó la voz de ésta hasta mí:
«¡Ellos quieren además - ser pagados!»
¡Vosotros queréis ser pagados además, virtuosos! ¿Queréis tener una recompensa a cambio de la virtud, y el cielo a cambio de la tierra, y la eternidad a cambio de vuestro hoy?
¿Y os irritáis conmigo porque enseño que no existe ni remunerador ni pagador? Y en verdad, ni siquiera enseño que la virtud sea su propia recompensa.
Ay, esto es lo que me aflige: mentirosamente se ha situado en el fondo de las cosas recompensa y castigo - ¡y ahora también en el fondo de vuestras almas, virtuosos!
Mas, semejante al hocico del jabalí, mi palabra debe desgarrar el fondo de vuestras almas; reja de arado169 quiero ser para vosotros.
Todos los secretos de vuestro fondo deben salir a luz; y cuando vosotros yazgáis al sol hozados y destrozados, entonces también vuestra mentira estará separada de vuestra verdad.
Pues ésta es vuestra verdad: sois demasiado limpios para la suciedad de estas palabras: venganza, castigo, recompensa, retribución.
Vosotros amáis vuestra virtud como la madre a su hijo; pero ¿cuándo se ha oído decir que una madre quisiera ser pagada por su amor?
Vuestro sí-mismo más querido es vuestra virtud. Sed de anillo hay en vosotros: para volver a alcanzarse a sí mismo lucha y gira todo anillo.
Y semejante a la estrella que se extingue es toda obra de vuestra virtud: su luz continúa estando siempre en camino y en marcha - ¿y cuándo dejará de estar en camino?
Así la luz de vuestra virtud continúa estando en camino aunque ya la obra esté hecha.
Ésta puede estar olvidada y muerta: su rayo de luz vive todavía y camina.
Que vuestra virtud sea vuestro sí-mismo, y no algo extraño, una piel, un manto: ¡ésa es la verdad que brota del fondo de vuestra alma, virtuosos! -
Mas recientemente hay algunos para quienes la virtud significa convulsiones bajo un lá tigo: ¡y, para mí, vosotros habéis escuchado demasiado los gritos de ellos!
Y hay otros que llaman virtud al hecho de que sus vicios se vuelvan perezosos; y cuando su odio y sus celos estiran alguna vez los miembros, entonces su «justicia» se despabila y se restriega los adormilados ojos.
Y hay otros que son arrastrados hacia abajo: sus demonios los arrastran. Pero cuanto más se hunden, tanto más ardientes relucen sus ojos y el ansia de su Dios.
Ay, también los gritos de éstos llegaron hasta vuestros oídos, virtuosos: «lo que yo no soy, ¡eso, eso son para mí Dios y virtud!
Y hay otros que llevan mucho peso y por ello rechinan, igual que carros que conducen piedras cuesta abajo: hablan mucho de dignidad y de virtud - ¡a su freno llámanlo virtud!
Y hay otros que son semejantes a relojes a los que se les ha dado cuerda; producen su tic-tac, y quieren que al tic-tac - se lo llame virtud.
En verdad, con éstos me divierto: cuando yo encuentre tales relojes les daré cuerda con mi mofa; ¡y ellos deberán encima ronronear!170
Y otros están orgullosos de su puñado de justicia y a causa de ella cometen crímenes contra todas las cosas: de tal manera que el mundo se ahoga en su injusticia.
¡Ay, qué desagradablemente les sale de la boca la palabra «virtud»! Y cuando dicen:
«Yo soy justo», esto suena siempre igual que: «¡yo estoy vengado!171»
Con su virtud quieren sacar los ojos a sus enemigos; y se elevan tan sólo para humillar a otros172.
Y también hay quienes se sientan en su charca y hablan así desde el cañaveral: «Virtud - es sentarse en silencio en la charca.
Nosotros no mordemos a nadie y nos apartamos del camino de quien quiere morder; y en todo tenemos la opinión que se nos da.»
Y también hay quienes aman los gestos y piensan: la virtud es una especie de gesto.
Sus rodillas adoran siempre, y sus manos son alabanzas de la virtud, pero su corazón nada sabe de ello.
Y también hay quienes consideran virtud el decir: «La virtud es necesaria»; pero en el fondo creen únicamente que la policía es necesaria.
Y muchos que son incapaces de ver lo elevado en los hombres llaman virtud a ver ellos muy de cerca su bajeza: así llaman virtud a su malvada mirada173.
Y algunos quieren ser edificados y elevados, y llaman a eso virtud; y otros quieren ser derribados - y también lo llaman virtud.
Y de este modo casi todos creen participar de la virtud; y al menos quiere cada uno ser experto en «bien» y «mal»174.
Mas Zaratustra no ha venido para decir a todos estos mentirosos y necios: «¡Qué sabéis vosotros de virtud! ¡Qué podríais vosotros saber de virtud!»
Sino para que vosotros, amigos míos, os canséis de las viejas palabras que habéis aprendido de los necios y mentirosos: Os canséis de las palabras «recompensa», «retribución», «castigo», «venganza en la justicia» -
Os canséis de decir: «Una acción es buena si es desinteresada».
¡Ay, amigos míos! Que vuestro sí-mismo esté en la acción como la madre está en el hijo: ¡sea ésa vuestra palabra acerca de la virtud!
En verdad, os he quitado sin duda cien palabras y los juguetes más queridos a vuestra virtud; y ahora os enfadáis conmigo como se enfadan los niños.
Estaban ellos jugando a orillas del mar, - entonces vino la ola y arrastró su juguete al fondo: ahora lloran.
¡Pero la misma ola debe traerles nuevos juguetes y arrojar ante ellos nuevas conchas multicolores!
Así serán consolados; e igual que ellos, también vosotros, amigos míos, tendréis vuestros consuelos - ¡y nuevas conchas multicolores! -
Así habló Zaratustra.