Читать книгу #LecturaPapelPantalla - Gemma Lluch - Страница 10

Algunas obras tienen el valor de guardar la memoria histórica de un colectivo, de un hecho que se ha adherido al ADN de una generación.

Pero la selección anterior está formada por libros. En papel o en formato digital, pero todos son libros. Las encuestas nacionales de lectura y escritura informan sobre cómo las redes sociales se han afianzado mucho más rápido que otros medios de lectura. Además, es el medio que más frecuentemente se lee.

Ahora bien, de nuevo no podemos confundir el formato con el contenido. A través de las redes sociales se comparten insultos o recomendaciones de libros, fotografías o poemas, vídeos o enlaces a críticas literarias. Por tanto, las redes sociales también proponen lectura de textos, de pequeños textos o enlaces que nos acercan a lecturas diversas.

La pregunta que nos acompaña hace años es fácil de proponer y difícil de contestar: ¿las lecturas que guardan la memoria, que nos construyen como ciudadanos son solo las obras de creación, las obras literarias?, ¿hay otras lecturas con propiedades similares?

Un ejemplo. El 7 de julio de 2011 se estrenó la última película de la saga de Harry Potter y en Twitter apareció la etiqueta #GraciasRowling que llenó la red con mensajes como: «#GraciasRowling porque toda mi infancia la viví esperando la carta de admisión Hogwarts y deseando que llegará un Dobby a mi vida» o:

Durante unos días, la etiqueta fue trending topic. De alguna manera, resumía lo que para miles y miles de adolescentes había significado el universo de ficción que Rowling había empezado a crear el 1997. Documentos de 140 caracteres que conectaron durante un periodo de tiempo corto miles y miles de actos privados de lectura.

El hilo virtual que creaban estos mensajes construyó un documento (o un universo de ficción) donde los sueños, las experiencias, los descubrimientos de miles de lectores eran compartidos.

De alguna manera, cada tuit se transformó en eslabones de una cadena que comunicaba la memoria compartida de aquellos que compartían un hecho: la lectura de un libro.

Los tuits, los blogs o los hilos de los foros virtuales son las otras lecturas que crean un espacio de comunicación que a la vez es un espacio de relación para muchas personas.

Más allá de los comentarios banales y cotidianos, los lectores participan para recomendar libros, descubrir autores, comentar nuevos estilos, elogiar o criticar libros. Son espacios que alojan textos diversos, donde la lectura deja de ser un acto privado, silencioso e individual que nos aparta de lo que muchos seres humanos queremos: el contacto con los iguales. Por el contrario, crean un entorno que une libros y amigos, historias y charla y nos devuelve a lo que fue la lectura: un acto público y compartido.

Los medios sociales también proponen un espacio donde reunirse, leer lo que otros dicen, interaccionar cuando tenemos necesidad de hacerlo o ánimo para intervenir, intercambiar opiniones, hablar de nuestras preferencias, etc. En definitiva, sentir que formamos parte de un colectivo: el de los lectores.