Читать книгу Ya no me rompo - Fuensanta de la Cruz - Страница 8

El ritmo de la rutina con el primer tacón.

Los brazos en alto para dejar aquello que ya han olvidado.

Un medio giro permite que se vean en el espejo

Y se autojaleen por lo bonito que sus piernas realizan un círculo imperfecto.

Hace años que no se sentían rosas

Y con este tango se alzan como azucenas en primavera.

Los ritmos de las bulerías, tangos, rumbas, seguiriyas,

soleás, fandangos

Equivalen a sus estados emocionales, tan cambiantes,

tan viscerales y mutantes con el medio

Mujeres de luna, de telas de seda, de rojos corpiños y

blancos encajes.

Mujeres con almas matriarcales

Que lanzan su tacón al ritmo de su palpitación

Sus piernas tiemblan con el repiqueteo de la sala.

Se sienten fuertes, vigorosas y ensalzadas por los logros

y los fracasos enriquecedores.

Mujeres diversas, en altura, en forma, en palabras, en corazón.

Al mismo compás y tono.

Balancean sus caderas vigorosas.

Muestra de su poderío, feminidad y futuro agitado por lo conocido.

Mujeres que se deslizan por maderas de sueños.

Y antes de dejar la sala, con un último vistazo atrás.

Vuelven a reconocerse.

Y no ha pasado tanto tiempo,

aquellas que pensaban que ya no estaban en ellas

con la misma belleza, ilusión y entusiasmo.

Vivan las flamencas, esas que alegran sus corazones.