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DEFINICIÓN
Y UTILIZACIÓN
Hacia el desarrollo de la propia intuición
El nacimiento del tarot intuitivo

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Este método particular de tarot nació hace mucho tiempo, mientras me afanaba por encontrar un medio pedagógico sencillo para que los neófitos pudieran introducirse enseguida en su práctica. Los demás métodos consisten en una especie de imposible: aprenderse los 78 arcanos del tarot uno por uno, lección por lección, curso tras curso, ejercicio por ejercicio, para después diluir el recuerdo a lo largo del proceso, tal como suele pasar con las matemáticas o la geografía aprendidas en la escuela. Hacía falta por ello un método más sencillo, de la misma forma que se aprende a ir en bicicleta pedaleando y no describiendo el método del pedaleo. Era necesario igualmente que el neófito se sintiera motivado y con confianza, algo no tan sencillo, si se tiene en cuenta la imagen generalmente desastrosa que se forma el público sobre los maestros del ocultismo: se trata de un mundo en el cual la persona que pretende estudiarlo se siente rechazada por la forma iniciática que lo caracteriza. Estos maestros y guías, que se considera que deberían dispensar el conocimiento, lo impulsan hacia su propia visión estrecha de la vida, una vida en la que el actor principal – y el héroe– no es aquel que escucha sino el que habla, con lo que propagan la idea de que la ciencia del tarot se adquiere a través de un brebaje esotérico-iniciático o basado en criterios que emanan directamente de los dioses griegos, de los elfos del bosque de Brocelianda, de los sacerdotes egipcios que han transmitido dones o de nuestro propio karma esclavista que será necesario dominar…

Así pues, la persona que quería aprender el tarot tenía que entrar en esta gran y simpática familia o rechazar definitivamente lo paranormal, a menos que escogiera iniciarse por sí solo. Esta última vía explica la existencia de esta obra: en efecto, usted va a familiarizarse con este arte sin ser intimidado por la comunidad ocultista, y sin sentirse perdido en sus motivaciones iniciales. Ha sido necesario inventar, por lo tanto, un método muy sencillo basado en el propio potencial intuitivo que puede proyectarse sin miedo hacia el mundo preventivo, un método que le enseña a hablar como un niño con las palabras de su biblioteca interior puesto que nada proviene de la invención de una técnica, todo proviene de nosotros…

Aprender convenientemente el tarot a través del aprendizaje gradual de los métodos de tiradas existentes se convierte en una hazaña para un principiante, y entrar directamente en el terreno del profesional experto no aporta muchos resultados: siempre se produce esa sensación de incomprensión, de estar perdido, de diluirse con el abandono o el desaliento al final de ese túnel psicológico. Es imposible crear un clima de confianza con el alumno que en las técnicas del profesor ve un mundo al cual no pertenecerá jamás debido a la dificultad que representa mover la puerta de plomo que da acceso a la intuición pura. ¿Qué se puede hacer? ¿Por dónde se debe empezar? ¿Qué lenguaje se tiene que inventar?

La actitud del principiante es paradójica: quiere ir deprisa y acceder rápidamente a resultados tangibles, necesita lentitud, reflexión y gestación y, al mismo tiempo, necesita embriagarse tomando altura.

Esta nueva aproximación ha sido larga, marcada por intentos decepcionantes, por replanteamientos frecuentes y estancamientos psicológicos… hasta que se ha comprendido que el inicio de cualquier cosa es dominar la intuición antes de inculcar una técnica. En efecto, en la historia del tarot, la iniciación se ha abordado siempre con la puesta en escena prioritaria de los 78 arcanos explicados uno por uno. Esto significa en realidad un reflejo racional y material, las imágenes de los arcanos en detrimento del corazón abstracto, es decir, la intuición. Como si se tratara de la presentación de un deslumbrante vestido de boda que cubrirá graciosamente a una mujer de la que se saben pocas cosas… Así nació este método. Procede de la reflexión y funciona de modo polivalente activando de forma automática la explotación de un insospechado potencial formado por los siguientes elementos esenciales: la intuición, la psicología, el conocimiento y la plenitud.

Desde entonces, el acceso al arte del tarot se ha vuelto más sencillo. El principiante ya no siente la sensación de separación o de «gueto» oculto, percibe este tarot como una herramienta corriente que le sirve de plataforma mental para acceder a los tesoros escondidos de su psicología. Se ha convertido al final en algo claro y sencillo, lo que le permite desmitificar rápidamente el tarot y abordar más «civilmente» el ámbito de la predicción. Se muestra coherente porque está emancipado de un sentido esotérico pisoteado, desviado, contaminado y aproximativo. A través de este método conseguimos suprimir las barreras ocultas invisibles, las instrucciones pesadas, los estereotipos del mundo de la psicología y el mito de la adivinación instaurando simplemente un clima sano completamente despojado de hazañas místicas o de grandes fantasías: se tratará ahora de encontrar las palabras, los verbos y los matices de lo que se ha sentido tal como veremos más adelante en la práctica. Es un nuevo lenguaje o, por lo menos, un lenguaje abstracto que se había desactivado desde hacía lustros en beneficio de la imagen, de la apariencia de lo material, de lo que se puede tocar, es decir, de los arcanos en sí mismos.

El tarot intuitivo del siglo XXI

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